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UNA ACLARACIÓN NECESARIA
Antes del prólogo del poemario “No solo tuyo”, creemos necesario dar a conocer algunas referencias de la poesía que en este texto se expresa, y de esta manera facilitemos la mejor asimilación de su mensaje.
La poesía del peruano Alberto Maceo, clara en el marco de la lucha de clases y de ideas, es patrimonio del Partido Comunista Peruano (marxista-leninista) – Bandera Roja, fundado el 07 de octubre de 1928 por José Carlos Mariátegui junto con otros intelectuales, obreros y representantes del pueblo trabajador.
Nada tiene que ver con el grupo asesino-paramilitar, reaccionario, enemigo del pueblo y agente del imperialismo norteamericano: “sendero luminoso”, que desarrolló terrorismo contra el pueblo y destruyó todo el tejido de resistencia popular organizada en el Perú, con el auspicio económico del narcotráfico y la secta mormona, que funciona como el mejor sistema de inteligencia e información norteamericana en el mundo de la mano con la CIA.
El senderismo hizo el trabajo sucio en el proceso de la implantación de las políticas neoliberales en el país; así también, como claros enemigos del pueblo, contribuyeron a que la población se confunda al creer que los comunistas somos “asesinos y miserables”, cuando nuestros propósitos se mueven por las causas de la reivindicación social, de lucha por igualdad de oportunidades, por conquistar el trabajo pleno, por lograr la real liberación nacional, por planificar y diversificar nuestra economía para asegurar el acceso pleno a los derechos que el pueblo trabajador ha ido conquistando y han venido recortándose agresivamente; por conquistar justicia, pan, salud, belleza, acceso a cultura y ciencia, por lograr la emancipación de la mujer y el respeto a la naturaleza.
El “senderismo” jugó como una carta fascista para asesinar, en componendas con el Estado, a los dirigentes más claros que tuvo el movimiento campesino, obrero y popular; y para desplazar forzosamente a miles de hombres y mujeres pobres del campo a las ciudades; para que así, se conviertan en mano de obra barata al gozo de los negocios de las clases dominantes en las grandes urbes. Un revolucionario no puede dirigir sus armas contra el pueblo y este hecho concreto diferencia a una organización realmente revolucionaria con ese grupo paramilitar, del cual marcamos definida distancia.
Hacemos esta aclaración, porque a ojos del lector de a pie, las referencias a: Revolución, Bandera Roja, Partido, Comunismo, Socialismo, Clandestinidad, Ulises Reátegui, Saturnino Paredes Macedo, etc.; pueden llevarlo a creer que esta poesía colinda con ese grupo enemigo del pueblo, pero no tiene nada que ver.
La poesía de Alberto Maceo obedece a la necesidad de expresar el sentir de los militantes del PCP(m-l), que además tienen una gran identificación con nuestro dirigente histórico, el Dr. Saturnino Paredes Macedo; abogado, docente y dirigente campesino, que de manera consecuente organizó las experiencias más exitosas de recuperación de tierras a favor de los campesinos organizados. Con la “Reforma Agraria Auténtica y sin pago alguno”, se reivindicó la condición de humanos de los hombres y mujeres del campo, y a la propiedad colectiva comunal sobre la tierra, ya que por mucho tiempo fueron usurpados por un puñado de gamonales que explotaron de la manera más inmisericorde a los yanaconas, jornaleros, pongos, semaneros y mitayos a lo largo y ancho del territorio nacional. Esta reivindicación largamente esperada, dio paso a la constitución y reconocimiento legal de las comunidades campesinas y nativas, que ahora se encuentran resistiendo a la embestida del extractivismo minero y petrolero en más el 35% del territorio nacional.
Estas acciones de recuperación de tierras, iniciaron la destrucción de las relaciones sociales y régimen de propiedad semifeudal que permanecían vigentes en el Perú en esos años; es conveniente se señalar, además, que estas acciones se realizaron antes de la estafa agraria dirigida por el Gral. Juan Velasco Alvarado, junto con otros miembros de la pequeña burguesía y pretendidos “revolucionarios”, que llamaron falsamente “Reforma Agraria”al procedimiento administrativo que les sirvió para montarse sobre las conquistas campesinas, para que se reconozca una deuda agraria ilegítima con los gamonales que abusaron de los campesinos y campesinas por muchas décadas; y fundamentalmente, para que se extinga la llama de la lucha revolucionaria que se desencadenaba en forma de lucha guerrillera en los años 60, inspirados en el triunfo de la Revolución Cubana y la lucha por la tierra. Velasco, militar instruido en la Escuela de las Américas, siguió el plan diseñado en la Conferencia de Punta del Este (Uruguay 1961), organizada por el imperialismo norteamericano, donde se reivindicaba la “Reforma Agraria” como parte de su plan para acabar con la insurgencia campesina en Latinoamérica y para profundizar la dependencia de los países latinoamericanos al dominio norteamericano, con la Alianza Para el Progreso. Velasco no es el “revolucionario militar” que arregló las cosas en el país, fue parte del gatopardismo político del imperialismo que movió cosas para dejar las relaciones de poder intactas.
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Por inspiración en el ejemplo y los ideales revolucionarios del Dr. Saturnino Paredes, muchos de nuestros militantes marcaron hitos en el desarrollo de la lucha social, en cada una de las regiones del Perú, conservando a pesar del ataque artero del Estado, los gamonales y la burguesía criolla, la estructura y vida del Partido Comunista Peruano (marxista – leninista) y la firme convicción en el objetivo de construir un mañana nuevo para todos los peruanos y peruanas; referencia ante la cual, no puede pasar desapercibido un extracto del poema “Jefe aún vives”, donde el poeta le dedica al Dr. Saturnino Paredes estos versos:
“Jefe podrán pasar mil cosas,
Podrán secar los lagos,
podrán dominar las mentes.
Podrán matarnos como lo hacen.
Podrán arrebatarnos hasta lo que no tenemos.
Pero jamás desertaremos,
jamás lo haremos.
Construiremos el mundo nuevo
que nuestra gente merece.
Lo haremos cueste lo que cueste” …
“Jefe ante estas lágrimas juro
que el Partido permanecerá firme.
Latirán junto a él muchos corazones
de hombres y mujeres de nuestra clase…
Jefe que podría más decirte,
si en el viento ahora recorren
nuestros juramentos,
en cada rincón de la patria
se estremecen nuestros corazones.
Nuestra rabia se organiza.
¡Ojalá pudiésemos detener a la muerte!” …
Los comunistas marxista-leninistas de Bandera Roja, estuvimos y estaremos siempre en la primera línea de combate de la lucha popular, prueba de ello es que se logró, gracias a la acción organizada del pueblo y la dirección partidaria: la primera experiencia exitosa en el Perú de Reforma Agraria Campesina sin pago alguno y por la vía campesina en Pomacocha (Ayacucho), Ecash (Ancash), la lucha por la gratuidad de la enseñanza en Huanta y Ayacucho, en Junio de 1969; se inspiró la creación de las Universidades de Ancash, Junín y Lambayeque, se impulsó la creación de la Región Ucayali, se participó en el paro del 19 de julio de 1977 para acabar con la dictadura militar, se participó revolucionariamente en la Asamblea Constituyente de 1979; organizamos las Rondas Campesinas para defendernos del abigeato, la agresión estatal y el aniquilamiento senderista; se luchó contra la dictadura fujimontesinista para “retornar a la democracia”, con la organización de la “Marcha de los 4 suyos” el 26, 27 y 28 de Julio del año 2000.
Estuvimos en la primera línea en muchas luchas reivindicativas de los trabajadores, las mujeres, la juventud y los pueblos; para que no se conculquen más derechos laborales, se reconozca el derecho a la educación, se luche contra la contaminación y destrucción de las zonas de producción agropecuaria por el desbocado interés del extractivismo minero, luchamos contra la venta de la soberanía nacional firmadas con los TLCs y el pretendido TPP, luchamos contra la negación de los derechos de las mujeres y su participación política. En suma, somos un Partido que en su devenir ha organizado a grandes cuadros, cuyos nombres junto al del Dr. Paredes aún resuenan en cada rincón de la patria, como ejemplos de consecuencia en la causa de la liberación nacional y social del pueblo peruano.
Grandes hombres y mujeres han militado en la causa comunista marxista-leninista: Juan Hipólito Pévez (campesino), Justiniano Minaya Sosa (obrero-campesino), Pablo Villanueva del Castillo (campesino), Romaín Montoya Chávez (abogado), Tomas Gálvez Olórtegui (médico), Lorenzo Chuchón Sulca (campesino), Lorenzo Galindo Tomaylla (campesino), Teobaldo Yupanqui Acha (campesino), Ismael Palomino Huillca (campesino), Valentín Anaya Lira (campesino), Melquiades Ampuero (campesino), Máximo Cárdenas Sulca (profesor), Ulises Reátegui Reátegui (médico), Raúl Quispe García-Capuchino (dirigente popular), Julio Gutiérrez Arones (campesino), Julián Huamanyalli Ccarahuanco (campesino), Héctor Narváez (trabajador), Nilda Candiotti Paredes (Profesora), Misael Oré Chávez (dirigente popular), Carlos Rosales Puño (abogado), Donato Alberto Izarra Palomino (abogado), Armando Huamaní Huamaní (obrero); entre otros destacados hombres y mujeres que vivieron, pensaron y lucharon como comunistas, a favor de la conquista de más derechos para la clase trabajadora y la organización de la victoria de la clase obrera en el Perú, para construir el Socialismo Científico.
La poesía de Alberto Maceo expresa nuestro sentir como comunistas de verdad, hombres y mujeres que entregamos voluntariamente lo mejor de nuestras vidas, esfuerzos físicos e intelectuales en las tareas de conquistar la independencia de la patria y la liberación social de las cadenas de opresión del régimen capitalista-imperialista que pesan sobre nuestro pueblo. Nuestras acciones no son solamente declamaciones sino hechos concretos, cuyas pruebas más contrastables están narradas en las historias más sentidas de la lucha popular y en el prestigio logrado por nuestros militantes caídos en el cumplimiento de su deber.
Nuestro deseo de cambio, lo más puro de nuestros sentimientos, el amor que expresamos en cada acción y nuestra interrelación con nuestros semejantes, están expresados en esta poesía cuya nota aclaratoria se me ha encargado, y la realizo como una tarea necesaria y como deber militante.
Compañeros y compañeras, hermanos y hermanas de clase, abriguemos la esperanza de construir un nuevo mundo en las acciones que día a día hacemos para que el pueblo trabajador sea más consciente de la necesidad de ser dueño y constructor de su propia vida, para que planifiquemos el mañana y hagamos que los resultados de nuestros esfuerzos sean disfrutados por todos los niños que no conocerán las diferencias de las clases sociales ni del privilegio de cuna, cuando hayamos triunfado, y que serán los futuros hombres y mujeres con moral nueva que habiten nuestra patria, la patria internacional de los trabajadores y que vean más cercano al porvenir del Comunismo en el mundo.
Alejandro Gutiérrez Palomino.
16 de Marzo de 2020.
Perú
PRÓLOGO
He leído los poemas de Alberto Maceo; aunque con cascarillas un tanto clisé en el fondo son fuertes, hermosas, llenan el espíritu y afirman el vigor la profunda honestidad comunista de clase y contribuyen a la formación partidaria marxista-leninista; fusionan sencilla pero hermosamente el amor a la compañera y a nuestros hermosos ideales revolucionarios proletarios. Fortalecen el espíritu. Todos me gustaron.
En la biografía del gran poeta Nazim Hikmet hay una estrofa que, creo, no debe publicarse, que pincela el celo a las mujeres que amó, como algo “natural”, lo cual es personalista y dañino; exalta el engaño a las mujeres lo cual no es comunista y, de haberle ocurrido, a él y/o a otros, no debe publicarse como “algo normal”, pues es muy malo.
El poema del querido y grande Miguel Hernández, tan vigoroso y bueno, quizás agregarle el entrañable poema: “La Nanas de la Cebolla”.
Con fraternos saludos comunistas.
Antonio Guerrero.
Febrero, 2020
Quito – Ecuador