La situación política actual en Costa de Marfil, y las tareas del proletariado

Costa de Marfil
Partido Comunista Revolucionario de Costa de Marfil

Costa de Marfil tuvo desde 2002 hasta 2011 una guerra civil reaccionaria, que enfrentó dos fracciones rivales de la alta burguesía, al servicio del imperialismo internacional, particularmente el francés. Esa guerra terminó con la intervención de las fuerzas armadas francesas, para imponer a una de las fracciones. Los grandes burgueses organizados en el «Frente Patriótico» de Laurent Gabgbo perdieron el poder en beneficio de los grandes burgueses organizados en la «Unión de los Houfetistas1[1] por la Democracia y la Paz» (RHDP) de Alassane Ouattara. El traspaso de poder tuvo lugar en el estricto marco del sistema neocolonial. Es decir, Costa de Marfil sigue siendo un país subdesarrollado, integrado en la carcasa del sistema capitalista imperialista mundial. El poder en manos de la alta burguesía sigue siendo antidemocrático contrario a las libertades. ¿Ante esta situación cuáles son las tareas del proletariado y de su vanguardia?

Una nación bajo la dominación del imperialismo internacional

Costa de Marfil es uno de los países de África en el que el imperialismo lo decide todo, tanto la lluvia como el buen tiempo. Decide la orientación económica y social, sobre que clan de la alta burguesía debe ocuparse de los negocios, etc.

Todos los planes para el desarrollo económico y social, así como los presupuestos, se someten a la validación del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Banca Mundial (BM) y a los organismos de las potencias imperialistas para el desarrollo. Lo esencial de los capitales invertidos en los sectores modernos como la energía, la minería, el petróleo, la transformación de los productos agrícolas, el comercio exterior, la infraestructura de las carreteras, aeroportuarias y portuarias, etc. están en mano de sociedades francesas, estadounidenses, chinas, etc.

En el plano político, desde la independencia nominal decidida por Francia en 1960, todos los cambios en la cabeza del Estado, como el acceso al poder de Henri Konan Bedié en 1993 a la muerte de Hufuet Boigny, el golpe de Estado de Guei Tobwert en 1999, la insurrección del 2000 de Koudu Gbagbo Laurent; la imposición por la fuerza en 2011 de Alassane Ouattara, todos esos cambios se han llevado a cabo mediante una fuerte implicación directa de la potencia imperialista francesa. Esta situación es el reflejo de la historia de Costa de Marfil como territorio privado de Francia dese la independencia de los países de África Occidental.

Francia, potencia imperialista dominante en Costa de Marfil

Para conservar sus privilegios coloniales, Francia firmó, desde 1961, con la recién creada República de Costa de Marfil, doce acuerdos que abarcaban todo lo referente a la vida económica y política.

Esos acuerdos de «cooperación» constituyen jurídicamente las bases de la dominación francesa sobre Costa de Marfil. Se pueden citar:

1.- el acuerdo de defensa revisado en 2012.

2.- El tratado de cooperación,

3.- El acuerdo de cooperación en materia económica, monetaria y financiera,

4.- El acuerdo de asistencia militar y técnica,

5.- Acuerdo de cooperación en el terreno de la Justicia,

6.- Acuerdo de cooperación en materia de la enseñanza superior,

7.- Acuerdo de cooperación cultural,

8.- acuerdo de cooperación sobre la aviación civil,

9.- cooperación sobre el correo y la telecomunicación,

10.- cooperación sobre intercambio comercial,

11.- cooperación en materia de personal,

12.- Acuerdo de cooperación técnica sobre los magistrados puestos a disposición de la república de Costa de Marfil.

Esta tabla de acuerdos abarca todos los terrenos de la vida política, económica, social y cultural del Estado de Costa de Marfil. Todos fueron firmados el mismo día, el 24 de abril de 1961 apenas otorgada la independencia, se puede decir antes de que el joven Estado hubiera recogido sus credenciales en el concierto de Naciones; la proclamación de independencia tuvo lugar el 7 de agosto de 1970 sólo ocho meses antes. Estaba la voluntad de Francia de actuar rápidamente, como un amante para irse de viaje de novios antes de que la novia cambiase de opinión y se fuera con otro pretendiente…

Generalmente esos acuerdos pretenden basarse en los lazos que unen «libremente» a la República de Francia y la República de Costa de Marfil, sobre la base del respeto mutuo entre los dos estados. Esos acuerdos pretenden querer promover una estrecha «cooperación» en diversos terrenos.

Por encima de engañosas consideraciones generales, que esconden mal la voluntad de la potencia colonial de mantener los lazos colonialistas con su antigua colonia mediante triquiñuelas jurídicas y diplomáticas, los acuerdos ponen el acento sobre la postura de peticionaria de Costa de Marfil. “La República francesa asegura, a petición de la república de Costa de Marfil» es el preámbulo a todos esos acuerdos. Por consiguiente, es Costa de Marfil la que pide para «sobrevivir». Pero a continuación, en cláusulas más precisas, queda claro que es Francia la que se beneficia de esos acuerdos sin ninguna obligación por su parte. Esos acuerdos ponen el acento sobre el carácter aleatorio de las obligaciones francesas hacia Casta de Marfil. Se puede leer en ellos, «El gobierno francés, facilita en la medida de sus posibilidades, la formación y perfeccionamiento del personal de los sectores públicos o privados presentados por la República de Costa de Marfil» Lo mismo sucede para la disposición de todo tipo de personal enseñante, magistrados, etc. Es la misma perorata para los concursos o la ayuda aportada por Francia para la definición, estudio y realización de los programas de equipamiento en materia de telecomunicación.

Además del carácter aleatorio, en esos acuerdos, de las obligaciones francesas, se concede privilegios especiales para la parte francesa. Facilidades excluyentes son acordadas por la República de Costa de Marfil a la República francesa y sus empresas en ciertas actividades o terrenos: la República de Costa de Marfil se compromete a «dirigirse prioritariamente al gobierno francés para el reclutamiento del personal» «La República de Costa de Marfil ofrecerá facilidades al gobierno francés para abrir en el territorio de Costa de Marfil, establecimientos de enseñanza que dependerán de su autoridad» (La del gobierno francés) «Ofrecerá facilidades para importar en franquicia, libros, películas y discos de la otra parte contratante» «Los navíos de la nacionalidad de uno de los dos Estados tendrán en los puertos, las aguas territoriales y las del otro Estado el mismo trato en lo concerniente a la pesca, el transporte de pasajeros, las formalidades aduaneras y las portuarias, la percepción de derechos y tasas portuarias y todas las facilidades acordadas para las operaciones en los puertos» «Los concursos financieros para el desarrollo económico y social afectados a estudio, compra de equipos o fornituras y la ejecución de trabajos darán lugar a mercados reservados en principio a las empresas de nacionalidad francesa o marfileñas.»

El acuerdo monetario es el típico que consagra la intervención de Francia en Costa de Marfil: «El instituto de emisión (de moneda) es un establecimiento nacional cuya sede está en París» «El Consejo de administración (del instituto emisor) agrupa a representantes de la unión monetaria Oeste Africana y de la República de Francia» Esto no necesita comentarios.

En fin, esos acuerdos se caracterizan por la existencia de cláusulas especiales secretas que no han sido publicadas: «Las relaciones entre el tesoro público francés y el tesoro público marfileño, se rigen por un acuerdo especial.»

Total, esos acuerdos son la imagen de la asociación del caballero con el caballo. Uno encima del otro, sujetándolo con las riendas para que no se vaya por doquier, frenándolo y llevándolo según su voluntad. Tales son los lazos desde 1960 entre Francia (ex potencia colonial) y Costa de Marfil.

Penetración de otras fuerzas imperialistas en Costa de Marfil

El imperialismo francés, sin duda alguna, es el dominante en Costa de Marfil heredada en el reparto colonial de 1885. Se adjudicó oficialmente el territorio en 1893. Obligado por las luchas de los pueblos, tuvo que acordar la soberanía nacional a sus colonias, pero se dotó de los medios necesarios para conservar sus privilegios coloniales en Costa de Marfil. Una característica del Estado colonial es que concita la codicia de los otros imperialismos. En esta competencia las potencias imperialistas emergentes son las más agresivas. Los Estados Unidos de América, que se impusieron durante la segunda guerra mundial de 1945 como cabeza dirigente de las potencias imperialistas, tratan de implantarse en los territorios privados de las ex potencias coloniales. Países emergentes (China, India, Marruecos, Sudáfrica, etc…), que aspiran a ser potencias imperialistas están igualmente en combate.

En Costa de Marfil, el imperialismo estadounidense se ha impuesto en los sectores mineros y petroleros. Tiende sus tentáculos en el sector bancario. Una encuesta llevada a cabo por el Partido en mayo de 2017, indica que más del 70% de las nuevas empresas instaladas desde 2015 son chinas, indias o marroquíes, en sectores como la banca, el cemento, los productos agro alimentarios, el turismo, etc. Es decir, la competencia es dura entre los imperialistas, incluso en Costa de Marfil, aunque el imperialismo francés es todavía ampliamente dominante.

Una nación subdesarrollada donde el pueblo vive en la miseria

La gran burguesía y sus maestros imperialistas no cesan de predecir un futuro radiante a Costa de Marfil. En 1960, el primer presidente Hufuet Boigny pidió a los marfileños apretarse el cinturón durante 20 años para lograr la prosperidad en 1980. La libertad y la democracia han estado amordazadas durante ese período. Pero en 1980 las cajas estaban vacías, la prosperidad no acudió a la cita. El FMI y la BM se pusieron a la cabeza del país para imponer programas de ajuste estructural que acabaran con la situación que golpeaba al Estado neocolonial. Desde entonces todas las promesas demagógicas de los sucesivos gobiernos de la gran burguesía no logran adormecer al pueblo que vive más que nunca en la miseria.

Desde el 2012, el gobierno de Ouattara trata de hacer creer que Costa de Marfil será un país emergente hacia el 2020. Hay que subrayar algunas palabras de ese paradigma, convertido en la consigna de casi todos los países africanos. Con la caída del primer estado socialista en 1989-1990 y la unificación del mercado capitalista mundial, los politólogos burgueses clasifican a los países del mundo en cuatro categorías. Los países de primera categoría son los desarrollados (Europa Occidental, Estados Unidos y Japón). El segundo, son los países emergentes (Brasil, Rusia, India, China, Marruecos, Paquistán, Sudáfrica). La tercera categoría son los países en vía de desarrollo (países africanos subsaharianos), y la cuarta son los países menos desarrollados o subdesarrollados (países africanos subsaharianos).

Costa de Marfil pretende clasificarse como país emergente en 2020. ¿Más a tres años de esta meta cual es la realidad? Comparemos sobre la base de las estadísticas del FMI de 2016, de algunos parámetros socio económicos de Costa de Marfil con los de Marruecos uno de los países que ocupan el lugar más bajo de escala de los países emergentes. El producto interior bruto, PIB, por habitante en Costa de Marfil es de 3 dólares al día, en Marruecos es de 10 dólares. Las exportaciones de bienes manufacturados representan el 20 % del total de las transacciones, mientras que en Marruecos es del 60% El valor añadido de la agricultura en el PIB es del 30%, y en Marruecos el 10% El índice de pobreza es del 48% (sin comentarios), el índice de desarrollo humano (IDH) es de 0,452, lo que sitúa a Costa de Marfil en el puesto 168 de los 197 países del mundo (sin comentarios). El desempleo es del 45%, el analfabetismo es del 50%, contra el 20% en Marruecos; la mortalidad infantil es del 64/1000, la esperanza de vida es de 54 años, el acceso al agua potable es del 60%, a la electricidad el 62%. Son cifras oficiales del FMI que permiten afirmar que Costa de Marfil es un país subdesarrollado donde se codean la miseria, el analfabetismo, el desempleo. El crecimiento para el 2020 es una quimera, ya que la diferencia entre las características de la realidad socio-económica en Costa de Marfil y los parámetros internacionalmente requeridos para calificarse de «emergente», habla por sí sola. El desempleo entre los jóvenes crece, se acentúa, la infraestructura de la red de comunicación (carreteras), está en un estado tan deteriorado como en 2010.Muchas familias tanto en la ciudad como en el campo, tienen que recurrir a conectarse anárquicamente para tener electricidad, o se alumbran con lámparas artesanales; muchas beben agua de lagunas o de pozos. El sistema sanitario no ha mejorado, el hospital público en Costa de Marfil es un espejismo; el sistema educativo produce desempleados; la vivienda falta cruelmente, lo que hace que en las grandes ciudades se creen barrios de tugurios. Brevemente, el marfileño de las clases populares vive en la miseria.

El poder de Uattara, un poder despótico acorralado

Las libertades elementales contempladas en la constitución burguesa, son violadas alegremente por el gobierno Uattara. Los alumnos no tienen derecho de sindicación desde el 2011. A los estudiantes universitarios, Uattara impone organizaciones fantoches a sueldo, desde el inicio de la Facultad. La inmunidad universitaria no existe, las universidades son vigiladas por la policía nacional y las milicias privadas del Gobierno. Todas las manifestaciones de alumnos, estudiantes, profesores contra este estado de cosas son reprimidas o anuladas por los corrompidos jefes sindicalistas… Las manifestaciones de los partidos de la oposición son saboteadas por las milicias del RDR, como ha sido el caso contra el Partido Comunista Revolucionario de Costa de Marfil (PCRCI) en Puerto Buet el 21 de diciembre de 2013, o las manifestaciones del FPI en enero, febrero, marzo y abril; de las manifestaciones de los partidos opuestos a la constitución de tipo autocrático, salvajemente reprimidas en octubre del 2016.

El poder de Uattara tiene problemas para garantizar la seguridad de los ciudadanos. La situación se agrava día a día con los ataques contra los símbolos del Estado (puestos de la policía y la gendarmería, contra los cuarteles militares). Durante los dos últimos meses, julio y agosto de 2017, han tenido lugar una decena de ataques de ese tipo. Los asaltantes se llevan las armas de los cuarteles asaltados y obtienen recursos financieros robando en las oficinas económicas. Hasta el presente, el poder es impotente f rente a lo que parece ser una preparación de un golpe de fuerza organizado por clanes burgueses enfrentados entre sí.

El poder de Uattara emplea todos los medios para romper las huelgas de los sindicatos y las manifestaciones populares, detener a periodistas y oponentes. Es un poder acorralado cuyas prácticas despiertan veleidades de golpes de fuerza de los clanes enfrentados de la gran burguesía.

La táctica del PCRCI

Todos los partidos de la gran burguesía marfileña han detentado el poder del Estado. Huyfueet desde la independencia en 1960 prometió el dorado a los pueblos cuando ofreció Costa de Marfil al imperialismo francés. Pero en 1993, en el ocaso de su vida, pese a la perfusión económica que le suministraron los administradores de fondos internacionales, Costa de Marfil estaba clasificada por el FMI entre los países pobres altamente endeudados. Su sucesor, Henri Konan Bedié, no pudo acabar con la miseria. Aprovechando el despertar de las luchas populares por las libertades y el pan, un clan de la burguesía acabó con su poder mediante un golpe de Estado militar en 1999. Los golpistas y sus aliados civiles, ocupados en llenar sus bolsillos no hicieron nada mejor. La miseria se acentuó, la libertad y la democracia retrocedieron drásticamente. En el 2000, los refundadores, se hicieron con el poder para refundar Costa de Marfil (sin romper con el imperialismo) desviaron dinero público, amordazaron las libertades. Durante diez años, la dominación imperialista no retrocedió; la miseria se agravó; las libertades y la democracia fueron de mal a peor. En las elecciones presidenciales de 2010 el imperialismo trató de instalar a los huefetistas. Los refundadores fueron barridos por la guerra. Pero ese clan de la gran burguesía, ligado al imperialismo, abonado a la corrupción, al robo de los bienes públicos y adeptos de un poder despótico, no podía hacer milagros para hacer avanzar a Costa de Marfil por la vía de la democracia, de las libertades, del bien estar social y de la modernidad. Ese clan es incapaz de encontrar soluciones para los males que corroen a la sociedad marfileña. El poder Uattara había prometido gestionar el país con trasparencia y rigor. Pero después de su primer mandato, el poder estaba gangrenado por la corrupción, la superchería, el tribalismo. Mercados públicos de miles de millones de FCFA fueron manipulados sin que los culpables recibieran sanción alguna. Toda iniciativa económica es sometida al FMI y el BM. El pueblo vive en la miseria y está dispuesto a luchar contra el saqueo. Las contradicciones están vivas entre los diferentes clanes que componen esta coalición. La revuelta de los militares, pese a estar ligados a la causa del presidente, es indicativo de la crisis en la cabeza. Es muy probable que una nueva guerra reaccionaria se desate. Será la velación de armas el 2020, año electoral.

Los partidos políticos de la oposición burguesa se preparan también para el 2020. Se crean frentes o reaparecen. Incluso si esos partidos víctimas del despotismo del poder de Uattara, palabrean sobre libertades y democracia, están a la espera del apoyo del imperialismo internacional, particularmente del francés.

Desde el 2015 las masas populares han vuelto a la lucha en condiciones difíciles: desorganización y «caporalización» de los sindicatos, represión, criminalización de las luchas, corrupción de los bonzos sindicales, etc. Empero, esas luchas populares ganan en frecuencia e intensidad. Se desarrollan experiencias de luchas unitarias.

En resumen, se puede decir que estamos en vísperas de una situación revolucionaria que puede desembocar en una crisis revolucionaria. ¿Ante semejante situación, qué hace el partido del proletariado?

¡Costa de Marfil está mal, en pleno caos! Una prueba de este caos es que las manifestaciones se acumulan diariamente. Mientras tanto la burguesía agrupada en el RHDP, pese a sus contradicciones internas, se organiza para mantenerse en el poder hasta el 2020. Está en plena agitación para seleccionar al mejor de ellos cuya tarea principal será la de continuar con la misma política, la de subastar las riquezas nacionales a las compañías multinacionales, explotar a la clase obrera, espoliar el trabajo de los campesinos, de los pequeños comerciantes y de los transportistas; la de acaparar fraudulentamente los bienes del Estado e instituir el despotismo como forma de gobierno.

El proletariado y las masas populares quieren acabar con este caos, romper con esta política; quieren una república soberana, democrática, popular, y moderna donde el pueblo decida libremente, y con responsabilidad, su destino. ¿Qué debe hacer el pueblo para alcanzar esos objetivos? Debe fijar el objetivo inmediato a conquistar y dotarse de los medios necesarios.

La actual miseria del pueblo, el caos actual es el resultado de la dominación imperialista, particularmente la francesa, que nos mantiene maniatados con lazos de dependencia económica y política. El imperialismo francés se apoya en la gran burguesía impuesta por el mismo en el poder y que gobiernan mediante la represión y la restricción de las libertades. Se mofa de la democracia inscrita en su propia constitución.

La tarea inmediata es arrebatar el poder del Estado de las manos de esos depredadores y de sus amos, para instaurar la república democrática y popular, independiente y moderna. Estos objetivos son ampliamente compartidos por varias fuerzas patrióticas que llevan a cabo grandes esfuerzos para lograr ese objetivo. Esas fuerzas deben acabar con los enfrentamientos entre ellas y acabar con la dispersión. Este es el camino a seguir.

El Partido Comunista Revolucionario de Costa de Marfil (PCRCI), ha lanzado una iniciativa de plataforma de lucha que aborda el objetivo inmediato y la lucha a llevar a cabo. Esta plataforma debería conseguir la formación de un amplio frente de las fuerzas patrióticas, frente indispensable para eliminar a las fuerzas reaccionarias.

Las recientes luchas del pueblo de Costa de Marfil, demuestran que el camino está trazado para avanzar. En 2016 la lucha contra la constitución retrógrada de la 3ª República, que pudo imponer Uattara por el fraude en las urnas y la manipulación de los resultados, ha demostrado la capacidad del pueblo para defender las libertades y la democracia. Las luchas unitarias de los campesinos, de los funcionarios, de los soldados en 2016 y 2017, demuestran que es posible luchar unidos por el pan y las libertades, y lograr importantes victorias. La lucha contra la intromisión del imperialismo internacional, particularmente el francés durante la guerra civil de Costa de Marfil del 2002 a 2010, demostró que el pueblo es plenamente consciente de la importancia de la defensa de la soberanía nacional.

El campo de lucha por la soberanía, las libertades, la democracia y el pan, está abierto.

Partido Comunista Revolucionario de Costa de Marfil

Agosto de 2017

1 Partidarios del que fuera presidente Hufuet Boigny.

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