Declaración de la XXIV Sesión de la CIPOML

A LOS TRABAJADORES Y LOS PUEBLOS A LOS REVOLUCIONARIOS Y COMUNISTAS

En México, y conmemorando el final de la Primera Guerra Mundial que ocasionó grandes y graves daños a la humanidad y que fue también el escenario en que triunfó la primera revolución proletaria: la Gran Revolución de Octubre; cuando se celebra el bicentenario del natalicio de Carlos Marx, el gran maestro del proletariado, se cumplió exitosamente con los trabajos la XXIV Plenaria de la Conferencia Internacional de Organizaciones y Partidos Marxista-Leninistas CIPOML. Se valoró la situación internacional y precisó las responsabilidades y tareas del movimiento obrero, popular y revolucionario. Discutió importantes problemas del trabajo de los partidos y organizaciones de la CIPOML señalando los compromisos y tareas, afirmando las perspectivas de desarrollo.

La exacerbación de las contradicciones intrínsecas del sistema capitalista imperialista agudizan la crisis general del capitalismo, que es una crisis de las estructuras y las superestructuras, económica, política y social que sacude al sistema capitalista, afecta a millones de trabajadores, a los países dependientes, a los pueblos y naciones oprimidos, que ahonda la depredación de la naturaleza y el ambiente.

 

La anarquía en la producción, la competencia entre los monopolios y las potencias imperialistas, el crecimiento desmesurado de la deuda externa, el comercio desigual, la guerra comercial inter imperialista, el saqueo de los recursos naturales y la apropiación por parte de la clase de los capitalistas de la plusvalía generada por millones de trabajadores, las medidas unilaterales de EEUU frente a las políticas financieras y monetarias, el desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología, la digilitización, el internet, la robótica y la inteligencia artificial avizoran el aparecimiento de una nueva crisis económica que será de mayores proporciones y profundidad que la crisis económica de 2008, que impactará gravemente en las relaciones sociales y políticas.

La depredación de la naturaleza y el deterioro del ambiente, los cambios climáticos provocados por la explotación y la expoliación irracional de los recursos naturales por de los monopolios capitalistas y los países imperialistas se agudizan constantemente.

Tienen lugar grandes confrontaciones entre las potencias imperialistas, la aparición y extensión por todos los continentes y regiones de los preparativos de guerra, el desarrollo de la carrera armamentista que involucra a todos los países, la militarización de la economía y la sociedad en la dirección de un nuevo reparto del mundo. La confrontación militar entre los países imperialistas, principalmente entre EE.UU. y Rusia, de la OTAN y China se expresa en conflictos armados que desangran a los pueblos en Medio Oriente y África y atizan conflictos en otros lugares del planeta. La agresión económica y política de EE.UU. frente a Irán atentan contra la soberanía del país y los intereses y derechos de sus pueblos. En Yemen, los intereses económicos y políticos de Arabia Saudita son responsables, junto con el apoyo de EE.UU., de la destrucción del país y del genocidio que devasta al pueblo y al país.

Las pugnas inter imperialistas se expresan también en la guerra comercial entre China y Estados Unidos, en la disputa de mercados, de áreas estratégicas; en la agresiva incursión de las inversiones chinas en todos los continentes.

Las potencias imperialistas recrudecen su injerencia en todos los países dependientes, impulsan el extractivismo, saquean los recursos naturales al tiempo que remachan las cadenas de la opresión. La naturaleza del imperialismo se expresa en la agresión y rapiña para apropiarse de la riqueza de los países dependientes y de las ganancias producidas por la súper explotación del imperialismo. Ningún país imperialista es amigo de los pueblos.

Decenas de miles de personas, hombres, mujeres y niños huyen de sus países devastados por la guerra, de la represión de sus gobiernos, de miseria y la pobreza, buscan oportunidades y emigran en Asia, Europa, África y América Latina; son atacados por las políticas xenófobas, nacionalistas y racistas del imperialismo y la reacción. Trump está demostrando frente a los migrantes su carácter reaccionario, xenófobo y agresivo.

El pueblo de Palestina resiste heroicamente la brutal agresión del imperialismo yaqui y del sionismo israelí que asesina a miles de personas de la población civil; esa lucha es una muestra de la decisión de defender la soberanía y la vida, recibe la solidaridad y el apoyo de las fuerzas progresistas del mundo. Los marxista – leninistas apoyamos firmemente la causa Palestina.

El gobierno de Trump en EE.UU. y la elección de Bolsonaro en Brasil testimonian el fracaso del social reformismo, la democracia burguesa, las políticas de la socialdemocracia que van siendo dejadas de lado por el imperialismo y la burguesía. En el propósito de afirmar y potenciar su dominación acuden cada vez con más frecuencia a las políticas reaccionarias, xenófobas, nacionalistas, a la implantación de regímenes ultraderechistas, autoritarios, fascistizantes y fascistas en algunos países.

El desarrollo de las tendencias reaccionarias y fascistas, y la eventual implantación de regímenes fascistas, están siendo enfrentadas por la clase obrera, la juventud, los pueblos y apreciables sectores democráticos que defienden la libertad, la democracia, los derechos humanos y sindicales.

El sistema capitalista, la institucionalidad burguesa están entrampados en la corrupción y la apropiación de los dineros públicos que se convierte en fuente de acumulación; la denuncia y las acciones contra la corrupción y algunos de sus responsables están permitiendo desenmascarar la naturaleza retrógrada y la podredumbre del capitalismo. En el combate a la corrupción se han desarrollado en algunos países y oportunidades grandes movilizaciones populares, crisis políticas y reajustes en los gobiernos burgueses.

Las políticas y acciones de los monopolios y la burguesía en contra de la clase obrera, los pueblos y la juventud, de los pueblos y naciones oprimidas se expresan en todo el planeta. Pero no se desenvuelven tranquilamente, existe la respuesta popular.

En varios países y en todos los continentes se desarrollan combativas huelgas y movilizaciones de los trabajadores por la estabilidad, en oposición a la flexibilidad laboral, la carestía de la vida, los altos precios de la vivienda y los nuevos impuestos; importantes manifestaciones de la juventud; significativas expresiones de la lucha de los pueblos por la vigencia de las libertades públicas y la defensa de los derechos humanos. Las mujeres se expresan valerosamente en contra de la opresión y el discrimen, llevaron adelante, el 8 de marzo, una huelga internacion al que se realizó en buen número de países.

Esas manifestaciones del movimiento obrero y popular vienen teniendo un desarrollo sostenido pero no se expresan

de manera general; son todavía dispersas y aisladas a nivel internacional. Constituyen, sin embargo, la expresión de que las fuerzas de la revolución social, el movimiento obrero, el campesinado pobre, la juventud, las mujeres, los pueblos y naciones oprimidas tienen potencialidad y afirman la perspectiva del

desarrollo del movimiento revolucionario de los trabajadores y los pueblos.

La oposición a la guerra imperialista, a las guerras de agresión, a la carrera armamentista debe ser asumida por los trabajadores y la juventud, se une a la defensa de la paz, de los derechos políticos y sindicales de los traba

jadores y los pueblos, debe ser la causa que involucre a amplios sectores democráticos, una bandera internacional que en el cumplimiento del internacionalismo proletario enarbolamos los comunistas marxista leninistas.

La defensa de las libertades democráticas, de los derechos de los pueblos y los derechos humanos; las expresiones de apreciables sectores democráticos y progresistas, la oposición a las posturas reaccionarias y fascistizantes, el combate frontal al fascismo forman parte de las demandas actuales de los trabajadores y la juventud, son una expresión de la lucha contra el capitalismo y el imperialismo, por la revolución y el socialismo. Los marxista – leninistas somos consecuentes luchadores contra el fascismo y el imperialismo, nos involucramos en la construcción del frente democrático y antifascista a nivel nacional e internacional.

El combate a la dominación imperialista es tarea histórica de los pueblos y naciones oprimidas, de los antiimperialistas; es responsabilidad irrenunciable de los comunistas en todos los países. La asumimos decididamente.

El derecho de autodeterminación de los pueblos es una cuestión actual, se expresa en varios continentes y al interior de diferentes Estados; en la lucha anticolonialista y en oposición a las políticas neocolonialistas. Reafirmamos nuestro apoyo y solidaridad.

Los revolucionarios proletarios organizados en la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista Leninistas, CIPOML expresamos la decisión de fortalecer nuestros partidos y laborar por la unidad de los comunistas.

El capitalismo y el imperialismo no son invencibles. La unidad y la lucha de los trabajadores y los pueblos, la actitud consecuente de los comunistas y otros revolucionarios romperán las cadenas del imperialismo apuntando a sus eslabones débiles.

¡Contra el guerrerismo del imperialismo y la reacción!

¡Por la defensa de la libertad y las libertades públicas, contra la reacción y el fascismo!

¡Alto a la agresión imperialista contra los pueblos y naciones oprimidos!

¡Unidad y lucha de los trabajadores y los pueblos, de los democratas y progresistas del mundo!

¡Viva la revolucion y el socialismo!

 

México, nov. 2018

PROGRAMA DEL PARTIDO COMUNISTA PERUANO (marxista – leninista) – Aprobado en la VII Conferencia Nacional de 2017 –

El PCP(m-l) vanguardia organizada y combatiente de la clase obrera peruana, cuyos intereses representa y defiende, da a conocer el Programa de la Revolución Peruana aprobado en la VII Conferencia Nacional. Donde se han abordado los distintos problemas que enfrenta la clase trabajadora; así mismo la situación internacional y nacional de cuyo análisis se desprende este documento.

El Partido Comunista Peruano (marxista – leninista) entiende que la acción revolucionaria la hacen las masas conscientes y organizadas, educadas en base a su propia experiencia por su vanguardia, por lo cual es ajena al aventurerismo, terrorismo y a las concepciones oportunistas donde se pretende sustituir la acción de masas por el radicalismo pequeñoburgués que en la práctica coincide con los planes de la reacción al desmovilizar a la clase trabajadora y truncar su avance.

Las medidas propuestas en este programa solo se podrán realizar a cabalidad con la participación activa de las masas populares sobre la base de la alianza obrero-campesina y la dirección del Partido Comunista en el proceso de conquista del poder político del Estado y las tareas de liberación nacional y social.

I. Destrucción del poder político de la burguesía y la oligarquía criolla; a fin de implantar la Dictadura del Proletariado como expresión Estatal del poder político de la clase obrera, el campesinado y las demás clases explotadas por el capitalismo. Cuyo Estado Revolucionario luchará enérgicamente por consolidar el Poder Popular y contra las actividades contrarrevolucionarias del imperialismo, la burguesía criolla, las fuerzas antinacionales y antipopulares que conspiren contra la construcción de la República Democrática Popular y Socialista del Perú.

II. Conquista de la soberanía nacional, recuperación de todas las zonas y recursos estratégicos del país, las fuentes de materias primas que se encuentran concesionadas a las transnacionales, nacionalización de las empresas de los imperialistas. Expulsión de las potencias imperialistas, principalmente del imperialismo norteamericano, así también el chino, ruso, canadiense, otras potencias y sus testaferros que en disputa y colusión vienen saqueando nuestras riquezas naturales y explotando al pueblo trabajador.

III. Anulación del pago de la deuda externa contraída por los gobiernos burgueses y desconocimiento de todos los pactos y tratados internacionales que vulneran nuestra soberanía nacional y nuestro derecho a la autodeterminación. Se determinarán las responsabilidades políticas y penales individuales por estos actos lesivos al interés nacional y que siempre fueron suscritos a espaldas del pueblo trabajador.

IV. Socialización de los principales medios e instrumentos de producción que se encuentran en poder de las empresas transnacionales y la burguesía criolla, nacionalización de todos los servicios públicos y la banca. Confiscación de las propiedades y beneficios obtenidos por la clase política capitalista y allegados, que son resultado de actividades vinculadas a la corrupción, narcotráfico, venta de la soberanía nacional, sobornos y sicariato, males sociales que han sido cobijados en la sociedad capitalista por complicidad política de la burguesía criolla.

V. Ampliación de las libertades democráticas para el pueblo trabajador, fortalecimiento de las organizaciones de Poder Popular a las que se deben garantizar los derechos de palabra, reunión y asociación en Consejos Populares de acuerdo a su rama de actividad y ubicación geográfica, que aseguren la participación plena y activa de los trabajadores en la edificación de la República Democrática Popular y Socialista del Perú.

VI. Construcción y desarrollo de las Fuerzas Armadas Populares y disolución de las fuerzas armadas de la burguesía, única garantía para la construcción soberana del país y el paso a la etapa Socialista de la Revolución Peruana, cumplida la etapa antiimperialista, nacional y democrática popular.

VII. Establecimiento de un nuevo sistema jurídico y legislativo para la República Democrática Popular y Socialista, donde se asegure la protección de los derechos del pueblo trabajador y su interés de desarrollo colectivo sobre la propiedad socializada de los medios de producción. Se inaugure el ejercicio de la Democracia Popular a través de la Asamblea Popular, integrada por delegados elegidos en los Consejos Populares, representando de esta manera a todo el pueblo trabajador, quienes desarrollarán su labor priorizando la solución colectiva de los principales problemas de la construcción del Socialismo en el Perú.

VIII. Industrialización del país con planificación estatal centralizada, poniendo énfasis en el desarrollo de la industria pesada, donde el Estado de Dictadura del Proletariado tendrá la función promotora y reorganizadora de las centrales industriales que pasarán a control de los Consejos Obreros.

IX. Planificación de la producción sobre las nuevas relaciones sociales, de tipo socialista, donde se construyan centrales industriales que aseguren el desarrollo de los polos de producción en todas las regiones del país, en correspondencia a la diversificación productiva y la destrucción del desarrollo desigual propio del sistema capitalista.

X. Reforma agraria antiimperialista y anticapitalista, que implica la abolición de la gran propiedad capitalista sobre la tierra, mediante la confiscación y su entrega al proletariado agrícola que la trabaja, estimulando y apoyando la organización de cooperativas de producción con propiedad social, e impulsando la mecanización e industrialización del sector agropecuario.

XI. Restitución de la propiedad común sobre las tierras y territorios que fueron arrebatados a las Comunidades Campesinas y Nativas, por parte de la burguesía parasitaria, traficantes de terrenos y las trasnacionales mineras, gasíferas, petroleras, hidroeléctricas, madereras. Promoción y ayuda a la producción agropecuaria sobre nuevas bases cooperativas, industrialización y mecanización que aseguren el desarrollo sostenible y Socialista en la producción agropecuaria.

XII. Amplio apoyo a la iniciativa productiva de las cooperativas y comunas de los pequeños y medianos productores agropecuarios, pesqueros, industriales y artesanales organizados; estimulando el cooperativismo donde el Estado de Dictadura del Proletariado se integra por medio de los recursos y asesoramiento técnico y los asociados con su propiedad, herramientas y fuerza de trabajo.

XIII. Mejorar las condiciones de vida del pueblo trabajador mediante el desarrollo de las fuerzas productivas sobre las nuevas relaciones sociales de producción, de tipo socialista, incentivando el progreso científico-técnico para satisfacer las necesidades materiales y culturales del pueblo trabajador. Establecimiento del salario familiar, así como todas las formas de seguridad social en forma gratuita y general para los trabajadores.

XIV. Asegurar la igualdad de derechos entre la mujer y el varón, en lo económico, político, social y familiar, incentivando la mayor participación de la mujer dentro de la producción. La mujer gozará de los mismos derechos que el varón en el trabajo, igual remuneración, vacaciones, seguridad social, educación. Así mismo como parte de su programa reivindicativo se avanzará en la socialización de las tareas a nivel familiar y la asignación de recursos y descanso suficiente en su etapa de gestación y recuperación post parto.

XV. Apoyo y protección a la niñez y la juventud, para asegurar su desarrollo integral, acceso gratuito y general a la educación socialista en todos sus niveles. Así mismo apoyo a la ancianidad, discapacitados y poblaciones vulnerables, con instituciones especializadas y exclusivas en cada caso, quienes garantizarán su sustento. La madre y el niño gozan de protección especial del Estado de dictadura del proletariado con hogares para la maternidad, guarderías; así mismo se respetará la decisión de la mujer sobre su cuerpo y su decisión a ser madre.

XVI. Impulso del desarrollo de la cultura y la educación con bases científicas y de acuerdo a los intereses nacionales, democrático populares y el reconocimiento de la existencia de manifestaciones culturales de las nacionalidades y pueblos que conforman la nación peruana, luchando por la supresión total del analfabetismo y de la influencia ideológica de las potencias imperialistas y demás reaccionarios, promoviendo a la vez el desarrollo de la ciencia y el arte proletarios, el surgimiento de una nueva intelectualidad que sirva por entero a los intereses de la Revolución Peruana, a los intereses de la alianza obrero-campesina en el poder político.

XVII. Reforma urbana e industrial con planificación de zonas de vivienda y de producción, impulso a la descentralización con asignación de presupuesto suficiente para el ejercicio del derecho a la educación, salud y recreación en todas las regiones del país.

XVIII. Proscripción de las discriminaciones “raciales” y sociales, respeto al derecho de la autodeterminación de las nacionalidades oprimidas, los pueblos aborígenes de la selva, a quienes se les restituirá todos sus derechos conculcados, revalorando sus lenguas aborígenes y manifestaciones culturales.

XIX. Reconocimiento de la naturaleza como fuente primaria de riquezas, preservándola como legado para las futuras generaciones, de la misma manera el medioambiente y el agua dulce que será de propiedad colectiva de los pueblos del Perú, y cuya administración de las cuencas hidrográficas estará asegurada por el Estado de Dictadura del Proletariado, Consejos Populares, Cooperativas y Comunidades Campesinas y Nativas para su adecuado uso en las zonas de producción, con el objetivo de garantizar la soberanía alimentaria, la sostenibilidad de la producción agropecuaria y el óptimo aprovechamiento de nuestros recursos.

XX. Establecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales con todos los países y pueblos del mundo que respeten nuestra autodeterminación, independencia y soberanía; según los principios de igualdad, respeto mutuo, no interferencia en asuntos internos, beneficio recíproco y el internacionalismo proletario.

El cumplimiento de estos puntos del programa sentará la base material y cultural que garantizará la construcción socialista en el Perú en tránsito hacia la sociedad comunista sin clases, sin explotación del hombre por el hombre y en la perspectiva de la emancipación de la humanidad.

Perú, Marzo de 2017

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