NO SÓLO ESTAMOS LUCHANDO CONTRA UNA PANDEMIA, SINO POR UN NUEVO Y MEJOR FUTURO

Declaración de los Partidos y Organizaciones Marxistas-Leninistas Europeos; integrantes de la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML)

Estamos en medio de una grave crisis sanitaria, política, social y económica. La pandemia de COVID 19 ha expuesto una sociedad capitalista que no ha sido capaz de proporcionar ni siquiera la medicina más básica, equipos de salud y personal para los trabajadores y, especialmente a las personas pobres.

Ha demostrado de rodillas un sistema de salud pública tras años de recortes y grandes privatizaciones en beneficio de los grandes monopolios y los ricos. Un sistema al borde del colapso de la capacidad.

Las consecuencia de la política capitalista neoliberal y de austeridad, que ha convertido el sistema público de salud y atención en un producto de ganancias, son fatales.

Esta crisis muestra también la enorme capacidad de las personas para desarrollar su solidaridad concreta: la burguesía llama al “aislamiento”, las personas responden con una expresión espontánea de solidaridad y apoyo a los trabajadores de la salud y, reclaman medidas concretas de protección.

Los sistemas de salud pública deben recibir de inmediato los recursos económicos y humanos necesarios para garantizar la salud pública, asistencia sanitaria gratuita y dispositivos de protección para todos. Los recursos privados de salud deben ser requisados, y hacer que los exploradores y ricos utilicen sus ganancias y la riqueza robada para que paguen está crisis y la pandemia; no los trabajadores y las masas populares.

El capital y los grandes monopolios con avaricia inmediata, exigieron el acceso total a los fondos públicos, en una escala nunca antes vista para asegurar sus ganancias. La burguesía, sus gobiernos y Estados exigen la unidad nacional y el espíritu público, pero de hecho, mediante el uso de la terapia de miedo y shock han iniciado una ofensiva masiva contra la clase trabajadora y las masas populares.

Los jefes tienen casi manos libres para profundizar la explotación y hacer más recortes en las condiciones laborales y de vida de la clase trabajadora; y los principales líderes de los sindicatos reformistas facilitan esto, en nombre de la unidad con los capitalistas insaciables.

El capital y sus gobiernos no están en guerra contra un enemigo invisible. Han intensificado su guerra de clases, exigiendo a los trabajadores, estudiantes y a la gente que abandonen toda lucha de clases y luchen por sus necesidades justas, en un momento en que el desempleo, la falta de ingresos y la necesidad social están creciendo rápidamente.

En cambio, es hora de defender nuestros derechos y demandas, y continuar la lucha por la justicia social y medidas adecuadas de salud y seguridad garantizadas para todos los trabajadores. Hay que detener cada despido y pago incompleto; exigir beneficios sociales e ingresos garantizados para todos. Los gobiernos deben utilizar los presupuestos públicos para las necesidades sociales, sanitarias y económicas de todas las personas.

En muchos países, los gobiernos han declarado un estado de emergencia, donde se dejan de lado los derechos democráticos; la policía y los militares tienen poder ilimitado para garantizar la seguridad de los estados imperialistas y las ganancias de la clase dominante, no la seguridad de la población.

La burguesía usa la pandemia para limitar la libertad de los trabajadores y silenciar las voces críticas, para difundir el chovinismo y el fascismo.
Aprovechando esta situación, la Unión Europea, su Banco Central y la Comisión de la UE están centralizando su poder; su única respuesta es retirar grandes sumas de miles de millones de euros para defender los beneficios y mantener y fortalecer la posición de los monopolios europeos y de la UE en las crisis económicas mundiales;
pero no hemos olvidado las últimas crisis, donde los bancos y las corporaciones se hicieron chapados en oro en nombre de la gente, y cómo sus ganancias desde entonces estaban protegidas en nombre de los sistemas de salud pública.

¡Manos fuera del derecho y libertad de los trabajadores!

Es hora de aumentar la demanda, detener la libre circulación de capital de los presupuestos públicos y la explotación de la clase trabajadora en los bolsillos ya llenos de accionistas y paraísos fiscales.

Es hora de exigir la derogación de las leyes sobre el estado de emergencia. Exigir no sólo a los soldados de las calles, sino también a todos los soldados involucrados en las guerras imperialistas para que sean llevados a casa y hagan una obra civil útil para detener la pandemia.

La epidemia es una tremenda amenaza para las personas en todo el mundo, especialmente donde el sistema de salud es débil, debido al saqueo de la riqueza por parte de los estados imperialistas y los monopolios, apoyados por gobiernos antipopulares y corruptos. El imperialista no puede quitar esta responsabilidad de sus manos. Es hora de una gran ayuda sanitaria.

La clase obrera y las masas populares se enfrentan a un período complejo y peligroso con la profundización de la crisis general de la sociedad capitalista imperialista y la agudización de todas las contradicciones principales. La clase obrera contra la clase burguesa; Imperialismo contra los pueblos y naciones oprimidos.
Las contradicciones dentro de las potencias imperialistas y los monopolios en sí mismos para dominar el mundo y la hegemonía.

El sistema moribundo no puede ofrecer nada más que explotación e injusticia social, más saqueo de los pueblos y devastación del planeta; incluso cuando millones de personas sufren las consecuencias de la pandemia, la oligarquía financiera criminal nunca deja de especular sobre la emergencia; de allí la necesidad de la lucha revolucionaria por una nueva sociedad socialista, que pueda garantizar el completo bienestar de todos sus miembros y desarrollar una verdadera solidaridad internacional.

Nosotros, los partidos y organizaciones revolucionarias e independientes del proletariado, exhortamos a los trabajadores, a los militantes sindicales, a los jóvenes, a las mujeres y a todos los estratos populares a organizarse de manera independiente, y ser parte y construir un frente obrero unido y un Frente popular en su base.

¡Fortalezcamos la unidad, la solidaridad y la lucha para ponernos de pie¡

¡No aceptemos el escenario de los ataques de la burguesía contra nuestras condiciones laborales y de vida; sino defendiendo resueltamente nuestras demandas, nuestra salud, nuestros intereses!

No sólo estamos luchando contra una pandemia; Estamos luchando por un nuevo y mejor futuro.

21 de marzo, 2020

Partido Comunista de España (marxista-leninista), PCE (m-l)
Plataforma comunista. Italia
Partido Laborista (EMEP), Turquía
Grupo ML Revolución, Noruega
Movimiento para la reorganización del partido comunista de Grecia 1918-1955 (Anasintaxi)
Organización para la construcción del Partido Comunista de los Trabajadores de Alemania, Arbeit Zukunft
Partido Comunista de los Trabajadores, APK – Dinamarca
Partido Comunista de los Trabajadores de Francia, PCOF
Mexico: PC de M (M-L)

CIPOML | Los pueblos de Bolivia luchan contra el fascismo

El golpe de Estado impulsado por el imperialismo norteamericano y ejecutado por la derecha, la policía y los militares bolivianos, apoyado por la OEA y los gobiernos reaccionarios del continente es rechazado por los trabajadores, campesinos, juventud, revolucionarios, izquierdistas y demócratas de ese país, de la región y el mundo. Se trata de una ofensiva anticomunista y reaccionaria, que tilda de revolucionario y socialista al gobierno de Evo Morales y convoca una santa alianza para afirmar los intereses de los monopolios internacionales y la oligarquía de Bolivia.

Los trabajadores y los pueblos de Bolivia están de pie, movilizados por la defensa de sus intereses y derechos que pretenden ser anulados por la reacción y el imperialismo.  Al cabo de varios años de gestión, el gobierno de Evo Morales y su movimiento MAS cosecharon la crítica y el reclamo de parte de amplios sectores de la población, que vieron cómo ejecutaba una política contraria a sus discursos «izquierdistas» y «antiimperialistas», al tiempo que aplicaba una política de división en el movimiento popular, crearon sindicatos paralelos y destruyeron directivas sindicales no disciplinadas.

Pero estos no escucharon estos reclamos, ni hicieron caso a las advertencias de que ese camino los separaba de gran parte del pueblo y los colocaban a merced de la derecha.  El ambiente de descontento social se expresó desde hace tiempo, evidenciándose claramente cuando perdió el referéndum convocado para reformar la Constitución y poder presentarse para una nueva reelección.  Los resultados de las elecciones de octubre agudizaron esas tensiones y contribuyeron a crear el ambiente para el golpe de Estado.

Los comunistas y la izquierda en general, tendremos la ocasión de evaluar esta experiencia, sacar las conclusiones y orientaciones que contribuyan a dar una orientación consecuentemente revolucionaria al proceso en Bolivia.

Y, por lo pronto, toca rechazar esta acción de la derecha y del imperialismo norteamericano, al tiempo que nos solidarizamos con las luchas de la clase obrera y trabajadora, los pueblos de ese país hermano, y con el partido hermano, el PCR que lucha junto a estos en el propósito de garantizar una dirección y rumbo revolucionarios.

Hoy el pueblo pelea en las calles contra el fascismo. Las organizaciones de izquierda que lucharon contra varias de las medidas económicas de tinte neoliberal impulsadas por Evo, encabezan el descontento y trabajan por dar dirección a la resistencia antifascista. El gobierno, el ejército y el imperialismo ejercen una fuerte represión que ha costado la vida de más de 30 personas.

La voluntad de lucha de los pueblos bolivianos, expresada durante estos últimos días, recoge la tradición, la experiencia y las enseñanzas de los combates contra el neoliberalismo y por la liberación social.

Junto a los camaradas del PCR de Bolivia, rechazamos los acuerdos de cúpula entre el gobierno y sectores del mismo MAS, para convocar elecciones, con nuevas reglas y tribunales, sin la participación de Evo Morales. Se trata de una salida concertada a la crisis, que no tiene en cuenta los intereses de los trabajadores y los pueblos.

Los trabajadores y los pueblos, las organizaciones y partidos políticos de izquierda revolucionaria, el Partido Comunista Revolucionario, continuarán en la lucha, no renunciarán a los objetivos de la revolución y el socialismo.

Comité de Coordinacion de la CIPOML

CIPOML | Las contradicciones del capitalismo imperialista se agudizan, la lucha de la clase obrera y los pueblos crece

El plenario de la CIPOML se ha reunido en octubre en un momento en que los pueblos de Asia, África y América Latina se levantaron uno tras otro.

La burguesía internacional y el capitalismo no hacen más que aumentar los problemas sociales, siempre agregando otros nuevos y haciéndolos insuperables.

¡Recordemos cómo prometieron paz y bienestar para todos con el Nuevo Orden Mundial, y cómo la explotación y las clases sociales terminarían con la globalización cuando transformara el mundo en “una pequeña aldea” y librara a la humanidad de sus problemas!

La clase trabajadora y los pueblos oprimidos del mundo han estado experimentando lo contrario de estas afirmaciones a través del deterioro insoportable de sus condiciones de vida y trabajo. La propia experiencia de los trabajadores en el aumento del desempleo, la disminución de los salarios, el aumento de la pobreza debido a los recortes en los servicios sociales y el aumento de los precios y los impuestos, y el deterioro de las condiciones para las necesidades básicas los lleva a aceptar que el capitalismo no tiene nada que ofrecerlos. La fuente de todos estos problemas está en el hecho de que la producción capitalista se realiza para incrementar las ganancias de los monopolios.

Este deterioro se manifiesta en la crisis a la que ya han sido arrastrados muchos países dependientes, y en el mundo capitalista en su conjunto ha provocado una ralentización del crecimiento económico, especialmente en la producción industrial, acompañada de una disminución de la utilización de la capacidad, cierres de fábricas y despidos. Hay indicios de que la próxima crisis de la economía mundial capitalista será mucho más grave que la de 2008. Y esta vez, como los principales estados imperialistas no tienen la oportunidad de implementar intervenciones centralizadas, la crisis tendrá consecuencias más destructivas.

La agudización de las contradicciones interimperialistas e intermonopolistas y el aumento de los conflictos de intereses ya han llevado a las “guerras comerciales”. Estas contradicciones y conflictos son el resultado del empuje de los monopolios imperialistas para obtener el máximo beneficio y sin duda alguna tienen un impacto negativo en la economía mundial.

El desarrollo desigual de los monopolios y los países imperialistas, al igual que de las empresas y los sectores, conduce a diferenciaciones en el nivel de poder de los grupos monopolistas del capital financiero y de los países imperialistas, lo que a su vez conduce a demandas de una nueva apropiación del mundo. Estados Unidos, China, Rusia y los imperialistas germano-franceses que dominan la UE, que está plagada de contradicciones, son los principales imperialistas, y entre ellos el conflicto entre Estados Unidos y China aparece en primer plano.

Estados Unidos es la mayor potencia imperialista hegemónica por su base industrial y financiera, el tamaño de los países y regiones que dependen de él, el “arma” del dólar, sus bases militares en todo el mundo, su capacidad continua de imponer también su voluntad sobre las potencias occidentales a través de la OTAN a pesar de las diferencias de interés entre ellas y su gasto militar que supera el total del resto. La histeria para proteger lo que tiene hace que los Estados Unidos sean agresivos y belicistas, lo que lo hace más tmerario. China, por otro lado, con la base técnica completamente moderna de su capitalismo y el rápido crecimiento industrial y económico resultante, con el nivel de acumulación de capital y la expansión económica resultante y su potencial para superar a los Estados Unidos, es una potencia imperialista en ascenso que no puede abstenerse de incluir en la agenda la redivisión del mundo, y está en marcha para mejorar su aparato militar en consecuencia. El conflicto entre los EE. UU. y China, así como las luchas entre los demás para proteger lo que tienen y expandirse a expensas del otro, ya se ha extendido en todos los continentes, incluyendo las guerras de poder.

Las contradicciones y conflictos interimperialistas tienen un efecto negativo en la economía mundial y conducen al deterioro de las condiciones de vida y de trabajo de las masas explotadas, ya que los imperialistas aspiran a explotar a la clase trabajadora y a los pueblos oprimidos y expoliados.

En conflicto entre sí en todas partes del mundo, y concentrados en algunas regiones, ninguna potencia imperialista es amiga de los trabajadores y de los pueblos. Sus promesas de ayudar económica o políticamente a los pueblos, de llevar la independencia y la democracia, por ejemplo, no son más que grandes mentiras. Todos ellos son monopolistas matones, explotadores y saqueadores, sin importar lo que prometan, sólo se preocupan por obtener ganancias a expensas de los pueblos y por expandir sus esferas hegemónicas haciendo que los pueblos dependan de ellos.

Al tiempo que ningún imperialista duda en aprovechar la más mínima oportunidad para saquear las riquezas de los pueblos y expandir su influencia económica y política ampliando las relaciones de dependencia, el imperialismo estadounidense, en particular, está en la ofensiva contra los pueblos a través de un serie de sanciones, embargos y ocupaciones utilizando sus más de 800 bases militares, al sionismo israelí y a poderes reaccionarios regionales como Arabia Saudita y Colombia. Todavía mantiene fuerzas de ocupación en Afganistán e Irak. Continúa con la intervención en Siria y los embargos contra Cuba, Venezuela e Irán. Ha pasado un tiempo desde que trasladó su embajada de Tel-Aviv a Jerusalén.

La CIPOML condena todos estos ataques.

Defendiendo incondicionalmente el derecho de todos los pueblos y naciones a la autodeterminación, incluyendo también el derecho a la fundación de estados separados, la CIPOML también declara su solidaridad con todos los pueblos oprimidos y las luchas de liberación, principalmente con las de Venezuela, Irán. Palestina, Kurdos, Cuba, Cachemira.

El hecho de que se intensifican las contradicciones entre el trabajo y el capital, entre los imperialistas y los pueblos y entre los mismos imperialistas significa que la agresión capitalista-imperialista va en aumento, al igual que el peligro del fascismo y la guerra. A menos que se evite este curso de los acontecimientos, seguramente la clase obrera y los pueblos oprimidos se verán en una situación peor.

A menos que la clase dominante no pueda superar la crisis del capitalismo, cuya decadencia y estancamiento se está profundizando, y suprimir las demandas de la clase obrera y los pueblos, entonces será tan natural que recurran al fascismo, que es la forma más intensa de la tendencia monopolista reaccionaria. Y las peleas de perros interimperialistas conducen a una nueva guerra imperialista.

Sin embargo, también es cierto que todas las consecuencias negativas del capitalismo conducen a movilizaciones de la clase obrera y de los pueblos oprimidos.

En la India, no hace mucho tiempo que 200 millones de trabajadores se declararon en huelga general. En Irán, las huelgas y movilizaciones del año pasado, en las que participaron decenas de miles de trabajadores, también fueron presenciadas este año. Mientras que las huelgas han ido en aumento en Europa, hemos visto varias acciones de huelga en los EE.UU. en los últimos dos años; la huelga de los trabajadores del metal es el último ejemplo. Después de un largo período de estancamiento, la clase obrera se encuentra en un estado de nuevas movilizaciones, y esto se puede observar en varias huelgas y otras acciones de todos los tamaños, aunque todavía no están unidas a nivel nacional.

Atestiguamos también del estallido de muchos movimientos populares en octubre, como resultado de los efectos destructivos del capitalismo y la represión de las fuerzas reaccionarias. En muchos países, estos movimientos han mostrado tendencia a convertirse en levantamientos y comenzaron a tener un carácter político. En Burkina Faso, el pueblo había frustrado el golpe militar hace 4 años. En Sudán, Omar al Bashir fue derrocado. En Argelia, Bouteflika tuvo que renunciar y luego retiró su candidatura. En el Líbano, el primer ministro Hariri renunció. El primer ministro iraquí anuncia que renunciaría. En Chile, el presidente Sebastián Piñera, debió dar paso atrás en las medidas económicas adoptadas. En Ecuador, el presidente Moreno tuvo que cancelar su paquete de austeridad. En Haití, Iraq, Honduras, Guinea, etc., la lucha de los pueblos que se levantaron no pudo ser contendia. El número de levantamientos populares con gran participación de la clase trabajadora está en aumento.

El levantamiento de la clase obrera y los pueblos contra el saqueo y la opresión de parte de los monopolios y el imperialismo es la única forma de detener la agresión del capital, evitar el peligro del fascismo y la guerra, así como para la emancipación social y nacional.

El socialreformismo está cayendo en un vacío ya que no es capaz de contener la rebelión de la clase obrera y los pueblos. Es natural que se rompa el efecto tranquilizador del reformismo que sugiere nada más que la conciliación entre las luchas populares objetivamente revolucionarias y las fuerzas reaccionarias.

Nuestra Conferencia llama a los trabajadores de todos los países que:

La única vía para nuestra emancipación es luchar contra el capitalismo sin expectativas en ninguna facción burguesa o poder imperialista y abolir la hegemonía del capital y las relaciones de explotación. Debemos terminar con el dominio burgués y organizarnos como la clase hegemónica, que solo depende de nuestro propio poder.

Sin embargo, no podemos lograrlo si estamos desunidos y desorganizados. Por lo tanto, debemos organizarnos en nuestros partidos independientes de la clase trabajadora en nuestros países, si es que hay uno, y si no lo hay, fundarlo, y llevar a cabo nuestra lucha de clases independientemente de la burguesía.

Con esto en mente, no solo debemos participar en las luchas populares que se desarrollan fuera de nuestra iniciativa, sino dirigirlas, organizando las luchas de los trabajadores de la ciudad y el campo y dirigiendo estas luchas contra el capitalismo.

Nuestra Conferencia también llama a la ampliación de la lucha de los pueblos y naciones oprimidos del mundo.

La única forma de deshacerse del saqueo y la opresión imperialista y monopolista es llevar a cabo una lucha intransigente contra las potencias y los monopolios imperialistas. Debemos seguir el ejemplo de las luchas que tienen lugar en otros países, ayudando a desarrollarlas en nuestro propio país y expandirlas. Los pueblos no tienen otro amigo sino ellos mismos. Podemos depender de nosotros mismos y de los trabajadores que forman parte de los pueblos.

Necesitamos unir, organizar y levantar la lucha contra el imperialismo y los monopolios. La lucha unida y organizada de la clase obrera y los pueblos oprimidos es invencible.

Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML)

PCR BOLIVIA | Contra el fraude, por una verdadera democracia popular

Las elecciones generales del 20 de octubre marcan un antes y un después para Evo Morales y el MAS, al ser la primera elección presidencial desde 2005 en la que la dupla Morales Ayma – García Linera no alcanzan la mayoría absoluta de los votos. La derrota del oficialismo en el referéndum de modificación del Art. 168 de la Constitución Política del Estado (21-F/2016) no fue impedimento para que el Tribunal Constitucional mediante la Sentencia 84/2017 desconociera el resultado del referéndum alegando el ‘derecho democrático de elegir y ser elegido’. Bajo una nueva Ley de Organizaciones Políticas se gesta una nueva figura – las elecciones primarias, cuya única función es de legitimar las candidaturas presidenciales, que se realizaron en enero del 2019 con una participación menor al 46% de la propia militancia oficialista.

La antesala de las elecciones generales fueron marcadas por una escalada de conflictos sociales (médicos, defensa del litio, entre otros) y por la defensa de la Chiquitanía que se encontraba por meses en una situación de emergencia por los incendios. Estos conflictos sociales han dado lugar a una creciente polarización de la población nacional en medio del resurgimiento de los discursos racistas, xenofóbicas, misóginas, regionalistas y de odio, que caracterizaron a la ‘media luna’ de hace una década. Se ha generado un contexto político de total confusión en el que contingentes significativos de los otrora grupos de choque derechistas se incorporan al ‘Proceso de Cambio’ por un lado y por otro lado se unen para ‘defender la democracia’ desde los comités cívicos hasta el CONADE; no existe organización política o social que logre encausar el cúmulo de descontentos y contradicciones que se agudizan en el país.

Los resultados electorales del 20 de octubre en primer lugar son muestra clara de los límites de la democracia liberal representativa como mecanismo de resolución de las profundas contradicciones que vive el país, al polarizarse el voto entre el oficialismo (MAS-IPSP) y el ‘voto útil’ por el ex-Presidente Mesa (quien fue compañero de fórmula del empresario neoliberal Sánchez de Lozada). La elevada votación por el candidato fundamentalista, misógino y anti-derechos del Partido Demócrata Cristiano llama la atención y preocupa, más aún cuando éste ofrece su apoyo a Mesa a cambio de que ‘baje la bandera arcoiris’. La votación del regionalismo oriental expresado en la alianza Bolivia Dijo No se redujo a una mínima expresión a nivel general, sin embargo se mantiene en las circunscripciones uninominales de Santa Cruz y Beni. Fueron 5 partidos que perdieron la personería jurídica en estas elecciones al no haber alcanzado el 3% necesario: el indigenismo de tercer sistema logró poco más del 1%, por su parte los partidos tradicionales y de la primera ola populista – MNR, UCS y FPV, y el fantasma Pan.Bol no alcanzaron siquiera el 1%. En términos del próximo Parlamento, ya es un hecho que el MAS no contará con los dos tercios necesarios para nombrar al próximo Tribunal Supremo Electoral o para instaurar un juicio político, sin embargo se mantiene como primera fuerza en ambas cámaras.

El Tribunal Supremo Electoral, objeto de serias observaciones por su falta de independencia, perdió aún más su legitimidad ante el pueblo con las renuncias consecutivas de vocales y altos funcionarios en la antesala de las elecciones. El sistema de conteo rápido conocido como TREP fue suspendida de forma irregular durante casi 24 horas faltando la publicación del 17% de las actas de escrutinio, hasta ese momento los resultados apuntaban hacía una segunda vuelta al no contar ningún candidato con el 50% + 1 y no existir ningún candidato con 40% de votos y 10% de diferencia con el segundo (son las dos formas de ganar en primera vuelta la elección presidencial en Bolivia). Al actualizarse el TREP la noche del 21 de octubre, con un supuesto consolidado de 98,89% de las actas, se indica contra todo pronóstico matemático una diferencia de 10,1% entre los primeros dos candidatos y por tanto la virtual proclamación de la victoria electoral del MAS en la primera vuelta. Este hecho provocó una ola de protestas a nivel nacional contra las autoridades electorales, acusándoles de fraude y terminó con fuertes represiones y enfrentamientos entre oficialistas y opositores.

Los comunistas estamos conscientes que ni Evo Morales ni Carlos Mesa representan la transformación que necesita nuestro país, ambos responden a intereses de diversas fracciones de las clases dominantes y ambos aplicarán una política anti-popular desde el gobierno. Asimismo comprendemos que la democracia liberal representativa no es más que un muro de contención que busca reducir la participación del pueblo al hecho de emitir un voto cada cinco años. Los comunistas rechazamos los intentos de la vieja derecha oligárquica de remontarse y posicionar su discurso de odio, racismo y misoginia aprovechando los espacios de movilización popular. No podemos caer en las garras de los discursos regionalistas, racistas, misóginos, xenofóbicos y de odio; la lucha es junto a los trabajadores, los campesinos, los pueblos indígenas, las diversidades sexo-genéricas, la juventud, las mujeres – es decir los pueblos bolivianos.

Las luchas callejeras y la resistencia civil no sólo debe ser para el respeto a la voluntad popular y la realización transparente de los procesos electorales, debemos cuestionar la misma esencia del sistema democrático en el país: las formas de participación, los mecanismos de toma de decisión y los espacios de representación. Debemos aprender de las experiencias históricas de la lucha social del pueblo boliviano y las formas de organización que ha asumido: la Asamblea Popular, la Coordinadora del Agua, los Cabildos, entre otros. Pero además debemos comprender que la democracia es más que la defensa del voto, es luchar por políticas públicas que favorezcan los intereses del pueblo boliviano y no de las agro-industriales y banqueros; es luchar por la soberanía nacional para que nuestros recursos no terminen en manos de las transnacionales (aunque las llamen de socias); es luchar contra la deuda externa ilegítima; es luchar por el derecho a la educación, salud, vivienda, alimentación, libertad, organización. Luchamos contra el fraude, pero luchamos también por una verdadera transformación del país, por la democracia popular; por un país en el que las grandes mayorías seamos quienes determinemos nuestro su propio destino.

La Paz, 22 de octubre de 2019

Secretariado del Comité Central

Partido Comunista Revolucionario (PCR)

Declaración política del 23 Seminario Internacional: Problemas de la Revolución en América Latina.

EL COMBATE REVOLUCIONARIO CONTRA LA DERECHIZACIÓN Y EL FASCISMO, ES NUESTRO COMPROMISO

Los agudos conflictos que se registran en el escenario internacional, son la expresión de la aguda crisis que envuelve al sistema capitalista imperialista, revelan la agudización de las contradicciones fundamentales de la época, esto es, las que se expresan entre el capital y el trabajo; entre los pueblo y naciones oprimidas y el imperialismo; y, entre las propias potencias imperialistas.

Esta dinámica explica el desenvolvimiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, pero que abarca y alinea a la Unión Europea, Rusia y otras potencias en uno u otro bando, tensando el escenario internacional al grado de amenazar con el escalamiento a nuevos y mayores conflictos bélicos, en el contexto de la intensificación de las disputas de las zonas de influencia, control de mercados, materias primas y recursos naturales entre las potencias imperialistas.

En América Latina, el declive de los gobiernos llamados progresistas de inicios del siglo XXI que, entre otras cosas buscaron renegociar la dependencia para, sin romper con el imperialismo norteamericano, facilitar una mayor penetración de los imperialismos chino y ruso, coincidió con el ascenso al gobierno de Estados Unidos del derechista y fascista Donald Trump, que con el lema de “primero Estados Unidos”, busco consolidar el trono de primera superpotencia en el mundo y recuperar el control de su “patio trasero”.

Para sus fines, Trump apuntó a exaltar el nacionalismo reaccionario de los norteamericanos, colocando en el campo de sus principales enemigos a los emigrantes, principalmente latinoamericanos. A su proyecto de ampliación del muro se sumó las cruzadas contra los migrantes indocumentados, reeditando las detenciones arbitrarias de niños (separados de sus padres) y adultos en condiciones similares a las utilizadas por los regímenes fascistas del pasado. Con presiones, chantajes y coincidencias, esta retardataria política antimigratoria ha logrado el acuerdo cómplice de los gobiernos de México y Centroamérica.

Simultáneamente impulsa una intensa ofensiva en la región dirigida a instaurar gobiernos dóciles y cómplices en la región. El establecimiento del denominado “Grupo de Lima” en agosto del 2017, para apoyar la conspiración de las fuerzas reaccionarias en Venezuela, forma parte de la mima.
Sin embargo, el declive y fracaso de los gobiernos llamados progresistas, que es aprovechado por las fuerzas más retardatarias para asociarlo al supuesto fracaso del socialismo, en realidad se trata del fracaso del propio capitalismo, autoproclamados del “socialismo del siglo XXI”.

El descontento de los trabajadores, la juventud, las mujeres y, en general, las masas empobrecidas resultado de la gestión de los gobiernos llamados alternativos, totalmente contraria a sus intereses, de su ineficiencia, de los reiterados escándalos de corrupción, de la intensificación de las acciones represivas y la criminalización de la lucha social, etc., está siendo aprovechado por el imperialismo y sus secuaces en los gobiernos derechistas de América Latina y el Caribe, para justificar la imposición de los agresivos programas de ajustes neoliberales y fondomonetaristas; para incidir en la conciencia de las masas con las ideas más atrasadas, afirmando propuestas pro fascistas, xenofóbicas, nacionalistas y anticomunistas; plataforma con la cual conquistó el gobierno Jair Bolsonaro en Brasil, y se alientan caudillos y organizaciones similares en otros países.

Los gobiernos de Bolsonaro en Brasil y Duque en Colombia intensifican las acciones represivas con la criminalización de la lucha social, la persecución, encarcelamiento y asesinato de líderes, dirigentes y activistas sociales, en su intento de contener la oposición y lucha popular.

Desde luego, forma parte de esta ofensiva la cruzada del capital contra el trabajo, las coincidentes propuestas de flexibilización laboral, de agresivos recortes de los derechos laborales y sindicales y las reaccionarias reformas a las conquistas de la seguridad social, que buscan intensificar la explotación de los trabajadores en beneficio de la mayor acumulación capitalista.

El criminal bloqueo económico del imperialismo contra Cuba y Venezuela, es también parte de esta ofensiva reaccionaria.

Los hechos han demostrado que, para alcanzar las legítimas aspiraciones materiales y espirituales de los trabajadores y los pueblos, la cuestión fundamental no es la forma en que se presenta o se desempeña la burguesía en el poder. Que las variantes socialdemócratas, “progresistas” o derechistas neoliberales, deben tenerse en cuenta para las definiciones tácticas en la oposición, resistencia y combate a sus políticas, más no para afirmar falsas esperanzas en que el cambio, la transformación social y el socialismo, puedan venir de una u otra facción de la burguesía.

Desde luego, el conjunto de delegados al XXIII SIPRAL hemos coincidido que el momento actual, en combinación con la realidad específica de cada país, nos corresponde a los comunistas, revolucionarios e izquierdistas, a los sindicalistas clasistas, a los dirigentes y activistas sociales y todas las personas democráticas, hacer frente a la ofensiva reaccionaria del imperialismo y las facciones burguesas derechistas y fascistas.

Se seminario rescata las valerosas y crecientes luchas de los trabajadores, la juventud, los campesinos, los pueblos originarios, las mujeres, los pueblos negros en contra de las políticas y medidas neoliberales de los gobiernos burgueses de la región.

Destacan por su magnitud y trascendencia la huelga general del 29 de mayo pasado en Argentina, así como la movilización de millones de mujeres por conquistar el derecho al aborto, contra los femicidios y todo tipo de violencia de género; las numerosas luchas de resistencia y combate de los trabajadores y la juventud en Brasil contra el gobierno de Bolsonaro; las acciones de los estudiantes, trabajadores y campesinos en Colombia y Nicaragua; las luchas de los maestros en Chile, México, Bolivia; las crecientes luchas populares en Perú y República Dominicana, Honduras, Haití; las luchas obreras y populares en Ecuador, El Salvador, etc., etc.

Con entusiasmo y calor revolucionario el SIPRAL aclamó la contundente victoria del hermano pueblo de Puerto Rico que, luego de dos semanas de continuos combates, obligó a renunciar al gobernado Ricky Rosselló, representante del usurpador poder colonial del imperialismo norteamericano. Esta victoria registra una brillante página en la incansable lucha por derrotar el colonialismo y conquistar su independencia; lucha que incorporó a amplios sectores de su valiente pueblo, en la que destaca la participación de intelectuales patriotas y referentes de relieve internacional de la cultura, lo que confirma la importancia de este frente en la causa emancipadora.

Los delegados al XXIII SIPRAL, hemos coincidido que la asimilación de las valiosas experiencias de resistencia y combate a los gobiernos burgueses y al imperialismo nos conducen a nuevos retos, a consolidar las convicciones revolucionarias, precisar los objetivos y programas, calificar la actividad de educación y conducción de las masas y encarar las nuevas batallas con mayores ventajas.

Para eso es imprescindible fortalecer los partidos y organizaciones revolucionarias y de izquierda, consolidar las organizaciones sindicales y corrientes clasistas en todos los frentes sociales, que se conviertan en verdaderos núcleos referenciales del conjunto de la clase obrera y las demás clases trabajadoras.

El seminario insistió también en la necesidad impulsar y protagonizar procesos de amplia unidad de acción con todos los sectores del campo popular y los segmentos de pequeños productores, también afectados por las políticas neoliberales de las burguesías industrial, comercial y agraria, y el imperialismo, trabajando por que la clase obrera y su política dispute, conquiste y sostenga la hegemonía en dichos procesos.

En esta perspectiva, se registraron propuestas de la necesidad urgente de trabajar por una política de frentes amplios democráticos, antifascistas y antiimperialistas en la región.

Se planteó también la necesidad revolucionaria de recurrir a todas las formas de lucha en el combate en contra de comunes enemigos de los trabajadores y los pueblos; así como multiplicar las banderas que, recogiendo los demandas más sentidas e inmediatas de las masas avancen a los objetivos políticos estratégicos de la emancipación social.

Ratificando el espíritu y compromiso solidario de la clase obrera y los pueblos, los asistentes al XII SIPRAL, condenamos, rechazamos y combatimos la intervención del imperialismo norteamericano en Venezuela, y ratificamos nuestro respaldo a la lucha de clase obrera y los pueblos de Venezuela, es únicamente en sus manos que está la salida definitiva a la crisis que les agobia.

Reiteramos nuestro abrazo solidario al valiente pueblo de Puerto Rico, que asido a su victoria caminará a nuevas batallas hasta conquistar su independencia definitiva. De igual manera, ratificamos nuestra total solidaridad con la persistente lucha del pueblo de Haití, que desafía y enfrenta a los gobiernos corruptos y títeres del imperialismo, pugnando por un verdadero cambio en su beneficio.

Comprometidos en la lucha revolucionaria contra la derechización y fascismo, ratificamos que la única y verdadera salida a la crisis que envuelve al mundo capitalista y que se descarga salvajemente sobre las espaldas de los trabajadores y los pueblos, está en el verdadero cambio, en la revolución social, la conquista del poder político y la construcción del socialismo.

Nuestro compromiso se refrenda en cada lucha que enfrente y desafíe al sistema capitalista imperialista.

¡Viva las luchas de los trabajadores y los pueblos de América Latina y el mundo!
¡Viva el XXIII Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina!

Firman:

Partido Comunista Revolucionario de Argentina

Partido Comunista Revolucionario Bolivia

Partido Comunista Revolucionario de Brasil – PCR

Unidad Popular por el Socialismo. Brasil

Unión de la Juventud Rebelión – UJR de Brasil

Movimiento de Lucha de los Barrios, Villas y Favelas MLB – Brasil

Círculo Jaques Roumcin de Montreal – Canadá

Partido Comunista de Colombia (Marxista – Leninista)

Organización Comunista Recabarren de Chile

Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador – PCMLE

Juventud Revolucionaria del Ecuador – JRE

Unión General de Trabajadores del Ecuador – UGTE

Mujeres por el Cambio – Ecuador

Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador – FEUE

Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador -FESE

Unidad Popular – Ecuador

Vanguardia de la Universidad Técnica de Cotopaxi – Ecuador

Pueblo Negro – Ecuador

Partido Estadounidense del Trabajo. Estados Unidos

George Grunental, Ediciones Estrella Roja – Estados Unidos

Partido Comunista de México (Marxista Leninista).

Frente Popular Revolucionario de México – FPR

Frente Obrero Campesino Estudiantil y Popular – FOCEP. Perú

Partido Socialista Revolucionario PSR – Perú

Partido Marxista Leninista del Perú – PMLP

Partido Comunista Peruano Marxista Leninista – PCP(ML)

Juventud Comunista Peruano Marxista Leninista – JCP (M-L)

Movimiento de Mujeres por la Liberación Social – MMLS

Movimiento 26 de Abril – Puerto Rico

Partido Comunista del Trabajo PCT – República Dominicana

Partido Frente Amplio – República Dominicana

Corriente Magisterial Juan Pablo Duarte – República Dominicana

Frente Estudiantil Flavio Suero FEFLAS – República Dominicana

Partido del Trabajo (Túnez)

Partido del Trabajo (EMEP) – Turquía

Movimiento Gayones – Venezuela

Quito, Julio 26 de 2019

Declaración Política de la Reunión de los Partidos y Organizaciones Marxista Leninistas de América Latina y el Caribe REPALA

El análisis de la situación económica, política y social del continente americano, la discusión de cómo los marxista leninistas estamos actuando en esta realidad concreta y la definición de tareas y líneas de acción para avanzar en el proceso de organización de la revolución social del proletariado, ha convocado a la plenaria de América Latina de la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas, CIPOML.

Los partidos asistentes, entre los que contamos con la presencia de nuestros camaradas de Turquía y Túnez, hemos tenido un fructífero debate, que nos ha permitido conocer y comprender mejor el escenario político-social en el que los trabajadores y los pueblos actúan y luchan.

Constatamos la profundización de procesos iniciados años atrás, que están provocando cambios en la correlación de fuerzas políticas a nivel de varios gobiernos y en el ámbito social. En varios países en los que se establecieron regímenes calificados como «progresistas», «alternativos», «socialistas del siglo 21» las facciones burguesas con posturas desarrollistas que los apadrinaron han perdido posiciones, tomando el relevo sectores tradicionales de la burguesía, abiertamente identificados con posiciones políticas de derecha.

Este fenómeno está abriendo las puertas para que el imperialismo estadounidense recupere espacios disputados por China, particularmente en aquellos sitios en los que es establecieron los llamados gobiernos progresistas. EEUU nunca perdió su hegemonía en la región, nunca dejó de ser el principal centro de comercio hemisférico y punto de salida de las mayores inversiones hacia la región. América Latina, como tomo el planeta, es escenario de disputas interimperialistas por el control de mercados. No solo EEUU o China tienen y defienden sus particulares intereses, también entran en juego Canadá, los países imperialistas de Europa, Rusia.

La ejecución de políticas neoliberales caracteriza el momento en la región. Las diferencias entre uno y otro país son mínimas en la forma cómo se ejecutan, pero las medidas y objetivos planteados son los mismos: elevar los niveles de explotación capitalista, a través de medidas y leyes que precarizan el trabajo, restringen y eliminan derechos sindicales; reducir los presupuestos estatales para sectores de la educación, salud, seguridad social; privatizar empresas estatales, con nombres y figuras que disfrazan esta realidad. En esencia, políticas que persiguen enriquecer aún más a sectores de la gran burguesía nativa, favorecer al capital financiero imperialista y remachar la dependencia extranjera.

Constatamos la agudización de graves problemas sociales. La migración tiene connotaciones y magnitudes nunca antes visto en nuestro hemisferio, que en el caso del éxodo que va hacia los Estados Unidos ha chocado con medidas reaccionarias implementadas por el gobierno de Donald Trump (y cumplidas también por algunos gobiernos en Centro América) que ponen en evidencia su pensamiento xenófobo, nacionalista, defensor de la supremacía blanca. Crece la pobreza, aumenta el desempleo y subempleo, se incrementa el número de personas sin acceso a educación, salud, vivienda; la violencia contra las mujeres también llega a niveles antes no vistos; la afectación al medio ambiente se expande de la mano de la política extractivista impuesta a nuestros países.

Graves problemas que no pueden ser entendidos sino en el marco de cómo el capitalismo organiza vida de la sociedad y la forma de reproducirse.

Estos fenómenos nos afirman en la convicción que la superación de estos problemas no pueden producirse en el marco del sistema imperante: el social-reformismo, el neoliberalismo, el «progresismo» y otras corrientes políticas burguesas no solo han fracasado cuando han estado en los gobiernos, sino que son directos responsables de lo que ocurre. Solo la revolución social del proletariado está en la capacidad histórica de resolver los graves problemas que aquejan a los trabajadores y los pueblos; solo la clase obrera en el poder podrá emancipar a la humanidad de la explotación capitalista, poner fin a la opresión y dependencia extranjera. Hacia ese propósito enfilamos el accionar de nuestros Partidos. Desarrollamos esfuerzos para mejorar nuestros nexos e influencia entre los trabajadores, los campesinos, la juventud, las mujeres.

Constatamos que el descontento y la lucha de las masas crece frente a las políticas antipopulares de los gobiernos, ante las declaraciones y acciones agresivas del imperialismo. Como organizaciones revolucionarias estamos en esos combates y nos proponemos incidir mejor en su conducción.

Hay fenómenos políticos en curso que, debido a su complejidad, requieren una especial mención. En Venezuela, los trabajadores y el pueblo continúan siendo víctimas de la agresiva política intervencionista del imperialismo estadounidense, de la Unión Europea y de gobernantes de países que se han sometido a esos dictados. Allí hay una grave crisis económica, política y social provocada por el bloqueo imperialista, el boicot de la derecha, la incapacidad del gobierno del PSUV-Maduro para atender y resolver los problemas de las masas, en el que actúa una tendencia neoliberal que empuja propuestas privatizadoras. En esta crisis intervienen también los intereses de otras potencias, como China y Rusia. Solo una política de independencia de clase permitirá a la clase obrera y el pueblo crear una propuesta auténticamente soberana y popular, de cara a la actual crisis. Llamamos a los trabajadores y pueblos de América Latina y el mundo a organizar acciones de solidaridad bajo la consigna El pueblo venezolano resiste y lucha contra la agresión imperialista.

El triunfo electoral de Jair Bolsonaro en Brasil -ferviente difusor de ideas ultra reaccionarias y fascistas, partidario de la utilización de mecanismos represivos y de grupos paramilitares a fin de lograr el control social- provocó que algunos sectores anuncien la llegada del fascismo a ese país y al continente. Bolsonaro cuenta con el apoyo del poder Judicial, de las Fuerzas Armadas, de la gran burguesía, sin embargo no ha podido cumplir su propósito porque los trabajadores, la juventud y los pueblos de Brasil han sabido responder en la calle las medidas antipopulares del régimen, poniendo al descubierto la contradicción entre el movimiento popular que lucha y las fuerzas fascistas.

Es evidente que a nivel mundial las ideas ultra reaccionarias se difunden y en algunos países ganan espacio. Es nuestra obligación desenmascararlas, desterrarlas del movimiento de masas en donde aparezcan.

A la derecha, a los defensores del capital los enfrentamos con la movilización de los trabajadores y los pueblos, esto nos plantea la necesidad de persistir en nuestras propuesta de unidad entre las fuerzas y movimientos de izquierda, en el movimiento social y popular. Unidad de los trabajadores y los pueblos por sus derechos, por democracia, por mejores condiciones materiales de vida, en contra de los planes neoliberales de ajuste; unidad contra el imperialismo y la derecha son propuestas que nos comprometemos a llevar a cabo, como una necesidad actual en el proceso de organizar la revolución social del proletariado. La lucha y combate al imperialismo supone, al mismo tiempo, desenmascarar las propuestas y acciones del socialreformismo y el oportunismo, en contra de la derechización y la fascistización.

Los pueblos luchan en todos los continentes, marcando la perspectiva del cambio social, de un nuevo mundo. Argelia y Sudán han sido escenario de combativas rebeliones populares que echaron abajo gobiernos reaccionarios y represivos, allí la lucha continúa por democracia, por derechos políticos, por la atención a la reivindicaciones populares; el pueblo boricua -en estos días- ha obligado la renuncia del corrupto Gobernador Ricardo Roselló, lucha en la que las banderas independentistas también estuvieron presentes. Para esos pueblos va nuestra solidaridad, así como para el pueblo haitiano que combate a diario contra el hambre, el desempleo, la corrupción… el olvido al que intentan someterlo. Estamos junto a los pueblos que en las Antillas aún viven sometidos al colonialismo.

La Reunión de los Partidos y Organizaciones Marxista Leninistas de América Latina y el Caribe rindió homenaje al camarada Osman, revolucionario internacionalista de Turquía fallecido hace poco y transmitió su solidaridad con los camaradas del EMEP. La reunión también conmemoró la formación de la Internacional Comunista, fundada por Lenin cien años atrás.

Partido Comunista Revolucionario de Bolivia

Partido Comunista Revolucionario – Brasil

Partido Comunista de Colombia (marxista-leninista)

Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador

Partido Estadounidense del Trabajo

Partido Comunista de México (Marxista–Leninista)

Partido Comunista Peruano (Marxista-Leninista)

Partido Comunista del Trabajo – República Dominicana

Partido Comunista Marxista Leninista de Uruguay

Partido Comunista Marxista Leninista de Venezuela

Partido de los Trabajadores de Túnez

Partido del Trabajo de Turquía

Quito, julio de 2019

Venezuela | Editorial Acero Revolucionario N° 50, 15 al 31 de Enero de 2019

En Venezuela, además de la crisis capitalista, la agresión imperialista, errores propios de la social democracia y debilidades del movimiento revolucionario, está en marcha un proceso más complejo y de consecuencias más profundas: la descomposición del Estado Burgués.

Esta premisa nos lleva a valorar los sucesos desde una óptica más amplia, estratégica, porque es importante tener claro que no vivimos solo una crisis coyuntural. Existe un proceso estructural que afecta las bases del sistema, que genera consecuencias en la economía, política y en la vida cotidiana, evidenciando la incapacidad del capitalismo, en cualquiera de sus formas, para resolver los problemas de las mayorías, la soberanía y la autodeterminación.

Ese proceso de descomposición del Estado determinado por las contradicciones que confluyen y se agudizan, principalmente las fundamentales de la época:

  1. Entre bloques imperialistas por un nuevo reparto del mundo, donde Venezuela es un objetivo.
  2. De las potencias imperialistas con los países dependientes para mantener el sometimiento, con respuestas de los pueblos que resistimos y luchamos ante el avasallamiento.
  3. De una minoría explotadora contra las mayorías explotadas, expresando la lucha de clases, el poder de los monopolios, la resistencia de la clase obrera y los pueblos.

El surgimiento de poderes públicos paralelos, la imposibilidad de los contendientes de someter uno al otro y las limitaciones del gobierno para controlar la economía, prolonga por años la contradicción que le hace difícil someter uno al otro y las limitaciones del gobierno para controlar la economía que le hace difícil someter a quienes violentan sus normas, expresando el grado de descomposición del Estado.

Ese proceso de lucha de contrarios va avanzando en profundidad hasta el punto de arrastrar toda la institucionalidad hacia la indolencia, el descredito, la corrupción y la incapacidad de controlar a quienes, desde adentro y desde afuera atentan contra el pueblo, llevando a extremos como el de permitir que un mequetrefe se auto designe Presidente de la República y pasee por las calles como ejemplo de la incapacidad de las instituciones “legales” para someter a las ilegales, de las “legitimas” para aplastar la acción de sus enemigos.

La sociedad venezolana está frente a una encrucijada histórica; resuelve sus problemas con métodos revolucionarios, con el liderazgo popular y la participación activa de las mayorías explotadas, o se resolverán con métodos reaccionarios, burgueses, con la imposición de un gobierno fascista de factura imperialista. Las acciones violentas estarán a la orden del día, expresando la descomposición que afecta también la institución castrense, como parte de la sociedad, en un ascenso de las formas de lucha, donde los militares patriotas y honestos jugaran su papel, junto al pueblo, en la lucha por la autodeterminación.

La clase obrera, los campesinos y las comunas revolucionarias somos la opción de una salida exitosa, para eso es necesaria la coordinación y un programa democrático popular, antiimperialista que debe emerger como alternativa de izquierda ante la crisis.

El Estado Burgués va demostrándose como un instrumento inservible para resolver los problemas de las mayorías. La sociedad toda exige un nuevo Estado, con la fuerza popular y agilidad para tomar medidas ante una agresión imperialista y un bloqueo económico. Se requiere un gobierno popular, democrático y de emergencia.

Para organizar la sociedad, las fuerzas productivas, las inquietudes populares y la energía revolucionaria se requiere un instrumento Estatal que rompa con las viejas prácticas y sus estructuras, que sea en sí mismo la participación, que no tema a los grandes propietarios y monopolios, que sea el poder de la clase obrera, los campesinos, comuneros y en general de pueblo.

Estado de nuevo tipo, tomando como ejemplo La Comuna de Paris o el Estado de los Soviets. La Democracia popular es la opción ante el paralelismo de poderes públicos que demuestran la obsolescencia del Estado Burgués y la urgencia de su sustitución para afrontar con posibilidades de éxito los retos de una sociedad agredida y en crisis.

Declaración de la XXIV Sesión de la CIPOML

A LOS TRABAJADORES Y LOS PUEBLOS A LOS REVOLUCIONARIOS Y COMUNISTAS

En México, y conmemorando el final de la Primera Guerra Mundial que ocasionó grandes y graves daños a la humanidad y que fue también el escenario en que triunfó la primera revolución proletaria: la Gran Revolución de Octubre; cuando se celebra el bicentenario del natalicio de Carlos Marx, el gran maestro del proletariado, se cumplió exitosamente con los trabajos la XXIV Plenaria de la Conferencia Internacional de Organizaciones y Partidos Marxista-Leninistas CIPOML. Se valoró la situación internacional y precisó las responsabilidades y tareas del movimiento obrero, popular y revolucionario. Discutió importantes problemas del trabajo de los partidos y organizaciones de la CIPOML señalando los compromisos y tareas, afirmando las perspectivas de desarrollo.

La exacerbación de las contradicciones intrínsecas del sistema capitalista imperialista agudizan la crisis general del capitalismo, que es una crisis de las estructuras y las superestructuras, económica, política y social que sacude al sistema capitalista, afecta a millones de trabajadores, a los países dependientes, a los pueblos y naciones oprimidos, que ahonda la depredación de la naturaleza y el ambiente.

 

La anarquía en la producción, la competencia entre los monopolios y las potencias imperialistas, el crecimiento desmesurado de la deuda externa, el comercio desigual, la guerra comercial inter imperialista, el saqueo de los recursos naturales y la apropiación por parte de la clase de los capitalistas de la plusvalía generada por millones de trabajadores, las medidas unilaterales de EEUU frente a las políticas financieras y monetarias, el desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología, la digilitización, el internet, la robótica y la inteligencia artificial avizoran el aparecimiento de una nueva crisis económica que será de mayores proporciones y profundidad que la crisis económica de 2008, que impactará gravemente en las relaciones sociales y políticas.

La depredación de la naturaleza y el deterioro del ambiente, los cambios climáticos provocados por la explotación y la expoliación irracional de los recursos naturales por de los monopolios capitalistas y los países imperialistas se agudizan constantemente.

Tienen lugar grandes confrontaciones entre las potencias imperialistas, la aparición y extensión por todos los continentes y regiones de los preparativos de guerra, el desarrollo de la carrera armamentista que involucra a todos los países, la militarización de la economía y la sociedad en la dirección de un nuevo reparto del mundo. La confrontación militar entre los países imperialistas, principalmente entre EE.UU. y Rusia, de la OTAN y China se expresa en conflictos armados que desangran a los pueblos en Medio Oriente y África y atizan conflictos en otros lugares del planeta. La agresión económica y política de EE.UU. frente a Irán atentan contra la soberanía del país y los intereses y derechos de sus pueblos. En Yemen, los intereses económicos y políticos de Arabia Saudita son responsables, junto con el apoyo de EE.UU., de la destrucción del país y del genocidio que devasta al pueblo y al país.

Las pugnas inter imperialistas se expresan también en la guerra comercial entre China y Estados Unidos, en la disputa de mercados, de áreas estratégicas; en la agresiva incursión de las inversiones chinas en todos los continentes.

Las potencias imperialistas recrudecen su injerencia en todos los países dependientes, impulsan el extractivismo, saquean los recursos naturales al tiempo que remachan las cadenas de la opresión. La naturaleza del imperialismo se expresa en la agresión y rapiña para apropiarse de la riqueza de los países dependientes y de las ganancias producidas por la súper explotación del imperialismo. Ningún país imperialista es amigo de los pueblos.

Decenas de miles de personas, hombres, mujeres y niños huyen de sus países devastados por la guerra, de la represión de sus gobiernos, de miseria y la pobreza, buscan oportunidades y emigran en Asia, Europa, África y América Latina; son atacados por las políticas xenófobas, nacionalistas y racistas del imperialismo y la reacción. Trump está demostrando frente a los migrantes su carácter reaccionario, xenófobo y agresivo.

El pueblo de Palestina resiste heroicamente la brutal agresión del imperialismo yaqui y del sionismo israelí que asesina a miles de personas de la población civil; esa lucha es una muestra de la decisión de defender la soberanía y la vida, recibe la solidaridad y el apoyo de las fuerzas progresistas del mundo. Los marxista – leninistas apoyamos firmemente la causa Palestina.

El gobierno de Trump en EE.UU. y la elección de Bolsonaro en Brasil testimonian el fracaso del social reformismo, la democracia burguesa, las políticas de la socialdemocracia que van siendo dejadas de lado por el imperialismo y la burguesía. En el propósito de afirmar y potenciar su dominación acuden cada vez con más frecuencia a las políticas reaccionarias, xenófobas, nacionalistas, a la implantación de regímenes ultraderechistas, autoritarios, fascistizantes y fascistas en algunos países.

El desarrollo de las tendencias reaccionarias y fascistas, y la eventual implantación de regímenes fascistas, están siendo enfrentadas por la clase obrera, la juventud, los pueblos y apreciables sectores democráticos que defienden la libertad, la democracia, los derechos humanos y sindicales.

El sistema capitalista, la institucionalidad burguesa están entrampados en la corrupción y la apropiación de los dineros públicos que se convierte en fuente de acumulación; la denuncia y las acciones contra la corrupción y algunos de sus responsables están permitiendo desenmascarar la naturaleza retrógrada y la podredumbre del capitalismo. En el combate a la corrupción se han desarrollado en algunos países y oportunidades grandes movilizaciones populares, crisis políticas y reajustes en los gobiernos burgueses.

Las políticas y acciones de los monopolios y la burguesía en contra de la clase obrera, los pueblos y la juventud, de los pueblos y naciones oprimidas se expresan en todo el planeta. Pero no se desenvuelven tranquilamente, existe la respuesta popular.

En varios países y en todos los continentes se desarrollan combativas huelgas y movilizaciones de los trabajadores por la estabilidad, en oposición a la flexibilidad laboral, la carestía de la vida, los altos precios de la vivienda y los nuevos impuestos; importantes manifestaciones de la juventud; significativas expresiones de la lucha de los pueblos por la vigencia de las libertades públicas y la defensa de los derechos humanos. Las mujeres se expresan valerosamente en contra de la opresión y el discrimen, llevaron adelante, el 8 de marzo, una huelga internacion al que se realizó en buen número de países.

Esas manifestaciones del movimiento obrero y popular vienen teniendo un desarrollo sostenido pero no se expresan

de manera general; son todavía dispersas y aisladas a nivel internacional. Constituyen, sin embargo, la expresión de que las fuerzas de la revolución social, el movimiento obrero, el campesinado pobre, la juventud, las mujeres, los pueblos y naciones oprimidas tienen potencialidad y afirman la perspectiva del

desarrollo del movimiento revolucionario de los trabajadores y los pueblos.

La oposición a la guerra imperialista, a las guerras de agresión, a la carrera armamentista debe ser asumida por los trabajadores y la juventud, se une a la defensa de la paz, de los derechos políticos y sindicales de los traba

jadores y los pueblos, debe ser la causa que involucre a amplios sectores democráticos, una bandera internacional que en el cumplimiento del internacionalismo proletario enarbolamos los comunistas marxista leninistas.

La defensa de las libertades democráticas, de los derechos de los pueblos y los derechos humanos; las expresiones de apreciables sectores democráticos y progresistas, la oposición a las posturas reaccionarias y fascistizantes, el combate frontal al fascismo forman parte de las demandas actuales de los trabajadores y la juventud, son una expresión de la lucha contra el capitalismo y el imperialismo, por la revolución y el socialismo. Los marxista – leninistas somos consecuentes luchadores contra el fascismo y el imperialismo, nos involucramos en la construcción del frente democrático y antifascista a nivel nacional e internacional.

El combate a la dominación imperialista es tarea histórica de los pueblos y naciones oprimidas, de los antiimperialistas; es responsabilidad irrenunciable de los comunistas en todos los países. La asumimos decididamente.

El derecho de autodeterminación de los pueblos es una cuestión actual, se expresa en varios continentes y al interior de diferentes Estados; en la lucha anticolonialista y en oposición a las políticas neocolonialistas. Reafirmamos nuestro apoyo y solidaridad.

Los revolucionarios proletarios organizados en la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista Leninistas, CIPOML expresamos la decisión de fortalecer nuestros partidos y laborar por la unidad de los comunistas.

El capitalismo y el imperialismo no son invencibles. La unidad y la lucha de los trabajadores y los pueblos, la actitud consecuente de los comunistas y otros revolucionarios romperán las cadenas del imperialismo apuntando a sus eslabones débiles.

¡Contra el guerrerismo del imperialismo y la reacción!

¡Por la defensa de la libertad y las libertades públicas, contra la reacción y el fascismo!

¡Alto a la agresión imperialista contra los pueblos y naciones oprimidos!

¡Unidad y lucha de los trabajadores y los pueblos, de los democratas y progresistas del mundo!

¡Viva la revolucion y el socialismo!

 

México, nov. 2018

Bolivia | Exigimos el respeto a la voluntad popular (21F), Construyamos una Alternativa Patriótica y Popular

La noche del 4 de diciembre el Tribunal Supremo Electoral anunció su decisión de habilitar al binomio Evo Morales – Alvaro García Linera como candidatos de las elecciones primarias del MAS-IPSP, este anuncio no es mas que una confirmación de la tendencia que ya habíamos denunciado – la centralización del Estado en la persona de Evo Morales y la violación a la voluntad popular expresada el 21F.

El oficialismo pisotea impunemente la super-estructura del Estado Plurinacional que ellos mismos han creado, con tal de mantenerse en el poder. La necesidad que siente el MAS de prorrogarse se explica por su papel nefasto de garantizar las condiciones económicas (hidrocarburos, minería, agro-industria, banca) para las empresas transnacionales, oligarquía y gran burguesía, así como para mantener el encubrimiento ante los grandes escándalos de corrupción de altas esferas gubernamentales.

Por otra parte la derecha tradicional que hoy se re-agrupa en los ‘colectivos ciudadanos’ y las siglas caducas que han logrado mantener gracias a la nueva Ley de Organizaciones Políticas, busca volver a ejercer el control sobre el aparato estatal con un falso discurso de ‘democracia’. Son los mismos grupos racistas y reaccionarios que gobernaron mediante la partidocracia y buscaron dividir la Patria (media luna).

Los comunistas bolivianos nos vemos obligados a pronunciarnos ante esta coyuntura, llamando al pueblo y a la juventud organizarnos para hacer prevalecer la democracia conquistada en las calles, y defender voluntad popular expresada en el referéndum del 21 de febrero de 2016, haciendo frente a esta tendencia autoritaria y represiva del gobierno populista.

Llamamos a construir una alternativa patriótica y popular, que levante las banderas de la Agenda de Octubre (2003), que reivindique nuestra soberanía nacional frente al imperialismo (tanto de EEUU-Europa como del bloque China-Rusia) para quebrar con la dependencia y el atraso avanzando hacia un nuevo modelo económico, que conquiste una democracia popular con verdadero protagonismo en la toma de decisiones, que invierta en educación, salud y vivienda.

¡¡Pueblos de Bolivia al combate… contra la farsa masista, por la democracia popular y la revolución socialista!!

La Paz, 5 de diciembre de 2018

Secretariado del Buró Político

Partido Comunista Revolucionario (PCR)

Declaración del 22 Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina

Vigencia del pensamiento revolucionario de Carlos Marx
Son muchas las ocasiones en que los defensores del capitalismo han proclamado la obsolescencia del marxismo y de la posibilidad cierta del triunfo de la revolución social del proletariado. Desde su surgimiento, hace más de siglo y medio, hablan del fracaso del socialismo y –metafóricamente hablando– no se cansan de celebrar sus exequias. Sin embargo, doscientos años después del nacimiento de Carlos Marx, sus ideales recorren el planeta con la misma o mayor fuerza que cuando los comunistas proclamaron su llamado a conquistar un mundo con libertad y equidad.
La genialidad de Carlos Marx y Federico Engels entregó a la humanidad una cosmovisión científica del mundo que permite interpretar y entender todos los fenómenos que se presentan en la sociedad, la naturaleza y el pensamiento. El carácter científico del conocimiento universal tiene como sustento la dialéctica materialista y el desarrollo que las ciencias experimentan demuestran que este método es el correcto.
Los progresos que en la ciencia y la técnica se producen de manera constante los previó Marx como un fenómeno histórico imprescindible en un determinado estadio de desarrollo de la humanidad y éstos tienen un profundo contenido filosófico, pues, es una forma concreta de la relación dialéctica entre la teoría y la práctica, una confirmación que la primera alumbra el accionar de la sociedad.
El marxismo revolucionó la concepción de la historia universal. Donde los estudiosos de la época veían el azar, la casualidad, la voluntad individual convertida en realidad, Marx descubrió leyes objetivas que explican los procesos de desarrollo y decadencia de las sociedades, la temporalidad de las mismas; miró en la lucha de clases y en la acción de las masas la locomotora que arrastra la historia. Puso al descubierto la esencia del capitalismo, sus contradicciones internas y sus manifestaciones, los momentos de su desarrollo y los momentos de crisis, la configuración social que este sistema engendra, la conversión de todo –incluyendo la fuerza de trabajo– en mercancía, el punto nodal de la reproducción del capital: la extracción de plusvalía. La precisión de su análisis lleva a que hoy, en condiciones del desarrollo del capitalismo en su etapa imperialista, inclusive quienes no se identifican con el marxismo busquen en sus escritos la interpretación y respuestas a fenómenos actuales, como la crisis económica del 2008.
Un reducido número de personas y grupos monopólicos concentran las riquezas a nivel mundial, mientras millones de seres humanos no alcanzan a resolver su sustento diario; el carácter social de la producción y la apropiación individual de lo producido se encuentra en la base de este fenómeno. Ningún “modelo” económico de la burguesía y el oportunismo ha podido, ni podrá, solucionar esta secuela del capitalismo. No se puede poner fin a la explotación entre los seres humanos si no es a condición de abolir la propiedad privada sobre los medios de producción, para lo cual, “el primer paso de la revolución obrera es la elevación del proletariado a clase dominante” para “ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital”.
Por eso, la revolución social del proletariado tiene un carácter internacional en su contenido, aunque en su forma se desarrolle en cada uno de los países; por ese mismo motivo las luchas de los trabajadores y los pueblos que se desenvuelven en todos los puntos del planeta las asumimos como nuestras y las alentamos con nuestra solidaridad, con nuestro espíritu internacionalista.
El marxismo no ha caducado. Tiene plena vigencia porque en su concepción se plantea por sí mismo su continua actualización conforme a los cambios que se operan en el entorno económico, político y social. Debemos fortalecer nuestros partidos y organizaciones como vanguardias revolucionarias y desplegar mayores esfuerzos para integrar el marxismo leninismo a la realidad concreta en la que desarrollamos nuestra lucha, para dar una respuesta justa a los problemas que la organización de la revolución social del proletariado nos impone.
El marxismo es patrimonio de los trabajadores y los pueblos, tienen en él un instrumento que guía su lucha, en cualquiera de las formas que las circunstancias obligan, para alcanzar la emancipación de la explotación y opresión, para poner fin a todo tipo de dependencia imperialista y dominación colonial. Nosotros lo levantamos en alto con la convicción de su fortaleza científica, de su fuerza revolucionaria.
Contra los vientos que sopla la reacción y el oportunismo, la semilla de Marx se esparce por todo el planeta y el árbol de la revolución florece en la consciencia, en la lucha de los trabajadores, los campesinos, la juventud, las mujeres y los pueblos; cubriremos el mundo con la fraternidad, la solidaridad, la libertad, la equidad social, con las rojas banderas de la revolución proletaria mundial.
Quito, julio de 2018
Partido Comunista Revolucionario de Argentina
Partido Comunista Revolucionario – Brasil
Unión de la Juventud Rebelión – Brasil
Unidad Popular – Brasil
Partido Comunista de Colombia (marxista­–leninista)
Partido del Trabajo Estadounidense
Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador
Juventud Revolucionaria del Ecuador
Frente Popular – Ecuador
Unidad Popular – Ecuador
Unión General de Trabajadores del Ecuador
Mujeres por el Cambio – Ecuador
Coordinadora Sindical Salvadoreña
Consejo Nacional de los Comités Populares de Martinica
Partido Comunista de México (marxista–leninista)
Frente Popular Revolucionario – México
Unión de la Juventud Revolucionaria de México
Partido Comunista Peruano (marxista-leninista)
Partido Socialista Revolucionario de Perú
Comité de Unificación de los Comunistas Marxista Leninistas del Perú
Movimiento 26 de Abril – Puerto Rico
Movimiento Obrero Juvenil los Pitirres – Puerto Rico
Organización Comunista Revolucionaria de Uruguay
Partido Comunista del Trabajo de República Dominicana
Partido Comunista Marxista Leninista de Venezuela
Partido Comunista Revolucionario – Bolivia
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