Crítica al libro “Aurora de la Revolución Socialista Internacional” de Stefan Engel y a las Posiciones del MLPD ¿Qué hay de la Revolución Internacional?

Introducción

Hace cinco años se publicó el libro de Stefan Engel “Aurora de la revolución socialista internacional”, elaborado por un colectivo de autores del que Engel es su líder. En el libro se expuso las nuevas posiciones que el Partido Marxista Leninista de Alemania (MLPD) tiene respecto de la lucha de clases internacional, que se supone son una actualización y desarrollo de la teoría de Lenin sobre el imperialismo y sus puntos de vista sobre la construcción del Partido Comunista.

Según Stefan, “se ha producido una nueva fase en el desarrollo del imperialismo”. En su opinión, las característica especiales de esta “nueva fase” son “el carácter principalmente internacional” del “modo capitalista de producción” y que éste “se encuentra sujeto a la imposición del capital financiero imperialista, mantenido por aproximadamente 500 de los más grandes supermonopolios internacionales y descansa en el poder de los países imperialista más poderosos…”. (Stefan Engel, Aurora de la revolución socialista internacional, p.9.) [Todas las notas son de la versión inglesa del libro de Stefan – nota del traductor]

Según Stefan Engel, otro rasgo de esta fase es que “la labor económica de los estados-nación cada vez está siendo absorbida por el dominio único del cartel del capital financiero internacional, los principales estados imperialistas y las organizaciones internacionales dominadas por ellos. (Ibid, pp. 9-10.)

Concluye que “La internacionalización de las fuerzas productivas inevitablemente debe dar lugar a la internacionalización de la lucha de clases y estimularla. Signos inconfundibles de este proceso ya están en pleno apogeo y pueden ser observados en todas las partes del mundo…” (Ibid, p. 12)

Todo esto es superfluo y no ha sido demostrado, especialmente en la parte económica. No se nos proporciona información para la extraña idea de “dominio único del cartel del capital financiero imperialista”. Más bien, Stefan confunde a sus lectores haciendo malabares con términos como “supermonopolios”. Pero esta palabra no tiene ningún sentido. “Monopolio” significa que el mercado está dominado por unos pocos grupos capitalistas. Entonces ¿qué sería un “supermonopolio”? Hacer algo más que dominar el mercado es imposible. Al crear dicha palabra, él aparentemente quiere decir que es algo completamente nuevo que Lenin no conoció, algo que se encuentra por sobre un monopolio. Sin embargo, ¿Qué sería eso? A parte de usar este este extraño término, Stefan no lo explica. La creación de esa palabra ¿debería tener el efecto de intimidar a los lectores e impresionarlos por la “grandeza” de su creador? Leí este libro hace cinco años y preparé una crítica. Sin embargo, pensé que los argumentos del libro eran muy pobres, y por ello en ese momento me abstuve de la tediosa tarea de escribir una crítica detallada, ya que habría tenido que pasar mucho tiempo haciéndola. Esperaba que ese modo tan superficial y obviamente incorrecto de mirar las cosas sea visto lo antes posible y que dentro de poco tiempo estuviera muerto y sepultado. Esa esperanza fue una ilusión. El MLPD hizo traducir el libro a varios idiomas y lo puso en circulación por todo el mundo, afirmando que es una ampliación y extensión del marxismo-leninismo. Así, este partido influyó en gente de muchos países y contribuyó a una mayor confusión ideológica. Por ello decidí revisar el libro para comparar sus afirmaciones con la realidad y el marxismo-leninismo.

La cuestión de los monopolios

En la introducción de su libro, Stefan ya levanta sus armas con las que le gustaría sobrepasar a Lenin:

El modo capitalista de producción ahora tiene principalmente un carácter internacional y está sujeto a la imposición del dominio único del capital financiero internacional, formado aproximadamente por los 500 supermonopolios internacionales más grandes y descansa en el poder de los países imperialistas más fuertes”. (Ibid, p.9)

¿Qué hay de nuevo en el “carácter internacional de la producción? Ya en el Manifiesto Comunista, Marx y Engels describen cómo el capital crea el mercado mundial y le subordina el mundo entero.

Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía ha dado un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas y están destruyéndose continuamente. Son suplantadas por nuevas industrias, cuya introducción se convierte en cuestión vital para todas las naciones civilizadas, por industrias que ya no emplean materias primas nacionales, sino materias primas venidas de las más lejanas regiones del mundo, y cuyos productos no sólo se consumen en el propio país, sino en todas las partes del globo.

En lugar de las antiguas necesidades, satisfechas con productos nacionales, surgen necesidades nuevas que reclaman para su satisfacción productos de los países más apartados y de los climas más diversos. En lugar del antiguo aislamiento y la autarquía de las regiones y naciones, se establece un intercambio universal, una interdependencia universal de las naciones. Y esto se refiere tanto a la producción material, como a la intelectual. La producción intelectual de una nación se convierte en patrimonio común de todas. La estrechez y el exclusivismo nacionales resultan día a día más imposibles; de las numerosas literaturas nacionales y locales se forma una literatura universal.

Merced al rápido perfeccionamiento de los instrumentos de producción y al constante progreso de los medios de comunicación, la burguesía arrastra a la corriente de la civilización a todas las naciones, hasta a las más bárbaras. Los bajos precios de sus mercancías constituyen la artillería pesada que derrumba todas las murallas de China y hace capitular a los bárbaros más fanáticamente hostiles a los extranjeros. Obliga a todas las naciones, si no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción, las constriñe a introducir la llamada civilización, es decir, a hacerse burguesas. En una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza.” (Manifiesto Comunista, Marx-Engels)

De una manera muy llamativa, Lenin analizó las características especiales del imperialismo, demostrándolas con hechos. ¿Qué hay de nuevo respecto a esto? Según el “análisis” de Stefan Engel, ¿cambió la contradicción fundamental del modo capitalista de producción? ¿Quiere decir que ahora la contradicción fundamental es entre “nacional” e “Internacional”? Para nosotros, la contradicción fundamental sigue siendo la que existe entre el capital y el trabajo. En vano se busca en el libro de Stefan una aclaración respecto de cuáles son sus nuevas percepciones. Tomemos los “supermonopolios” y el “dominio único del capital financiero”. ¿Qué hay de nuevo aquí? Los monopolios, mas no los extraños supermonopolios, ya fueron exhaustiva y comprensiblemente analizados por Lenin. En la introducción ya expuse mi punto de vista sobre la creación de la palabra “supermonopolios”. Y ¿qué es “el dominio único del capital financiero internacional, mantenido por aproximadamente 500 de los más grandes supermonopolios internacionales”? (Engel, Aurora…, p.9) Stefan Engel niega con vehemencia la acusación de que esto es lo mismo que el “ultra-imperialismo” inventado por el revisionista y oportunista Carlos Kautsky (más al respecto en páginas venideras). Pero, ¿qué más podría ser? Estos 500 supermonopolios ¿son un grupo que actúa en unidad y domina a los Estados? ¿Son en efecto tan todopoderosos?

Mientras que el análisis de Lenin sobre el papel de los monopolios, sus relaciones con el aparato del Estado capitalista y su poder económico es muy claro, el análisis de Stefan es impreciso. El escribe:

La labor económica de los estados-nación cada vez está siendo absorbida por el dominio único del cartel del capital financiero internacional, los principales estados imperialistas y las organizaciones internacionales dominadas por ellos. Sin embargo, los estados-nación siguen siendo indispensables para el sistema capitalista como instrumentos de poder y de gobierno para los supermonopolios que allí residen con el fin de suprimir en esos Estados la lucha de clases proletaria, e indispensables en la disputa del mercado mundial y en la lucha por la dominación mundial.” (Ibid, pp. 9-10)

Aquí usa el término “dominio único del cartel del capital financiero internacional”. Cartel significa una unión temporal de grupos de capital. De manera que tales cartels no son estables. Con frecuencia existen otros cartels en competencia con ellos. Pero Stefan tiene la osadía de decir que existe un “dominio único”. ¿Qué significa esto? ¿Qué es nuevo o mejor que el análisis de Lenin? No lo sabemos y obviamente el autor tampoco lo sabe. Recurre a formulaciones confusas. Mientras que, en su opinión, el cartel es “dominio único” y ha tomado “la labor económica de los estados-nación”, en la misma frase se retracta al decir que los estados-nación son indispensables. En lugar de un análisis real de las contradicciones hace malabares con juegos de palabras de una manera dialéctica-idealista. ¿Dónde está la evidencia? Él está equivocado.

En lugar de un cartel que en escala internacional actúa a nivel de los grandes grupos económicos, miramos, por el contrario, una aguda lucha entre ellos. Esto no es negar que, ocasionalmente, esos grupos cooperen en contra de la clase obrera. Pero esa cooperación es fugaz con la crisis del imperialismo. Se aplica también a nivel gubernamental. Las guerras en Ucrania, Siria, Irak y Afganistán demuestran claramente que sus cada vez más brutales y sangrientas luchas por el poder las resuelven el uno en contra del otro sobre las espaldas de los pueblos.

Stefan enumera ocho rasgos que alega como evidencia del “cambio cualitativo en el modo de producción”. Escribe:

1. La internacionalización del modo de producción capitalista cubre universalmente la producción, el comercio, el transporte y la comunicación.

2. Se refiere a todos los sectores de la economía.

3. Y se apoya en la internacionalización del sistema financiero.

4. También se extiende a la ciencia y cultura.

5. Ha estandarizado la formación de la mano de obra en todo el mundo y ha creado un mercado internacional del trabajo.

6. También incluye partes de la producción y reproducción de la vida humana como la asistencia sanitaria y el sistema educativo.

7. Poco a poco casi todos los países del mundo son incluidos en este proceso de producción y reproducción internacional. En los países que tenían carácter principalmente agrícola surgen centros industriales modernos. Esto se aplica principalmente en Turquía, México, Brasil, Argentina, India e Indonesia.

8. Mientras ahora la producción y reproducción se socializan a nivel internacional, la apropiación de la riqueza creada se concentra en el estrato cada vez más reducido de los propietarios y jefes de los supermonopolios internacionales. Hoy la riqueza social se origina principalmente en la producción internacionalmente organizada. (Ibid. Pgs. 127-128)

La mayoría de estas características ya fueron descritas por Marx y Engels en el Manifiesto Comunista y fueron elaboradas mejor y más claramente por Lenin en su análisis del imperialismo como etapa superior del capitalismo. El libro de Stefan no da evidencias para una nueva fase de supermonopolios.

Stefan y su colectivo de autores vehementemente se resisten a ser puestos en el mismo saco de la teoría del “ultraimperialismo” de Kautsky. La organización maoísta “Trotz alledem” (“A pesar de todo”1[1]) los culpó de esto. Stefan respondió:

Comparar la observación de Lenin en su análisis del imperialismo de que la tendencia de desarrollo es hacia ‘la creación de un trust único mundial que absorba a todas las empresas y a todas las industrias sin excepción’ (Prefacio al folleto de N. Bujarin El imperialismo y la economía mundial, Lenin, Obras Escogidas, Vol. 22, p. 107) con las nociones kautskistas es absolutamente absurdo. El MLPD no hizo otra cosa que dar seguimiento a esta observación de Lenin y confirmarla con el análisis de la reorganización de la producción internacional. Los impacientes críticos del MLPD han pasado por alto que Lenin no se opone en absoluto a reconocer esta tendencia objetiva hacia un trust mundial que devore todos los Estados, pero solo se opone al punto de vista de una unificación mundial del capital nacional en la actualidad podría tener lugar bajo condiciones capitalistas.” (Ibid, p. 134)

Si uno lee el texto original de Lenin en su contexto quedará muy asombrado. Stefan descaradamente falsificó el sentido del texto de Lenin, y de una manera realmente absurda. Lenin declaró.

El razonamiento teórico abstracto puede conducir a la conclusión a la que Kautsky ha llegado por una vía un tanto diferente, pero renegando del marxismo, de que no está lejano el tiempo en que una asociación mundial de estos magnates del capital, constituyendo un trust único, ponga fin a las rivalidades y a las luchas de los capitales financieros particularizados en los distintos Estados, creando así un capital financiero unificado en el plano internacional. Tal conclusión es, sin embargo, tan arbitraria, simplista y falsa…” (Prefacio al folleto de N. Bujarin El imperialismo y la economía mundial. Lenin, Obras Escogidas, Vol. 22, p. 105)

Inmediatamente antes de este corto pasaje citado por Stefan, Lenin dice claramente:

¿Se puede, sin embargo, negar que una nueva faz del capitalismo después del imperialismo, a saber, una fase de superimperialismo, sea en abstracto concebible? No. Teóricamente puede imaginarse una faz semejante. Pero quien se atuviera en la práctica a tal concepción sería un oportunista que pretende ignorar los más graves problemas de la actualidad para soñar con problemas menos graves que se plantearían en el porvenir. En teoría, ello significa que en lugar de apoyarse en la evolución, tal como se presenta actualmente, se separa deliberadamente de ella para soñar.” (Prefacio al folleto de N. Bujarin El imperialismo y la economía mundial. Lenin, Obras Escogidas, Vol. 22, p. 107)

Stefan Engel y su colectivo de autores ciertamente doblaron el texto de Lenin de una forma “conveniente”. Admiten que basaron su análisis en una “conclusión abstracta, simplista y falsa”, que inescrupulosamente la torcieron como si fuera una “observación de Lenin”. En lo que ellos se basaron es y sigue siendo el análisis hecho por el oportunista y traidor Kautsky. Debido a que el texto de Lenin no es conveniente en su sentido, voltearon como una “observación de Lenin” lo que él describió como una conclusión “abstracta, simplista y falsa”.

Si desean sacar cualquier conclusión concreta se puede observar cuan grotesco es el “análisis” de Stefan. Si se llega a la conclusión que los supermonopolios están gobernando —lo que por supuesto implica que los Estados (gobiernos) no tienen nada más que decir— entonces él objetará: “¡Me están mal interpretando! Por supuesto que los estados-nación son indispensables”. Si se concluye, al revés, es decir, que los Estados representan un poder separado y están gobernando, entonces dirá: “¡Me están mal interpretando! Por supuesto, únicamente los 500 supermonopolios gobiernan”.

O le mandará a la página 131 de su libro, donde escribe:

Cuarto: El manejo de la crisis general se convierte en una de las principales funciones económicas del Estado”.

¿Qué es esto? Por un lado dice “La labor económica de los estados-nación está siendo absorbida cada vez más por el dominio único del cartel del capital financiero internacional” (Ibid, p. 9.)

Por otro lado dice que los Estados tienen las “principales funciones económicas”.

Clavar una tortilla a la pared es más fácil que atar a Stefan a algo.

El hecho de que esos Estados tienen una gran importancia económica se vio claramente durante la superación de la crisis bancaria en 2008. En ese tiempo, en todo el mundo se gastaron alrededor de dos billones de dólares en programas gubernamentales para estimular la actividad económica, a fin de evitar el colapso del sistema capitalista. Al mismo tiempo, únicamente en la Unión Europea, los bancos fueron salvados de la ruina a través de rescates gubernamentales de aproximadamente 1.6 billones de euros (1,600,000,000,000 €). A nivel mundial se gastó una enorme cantidad de fondos gubernamentales para permitir la sobrevivencia del sistema capitalista. Afirmar en este contexto —como lo hace Stefan Engel— que la labor económica de los estados es cada vez más absorbida por los 500 supermonopolios está muy lejos de la realidad. ¡Al contrario! Cuanto más se desarrollan el capitalismo y el imperialismo más se dirigen al desastre, se vuelven más dependientes del aparato estatal para garantizar su existencia. Incontables medidas gubernamentales como la desregulación del mercado laboral, la creación de sectores de bajos salarios, privatización de servicios públicos, reducción de impuestos sobre el capital, subsidios abiertos y ocultos, eliminación de derechos de los trabajadores y los pueblos, reducción de las pensiones y elevación de la edad para jubilarse, desmantelamiento de los programas sociales gubernamentales, todo lo cual demuestra la gran importancia económica de los estados-nación para el capital.

Si Stefan quiere defender su punto de vista con el argumento de que esto demuestra el gobierno del capital, no debería olvidar que Marx y Engels, así como Lenin, señalaron que el Estado es un instrumento de la clase dominante. Esto no es nuevo. Sin embargo, según Stefan, “la labor económica de los estados-nación” desaparecería. Los hechos demuestran que es todo lo contrario. Ninguno de los “supermonopolios” habría sido capaz de poner esas enormes sumas de dinero de ayuda gubernamental por sus propios esfuerzos. En 2011, cuando fue publicado el libro de Stefan, todos estos hechos ya eran ampliamente conocidos.

Tomemos uno de los más actualizados —de los muchos ejemplos posibles—, el escándalo de las emisiones de VW. Una pequeña agencia estadounidense expuso la manipulación en los niveles de emisión de los carros VW a diésel. ¿Podría haber hecho eso sin haber sido respaldada? Claro que no. Fue respaldada por el gobierno de los Estados Unidos y la industria automotriz de ese país.

La industria automotriz de EEUU no produce automóviles a diésel, por lo tanto, en este terreno se han fijado normas de protección ambiental muy altas con el objeto de hacer más difícil a la competencia extranjera el acceso al mercado estadounidense. Que esto no se hizo para la protección del medio ambiente puede observarse en otros campos, por ejemplo, en el fracking o en la ingeniería genética, en donde el gobierno de los Estados Unidos permite daños masivos al medio ambiente con el fin de hacer rentable el uso de esas tecnologías. Bajo el capitalismo, las normas técnicas se usan para aumentar los beneficios y luchar contra los competidores. Para esto, el capital necesita del Estado. De hecho, el Estado es indispensable y un instrumento para el dominio del capital. Con la ayuda del Estado, los niveles de emisión de diésel permitidos por la ley en los EEUU fueron fijados bajos, de modo que a los competidores extranjeros les cueste enfrentarse a ello. El grupo VW reacción manipulando el software, para tratar de simular un “diésel limpio”. Tomó mucho tiempo hasta que la pequeña agencia estadounidense pueda demostrarlo. Pero fue persistente y tuvo dinero suficiente para las costosas pruebas y fue respaldada. La revelación del escándalo costará a VW muchos billones de euros y bloqueará a ese grupo del mercado estadounidense de vehículos a diésel por un largo tiempo, debido a que hasta ahora no tiene ninguna tecnología de bajo precio para un coche a diésel “limpio”. Por lo tanto, en realidad el Estado tiene suficiente poder económico para permitir el acceso a los mercados o crear barreras para ellos.

Por cierto, el Estado alemán hizo todo lo que pudo con el propósito de mantener en Europa los niveles de emisión lo más altos posibles a fin de que, primero, VW y otros grupos fácilmente puedan hacer frente a esos niveles y, en segundo lugar, que esos permisivos niveles de emisión no sean revisados. Las pruebas de emisión son realizadas por los mismos grupos automovilísticos, es decir, el Estado les permite falsificarlas como ellos quieren. Aquí también vemos el poder económico del Estado.

Hasta ahora va muy mal. No aburriremos al lector con más ejemplos. Obviamente, los fundamentos de las opiniones de Stefan no son muy sólidos; y de semejantes bases inestables pretende extraer conclusiones de profundo significado.

Stefan Engel sobre la revolución internacional

De una manera muy prolija, Stefan Engel hace referencia a Marx, Engels, Lenin y Stalin, citándoles ampliamente. Así, en su capítulo primero, “La estrategia proletaria y el carácter internacional de la revolución socialista”, cita lo que Marx y Engels declararon en el Manifiesto Comunista:

Por su forma, aunque no por su contenido, la lucha del proletariado contra la burguesía es primeramente una lucha nacional. Es natural que el proletariado de cada país deba acabar en primer lugar con su propia burguesía.” (Manifiesto Comunista).

Luego nos dice que Marx y Engels en el inicio (de la revolución burguesa de 1848) tomaron como punto de partida de una temprana revolución proletaria en varios países, pero ellos corrigieron su punto debido debido al verdadero desarrollo histórico. Stefan necesita cinco páginas para decir esto. Tres páginas más están llenas con la afirmación de que Lenin, basado en su análisis del imperialismo, llegó a la conclusión de que es posible que la revolución será victoriosa en un solo país, pero a pesar de ello su carácter será internacional.

Nuevamente no hay nada nuevo en lo afirmado por Stefan y su colectivo de autores. En su lugar, prosigue con un método que ocupa mucho espacio en todo el libro. Las citas de textos de Lenin y de otros marxista-leninistas son sacadas de contexto con el propósito de darles cierta dirección deseada:

Lenin consideraba a la Revolución de Octubre como el inicio de la revolución internacional en contra del imperialismo. Por eso enfatizó: ‘Esta primera victoria no es aún la victoria definitiva, y nuestra Revolución de Octubre la ha conseguido con dolores y dificultades sin precedentes, con inauditos sufrimientos, con una serie de graves desaciertos y errores de nuestra parte…

Nosotros hemos empezado la obra. Poco importa saber cuándo, en qué plazo y en qué nación culminarán los proletarios esta obra. Lo esencial es que se ha roto el hielo, que se ha abierto el camino, que se ha indicado la dirección’.” (“Con motivo del cuarto aniversario de la Revolución de Octubre” Lenin, Obras Escogidas, Vol. 33, pp. 56-57), citado en: Engel, Arutora…, pp 33-34)

Aquí se da la falsa impresión de que este artículo de Lenin confirma las supuestas nuevas ideas de Stefan respecto de la revolución internacional. Esto, por cierto, también significaría que esas “nuevas ideas” no son tan nuevas. Si se lee todo el artículo de Lenin, como lo recomendamos, se verá que esto no es en absoluto su contenido. Lo que Stefan cita se ajusta a la parte en la que se presentan los méritos históricos de la Revolución de Octubre, que esta revolución demostró cómo escapar de “ese infierno” de guerras imperialistas, un infierno del cual el pueblo solo puede escapar

Lo que Stefan Engel cita se ajusta a la parte en la que se presentan los méritos históricos de la Revolución de Octubre, que esta revolución mostró cómo escapar de “ese infierno” de las guerras imperialistas, un infierno del cual la gente sólo podría escapar “por una lucha bolchevique y una revolución bolchevique” (ibid, página 56). Es normal que Stefan y su colectivo omitan el siguiente pasada entre las dos partes de su “cita”, ya que inmediatamente se habría demostrado que el texto no está en correspondencia con el tema.

¡Hubiera sido demasiado desear que un pueblo atrasado triunfase sin desaciertos y sin errores sobre las guerras imperialistas de los países más poderosos y avanzados del globo! No tememos reconocer nuestros errores y los examinaremos serenamente para aprender a corregirlos. Pero los hechos son elocuentes: por primera vez en siglos y milenios, la promesa de “responder” a la guerra entre esclavistas con la revolución de los esclavos contra todo género de esclavistas se ha cumplido hasta el fin… y se cumple contra viento y marea. Nosotros hemos empezado la obra”. (Continúa lo citado por Stefan)

Este “trabajo” está estrechamente vinculado con la revolución bolchevique, el asunto aquí es el golpe revolucionario en contra de la guerra imperialista, otro ejemplo de cómo “creativamente” Stefan Engel dobla a “su” Lenin en la forma. Pero una vez más las afirmaciones de Stefan ya están claras en las declaraciones de Marx y Engels. Nosotros luchamos por una revolución que por su forma es nacional, mientras que su contenido es internacional.

En este artículo sobre el cuarto aniversario de la Revolución de Octubre, Lenin trata, sobre todo de una manera totalmente concreta, con la realidad, las tareas prácticas en la Rusia Soviética. Incansablemente trata con los errores y defectos. Insiste en seguir adelante -con todas sus fuerzas- con la construcción del socialismo en un país (que más tarde se convirtió en la Unión Soviética). La revolución continúa siendo internacional en su contenido, nacional en su forma, como Marx y Engels ya lo analizaron. Presentamos un extracto de estas opiniones desarrolladas por Lenin.

No importa que los perros y los cerdos de la moribunda burguesía y la democracia pequeñoburguesa que los sigue nos cubran de improperios, maldiciones y burlas a montones por los desaciertos y los errores que hemos cometido al construir nuestro régimen soviético. No olvidamos un momento que, en efecto, hemos tenido y tenemos aún muchos desaciertos y errores. ¡Y cómo no íbamos a tenerlos en una obra tan nueva, nueva en toda la historia mundial, como es la de crear un tipo de régimen estatal sin precedente! Lucharemos sin cesar para corregir nuestros desaciertos y nuestros errores, para mejorar la forma en que aplicamos los principios soviéticos, que dista aún mucho, muchísimo, de ser perfecta. Pero podemos estar y estamos orgullosos de que nos haya caído en suerte la felicidad de iniciar la construcción del Estado soviético, de iniciar así una nueva época de la historia universal, la época de la dominación de una clase nueva, oprimida en todos los países capitalistas, de la clase que avanza por doquier hacia una vida nueva, hacia la victoria sobre la burguesía, hacia la dictadura del proletariado, hacia la liberación de la humanidad del yugo del capital y de las guerras imperialistas.”.” (“Con motivo del cuarto aniversario de la Revolución de Octubre” Lenin, Obras Escogidas, Vol. 33, pp. 54-55)

Este es Lenin por y a través de su texto: franco, implacable, claro, vigoroso y apremiante: Lenin es concreto y comprende las inmensas dificultades, errores y defectos; exige superarlos y construir con firmeza el socialismo en la Rusia Soviética (más tarde Unión Soviética), es decir, en un país. Inicialmente Lenin y también Stalin esperaban que la Revolución de Octubre fuera seguida por otras revoluciones en otros países y en ese sentido hablaron de una revolución internacional. Pero en este texto Lenin ya lo corrige y habla respecto de una época que inició con la revolución en Rusia y terminará con la “victoria sobre la burguesía” en todo el mundo. Por lo tanto, presiona para que la verdadera revolución tenga éxito en el marco nacional y contribuya así a una revolución internacional. La forma sigue siendo nacional. Para negar la acusación del trotskismo, que también fue hecha por la organización maoísta “Trotz alledem”, Stefan Engel vuelve a citar a Lenin:

Lenin ya reveló la estrecha relación de la revolución en un pañis con la revolución internacional:

Después de expropiar a los capitalistas y de organizar dentro de él la producción socialista, se alzaría contra el resto del mundo capitalista, atrayendo a su lado a las clases oprimidas de los demás países, levantando en ellos la insurrección contra los capitalistas, empleando, en caso necesario, incluso la fuerza de las armas contra las clases explotadoras y sus Estados’.” (La consigna de los Estados Unidos de Europa” Lenin, Obras Escogidas, Vol. 21, p.342) (En Engel, Aurora…, p. 135).

Stefan omite lo que Lenin dice inmediatamente:

Los Estados Unidos del mundo (y no de Europa) constituyen la forma estatal de unificación y libertad de las naciones, forma que nosotros relacionamos con el socialismo, mientras la victoria completa del comunismo no conduzca a la desaparición definitiva de todo Estado, incluido el Estado democrático. Sin embargo, como consigna independiente, la de los Estados Unidos del mundo dudosamente sería justa, en primer lugar, porque se funde con el socialismo y, en segundo lugar, porque podría dar pie a interpretaciones erróneas sobre la imposibilidad de la victoria del socialismo en un solo país y sobre las relaciones de este país con los demás.

El desigual desarrollo económico y político es una ley absoluta del capitalismo. De aquí se deduce que es posible que el socialismo triunfe primeramente en unos cuantos países capitalistas, o incluso en un solo país en forma aislada.”. (“La consigna de los Estados Unidos de Europa” Lenin, Obras Escogidas, Vol. 21, p.342)

Esto es está claro. Cierto es que Lenin habla aquí de la victoria mundial del socialismo y el comunismo como nuestro objetivo (a largo plazo). Pero no quiere que tales consignas universales obscurezcan las tareas concretas. Por lo tanto, se opone a los grandes slogans, pero en su lugar demanda trabajar para la revolución concreta, dondequiera y como sea posible, en uno solo país también. Además confirma que “el desigual desarrollo económico y político es una ley absoluta del capitalismo”, por lo que concluye que la victoria del socialismo “es posible primero en varios e incluso en un solo país capitalista”. Este argumento, escrito en 1915, dos años antes de la Revolución de Octubre, claramente contradice el uso de estas palabras de Lenin para apoyar el sueño dorado de una “revolución internacional”. Aquí también, Stefan Engel y su colectivo de autores omiten todas las consideraciones concretas con las que Lenin francamente trata con verdaderos problemas y dificultades y señala el camino. Pero eso no encaja con las exclamaciones idealistas de la “revolución internacional”.

En su propia defensa, en la página 136 también cita a Stalin:

En el debate con los trotskistas, Stalin también defendió inequívocamente la referencia a la revolución proletaria internacional:

El rasgo distintivo de este peligro es la falta de confianza en la revolución proletaria internacional; la falta de confianza en su victoria; el escepticismo respecto al movimiento de liberación nacional de las colonias y los países dependientes; la incomprensión de que, sin el apoyo del movimiento revolucionario de los otros países, nuestro país no podría mantenerse contra el imperialismo mundial; la incomprensión de que la victoria del socialismo en un solo país no puede ser definitiva, pues no puede estar a salvo de la intervención mientras la revolución no haya vencido en varios países, por lo menos; la incomprensión de ese requisito elemental del internacionalismo, en virtud del cual la victoria la victoria del socialismo en un solo país no es un fin en sí, sino un medio para desarrollar y apoyar la revolución en los otros países’.” (Preguntas y respuestas, discurso pronunciado en la Universidad Sverdlov, junio 9 de 1925”, Obras, Vol 7, p. 169 –las negritas y subrayado corresponden al original en el libro de Stefan, Aurora…, p. 136)

Aquí también es interesante ver lo que no es citado. Stalin se ocupa de la cuestión concreta de un participante en esa conferencia “¿Qué peligros hay de que nuestro Partido degenere como resultado de la estabilización del capitalismo, si esta estabilización dura mucho tiempo?” (Stalin, Obras, vol. 7 p. 165)

El da una lista de tres posibles peligros:

a) el peligro de perder la perspectiva socialista en la edificación en nuestro país y el liquidacionismo que de ello se deriva;

b) el peligro de perder la perspectiva revolucionaria internacional y el nacionalismo que de ello se deriva;

c) el peligro de que caiga el papel rector del Partido y, a consecuencia de ello, la posibilidad de que el Partido se convierta en un apéndice del aparato estatal. (Ibid, p. 166)

Stefan Engel cita la respuesta a la segunda pregunta, y Stalin se ocupa muy concretamente de los debates en la Unión Soviética y de las tendencias nacionalistas burguesas. Al mismo tiempo, y también de manera muy concreta, se ocupa del desarrollo desigual en el mundo y de la necesidad del internacionalismo proletario. Pero antes que nada, Stalin, como revolucionario práctico, parte de la “victoria del socialismo en un solo país”. En 1925 se acababa de ganar una guerra imperialista de intervención, con los esfuerzos más difíciles, con las batallas más duras, y sólo se había ganado con una gran solidaridad revolucionaria internacional. Pero sólo porque la posición de Stalin está firmemente basada en este hecho, sus observaciones adicionales tienen sentido: que esta victoria “no puede ser definitiva” porque “no tiene garantía contra la intervención hasta que la revolución salga victoriosa en al menos un número de países” “La victoria del socialismo en un país no es un fin en sí mismo, sino un medio para desarrollar y apoyar la revolución en otros países”. Hoy en día, ningún comunista serio niega este hecho de ninguna manera, por lo que Stefan Engel debe dar claridad sobre esto punto. Una vez más, las palabras citadas de Stalin no apoyan la concepción de Stefan Engel de “revolución internacional”.

Una vez más está claro: Stalin no soñó basándose en deseos y esperanzas abstractas, sino que vio claramente la forma nacional de las luchas sin olvidar la “perspectiva revolucionaria internacional”. Confirma el análisis de Marx y Engels en el Manifiesto Comunista en las condiciones concretas en las que el PCUS y la Unión Soviética luchaban en ese momento. No hay nada que pueda apoyar a la defensa de Stefan Engel de su nueva fase de un “dominio único del cartel del capital financiera” y sus “supermonopolios”.

Obviamente, se cita a Marx, Engels, Lenin y Stalin únicamente como obras maestras en el libro de Stefan Engel, para destacar su gloria su gloria en lugar de tratar seriamente con sus análisis verdaderos y dialéctico-materialistas. Podríamos proporcionar muchos otros ejemplos donde Engel distorsiona las citas. Si Marx, Engels, Lenin y Stalin ya confirmaron todas las tesis de Stefan Engel, entonces debemos preguntarle qué es realmente nuevo. En todos estos pasajes Stefan Engel es bastante vago, como por ejemplo en la cuestión de si el Estado todavía tiene o no poder real.

Trotsky y la Revolución Internacional

Veamos ahora a Trotsky, ya que Stefan Engel rechaza vehementemente que se le sitúe al mismo nivel que él.

En 1923, Trotsky también ve que “las fuerzas capitalistas de producción habían sobrepasado las fronteras de los Estados nacionales europeos” (citado de ¿Es apropiado el momento para la consigna: los Estados Unidos de Europa? En https://www.marxists.org /archive/trotsky/1924/ffyci-2/25b.htm). Él promueve los Estados Unidos de Europa, que fue enérgicamente desenmascarado por Lenin como imposible o reaccionario. Stefan Engel, como Trotsky, ve el “carácter predominantemente internacional” del “modo capitalista de producción”, pero en todo el mundo en vez de relacionado con Europa.

En su trabajo La Tercera Internacional después de Lenin, Trotsky escribe en 1928:

El 4 de agosto de 1914, sonaba la sentencia de muerte para los programas nacionales para siempre. El partido revolucionario del proletariado solo puede basarse en un programa internacional que corresponda al carácter de la época presente, la época del más alto desarrollo del capitalismo y su colapso.” Citado de: “¿Programa de la revolución internacional o programa del socialismo en un solo país?” en La Tercera Internacional después de Lenin, at https://www.marxists.org/archive/trotsky/1928/3rd/ti01.htm#p1-01

Para Trotsky, también, la “revolución internacional” es una frase abstracta que no existe en el contexto de la relación dialéctica concreta entre el carácter internacional y nacional de la revolución.

En el artículo anterior, Trotsky también ataca a la Internacional Comunista:

No hay justificación posible para la supresión del nuevo proyecto de programa de la consigna de los Estados Unidos Soviéticos de Europa, que había sido aceptada ya por la Internacional Comunista en 1923, después de una lucha interior bastante larga…

La manera de plantear la cuestión esbozada más arriba parte de la dinámica del proceso revolucionario, analizado en su conjunto. Se considera la revolución internacional como un proceso que posee su ligazón en el interior de sí mismo, que no puede preverse en su conjunto determinando de antemano la sucesión de todas sus fases, pero cuyos rasgos históricos generales son perfectamente claros. Sin comprender éstos, es absolutamente imposible orientarse juiciosamente en política.” (Ibid)

Destaca el carácter vago de la formulación de Trotsky. Habla de “la dinámica del proceso revolucionario, analizado en su conjunto”, sobre “los rasgos históricos generales” que no pueden ser prescindidos.

En lugar de negar que sus tesis son tomadas de Kautsky y Trotsky con citas parchadas, nos hubiera gustado que Stefan Engel de una extensa explicación de lo que él considera son sus diferencias con estas dos personas. Nosotros ¡no vemos ninguna diferencia!

Ante una crítica del periódico “Estrella Roja”, órgano del Partido Comunista de India/Marxista-Leninista (CPI/ML), Stefan Engel replica:

Cuando hablamos del carácter internacional de la revolución esto, por supuesto, no significa que, ante un mundo tan contradictorio, desigual y diferenciado, pueda tener lugar una revolución internacional homogénea. Muchos movimientos revolucionarios y revoluciones de escala y carácter variados tendrán lugar en diferentes momentos. Pero todos éstos —y éste es el punto decisivo— deben estar relacionados con el proceso de una revolución internacional. Eso es objetivamente el caso y será un hecho definitivo. El éxito de este proceso estará determinado por la cuestión de cómo los marxistas-leninistas se preparan conscientemente para esto a su debido tiempo y sacan conclusiones para su cooperación” (Stefan Engel, respuesta al periódico Red Star, 1 de julio de 2004, en: Engel, Aurora …, página 138)

Cómo se diferencia esto de Trotsky, quien dijo, en la cita antes mencionada: “La revolución internacional internacional es considerada como un proceso interconectado”.

Aquí tampoco miramos diferencias. En vez de un análisis concreto, nos alimentan con frases vagas que no nos llenan. Es una posición de total arbitrariedad, en la que Stefan Engel no se compromete con nada, absolutamente con nada.

Consejos para los partidos de todo el mundo

Nada de un carácter serio, pero una enorme confianza en sí mismo parece ser la motivación de Stefan Engel y su colectivo de autores. Provee consejo —libre de cargos y no solicitado— a gobiernos, partidos, pueblos, etc. en todo el mundo.

Así, explica a los pueblos de Vietnam, de la República Popular Democrática de Corea y de Cuba que “sólo las masas pueden crear las condiciones previas para otra revolución proletaria en una lucha democrática” (pp. 305-306). Ellos le agradecerán por esto.

Enseña a los gobiernos de Venezuela y Bolivia que “están luchando por la independencia económica, pero aún no han dado el paso decisivo de derrocar al aparato estatal, con sus múltiples dependencias de las antiguas clases explotadoras y el capital financiero internacional, por una revolución y el establecimiento de un nuevo poder popular democrático que tome el camino del socialismo” (pág 304).

Sin embargo, para evitar ser descubierto, subraya que “todos los países tienen sus peculiaridades geográficas, históricas, culturales y de otro tipo que la estrategia de la lucha por el poder debe tomar en consideración” (p 306)

En cuanto a África del Norte y los países árabes declara: “Puesto que los estados árabes en el mejor de los casos tienen limitadas democracias burguesas, pero a menudo están regidos por regímenes despóticos o fascistas, el establecimiento de un nuevo sistema antiimperialista y democrático también es necesario ahí.” (p. 311) Estas son frases baratas, que afortunadamente son gratuitas. No puede ser más que esto, porque Stefan Engel no sabe nada de las condiciones concretas en estos países y tampoco puede saberlas. Con su viaje verbal internacional de ida y vuelta quiere jugar para la galería. Al hacerlo, se pone en ridículo.

Y alegremente continúa. En Filipinas “las condiciones geográficas son importantes” (página 312). Con referencia a algunos países de África -Stefan Engel no dice a cuáles se refiere- recomienda: “En estos países, las organizaciones autogestionadas de las masas deben primero asegurar los medios de subsistencia más urgentes …” (pág. 312 )

Después de todo este buen consejo, de repente escribe: “No puede ser tarea de los marxistas-leninistas de Alemania elaborar estrategias concretas para países particulares. Esto debe ser hecho por los partidos revolucionarios locales.” (Página 312)

Con respecto a Túnez, publica una correspondencia anónima, a la que no se opone, cuyo contenido parece considerar lo suficientemente correcto e importante como para ser incluido en su libro: “En los comités revolucionarios se están celebrando debates muy intensos y muy apasionados. No hay partido o tendencia dominante en estos comités, sino gente de izquierda y revolucionarios de toda gama: socialdemócratas, anarquistas, trotskistas y los que se llaman maoístas y marxistas-leninistas. La construcción de un partido revolucionario apenas está comenzando. (Rote Fahne, N° 5, 2011, página 10)” (página 314)

Esa es una afirmación descarada. El MLPD fue invitado a la primera Conferencia legal del Partido de los Trabajadores de Túnez (POT). El MLPD conoce a este partido. Es un hecho conocido que el POT fue una fuerza líder en el derrocamiento del dictador tunecino Ben Ali. El POT es una parte activa del Frente Popular, que es la cuarta fuerza más fuerte en el parlamento tunecino, con 15 representantes. El camarada Hamma Hammami, portavoz del POT durante muchos años y ahora presidente del Frente Popular, llegó tercero en las elecciones presidenciales con el 8% de los votos. Todo el mundo sabe que en Alemania estamos lejos de tener tanta fuerza y apoyo entre la clase obrera y el pueblo. En las últimas elecciones al Parlamento Federal, en 2013, el MLPD obtuvo el 0,1% de los segundos votos (los votos para las listas de partidos, a diferencia de los primeros votos para candidatos directamente nominados o apoyados por los partidos). No queremos hacer comentarios despectivos sobre el resultado del MLPD. Otras fuerzas que a sí mismas se llaman marxista-leninistas difícilmente lograrían un mejor resultado en la actualidad. Pero esto no es motivo de arrogancia. Bajo tales circunstancias, afirmar que en Túnez “la construcción de un partido revolucionario apenas comienza” es una insolencia. Francamente hablando, uno debe avergonzarse de dar tales consejos y hacer tales “evaluaciones”.

Precisamente con una actitud tan arrogante, Stefan Engel establece las tareas que en su opinión los marxistas-leninistas deben cumplir:

1. El movimiento revolucionario proletario en los centros del sistema imperialista mundial se enfrenta a la tarea histórica de librar las batallas decisivas contra las principales fuerzas del imperialismo. Bajo la dirección de su partido revolucionario y en alianza con la intelectualidad pequeñoburguesa y las grandes masas, la clase obrera debe derrocar directamente a su propia burguesía monopolista mediante un levantamiento armado y establecer la dictadura del proletariado”. (p. 307) Cuando uno lee eso, uno queda ¡maravillado! ¡Nadie lo sabía hasta ahora! Muchas gracias al gran gurú; ¡arrodillémonos ante él! Por fin ha dejado esto claro para todos los estúpidos marxistas-leninistas. Además, es tan concreto que ¡todos los problemas existentes han sido resueltos!

Y el gurú continúa:

2. La lucha de liberación antiimperialista en los países neocolonialmente dependientes y oprimidos tiene el objetivo de derrocar al gobierno subordinado al imperialismo y de aplastar la máquina del Estado neocolonial para lograr la independencia del imperialismo.” (pág. 307)

Ya podemos escuchar todos los gritos y vítores de los países dependientes y oprimidos frente a tan profunda sabiduría. Pero pensamos que esto es una expresión de la arrogante actitud neocolonialista de Stefan Engel, tal vez cree que todas las demás personas son tan estúpidas que tienen que ir a su escuela.

4. En los antiguos países neocoloniales que aspiran al poder imperialista, como India, Brasil y Corea del Sur, la revolución internacional debe resolver contradicciones particulares y por lo tanto tiene un carácter particular ….

Es posible que una guerra popular temporal de los pueblos indígenas o las masas campesinas rurales acompañe el levantamiento armado en los centros” (pp. 309-310; en la edición alemana dice “denkbar”, que ha sido traducido como “posible”, pero también puede traducirse como “pensable”, “imaginable”.)

Aquí, también, debemos estar inmensamente agradecidos. ¿Quién hubiera pensado que existían contradicciones particulares? ¡Y muchas cosas son “pensables”! Es también pensable que no necesitamos tal charla pues no contiene nada, sino frases sin sentido. ¿Cómo puede alguien asumir el favor de todo el mundo con lo que es “pensable” en su cerebro? Y hay otra pieza de la sabiduría de Stefan Engel: “Si la revolución falla, el revolucionario debe retirarse” (p.321).

Stefan Engel plantea las tareas de los partidos marxistas-leninistas de los países industriales para conquistar al proletariado industrial. ¡Eso es nuevo! ¡Todos hemos esperado eso! Por supuesto, él tiene un consejo más grande para nosotros:

1. Propagación del socialismo científico (…)

2. Agitación y propaganda entre los trabajadores y las masas populares y ayuda en todos los problemas prácticos de la vida cotidiana (…)

«3. Promoción de organizaciones ueberparteilich2[2] de autogestión de las masas para la lucha en nombre de sus intereses más importantes …

4. La preparación y conducción de las luchas deben estar relacionadas con la agitación y la propaganda marxista-leninista. Las luchas por las preocupaciones económicas deben combinarse con huelgas y manifestaciones políticas y convertirse en una lucha política contra el gobierno. De esta manera, esa luchas por las reformas pueden ser usadas como una escuela práctica de la lucha de clases, lo cual es idéntico a hacer frente a las influencias del modo de pensar pequeñoburgués. En la situación de transición de la lucha de clases nacional a internacional, todas las luchas deben ser utilizadas para promover una conciencia internacionalista y para organizar la solidaridad internacional.

Estas cuatro tareas fundamentales —la unidad dialéctica de la agitación, la propaganda y la organización, el partido y las masas, la lucha nacional y el compromiso internacionalista— deben orientarse hacia la tarea estratégica central de conquistar a la mayoría decisiva del proletariado industrial internacional, de su centro con conciencia de clase y por esta razón siempre debe combinar la estrategia y la táctica proletaria con la estrategia y la táctica en la lucha por el modo de pensar.” (pp. 332-334, negrita en el original)

Es increíble que cualquiera tenga la audacia de tratar a partidos y organizaciones marxistas-leninistas como estudiantes de primer año en una escuela de aldea, y en letras negritas para difundirlas como grandes ideas de su profundo análisis. Sin este gran gurú, ¿quién habría pensado hacer propaganda y agitación, difundir el socialismo científico, ayudar a las masas a organizarse a promover el internacionalismo proletario? Es asombroso que cualquiera sea tan atrevido para presentarse como un gurú neocolonial, para tener su libro traducido a varios idiomas y distribuido por todo el mundo.

Después de eso, Stefan Engel advierte:

El análisis concreto y sistemático de la situación concreta es vital para los marxistas-leninistas a fin de adaptarse a los cambios del mundo a su debido tiempo, reconocerlos y evaluarlos correctamente y unificar su estrategia y táctica concretas con los partidos y organizaciones revolucionarias el mundo”. (pp. 511-512)

Estaría bien si finalmente lo proporcionara. En cambio, recibimos páginas de listas de fenómenos y una y otra vez evasivos consejos, que podría ser de esta manera, pero también podría ser de otra manera. Y finalmente podemos crear “la unidad dialéctica de la agitación, la propaganda y la organización, del partido y de las masas, de la lucha nacional y del compromiso internacionalista” (página 334). Para nosotros esto no dice nada.

No queremos atormentar a los lectores con más incontables “pedazos de consejos”. Si alguien los necesita, pueden leer todo el libro.

¿Todas las cosas internacionales?

El libro de Stefan Engel termina con el llamamiento:

Adelante con la revolución socialista internacional!

¡Avanzar a los estados socialistas unidos del mundo!” (P.570)

Finaliza: “Con la estrategia y la táctica de la revolución internacional están en condiciones de unir las luchas de liberación social y nacional que se producen en todo el mundo en un poderoso diluvio que derribe todas las barreras de la vieja sociedad” (p. 569)

Aparte de su mencionado “consejo”, no nos dice lo que quiere decir con esto. Recordemos una vez más el comentario de Lenin que ya hemos citado:

Sin embargo, como consigna independiente, la de los Estados Unidos del mundo dudosamente sería justa, en primer lugar, porque se funde con el socialismo y, en segundo lugar, porque podría dar pie a interpretaciones erróneas sobre la imposibilidad de la victoria del socialismo en un solo país y sobre las relaciones de este país con los demás.”. (“La consigna de los Estados Unidos de Europa” Lenin, Obras Escogidas, Vol. 21, p.342)

Stefan Engel ya invocó la internacionalización de la producción, de la clase dominante, pero también del proletariado. Escribe:

En el proceso de la división internacional del trabajo y a nivel de los sistemas internacionales de producción, en los últimos decenios se ha desarrollado un proletariado industrial internacional. Hoy es la fuerza que puede y debe ir a la cabeza de la lucha internacional contra el imperialismo y por el socialismo” (p.18).

La internacionalización de las fuerzas productivas inevitablemente debe conducir a la internacionalización de la lucha de clases y estimularla. Signos inconfundibles de que este proceso ya está en pleno apogeo pueden observarse en todas partes del mundo…” (p.12)

Pero la línea de desarrollo a comienzos del siglo XXI es clara: la tendencia principal en el mundo es la preparación de la revolución socialista internacional” (p.13).

La tendencia a la crisis general del imperialismo se ha desarrollado de manera universal. (…) Constituyen el fundamento material general para la emergencia de una crisis mundial revolucionaria, la condición objetiva y subjetiva para la maduración de la revolución socialista internacional” (p.18).

Es un hecho que las condiciones para la clase trabajadora en diferentes países se han desarrollado de manera diferente. Por ejemplo: la situación de la clase obrera en Grecia no puede compararse con la de Alemania. Y cuando miramos a la clase obrera india o argentina vemos que las diferencias son aún más drásticas. Podemos tomar cualquier país para ver que las diferencias están creciendo. Desde el punto de vista materialista, esto en realidad conduce a una competencia más aguda dentro de la clase obrera. Por supuesto, ¡la solidaridad internacional trabaja en contra de esto! Pero esto ha existido desde los tiempos de Marx y Engels. ¿Qué hay de nuevo aquí?

Incluso debemos notar que las diferencias se han vuelto aún mayores. Ya en 1915, Lenin escribió: “El desigual desarrollo económico y político es una ley absoluta del capitalismo”. (Lenin, Sobre la consigna de los Estados Unidos de Europa, Colección de Obras, Vol. 21, p. 342)

Tomemos como ejemplo la llamada “Primavera Árabe”. En Túnez, donde este proceso tuvo su comienzo, existió un fuerte Partido Comunista, una clase obrera militante y fuerzas progresistas dentro del pueblo. Fueron capaces tanto de perseguir al dictador Ben Ali como de impedir una dictadura islamista. En Egipto, este proceso fue diferente. Si bien hubo un fuerte movimiento progresista, carecía de una fuerte fuerza revolucionaria. Aunque el pueblo pudo derribar al dictador Mubarak, el imperialismo inicialmente pudo establecer un gobierno islámico bajo el presidente Mursi, que poco después, cuando los islamistas ya no eran necesarios, fue derrocado por un golpe militar y una dictadura militar se estableció nuevamente. En Libia y Siria, el imperialismo aprovechó las protestas iniciales para, con la ayuda de fuerzas islámicas reaccionarias y bandas terroristas, luchar en contra gobiernos inaceptables para ellos. Por lo tanto, las condiciones, el rumbo y los resultados son extremadamente diferentes. Lenin siempre explicó estas dificultades en detalle, mientras que Stefan Engel evita esto.

Pero tomó precauciones para estar a salvo. Por un lado transmite grandes consignas, mientras que por otro lado también afirma lo contrario, cubriéndose así contra cualquier cambio. También dice:

Las condiciones concretas para la lucha de clases proletaria difieren mucho de un país a otro, porque la internacionalización de la producción capitalista también ha dado lugar a la intensificación del desarrollo desigual del capitalismo. Nunca antes el peso de las diferentes potencias imperialistas o de los bloques de poder se desplazó tan rápidamente, las grandes poderes y alianzas se quedaron rezagadas o han ganado un nuevo predominio tan dramáticamente. En el reflujo y el flujo de estas fuerzas relativas cambiantes, las contradicciones sociales dentro de los países y a veces incluso el cambio de carácter de estos países.” (p.340) (La palabra alemana “Gewoge” se ha traducido aquí como “reflujo y flujo”; significa “olas tempestuosas”, es decir, «cambios rápidos».)

La reorganización de la producción capitalista internacional intensificó aún más el desarrollo desigual de los países neocoloniales” (p.490).

Como ya se ha dicho: es más fácil clavar una tortilla en la pared que atar a Stefan Engel a algo concreto en las “olas tempestuosas” de su pensamiento.

Y una vez más, debemos recordar a Trotsky, a quien ya citamos arriba:

La manera de plantear la cuestión esbozada más arriba parte de la dinámica del proceso revolucionario, analizado en su conjunto. Se considera la revolución internacional como un proceso que posee su ligazón en el interior de sí mismo, que no puede preverse en su conjunto determinando de antemano la sucesión de todas sus fases, pero cuyos rasgos históricos generales son perfectamente claros. Sin comprender éstos, es absolutamente imposible orientarse juiciosamente en política.” (Citado en https://www.marxists.org/archive/trotsky/1928/3rd/ti01.htm#p1-01)

En lugar de “olas tempestuosas” aquí encontramos “dinamismo”, en ambos casos el significado es vago. No podemos ver ninguna diferencia en sus posiciones.

Es similar con una tendencia a la izquierda, descubierta por Stefan Engel. Con referencia a Alemania en los años 2004-2005, escribe:

Se desarrolló una tendencia a la izquierda entre las masas que se opusieron cada vez más no sólo a los gestores de los monopolios con ganancias y poder, sino también al sistema de ganancias y al capitalismo en su conjunto.

La tendencia hacia la izquierda es un fenómeno internacional que ocurre en diferentes formas y características diferentes. Significa la transición a una etapa cualitativamente nueva en el desarrollo de la conciencia de clase, un desarrollo definido hacia la transición a la conciencia socialista” (p.214).

En la página 155 habla de una “tendencia mundial a la izquierda”.

A pesar de todas las diferencias existentes en los distintos países, la conciencia de clase ha despertado a gran escala y una tendencia universal a la izquierda ha surgido entre las masas”.

Una vez más, esto ha sido muy simplemente reunido. En realidad, vemos desarrollos muy diferentes en cada país. Mientras que en Francia los trabajadores y los jóvenes luchan en las calles contra la nueva ley laboral, las precarias condiciones de trabajo y los bajos salarios, el racista y reaccionario Frente Nacional obtuvo muy altos resultados electorales de los estratos atrasados. En Alemania, la racista, reaccionaria Alternativa para Alemania (AfD), un partido con muchos miembros fascistas, obtuvo grandes resultados electorales, lamentablemente, sobre todo de parte de la clase trabajadora. En algunos estados de Europa del Este como los países bálticos, Hungría, Polonia, etc., las fuerzas más reaccionarias forman los gobiernos. Y esas tendencias ya eran conocidas hace cinco años. En lugar de un estudio concreto, en el libro de Stefan Engel ¡no hay nada más que frases! Trotsky ya luchó con tales frases contra la construcción del socialismo en la URSS.

Uniendo en un sistema de dependencias y de contradicciones países y continentes que han alcanzado grados diferentes de evolución, aproximando los diversos niveles de su desenvolvimiento y alejándolos inmediatamente después, oponiendo implacablemente todos los países entre sí, la economía mundial se ha convertido en una realidad poderosa que domina la de los diversos países y continentes. Este solo hecho fundamental da un carácter profundamente realista a la idea del partido comunista mundial.” (La Tercera Internacional Después de Lenin, en https://www.marxists.org/archive/trotsky/1928/3rd/ti01.htm#p1- 01

Estas frases son igualmente vagas, como son las de Stefan Engel. La común del libro “Aurora de la Revolución Socialista Internacional” es la confusión, escapa a utopías bastante espirituales en lugar de ocuparse de las realidades de la lucha de clases. Tales frases idealistas no tienen nada que ver con el marxismo.

El juicio de Lenin sobre las fantasías de Kautsky y el daño que causaron también se aplican aquí:

Pero quien se atuviera en la práctica a tal concepción sería un oportunista que pretende ignorar los más graves problemas de la actualidad para soñar con problemas menos graves que se plantearían en el porvenir. En teoría, ello significa que en lugar de apoyarse en la evolución, tal como se presenta actualmente, se separa deliberadamente de ella para soñar (“Prefacio al Folleto de N. Bukharin, Imperialismo y Economía Mundial”, Lenin, Obras Recopiladas, Vol. 22, p.107)

Observaciones finales

Durante muchos años hemos cooperado en la lucha de clases en muchos lugares con compañeros del MLPD, por ejemplo en empresas y sindicatos, en la lucha contra el fascismo y la guerra y contra los recortes sociales. A pesar de nuestras críticas, continuaremos con esta cooperación. Creemos que es necesario crear un frente común contra el capital. Nuestra crítica no se limita a Stefan Engel y su colectivo de autores. Durante mucho tiempo hemos observado que las fuerzas que se reivindican como comunistas o marxistas-leninistas con frecuencia usan las obras de Marx, Engels, Lenin y Stalin como una caja de recambios de las que toman lo que les conviene. Todo el mundo tiene una opinión ya formada, una hipótesis, un “análisis” y luego busca citas para usarlas como escudo contra cualquier crítica o como “evidencia”. Eso no es marxismo, es algo extremadamente superficial y un signo de bancarrota intelectual. El marxismo-leninismo es una ciencia. Las citas, independientemente de quién son, no son evidencia. La evidencia debe ser tomada de la realidad. Ese era el método de Marx, Engels, Lenin y Stalin. Y ese debe ser el método de todos los marxista-leninistas. Cuando estudiamos las obras de Marx, Engels, Lenin y Stalin no lo hacemos para adornarnos con ellas, sino para comprenderlos, asimilarlos y utilizarlos para un análisis dialéctico, materialista e histórico de nuestra situación y para avanzar hacia la revolución socialista.

Niels Clasen

Organización para la Construcción del Partido Comunista Obrero de Alemania

1 Esta es una cita de Karl Liebknecht, en la que destacó que a pesar de la derrota de la revolución proletaria en Alemania en 1919, tenemos que continuar nuestra lucha para derrocar el poder burgués.

2 Ueberparteilich – literalmente: arriba del partido – significa trabajar juntos en la igualdad, sobre la base de la lucha, por objetivos comunes, sin tener en cuenta la afiliación partidaria – nota del traductor.) (Nota en la edición inglesa del libro de Stefan Engel. la palabra alemana «ueberparteilich» es: «no partidista» o «superior a la parte».)

BOLIVIA: NO REFORMAR LA JUSTICIA PUTREFACTA. REVOLUCIÓN REAL Y PODER POPULAR PARA CONSTRUIR UNA JUSTICIA PREVENTIVA CON LA SOCIEDAD DE NUEVOS VALORES.

Después de un vergonzoso fracaso en la llamada Cumbre por la Justicia, que prometía una reforma o cambio en la justicia (promesa constante de los gobiernos de turno), este 3 de diciembre, es la fecha para la jornada de elecciones judiciales, con el fin de “mejorar la justicia”, cuya crisis tiene origen en los intereses de clase que han regido en nuestro país desde su fundación. Hoy sólo se busca formalizar el nombramiento de jueces, que más allá de su voluntad personal responden a intereses de la clase dominante.

El gobierno busca deslindando toda responsabilidad de este fracaso y transmitiendo la misma a la sociedad (puesto que nosotros “elegiremos”). Esto en medio de amenazas que atentan la libertad de expresión, el derecho a ejercer el voto de la manera que uno considere y el derecho a organizarnos como sociedad civil para emitir diferentes criterios frente a la coyuntura nacional.

Se ha intentando quitar la posibilidad de informar sobre la facultad de votar nulo o blanco bajo amenazas de multas. Un ejemplo claro son los amedrentamientos que sufrieron personas que realizaban esta labor y fueron arrestadas “por confusión” de los funcionarios policiales.

A esto se suma la insistencia de nombrar como jueces a quienes ganen por simple mayoría y no así por mayoría absoluta (50%+1) ignorando la voluntad de rechazo expresado en el voto nulo o blanco.

El trasfondo de este proceso, que ya ha mostrado varias irregularidades, y que además presenta vicios desde su inicio, es que:

a) La elección de candidatos fue realizada por la Asamblea Legislativa Plurinacional y no así un comité técnico especializado en el tema. Esto rompe con la independencia de poderes, principio fundamental del Estado de Derecho (que tanto dicen defender).

b) La transformación en la justicia debería venir por cambiar la estructura putrefacta del Órgano Judicial; no solo se hace un cambio de servidores, mismos que una vez asuman sus cargos estén dentro el sistema se toparan con infinidad de obstáculos que impedirán un cambio real, que sólo podrá ser producto de un cambio revolucionario en la sociedad.

Se ha intentado generar por parte de algunas personas la equivocada percepción de que votar nulo es apoyar a la vieja derecha y votar valido es apoyar a la nueva derecha gubernamental; para los comunistas el voto nulo representará el rechazo total al Sistema de Justicia putrefacto, un rechazo a la falta de independencia de poderes, un rechazo a las vacías promesas de Reforma, y además el mensaje de buscar una alternativa de Justicia, que sea producto de una Revolución Socialista real y un Nuevo Estado Socialista de poder popular que sea el principal encargado de romper las injusticias sociales, generando una educación (preventiva al delito), salud, trabajo, pero además ofreciendo una liberación de la sociedad.

La Paz, 26 de noviembre de 2017

BURÓ POLÍTICO DEL PCR

Santos, sus demonios y la visita papal

Desde el año pasado se venía rumorando sobre la visita a Colombia del pontífice argentino domiciliado en Roma; ahora no es una especulación, es compromiso público del Estado Vaticano llegar a Cartagena, Medellín, Villavicencio y Bogotá, lugares de alta conflictividad política, social y económica y con distintas aristas en el contexto de la acentuada crisis del país. Son ciudades que no están lejos de donde se libran la mayoría de combates entre tropas gubernamentales y efectivos de la insurgencia; así, se dan hechos urbanos de importancia militar como el reciente golpe asestado por el ELN a una escuadra de efectivos del sanguinario y tenebroso escuadrón policial antidisturbios ESMAD ubicada en Bogotá.

Se dice que “el Papa no viene a favorecer una posición distinta que no sea la paz” y desde allí hacen referencia a su mención de la necesidad de “luchar sin descanso contra toda forma de injusticia, de inequidad, de corrupción, de exclusión”, por tratarse de males que, “destruyen la vida misma de la sociedad”, como señala la carta del Secretario de Estado del Vaticano para anunciar la visita.

También se indica que el Papa Francisco se referirá con acento especial a la urgencia de atacar algunas causas del conflicto armado para llegar a una paz “estable y duradera”. Este enfoque ya es lo suficientemente político como para que lo puedan capitalizar únicamente los que estuvieron negociando sobre el fin de la guerra en la Mesa de La HabanaCuba. Habrá una notable puja para tratar de quedarse con las palabras que sobre la paz pronuncie el purpurado.

Es decir, en todo esto de la visita papal hay un hondo sabor espiritual, pero su visita es, en esencia, un hecho político claramente marcado por los propósitos que se exponen públicamente, y el apoyo que buscan recabar entre los millones de colombianos que siguen los dictados de la iglesia católica, en un contexto que no puede dejar de leer el difícil momento por el que pasa la implementación de los acuerdos de La HabanaTeatro Colón, modificados hoy al gusto del Ejecutivo con los ajustes del Congreso en sus debates de “vía rápida” (“Fast Track”).

Se dice que el Papa Francisco asignará a sus obispos y sacerdotes el mandato de “Asumir el riesgo de convertir toda la Iglesia, cada parroquia y cada institución, en un hospital de campo, en el lugar seguro en el que se puedan encontrar quienes experimentaron las atrocidades y quienes actuaron desde la orilla de la violencia”.

Entre tanto, lo que buscarán a todo costo desde el alto gobierno de Colombia y la alta jerarquía eclesiástica aliada de Santos, es utilizar desde ya la anunciada visita papal para mejorar la expectativa popular sobre las supuestas bondades de los acuerdos de paz.

Ellos bien saben que ha venido evaporándose de las mentes del pueblo esa esperanza de mejor vida al ver que su situación social se va deteriorando con las decisiones económicas, sociales y políticas del gobierno, al punto que ya varios sectores del pueblo confirman la denuncia que la salida de las FARC de sus territorios ha dejado las manos libres del capital nacional y extranjero para poner en marcha sus arbitrariedades y abusos, que incluyen el fortalecimiento del paramilitarismo que ya ha cegado la vida de 150 dirigentes sociales y políticos que se entregaron con fe a trabajar por los acuerdos para la “dejación de armas” de las FARC.

No sirvió mucho el Nobel de la Paz…

Las limitaciones de las acciones publicitarias para actuar sobre las porosidades de la sicología social fueron evidentes al usarla como medio para aclimatar entre las mayorías de los pueblos que habitan Colombia los “acuerdos de paz” para imponer el SI en el plebiscito de octubre de 2016, pues, el discurso se hace cada vez más vacío cuando no aparecen realizaciones que muestren disposición a cambiar en el régimen y el gobierno.

En efecto, luego del empalagoso ruido publicitario y el boato de los actos en Cartagena, a propósito de la segunda firma de los acuerdos que ponen fin a la existencia de las Farc como guerrilla (la primera firma fue en La Habana y con pompa internacional), los colombianos difícilmente olvidarán la costosa publicidad, apenas superada por la usada para impulsar el fracasado plebiscito para refrendarlos, manejada para anunciar el viaje de Santos a Noruega a recibir el premio Nobel de la Paz.

Tampoco se olvidan del costo de los anuncios publicitarios del encuentro de poca altura y corto alcance efectuado en el Coliseo de Ferias de Bogotá que inducía a pensar en un acto para mercadear como una mercancía más el anhelo popular de paz y no en evento para poner a jugar la inteligencia con soluciones profundas que den una salida política integral al conflicto surgido desde el segundo cuarto del Siglo XX. Allí, en ese recinto ferial, unos pocos poseedores de esa distinción honorífica, tan puesta en cuestión por estos días en que la ostentan personajes que desplegaron muchos comportamientos y decisiones políticas y militares contrarias a la paz como el expresidente imperialista yanqui Barak Obama.

Claro está, Santos no podía cambiar su imagen con ese Nobel. Luego de tanto pavonearse por sus decisiones de uso de la fuerza contra el pueblo y no sólo contra las guerrillas; de violador de la soberanía nacional del Ecuador con el bombardeo a Angostura, por obra y gracia de los medios de comunicación masiva no lograría pasar a ser “adalid de la Paz” viniendo de ser, por muchos años, el ministro de defensa militaristaguerrerista y el presidente heredero y alumno de la “Seguridad Democrática” de Uribe, que incrementó el holocausto del pueblo colombiano en su lucha por la liberación social y nacional, atizando la lucha de clases al poner más clara y viva las contradicciones entre trabajo asalariado y capital, entre la oligarquía y el pueblo y entre la nación y el imperialismo.

¿Servirá a la paz la visita del Papa?

La visita papal es un titular utilizado para airear el tema de la paz, se da justo en estos momentos de la entrega de las armas de las Farc e inicio de la implementación de los acuerdos que en muchos casos no pasará de ser “otra ley”, donde el acostumbrado santanderismo salta como medio para controlar población con su emisión de normas demagógicas.

Este anuncio de la visita del purpurado también coincide con un momento en que los acuerdos de La Habana están siendo cuestionados por los incumplimientos, las nuevas modificaciones en el Congreso y por los engaños que ellos entrañan, según varios actores de mayores desempeños en la dinámica externa e interna de la mesa de negociaciones de Cuba que empiezan a ver “engaño” y “estafa” del Gobierno pues no responde a la hora de cumplir, o busca retorcer el sentido que le dieron.

Se está abriendo paso la idea recogida por el imaginario popular “les metieron conejo a las Farc”, o sea que cayeron en una trampa que les sirve a los planes de rendición de Santos y los imperialistas yanquis y del mundo entero, tan regocijados al ver pisoteado el derecho a la rebelión.

De allí que la real conducta política del Estado Vaticano será más visible cuando sea imposible acallar o dejar de ventilar las falencias del acuerdo de cúpulas que tuvo como escenario a la Isla de Martí. Entonces, cuando llegue el Papa en octubre, ya se habrán dejado ver las tropelías que se avecinan con la implementación legal en el Congreso contra la libertad política del pueblo, la verdad, la justicia, la reparación de las víctimas y garantías de no repetición para el pueblo, pues, ya las medidas económicas contra la paz han galopado con la ley agraria de las ZIDRES en 2016, el salario mínimo de 2017, el incremento de la tercerización, la nueva oleada de privatizaciones y la nueva reforma tributaria en marcha, con un Nuevo Código de Policía que les facilita más la criminalización de la lucha popular.

El mismo Papa Francisco, frente a la “justicia social”, en una entrevista con el diario italiano ‘Il Messagero’, lanzó una frase bastante significativa: “Los comunistas nos han robado la bandera de los pobres” y ha asegurado que “la bandera de los pobres es cristiana”. Entonces está por verse si el Jefe del Estado Vaticano se limitará a aplaudir el cese de choques militares entre la Farc y el gobierno y la terminación de esa guerrilla o se comprometerá con el combate a las causas que generaron el conflicto.

Pero esto de la participación social que se leen en varias citas de frases del máximo jerarca católico, puede tener plena aplicación inmediata si los creyentes en esa religión trabajan en sintonía con el impulso de la participación social y el diálogo nacional en la solución del conflicto planteado desde la Mesa de Quito, que el gobierno de Santos negó en las negociaciones de La Habana y de nuevo, contrariando lo acordado en la agenda con el ELN, el jefe negociador calificó como NO vinculante el mismo día de la instalación de la Mesa el pasado 7 de febrero en las afueras de Quito. Entonces se supone que aquí hay una oportunidad para aplicar lo que el prelado ha enfatizado en su visita a Manila cuando señaló que “es un deber escuchar la voz de los pobres”.

¿La amnistía para insurgentes puede volverse perdón a criminales de guerra?

Es, de hecho, la amnistía, la seguridad jurídica de no ser encarcelados, constituye uno de los temas medulares de la negociación con las Farc, pues el Nuevo Movimiento Político que piensan lanzar en pocos meses parte de contar con la afiliación de los actuales miembros de esta guerrilla en trance de desmovilización.

De hecho, la existencia de una Ley, como ya lo anotamos, no supone una solución de un problema, incluso algunas los agravan. La Ley 1820 de 2016, referida a la amnistía, indulto y tratamientos especiales, votada con el mecanismo antidemocrático por lo brevísimo (fast track), desconoce la esencia del delito político, por tanto, sus marañas hacen que a pesar de empezar a regir el 30 de diciembre de 2016 aún no hay centenares de exguerrilleros amnistiados mientras si les presionan a cumplir con los plazos para hacer entrega de las armas, que es la gran meta del Acuerdo.

En el diario El Espectador del pasado 17 de enero, el periodista Carlos Martínez tituló: “En marzo 1.200 militares y policías, involucrados en delitos por conflicto, quedarán en libertad.”

En desarrollo de esa nota se lee: “El Ministro de Defensa Nacional Luís Carlos Villegas, anunció que, para la primera semana de marzo del presente año, 1.200 militares, implicados en delitos relacionados con el conflicto armado, quedarán en libertad, una vez entre a operar la Justicia Transicional para miembros de la Fuerza Pública.”

Villegas advirtió que, a diferencia de la Justicia Transicional para miembros de las Farc, la cual se acordó en La Habana, la de los militares se hizo de manera unilateral por el Gobierno Nacional, pensando en los hombres que resultaron envueltos en esta clase de delitos.

También aclaró que los uniformados que se acojan a esta Justicia Especial y se de vía libre a este Acto Legislativo, tan sólo pagarán una condena de cinco años, como una muestra de perdón, olvido y reparación.”

Indicó, además, que en el caso del general Jaime Uscátegui, condenado por la masacre de Mapiripán, aunque no conoce en detalle el caso, el ministro señaló que también podría acogerse a los beneficios que señala la Justicia Especial para militares.”

El lunes 13 de marzo, rápidamente, se aprobó el acto legislativo reformatorio de la desencajada y estropeada Constitución del 91, que implementa los contenidos de la Jurisdicción Especial de Paz JEP. A este contenido constitucional se agregan las observaciones arriba señaladas por el ministro de Defensa y ex-negociador en La Habana y exembajador en Washington, al igual que las glosas del Fiscal General de la Nación que favorecen la impunidad de los civiles que han financiado el paramilitarismo y procedimientos sicariales para eliminar líderes sociales y políticos, así como potencia el desconocimiento de la conexidad entre delito político y delito común para bloquear la salida política al conflicto armado.

En esas condiciones, toda la demagogia gubernamental sobre las víctimas, la verdad y la no repetición queda en palabrería. Así los esfuerzos del movimiento de defensa de los derechos humanos queda burlado al quedar en el cesto de la basura cibernética de la justicia sus esfuerzos para probar y demostrar la existencia por décadas del Terrorismo de Estado, como política auspiciadora del paramilitarismo y el terror ejercido por la fuerza pública, uno de los ejes del proceso de fascistización del régimen político en Colombia.

Entonces, como dice la canción del grupo La Muralla: Qué dirá el santo papa / que vive en Roma / si le están degollando a sus palomas…

El delito del narcotráfico como espada de Damocles

A lo aprobado sobre la JEP, que junto a la Ley 30 de 1986 ya constituye un mamotreto jurídico de engorroso manejo, se le adherirá otra Ley para abordar la conexidad del delito político y el delito del narcotráfico, lo que es un evidente peligro para procesar en cualquier momento a los desmovilizados de las Farc, o negarles la amnistía y el indulto.

Esto incluye el peligro de extradición a los Estados Unidos, que ha solicitado nuevos miembros de las Farc para procesarlos por narcotráfico, asunto de graves consecuencias pues está la burla a las Farc con el incumplimiento de la promesa de Santos de liberar a Simón Trinidad, actualmente preso en EEUU. Entonces, pueden temer los jefes de las Farc, que insisten en no pagar un solo día de cárcel.

Como está en la carta de confirmación de la visita del Papa Francisco a Colombia, él viene fundamentalmente a “respaldar de manera personal el proceso de paz”. Cualquier lector de esta realidad de crisis de los Acuerdos con las Farc se preguntará: ¿de qué proceso se está hablando en el Vaticano? ¿de la lucha por la paz o de un armisticio para formalizar la rendición (¿o derrota?) de las Farc?

Pero el Vaticano habla de la necesidad de trabajar por la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas. Es decir, tendría que modificar este criterio o entrar en el detalle de los acuerdos de La Habana y compenetrarse con la actividad tendiente a lograr los cambios que supone sacar adelante la Mesa de Quito con el ELN. De quedarse solo en las frases que estimulan la religiosidad y tratan de trascender a la espiritualidad, el purpurado y su Estado Vaticano se moverían a dejar esos enunciados para la “justicia divina” dejando a los miembros de su congregación en el terrenal infierno de la “injusticia social”.

La realidad de las tramoyas del gobierno para lograr la desmovilización de las Farc supera lo imaginable, por tanto los demonios que ha desatado la desastrosa gestión presidencial de Santos, que ya incluye la corrupción descarada al estilo Uribe, en la entraña del gabinete, son hechos que lo tienen atrapado y la visita de un gran jerarca religioso no podrá librarlo de ellos.

Partido Comunista de Colombia (MarxistaLeninista)

Comité Ejecutivo Central

La situación política actual en Costa de Marfil, y las tareas del proletariado

Costa de Marfil
Partido Comunista Revolucionario de Costa de Marfil

Costa de Marfil tuvo desde 2002 hasta 2011 una guerra civil reaccionaria, que enfrentó dos fracciones rivales de la alta burguesía, al servicio del imperialismo internacional, particularmente el francés. Esa guerra terminó con la intervención de las fuerzas armadas francesas, para imponer a una de las fracciones. Los grandes burgueses organizados en el «Frente Patriótico» de Laurent Gabgbo perdieron el poder en beneficio de los grandes burgueses organizados en la «Unión de los Houfetistas1[1] por la Democracia y la Paz» (RHDP) de Alassane Ouattara. El traspaso de poder tuvo lugar en el estricto marco del sistema neocolonial. Es decir, Costa de Marfil sigue siendo un país subdesarrollado, integrado en la carcasa del sistema capitalista imperialista mundial. El poder en manos de la alta burguesía sigue siendo antidemocrático contrario a las libertades. ¿Ante esta situación cuáles son las tareas del proletariado y de su vanguardia?

Una nación bajo la dominación del imperialismo internacional

Costa de Marfil es uno de los países de África en el que el imperialismo lo decide todo, tanto la lluvia como el buen tiempo. Decide la orientación económica y social, sobre que clan de la alta burguesía debe ocuparse de los negocios, etc.

Todos los planes para el desarrollo económico y social, así como los presupuestos, se someten a la validación del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Banca Mundial (BM) y a los organismos de las potencias imperialistas para el desarrollo. Lo esencial de los capitales invertidos en los sectores modernos como la energía, la minería, el petróleo, la transformación de los productos agrícolas, el comercio exterior, la infraestructura de las carreteras, aeroportuarias y portuarias, etc. están en mano de sociedades francesas, estadounidenses, chinas, etc.

En el plano político, desde la independencia nominal decidida por Francia en 1960, todos los cambios en la cabeza del Estado, como el acceso al poder de Henri Konan Bedié en 1993 a la muerte de Hufuet Boigny, el golpe de Estado de Guei Tobwert en 1999, la insurrección del 2000 de Koudu Gbagbo Laurent; la imposición por la fuerza en 2011 de Alassane Ouattara, todos esos cambios se han llevado a cabo mediante una fuerte implicación directa de la potencia imperialista francesa. Esta situación es el reflejo de la historia de Costa de Marfil como territorio privado de Francia dese la independencia de los países de África Occidental.

Francia, potencia imperialista dominante en Costa de Marfil

Para conservar sus privilegios coloniales, Francia firmó, desde 1961, con la recién creada República de Costa de Marfil, doce acuerdos que abarcaban todo lo referente a la vida económica y política.

Esos acuerdos de «cooperación» constituyen jurídicamente las bases de la dominación francesa sobre Costa de Marfil. Se pueden citar:

1.- el acuerdo de defensa revisado en 2012.

2.- El tratado de cooperación,

3.- El acuerdo de cooperación en materia económica, monetaria y financiera,

4.- El acuerdo de asistencia militar y técnica,

5.- Acuerdo de cooperación en el terreno de la Justicia,

6.- Acuerdo de cooperación en materia de la enseñanza superior,

7.- Acuerdo de cooperación cultural,

8.- acuerdo de cooperación sobre la aviación civil,

9.- cooperación sobre el correo y la telecomunicación,

10.- cooperación sobre intercambio comercial,

11.- cooperación en materia de personal,

12.- Acuerdo de cooperación técnica sobre los magistrados puestos a disposición de la república de Costa de Marfil.

Esta tabla de acuerdos abarca todos los terrenos de la vida política, económica, social y cultural del Estado de Costa de Marfil. Todos fueron firmados el mismo día, el 24 de abril de 1961 apenas otorgada la independencia, se puede decir antes de que el joven Estado hubiera recogido sus credenciales en el concierto de Naciones; la proclamación de independencia tuvo lugar el 7 de agosto de 1970 sólo ocho meses antes. Estaba la voluntad de Francia de actuar rápidamente, como un amante para irse de viaje de novios antes de que la novia cambiase de opinión y se fuera con otro pretendiente…

Generalmente esos acuerdos pretenden basarse en los lazos que unen «libremente» a la República de Francia y la República de Costa de Marfil, sobre la base del respeto mutuo entre los dos estados. Esos acuerdos pretenden querer promover una estrecha «cooperación» en diversos terrenos.

Por encima de engañosas consideraciones generales, que esconden mal la voluntad de la potencia colonial de mantener los lazos colonialistas con su antigua colonia mediante triquiñuelas jurídicas y diplomáticas, los acuerdos ponen el acento sobre la postura de peticionaria de Costa de Marfil. “La República francesa asegura, a petición de la república de Costa de Marfil» es el preámbulo a todos esos acuerdos. Por consiguiente, es Costa de Marfil la que pide para «sobrevivir». Pero a continuación, en cláusulas más precisas, queda claro que es Francia la que se beneficia de esos acuerdos sin ninguna obligación por su parte. Esos acuerdos ponen el acento sobre el carácter aleatorio de las obligaciones francesas hacia Casta de Marfil. Se puede leer en ellos, «El gobierno francés, facilita en la medida de sus posibilidades, la formación y perfeccionamiento del personal de los sectores públicos o privados presentados por la República de Costa de Marfil» Lo mismo sucede para la disposición de todo tipo de personal enseñante, magistrados, etc. Es la misma perorata para los concursos o la ayuda aportada por Francia para la definición, estudio y realización de los programas de equipamiento en materia de telecomunicación.

Además del carácter aleatorio, en esos acuerdos, de las obligaciones francesas, se concede privilegios especiales para la parte francesa. Facilidades excluyentes son acordadas por la República de Costa de Marfil a la República francesa y sus empresas en ciertas actividades o terrenos: la República de Costa de Marfil se compromete a «dirigirse prioritariamente al gobierno francés para el reclutamiento del personal» «La República de Costa de Marfil ofrecerá facilidades al gobierno francés para abrir en el territorio de Costa de Marfil, establecimientos de enseñanza que dependerán de su autoridad» (La del gobierno francés) «Ofrecerá facilidades para importar en franquicia, libros, películas y discos de la otra parte contratante» «Los navíos de la nacionalidad de uno de los dos Estados tendrán en los puertos, las aguas territoriales y las del otro Estado el mismo trato en lo concerniente a la pesca, el transporte de pasajeros, las formalidades aduaneras y las portuarias, la percepción de derechos y tasas portuarias y todas las facilidades acordadas para las operaciones en los puertos» «Los concursos financieros para el desarrollo económico y social afectados a estudio, compra de equipos o fornituras y la ejecución de trabajos darán lugar a mercados reservados en principio a las empresas de nacionalidad francesa o marfileñas.»

El acuerdo monetario es el típico que consagra la intervención de Francia en Costa de Marfil: «El instituto de emisión (de moneda) es un establecimiento nacional cuya sede está en París» «El Consejo de administración (del instituto emisor) agrupa a representantes de la unión monetaria Oeste Africana y de la República de Francia» Esto no necesita comentarios.

En fin, esos acuerdos se caracterizan por la existencia de cláusulas especiales secretas que no han sido publicadas: «Las relaciones entre el tesoro público francés y el tesoro público marfileño, se rigen por un acuerdo especial.»

Total, esos acuerdos son la imagen de la asociación del caballero con el caballo. Uno encima del otro, sujetándolo con las riendas para que no se vaya por doquier, frenándolo y llevándolo según su voluntad. Tales son los lazos desde 1960 entre Francia (ex potencia colonial) y Costa de Marfil.

Penetración de otras fuerzas imperialistas en Costa de Marfil

El imperialismo francés, sin duda alguna, es el dominante en Costa de Marfil heredada en el reparto colonial de 1885. Se adjudicó oficialmente el territorio en 1893. Obligado por las luchas de los pueblos, tuvo que acordar la soberanía nacional a sus colonias, pero se dotó de los medios necesarios para conservar sus privilegios coloniales en Costa de Marfil. Una característica del Estado colonial es que concita la codicia de los otros imperialismos. En esta competencia las potencias imperialistas emergentes son las más agresivas. Los Estados Unidos de América, que se impusieron durante la segunda guerra mundial de 1945 como cabeza dirigente de las potencias imperialistas, tratan de implantarse en los territorios privados de las ex potencias coloniales. Países emergentes (China, India, Marruecos, Sudáfrica, etc…), que aspiran a ser potencias imperialistas están igualmente en combate.

En Costa de Marfil, el imperialismo estadounidense se ha impuesto en los sectores mineros y petroleros. Tiende sus tentáculos en el sector bancario. Una encuesta llevada a cabo por el Partido en mayo de 2017, indica que más del 70% de las nuevas empresas instaladas desde 2015 son chinas, indias o marroquíes, en sectores como la banca, el cemento, los productos agro alimentarios, el turismo, etc. Es decir, la competencia es dura entre los imperialistas, incluso en Costa de Marfil, aunque el imperialismo francés es todavía ampliamente dominante.

Una nación subdesarrollada donde el pueblo vive en la miseria

La gran burguesía y sus maestros imperialistas no cesan de predecir un futuro radiante a Costa de Marfil. En 1960, el primer presidente Hufuet Boigny pidió a los marfileños apretarse el cinturón durante 20 años para lograr la prosperidad en 1980. La libertad y la democracia han estado amordazadas durante ese período. Pero en 1980 las cajas estaban vacías, la prosperidad no acudió a la cita. El FMI y la BM se pusieron a la cabeza del país para imponer programas de ajuste estructural que acabaran con la situación que golpeaba al Estado neocolonial. Desde entonces todas las promesas demagógicas de los sucesivos gobiernos de la gran burguesía no logran adormecer al pueblo que vive más que nunca en la miseria.

Desde el 2012, el gobierno de Ouattara trata de hacer creer que Costa de Marfil será un país emergente hacia el 2020. Hay que subrayar algunas palabras de ese paradigma, convertido en la consigna de casi todos los países africanos. Con la caída del primer estado socialista en 1989-1990 y la unificación del mercado capitalista mundial, los politólogos burgueses clasifican a los países del mundo en cuatro categorías. Los países de primera categoría son los desarrollados (Europa Occidental, Estados Unidos y Japón). El segundo, son los países emergentes (Brasil, Rusia, India, China, Marruecos, Paquistán, Sudáfrica). La tercera categoría son los países en vía de desarrollo (países africanos subsaharianos), y la cuarta son los países menos desarrollados o subdesarrollados (países africanos subsaharianos).

Costa de Marfil pretende clasificarse como país emergente en 2020. ¿Más a tres años de esta meta cual es la realidad? Comparemos sobre la base de las estadísticas del FMI de 2016, de algunos parámetros socio económicos de Costa de Marfil con los de Marruecos uno de los países que ocupan el lugar más bajo de escala de los países emergentes. El producto interior bruto, PIB, por habitante en Costa de Marfil es de 3 dólares al día, en Marruecos es de 10 dólares. Las exportaciones de bienes manufacturados representan el 20 % del total de las transacciones, mientras que en Marruecos es del 60% El valor añadido de la agricultura en el PIB es del 30%, y en Marruecos el 10% El índice de pobreza es del 48% (sin comentarios), el índice de desarrollo humano (IDH) es de 0,452, lo que sitúa a Costa de Marfil en el puesto 168 de los 197 países del mundo (sin comentarios). El desempleo es del 45%, el analfabetismo es del 50%, contra el 20% en Marruecos; la mortalidad infantil es del 64/1000, la esperanza de vida es de 54 años, el acceso al agua potable es del 60%, a la electricidad el 62%. Son cifras oficiales del FMI que permiten afirmar que Costa de Marfil es un país subdesarrollado donde se codean la miseria, el analfabetismo, el desempleo. El crecimiento para el 2020 es una quimera, ya que la diferencia entre las características de la realidad socio-económica en Costa de Marfil y los parámetros internacionalmente requeridos para calificarse de «emergente», habla por sí sola. El desempleo entre los jóvenes crece, se acentúa, la infraestructura de la red de comunicación (carreteras), está en un estado tan deteriorado como en 2010.Muchas familias tanto en la ciudad como en el campo, tienen que recurrir a conectarse anárquicamente para tener electricidad, o se alumbran con lámparas artesanales; muchas beben agua de lagunas o de pozos. El sistema sanitario no ha mejorado, el hospital público en Costa de Marfil es un espejismo; el sistema educativo produce desempleados; la vivienda falta cruelmente, lo que hace que en las grandes ciudades se creen barrios de tugurios. Brevemente, el marfileño de las clases populares vive en la miseria.

El poder de Uattara, un poder despótico acorralado

Las libertades elementales contempladas en la constitución burguesa, son violadas alegremente por el gobierno Uattara. Los alumnos no tienen derecho de sindicación desde el 2011. A los estudiantes universitarios, Uattara impone organizaciones fantoches a sueldo, desde el inicio de la Facultad. La inmunidad universitaria no existe, las universidades son vigiladas por la policía nacional y las milicias privadas del Gobierno. Todas las manifestaciones de alumnos, estudiantes, profesores contra este estado de cosas son reprimidas o anuladas por los corrompidos jefes sindicalistas… Las manifestaciones de los partidos de la oposición son saboteadas por las milicias del RDR, como ha sido el caso contra el Partido Comunista Revolucionario de Costa de Marfil (PCRCI) en Puerto Buet el 21 de diciembre de 2013, o las manifestaciones del FPI en enero, febrero, marzo y abril; de las manifestaciones de los partidos opuestos a la constitución de tipo autocrático, salvajemente reprimidas en octubre del 2016.

El poder de Uattara tiene problemas para garantizar la seguridad de los ciudadanos. La situación se agrava día a día con los ataques contra los símbolos del Estado (puestos de la policía y la gendarmería, contra los cuarteles militares). Durante los dos últimos meses, julio y agosto de 2017, han tenido lugar una decena de ataques de ese tipo. Los asaltantes se llevan las armas de los cuarteles asaltados y obtienen recursos financieros robando en las oficinas económicas. Hasta el presente, el poder es impotente f rente a lo que parece ser una preparación de un golpe de fuerza organizado por clanes burgueses enfrentados entre sí.

El poder de Uattara emplea todos los medios para romper las huelgas de los sindicatos y las manifestaciones populares, detener a periodistas y oponentes. Es un poder acorralado cuyas prácticas despiertan veleidades de golpes de fuerza de los clanes enfrentados de la gran burguesía.

La táctica del PCRCI

Todos los partidos de la gran burguesía marfileña han detentado el poder del Estado. Huyfueet desde la independencia en 1960 prometió el dorado a los pueblos cuando ofreció Costa de Marfil al imperialismo francés. Pero en 1993, en el ocaso de su vida, pese a la perfusión económica que le suministraron los administradores de fondos internacionales, Costa de Marfil estaba clasificada por el FMI entre los países pobres altamente endeudados. Su sucesor, Henri Konan Bedié, no pudo acabar con la miseria. Aprovechando el despertar de las luchas populares por las libertades y el pan, un clan de la burguesía acabó con su poder mediante un golpe de Estado militar en 1999. Los golpistas y sus aliados civiles, ocupados en llenar sus bolsillos no hicieron nada mejor. La miseria se acentuó, la libertad y la democracia retrocedieron drásticamente. En el 2000, los refundadores, se hicieron con el poder para refundar Costa de Marfil (sin romper con el imperialismo) desviaron dinero público, amordazaron las libertades. Durante diez años, la dominación imperialista no retrocedió; la miseria se agravó; las libertades y la democracia fueron de mal a peor. En las elecciones presidenciales de 2010 el imperialismo trató de instalar a los huefetistas. Los refundadores fueron barridos por la guerra. Pero ese clan de la gran burguesía, ligado al imperialismo, abonado a la corrupción, al robo de los bienes públicos y adeptos de un poder despótico, no podía hacer milagros para hacer avanzar a Costa de Marfil por la vía de la democracia, de las libertades, del bien estar social y de la modernidad. Ese clan es incapaz de encontrar soluciones para los males que corroen a la sociedad marfileña. El poder Uattara había prometido gestionar el país con trasparencia y rigor. Pero después de su primer mandato, el poder estaba gangrenado por la corrupción, la superchería, el tribalismo. Mercados públicos de miles de millones de FCFA fueron manipulados sin que los culpables recibieran sanción alguna. Toda iniciativa económica es sometida al FMI y el BM. El pueblo vive en la miseria y está dispuesto a luchar contra el saqueo. Las contradicciones están vivas entre los diferentes clanes que componen esta coalición. La revuelta de los militares, pese a estar ligados a la causa del presidente, es indicativo de la crisis en la cabeza. Es muy probable que una nueva guerra reaccionaria se desate. Será la velación de armas el 2020, año electoral.

Los partidos políticos de la oposición burguesa se preparan también para el 2020. Se crean frentes o reaparecen. Incluso si esos partidos víctimas del despotismo del poder de Uattara, palabrean sobre libertades y democracia, están a la espera del apoyo del imperialismo internacional, particularmente del francés.

Desde el 2015 las masas populares han vuelto a la lucha en condiciones difíciles: desorganización y «caporalización» de los sindicatos, represión, criminalización de las luchas, corrupción de los bonzos sindicales, etc. Empero, esas luchas populares ganan en frecuencia e intensidad. Se desarrollan experiencias de luchas unitarias.

En resumen, se puede decir que estamos en vísperas de una situación revolucionaria que puede desembocar en una crisis revolucionaria. ¿Ante semejante situación, qué hace el partido del proletariado?

¡Costa de Marfil está mal, en pleno caos! Una prueba de este caos es que las manifestaciones se acumulan diariamente. Mientras tanto la burguesía agrupada en el RHDP, pese a sus contradicciones internas, se organiza para mantenerse en el poder hasta el 2020. Está en plena agitación para seleccionar al mejor de ellos cuya tarea principal será la de continuar con la misma política, la de subastar las riquezas nacionales a las compañías multinacionales, explotar a la clase obrera, espoliar el trabajo de los campesinos, de los pequeños comerciantes y de los transportistas; la de acaparar fraudulentamente los bienes del Estado e instituir el despotismo como forma de gobierno.

El proletariado y las masas populares quieren acabar con este caos, romper con esta política; quieren una república soberana, democrática, popular, y moderna donde el pueblo decida libremente, y con responsabilidad, su destino. ¿Qué debe hacer el pueblo para alcanzar esos objetivos? Debe fijar el objetivo inmediato a conquistar y dotarse de los medios necesarios.

La actual miseria del pueblo, el caos actual es el resultado de la dominación imperialista, particularmente la francesa, que nos mantiene maniatados con lazos de dependencia económica y política. El imperialismo francés se apoya en la gran burguesía impuesta por el mismo en el poder y que gobiernan mediante la represión y la restricción de las libertades. Se mofa de la democracia inscrita en su propia constitución.

La tarea inmediata es arrebatar el poder del Estado de las manos de esos depredadores y de sus amos, para instaurar la república democrática y popular, independiente y moderna. Estos objetivos son ampliamente compartidos por varias fuerzas patrióticas que llevan a cabo grandes esfuerzos para lograr ese objetivo. Esas fuerzas deben acabar con los enfrentamientos entre ellas y acabar con la dispersión. Este es el camino a seguir.

El Partido Comunista Revolucionario de Costa de Marfil (PCRCI), ha lanzado una iniciativa de plataforma de lucha que aborda el objetivo inmediato y la lucha a llevar a cabo. Esta plataforma debería conseguir la formación de un amplio frente de las fuerzas patrióticas, frente indispensable para eliminar a las fuerzas reaccionarias.

Las recientes luchas del pueblo de Costa de Marfil, demuestran que el camino está trazado para avanzar. En 2016 la lucha contra la constitución retrógrada de la 3ª República, que pudo imponer Uattara por el fraude en las urnas y la manipulación de los resultados, ha demostrado la capacidad del pueblo para defender las libertades y la democracia. Las luchas unitarias de los campesinos, de los funcionarios, de los soldados en 2016 y 2017, demuestran que es posible luchar unidos por el pan y las libertades, y lograr importantes victorias. La lucha contra la intromisión del imperialismo internacional, particularmente el francés durante la guerra civil de Costa de Marfil del 2002 a 2010, demostró que el pueblo es plenamente consciente de la importancia de la defensa de la soberanía nacional.

El campo de lucha por la soberanía, las libertades, la democracia y el pan, está abierto.

Partido Comunista Revolucionario de Costa de Marfil

Agosto de 2017

1 Partidarios del que fuera presidente Hufuet Boigny.

La actualidad de El Capital después de 150 años

El Capital, la obra maestra de Carlos Marx, fundador del socialismo científico, tiene 150 años. El análisis realizado en el primer volumen de este trabajo, que fue el único volumen publicado en vida, ha sido validado por la experiencia histórica de estos 150 años y ha sido una guía única para entender el mundo en que vivimos.

En El Capital, Marx estableció las relaciones y fuerzas fundamentales que están ocultas por las manifestaciones superficiales del capitalismo, formuló «la ley económica del desarrollo de la sociedad moderna» y proporcionó una base científica para la acción de la clase obrera moderna, sepulturera del capitalismo.

En este trabajo, donde reunió los resultados madurados de sus largos estudios sobre economía política, Marx desnudó la formación del capitalismo, las condiciones de su existencia y las dinámicas que inevitablemente llevan a su colapso.

En este sentido, El Capital continuará siendo un trabajo actual y válido mientras exista el capitalismo. Además, la perspectiva oscura del mundo que amenaza el futuro de la humanidad hace aún más necesaria la lectura y la discusión de esta obra.

A medida que la economía mundial sigue amenazada por el estancamiento y la inestabilidad tras la crisis del capitalismo en 2008, a medida que nos enfrentamos a muchos otros problemas como la creciente explotación y agudización de la rivalidad imperialista, la pobreza, el hambre y la guerra en el mundo subdesarrollado, la crisis de los migrantes, el surgimiento del fascismo y otras ideologías reaccionarias, la crisis ecológica, etc. El Capital es, en la actualidad, una guía muy importante para comprender el mundo que nos rodea.

En el 2017 no sólo se conmemora 150 años de El Capital, sino también el centenario de la primera revolución de la clase obrera en la historia dirigida por los marxistas de Rusia que siguieron el camino de El Capital. Estos aniversarios están tan estrechamente interconectados que no se los puede evaluar por separado. Rusia fue el primer país donde esta gran obra fue completamente traducida en 1872. Los 3000 ejemplares de esa traducción se agotaron rápidamente y se debatieron ampliamente entre los intelectuales rusos. Este interés se debió, en parte, a las particulares condiciones históricas e intelectuales de Rusia. Sin embargo, lo que es más importante, en un país en el que el capitalismo se estaba desarrollando, El Capital era leído y debatido para comprender el curso del desarrollo histórico, no solo debido al poder intelectual de esta obra sino también a su función real: cambiar el mundo de una manera consciente.

Información general sobre El Capital

Aunque el primer volumen de El Capital fue publicado en 1867 reunió los importantes resultados de largos años de estudios en economía política, constituye solo una parte del análisis científico de la sociedad burguesa. Marx escribió las notas del proyecto que más tarde se convertirían en el segundo y tercer volumen de El Capital a mediados de la década de los 1860, antes de la finalización del primer volumen. Estas notas fueron reunidas y preparadas para posteriormente ser publicadas por su camarada y amigo íntimo, Federico Engels. En 1885 Engels publicó el segundo volumen sobre el proceso de circulación de capitales con el subtítulo «El proceso global de la producción capitalista», y en 1894 el tercer volumen que se centraba en los mecanismos básicos del funcionamiento práctico del capitalismo. No fue hasta la década de 1950 cuando Teorías de la plusvalía, también conocido como cuarto volumen de El Capital, un análisis crítico de la enorme literatura de la Economía incluida en El Capital fue impresa en su totalidad.

Lo que también puede considerarse como parte de El Capital son los manuscritos de Marx de 1857-1858, sobre temas que él pensó que debían incluirse en esta obra o en una más amplia. Estos manuscritos fueron publicados en alemán por el Instituto Marx-Engels en 1939-41 con el título Grundrisse der Kritik der Politischen Ökonomie. La Contribución a la Crítica de la Economía Política publicada en 1859 fue una importante obra complementaria a El Capital, aunque Marx dijo que el contenido de ésta se hallaba cubierto en el primer volumen del mismo. De hecho, el esquema que Marx preveía para el estudio de la economía política era mucho más amplio que lo que existía en El Capital. En su borrador, en 1857, afirma que analizaría la Economía Política en los siguientes seis capítulos: Capital, Propiedad de la tierra, Trabajo asalariado, Estado, Comercio Exterior, Mercado Mundial y Crisis. Los tres primeros títulos fueron cubiertos en orden diferente en los tres volúmenes de El Capital. Sin embargo, no vivió para completar sus trabajos sobre los tres temas restantes. Aún así, el análisis y método de investigación que Marx propuso en El Capital nos dejó un suficiente punto de partida para el estudio de esos temas.

El Capital va con el subtítulo Crítica de la Economía Política. Este es un tema que Marx tenía interés desde cuando en su juventud estaba orientado hacia el comunismo: «Una crítica despiadada de todo lo existente»[1][1]. El programa de crítica que Marx propuso para la emancipación humana, centrado inicialmente en la crítica de la religión, el derecho, la teoría del Estado y la filosofía, en parte se debió a su formación intelectual. Como principal comentarista de Rheinische Zeitung en 1842-43, su atención se centró en los problemas económicos debido a los debates en el Parlamento del Estado del Rin sobre la silvicultura ilegal, la desintegración de la propiedad de la tierra, el libre comercio y el proteccionismo.

Inmerso en los problemas económicos, Marx llegó a la conclusión de que “tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que, por el contrario, radican en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de ‘sociedad civil’, y que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política”.[2][2]

En su famoso prefacio a Contribución a la Crítica de la Economía Política, publicado en 1859, Marx resumió el método materialista histórico que había alcanzado como resultado de sus estudios. En este prefacio afirma que la fuente del movimiento que provoca el cambio social debe ser buscada en las relaciones materiales de producción que son independientes de la voluntad, la conciencia y las intenciones de los hombres, y son estas relaciones las que las determinan. Las relaciones materiales de producción corresponden a un nivel dado de desarrollo de las fuerzas de producción. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social.

Según Marx, la historia social se basa en el hecho de que se suceden formas sociales específicas, en donde los fenómenos sociales están interconectados en un orden coherente de relaciones internas.[3][3] Para entender el cambio es necesario aplicar la dialéctica en la historia, la ciencia de las correlaciones, el movimiento y el desarrollo. Debajo de las diferentes formas sociales de la historia se encuentran diferentes modos de producción que expresan la unidad dialéctica entre las relaciones materiales de producción y las fuerzas productivas. La transición de un modo de producción a otro es el resultado de las contradicciones entre las fuerzas productivas y las relaciones materiales de producción. Estas contradicciones se manifiestan en forma de luchas de clase y son los motores del cambio histórico. Por lo tanto, desde la aparición de las clases, «La historia de toda sociedad que ha existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases”[4][4]. Según Marx, las sociedades de Europa occidental, donde el capitalismo nació como un modo específico de producción, pasaron por las etapas del comunismo primitivo, la esclavitud y el feudalismo respectivamente. El capitalismo surgió de la matriz del feudalismo; basado en el método dialéctico, Marx efectúa en El Capital un análisis orgánico e histórico de este específico modo de producción. Concretizó el método materialista dialéctico e histórico en el análisis del capitalismo y planteó la necesidad de superar las contradicciones internas del capitalismo a través de la revolución política y social.

El método y la arquitectura de El Capital

Como El Capital pretende estudiar la formación del capitalismo y las condiciones para su existencia y colapso, contiene un análisis detallado del cambio histórico, así como una abstracción de las relaciones cambiantes. Sobre este asunto, Marx expresa su gratitud a la dialéctica hegeliana. «La mistificación sufrida por la dialéctica en las manos de Hegel, no quita nada al hecho de que él haya sido el primero en exponer, en toda su amplitud y con toda conciencia, las formas generales de su movimiento. En Hegel la dialéctica anda cabeza abajo. Es preciso ponerla sobre sus pies para descubrir el grano racional encubierto bajo la corteza mística»[5][5].

El principal punto de partida de Marx es que el cambio no es independiente de las cosas, y que uno debe investigar cómo, cuándo y hacia qué dirección se produce el cambio. En El Capital, meticulosamente  presenta los métodos salvajes del proceso de formación del capitalismo, que los describe como acumulación primitiva de capital; las luchas por la regulación de las fábricas en Gran Bretaña y, haciendo referencia a los informes oficiales, Marx no solo revela las terribles condiciones de trabajo de los trabajadores, sino que también hace una conexión con un análisis sintético de las relaciones en que se basa el modo de producción capitalista.

En los Grundrisse, en el capítulo titulado El método de la Economía Política, Marx expresa su método de estudiar la Economía Política como el método de pasar de lo abstracto a lo concreto. Según él, «para analizar las formas económicas, no se puede utilizar ni el microscopio ni los reactivos químicos. La capacidad de abstracción ha de suplir a ambos»[6][6]. Este método requiere un estudio que utilice una serie de abstracciones a fin de pasar de la apariencia a la esencia, de lo concreto real a lo concreto construido en la mente. La materia es el punto de partida para la abstracción utilizada en El Capital. Esto se debe a que “en la sociedad burguesa, la forma mercancía del producto del trabajo o la forma valor de la mercancía son formas económicas celulares»[7][7].

En El Capital, Marx comienza con un análisis bastante abstracto de la mercancía y desarrolla categorías como valor de uso, valor de cambio, el dinero como forma de valor, la plusvalía y la acumulación de capital. En cada etapa de abstracción, sobre la base de las conexiones inherentes y las contradicciones de cada categoría, se eleva a categorías más complicadas. Por ejemplo, a partir de la relación contradictoria entre el valor de uso de las mercancías y su valor de cambio, deriva las características del dinero y, sobre la base de la misma contradicción, señala la inevitabilidad de las crisis capitalistas.

Los capítulos de los volúmenes de El Capital también muestra cómo Marx procede de una abstracción a otra. En el volumen I vemos un análisis del capital en general. Haciendo una completa abstracción de la diferenciación interna del capital y de los sistemas de precios en el mercado, Marx se centra en la relación entre capital y trabajo asalariado, la relación fundamental que permite la existencia del capitalismo. Sostiene que la explotación de la plusvalía es la base de la acumulación de capital que permite la reproducción del capitalismo y que esta explotación se materializa controlando el proceso del trabajo a través de la realización de la plusvalía absoluta y relativa.

Pasando de este análisis del capital en general en el Volumen I, vemos el análisis del área de circulación del capital y su proceso de reproducción en el Volumen II. Y, en el volumen III, vemos el paso del nivel del capital en general al nivel de muchos capitales y un análisis del funcionamiento del capitalismo en su realidad concreta. Aquí se analiza la conversión de la plusvalía en ganancia y de la tasa de plusvalía en la tasa de ganancia, la equiparación de la tasa de ganancia como resultado de la competencia entre capitalistas, la tendencia de la tasa de ganancia a caer, la transformación de la plusvalía en beneficio, interés y renta y el mecanismo de crédito.

El análisis del capital en consecutivos niveles de abstracción, en diferentes volúmenes de El Capital, significa que las categorías económicas se transforman continuamente. Por ejemplo, la plusvalía que en el Volumen I se discute en un nivel de abstracción del capital en general, se transforma en categorías como beneficio e interés en el contexto de capitales singulares en el Volumen III. Del mismo modo, el concepto de valor que aparece en el Volumen I aparece en forma de precios de producción en el Volumen III.

Crítica de la Economía Política en El capital

En su artículo Las tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo, escrito por Lenin en 1913, afirma que la doctrina de Marx surgió como la continuación directa e inmediata de las enseñanzas de los más grandes representantes de la filosofía, la Economía Política y el socialismo y que es  legítima sucesora de lo mejor que el hombre produjo en el siglo XIX, representado por la filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés. A la luz de esta evaluación general, se puede decir que Marx, con la guía del método dialéctico de la tradición de la filosofía crítica clásica alemana, hizo un análisis crítico del capitalismo sobre la base del fundamento teórico que la economía política inglesa había producido y trató de establecer cómo lograr el comunismo moderno, producto de la tradición socialista francesa, a través de la acción consciente de la clase obrera y por qué esto es necesario según las leyes del movimiento del capitalismo.

La crítica de la sociedad burguesa que Marx desarrolló en El Capital se basa en los fundamentos teóricos planteados por la economía política clásica inglesa representada por las obras de Adam Smith y David Ricardo. Aunque la economía política clásica fue desarrollada principalmente por los pensadores ingleses, la contribución de la escuela fisiocrática francesa fue elogiada por Marx y tuvo un importante papel que desempeñar. Marx avanzó consistentemente en la economía política clásica y formuló la teoría del valor del trabajo y la teoría de la plusvalía. En este sentido, Marx es a la vez un crítico de la economía política clásica y su último gran representante.

Marx es el que primero utilizó y puso en la literatura científica el concepto de economía política clásica. Afirma que empezó con William Petty en Gran Bretaña y Pierre Boisguilbert en Francia, en el siglo XVII, y que terminó en el primer cuarto del siglo XIX en estos países con David Ricardo y Sismondi respectivamente[8][8]. En El Capital expresa la idea principal detrás de esta afirmación:

“Para decirlo de una vez por todas, advertiré que yo entiendo por economía política clásica toda la economía que, desde W. Petty, investiga la concatenación interna del régimen burgués de producción, a diferencia de la economía vulgar, que no sabe más que hurgar en las concatenaciones aparentes, cuidándose tan sólo de explicar y hacer gratos los fenómenos más abultados, si se nos permite la frase, y mascando hasta convertirlos en papilla para el uso doméstico de la burguesía los materiales suministrados por la economía científica desde mucho tiempo atrás, y que por lo demás se contenta con sistematizar, de manera pedante y proclamar como verdades eternas las ideas banales y engreídas que los agentes del régimen burgués de producción se forman acerca de su mundo, como el mejor de los mundos posibles”[9][9]

El carácter científico de la Economía Política que señala Marx se desarrolló sobre dos pilares a partir de la segunda mitad del siglo XVII. La primera es la teoría del valor del trabajo como principio regulador del sistema de precios en el mercado y para la distribución; y, la segunda es la búsqueda de las condiciones de la reproducción económica. En la economía política clásica, la teoría del valor del trabajo se desarrolló principalmente en Inglaterra, mientras que las innovaciones teóricas en la reproducción económica fueron materializadas principalmente por pensadores franceses. Estos dos pilares constituyen la hoja de ruta para el posterior desarrollo de la economía política científica. La economía política clásica aborda la vida económica sobre la base de las relaciones entre las tres principales clases de la sociedad capitalista: los capitalistas, la clase trabajadora y los terratenientes. Trata de explicar cómo se determinan los ingresos de estas tres clases en forma de ganancia, salario y renta,  respectivamente, y las relaciones entre ellas. Sin embargo, al hacerlo, como en el caso de Ricardo, “toma conscientemente como punto de partida de su investigación el antagonismo de los intereses de clase, del salario y la ganancia, de la ganancia y la renta del suelo, considerando ingenuamente este antagonismo como una ley natural de la vida social»[10][10].

Según Marx, los éxitos científicos de la economía política clásica se derivan, en gran medida, de la posición progresista y crítica de la burguesía, que recogió los intereses de todas las clases sociales durante su lucha por el poder en contra del feudalismo y sus clases remanentes. La filosofía de la iluminación (ilustración) fue el principal resorte intelectual de esta escuela. Los filósofos ilustrados consideraban la sociedad de mercado y sus relaciones como la condición fundamental para el progreso humano y de la civilización contra las ideas dogmáticas religiosas, las tradiciones y las relaciones de esclavitud de la sociedad feudal. Para ellos, una sociedad de mercado basada en relaciones contractuales, era crucial para el desarrollo de las fuerzas productivas, el desarrollo material e intelectual de la sociedad, las libertades individuales y la igualdad ante la ley. Esta perspectiva condujo a la perpetuación de las relaciones de mercado y a la comprensión de que las instituciones del mercado eran la forma racional del orden natural. Así, toda la historia pre-capitalista fue considerada como un progreso hacia el orden natural del mercado y las leyes de la sociedad burguesa fueron expresadas como leyes eternas que regulan la actividad productiva de los hombres. En este marco, el individualismo y la competencia que se derivan de la forma competitiva de las relaciones de mercado se atribuyeron a la naturaleza humana.

La crítica más importante de la economía política efectuada por Marx es el hecho de que estos filósofos ignoraron el carácter histórico de las relaciones capitalistas. Generalizando la concepción del individuo libre que tomaron prestada de la filosofía de la Ilustración, los principales filósofos de la economía política clásica ignoraron los diferentes órdenes sociales en los que se organizó la producción y trataron las categorías específicas del capitalismo como universales y eternas. Como dice Engels:

“Las condiciones en las cuales producen e intercambian productos los hombres son diversas de un país a otro, y en cada país lo son de una generación a otra. La Economía Política no puede, por tanto, ser la misma para todos los países y para todas las épocas históricas. Desde el arco y la flecha, el cuchillo de piedra y el excepcional intercambio y tráfico de bienes del salvaje hasta la máquina de vapor de mil caballos, el telar mecánico, los ferrocarriles y el Banco de Inglaterra, hay una distancia gigantesca. Los habitantes de la Tierra del Fuego no han llegado a la producción masiva ni al comercio mundial, del mismo modo que tampoco conocen la «pelota» con las letras de cambio ni los cracks bolsísticos. El que quisiera reducir la economía de la Tierra del Fuego a las mismas leyes que rigen la de la Inglaterra actual no conseguiría, evidentemente, obtener con ello sino los lugares comunes más triviales. La Economía Política es, por tanto, esencialmente una ciencia histórica. Esa ciencia trata una materia histórica, lo que quiere decir una materia en constante cambio; estudia por de pronto las leyes especiales de cada particular nivel de desarrollo de la producción y el intercambio, y sólo cuando haya completado esta investigación podrá establecer las pocas leyes generales que son válidas para la producción y el intercambio en general».[11][11]

Debido a su consideración de las instituciones y las relaciones innatas al capitalismo como una ley natural, la tradición de la economía política clásica, en conjunto, deliberadamente ignoró las características fundamentales de las instituciones que definen el capitalismo. Así, considera al capital no como relaciones sociales que permiten la realización de ganancias para la clase capitalista, subyugando a los mismos productores a su propio desarrollo, sino como instrumentos y maquinaria que ayudan a realizar un proceso general de producción universalmente válido. Del mismo modo, la propiedad privada capitalista de los medios de producción se trata en el marco de una definición universal de propiedad, de tal manera que abarque a todas las formas diferentes de propiedad. Por ejemplo, la propiedad de un pequeño productor de la tierra, trabajada por toda la familia en una economía campesina, o el arco y la flecha del cazador en una sociedad de cazadores-recolectores es tratada igual que la propiedad capitalista. Este tipo de comprensión de la propiedad, construida únicamente sobre la base de las apariencias del capitalismo, desempeñó un papel significativo para justificar el capitalismo.

Habiendo dejado a un lado las características distintivas de la producción capitalista, y eternalizándola, la tradición de la economía política clásica dio vuelta, inevitablemente, a las relaciones de intercambio como base principal de su análisis. Y esta es una perspectiva muy funcional en términos de justificación del capitalismo. Esto se debe a que el intercambio es una actividad voluntaria que tiene lugar entre individuos libres e iguales, y se basa en el beneficio mutuo. Mientras permanezca en esta esfera es inevitable producir resultados «en igualdad de condiciones». Marx expresa la ilusión de igualdad y libertad que genera esta esfera de intercambio:

“La órbita de la circulación o del cambio de mercancías, dentro de cuyas fronteras se desarrolla la compra y la venta de la fuerza de trabajo, era, en realidad, el verdadero paraíso de los derechos del hombre. Dentro de estos linderos, sólo reinan la libertad, la igualdad, la propiedad, y Bentham. La libertad, pues el comprador y el vendedor de una mercancía, v. gr. de la fuerza de trabajo, no obedecen a más ley que la de su libre voluntad. Contratan como hombres libres e iguales ante la ley. El contrato es el resultado final en que sus voluntades cobran una expresión jurídica común. La igualdad, pues compradores y vendedores sólo contratan como poseedores de mercancías, cambiando equivalente por equivalente. La propiedad, pues cada cual dispone y solamente puede disponer de lo que es suyo. Y Bentham, pues a cuantos intervienen en estos actos sólo los mueve su interés. La única fuerza que los une y los pone en relación es la fuerza de su egoísmo, de su provecho personal, de su interés privado. Precisamente por eso, porque cada cual cuida solamente de si y ninguno vela por los demás, contribuyen todos ellos, gracias a una armonía preestablecida de las cosas o bajo los auspicios de una providencia omniastuta, a realizar la obra de su provecho mutuo, de su conveniencia colectiva, de su interés social.”[12][12]

En el momento en que dejamos la esfera del intercambio, que produce la ilusión de «igualdad» y «libertad», las mismas personas asumen caracteres diferentes:

“El otrora poseedor de dinero abre la marcha como capitalista, el poseedor de fuerza de trabajo lo sigue como su obrero; el uno, significativamente, sonríe con ínfulas y avanza impetuoso; el otro lo hace con recelo, reluctante, como el que ha llevado al mercado su propio pellejo y no puede esperar sino una cosa: que se lo curtan”.[13][13]

Aunque la tradición de la economía política clásica declaró a las relaciones sociales burguesas como universalmente válidas, hasta los años 1830 construyó una ciencia económica que investigaba las actuales relaciones de producción en la sociedad burguesa en la lucha que emprendió contra la vieja estructura social. Los pensadores fundadores de la economía política clásica, como Adam Smith y David Ricardo, consideraron el desarrollo de las fuerzas productivas como una condición principal para el progreso, e hicieron su análisis con la inquietud del avance de las fuerzas productivas, sin la preocupación de justificar los intereses estrechos de la burguesía. Esto les permitió abordar las relaciones de la sociedad burguesa con la objetividad científica.

El limitado carácter científico de la economía política clásica comenzó a retroceder a medida que la lucha de la burguesía por el poder contra la tradicional aristocracia en Europa Occidental se hizo exitosa. La ingenua lealtad al progreso de las fuerzas productivas fue reemplazada por la preocupación por la justificación de los estrechos intereses de la burguesía que se organizaba como clase dominante. La literatura de la Economía Política, tras la muerte de Ricardo en 1823, se volvió menos científica y superficial, defendiendo los estrechos y cotidianos intereses de la clase capitalista y encontrando excusas en su favor. Marx calificó a esta Economía Política como vulgar. Habiendo negado la teoría del valor del trabajo, esta escuela abrió el camino a la escuela marginalista que sentó las bases de la economía burguesa moderna.

El Capital y la economía burguesa moderna

El Capital fue recibido con una conspiración de silencio por la prensa alemana y los círculos académicos cuando fue publicado por primera vez en Alemania en 1867. No hay nada que sorprenda de este silencio, pues, era un libro de aguda crítica científica del capitalismo, lleno de ingeniosas exposiciones de pseudo-científicas tesis de una vulgar economía académica.

El Capital era leído y discutido por los círculos de los trabajadores alemanes avanzados, pero, para darle a conocer a los círculos más amplios, Engels escribió una reseña desde un punto de vista burgués, cambiando su estilo, y pidió a sus amigos escribir comentarios similares para obtener más cobertura de la prensa alemana. A pesar de esto, los círculos económicos alemanes oficiales ignoraron esta obra hasta 1880s.

Para entonces, la economía burguesa se hallaba en vísperas de una transformación fundamental a la que había sido arrastrada para proteger los intereses de clase de la burguesía. Incluso en la década de 1830, después de la muerte de Ricardo, la economía política científica comenzó a convertirse en defensora de los intereses inmediatos de la burguesía. La economía política clásica, que fue producto del período progresista de la burguesía, en aquellos años comenzó a considerarse como una carga peligrosa e innecesaria, especialmente por las consecuencias lógicas que implicaba la teoría del valor del trabajo.

Como resultado de que en la segunda mitad del siglo XIX la burguesía dejó de ser la clase progresista de toda Europa y se organizó como una clase hegemónica en cooperación con los restos del antiguo régimen y la aparición del capitalismo monopolista debido a la tendencia del capital a concentrarse y centralizarse, avivó el abandono de la economía política clásica que analizó la economía sobre la base de la existencia de clases opuestas y sus contradicciones. Era el momento de liberar a la economía política de la lucha de clases y de crear una nueva ciencia de acuerdo con los intereses de clase de la burguesía.

En relación con esta búsqueda, las obras publicadas en los años 1870 en Gran Bretaña, Austria y Francia por Stanley Jevons, Carl Menger y Leon Walras respectivamente y casi de manera simultánea, terminaron por destruir a la economía política clásica. Lo que estos economistas tenían en común era que asignaban el concepto de utilidad marginal como su punto de partida y que trataban de explicar el proceso económico en su conjunto sobre la base de una relación psicológica entre los hombres y las mercancías en el proceso de intercambio. Esta escuela se llamó marginalista y sentó las bases de un nuevo enfoque económico, abandonando por completo el marco de la economía política clásica que se basaba en la teoría del valor del trabajo y definía el valor de acuerdo con un valor de uso subjetivo.

Con el fin de construir una ciencia mecánica que pudiera obtener un reconocimiento universal, ubicó a las relaciones que las personas establecen en el proceso de producción e intercambio, las instituciones y la historia completamente fuera de la Economía Política. Los fundadores del marginalismo declararon que estos factores pertenecían a la esfera normativa y alegaron que, sobre la base del principio de utilidad y de interés privado, formaron una economía positiva basada en el análisis del proceso de intercambio de mercancías. Así, utilizando los instrumentos del positivismo del siglo XIX, convirtieron el análisis del intercambio basado en suposiciones utilitarias con respecto a la naturaleza humana en realidades naturales universales. Como resultado de esta nueva línea de pensamiento, a finales del siglo XIX, el término economía vino a reemplazar a la economía política. Por lo tanto, es muy significativo que El Capital haya sido publicado en este momento en que la economía burguesa abandonó todo lo científico y comenzó a adoptar una serie de dogmas pseudo-científicos y escolásticos.

La economía burguesa era consciente de El Capital pero continuaba ignorándolo. Sin embargo, sus representantes de alto calibre intelectual no se abstuvieron de hacer justicia a Marx. Por ejemplo, refiriéndose a la idea de Nassau Senior de que la fuente de ganancia se debía a la abstinencia del capitalista, opinión que Marx ridiculizaba implacablemente en El Capital, Alfred Marshall, que consideraba a Marx como «un pensador tendencioso que había malinterpretado maliciosamente a Ricardo»[14][14], dijo lo siguiente en sus Principios de Economía, donde expuso los fundamentos de la moderna economía académica:

«Karl Marx y sus seguidores han encontrado mucha diversión al considerar la acumulación de riquezas como resultado de la abstinencia del barón Rothschild, que la contrastan con la extravagancia de un trabajador que alimenta a una familia de siete en siete chelines a la semana; y que, aprovechando todos sus ingresos, no practica ninguna abstinencia económica»[15][15].

Tales ejemplos son excepciones. Fue Eugen Böhm von Bawerk, un economista austríaco, quien por primera vez expresó su descontento sobre el poder y la influencia de El Capital. En su libro El fin del sistema marxista (Zum Abschluss des Marxschen Systems) publicado en 1896, Böhm Bawerk afirmó que había incoherencias entre el primero y el tercer volumen de El Capital, que mientras en el primer volumen se hablaba de valores más que de precios, en el tercero se trataba de precios de producción, lo que demostraba la ausencia de fundamento del análisis en El Capital.

Esta crítica no tiene valor por dos razones. En primer lugar, Marx había completado el esbozo del Volumen 3 antes de la publicación del Volumen 1. No es posible que un investigador tan meticuloso como Marx no sea consciente de este problema. En segundo lugar, como hemos tratado de explicar antes, Marx discutió el funcionamiento del capitalismo en diferentes niveles de abstracción en estos dos volúmenes. Por lo tanto, no es un problema de inconsistencia que Marx no se diera cuenta, sino una falta de comprensión por parte de Böhm Bawerk.

Böhm Bawerk tuvo que escribir su crítica después de la publicación del Volumen 3 de El Capital en 1895, lo que demuestra lo poderoso que era el marxismo en ese período. En ese año, Böhm Bawerk era el Secretario del Tesoro en Austria, cargo que mantuvo con intervalos hasta 1904. Su libro, que da un «golpe mortal» a El Capital, fue rápidamente traducido al ruso y luego al inglés bajo el título Karl Marx y el fin de su  sistema. Durante los años de la Guerra Fría el libro volvió a ser popular en un esfuerzo por probar las inconsistencias de El Capital. En la década de 1960, en este libro se basaron los debates sobre la «cuestión de la transformación», en los que participaron economistas marxistas, así como gurús de la economía burguesa, como el ganador del Premio Nobel Paul Samuelson.

Se puede decir que la economía burguesa tenía dos posiciones diferentes pero interconectadas sobre El Capital. La primera refleja el odio que proviene directamente del instinto de clase burgués. Por ejemplo, John Maynard Keynes, uno de los nombres más influyentes de la economía burguesa en el siglo XX, expresa lo siguiente en su artículo Una visión corta de Rusia, escrito en 1925 después de una visita a la URSS:

«¿Cómo puedo aceptar una doctrina que establece como su Biblia, por encima y más allá de la crítica, un obsoleto libro económico que sé que no sólo es científicamente erróneo sino sin interés ni aplicación para el mundo moderno? ¿Cómo puedo adoptar un credo que, prefiriendo el barro al pez, exalta al proletariado grosero por encima del burgués y de los intelectuales que, cualesquiera que sean sus defectos, son la sal de vida y llevan en sí las semillas de todo progreso humano?”[16][16]

El artículo de Keynes está lleno de insultos similares. Según él, el marxismo arrastra a la gente a sueños sin esperanza, creando emoción similar a los himnos y escrituras religiosas. A pesar de sus ásperas opiniones sobre el marxismo, Keynes no trató de «negar» a Marx, se concentró en reconstruir las  bases “realistas” de la economía burguesa para la reorganización del capitalismo contra la doble amenaza de la Gran Depresión y los logros socialistas en la URSS. Por otra parte, con la confianza y la flexibilidad de ser un miembro de élite de la clásica tradición liberal de la política británica, Keynes fue instrumental en mantener  en la Universidad de Cambridge un marxista como Maurice Dobb y a Piero Sraffa, quien no escondió su simpatía por el marxismo y que también era amigo cercano de Antonio Gramsci.

Los miembros liberales reaccionarios de la Escuela Austriaca fueron los más significativos representantes de la posición hostil y doctrinaria contra Marx y El Capital. En la década de 1920 Ludvig von Mises lanzó un ataque contra la crítica del marxismo al capitalismo. A finales de la década de 1930 este ataque se intensificó con pensadores neoliberales que se unieron al Coloquio Walter Lippmann. Los neoliberales que asistieron a esta conferencia, como Friedrich Hayek, hicieron todo lo posible para refutar a El Capital y erradicar la influencia intelectual del marxismo frente a la amenaza planteada por la Unión Soviética. Después de esta conferencia, la Sociedad Mont Pelerin fue fundada en 1947 bajo la dirección de Hayek y reforzada por figuras como Milton Friedman y Karl Popper. Ésta se convirtió en el centro de una organizada actividad de negación de las teorías económicas y sociales del marxismo.

La segunda posición contra El Capital parecía admitir el poder intelectual de Marx y trató de romper el análisis crítico del capitalismo en El Capital —desde sus conexiones fundamentales— y reconciliarlo con las escuelas burguesas de pensamiento. Esta tendencia comenzó con los esfuerzos de los marxistas legales rusos, influidos principalmente por las ideas reformistas de los representantes de la Segunda Internacional, como Bernstein y Kautsky, para reconciliar con las categorías de la economía burguesa algunos temas teóricos planteados en El Capital y, a lo largo del siglo XX, continuar adoptando diferentes formas.

En el mundo académico del siglo XX, aunque con una base crítica, muchas escuelas o debates sobre el marxismo alrededor de diferentes aspectos del capitalismo llevan los signos de esta tendencia conciliadora. Keynesianismo de izquierda, economía de Sraffian, marxismo analítico, escuela de la dependencia, escuela de la regulación, teoría del sistema-mundo, estructuralismo, socialismo de mercado, nuevo imperialismo, etc. muchas escuelas y discusiones desempeñaron un papel significativo para deformar el análisis crítico de Marx sobre el capitalismo y vaciarlo de su esencia. Por supuesto, en la academia también hay investigadores que tratan de entender el mundo moderno de una manera creativa, a la luz de la riqueza teórica que se exhibió en El Capital. Sin embargo, son muy limitados en número y en términos de su influencia.

Hay que reflexionar sobre el hecho de que una obra gigantesca como El Capital solamente podría encontrar lugar en el mundo académico pasando por el prisma de las diferentes escuelas burguesas de economía. Hay dos razones para eso. En primer lugar, en una academia bajo el reinado del positivismo, que obstaculiza la comprensión de la realidad compartimentando la experiencia social en áreas aisladas, no es fácil entender una obra como El Capital, que no se basa en secciones interdisciplinares, donde la totalidad de los avances registrados en la humanidad se muestran con un ojo crítico. Las diferenciaciones interdisciplinarias institucionalizadas en la academia y una práctica docente que va a la par dificultan el alcance de un punto de vista sano y sistemático que se muestra en El Capital.

La segunda y más importante razón para que El Capital no sea leído y discutido ampliamente en el mundo intelectual es el hecho de que la economía burguesa acertó en el mensaje de El Capital: que la hegemonía burguesa se basa en la explotación de la plusvalía. Así, de alguna manera la economía debe oscurecer esta realidad. Por esta razón, mientras que en otros ámbitos de las ciencias sociales se permitió que las ideas «radicales» fueran expuestas y tengan lugar en los programas educativos, siempre que permanecieran en los parámetros académicos, en el ámbito económico la esencia del currículo pseudocientífico impulsado por el positivismo vulgar del último cuarto del siglo XIX no cambió, por el contrario se hizo más técnico e incluso ignoró la realidad empírica.

A nivel universitario, el contenido del estudio de la economía está determinado por los economistas que trabajan en las universidades más elitistas de los Estados Unidos, que al mismo tiempo tienen posiciones directivas y deciden los programas de instituciones imperialistas como el FMI y el Banco Mundial y además trabajan como consultores en prominentes instituciones del capital financiero como Goldman Sachs.

Los programas de investigación y las obras teóricas en el campo económico son establecidos por los representantes de élite de esta tradición y a través de instrumentos tales como los premios Nobel, entregados  principalmente a aquellos economistas que hacen investigación que responde a las actuales necesidades del capitalismo. Una gran mayoría de los fundadores y más tarde gerentes de la Sociedad Mont Pelerin fueron galardonados con el Premio Nobel de Ciencias Económicas.

En resumen, la burguesía monopoliza el conocimiento en el campo económico. Debido a esta hegemonía ideológica, la retórica de los «requerimientos de la economía», que no sirve más que para obscurecer la naturaleza real del capitalismo, es fácilmente aceptada entre los obreros y los intelectuales progresistas.

Para que la clase obrera asuma en su conjunto la lucha contra los ataques capitalistas dirigidos contra sí misma y contra la humanidad, esta hegemonía tiene que ser quebrantada. Por esta razón, es una tarea urgente leer y discutir Capital en su 150 aniversario.

Partido del Trabajo de Turquía (EMEP)

Agosto de 2017

[1]         Carta de Marx a Ruge, 1843.

[2]         Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política. 1859.

[3]         El Capital, Tomo I. Epilogo a la segunda edición alemana.

[4]         Manifiesto Comunista.

[5]         K. Marx: «El Capital» Epílogo a la primera edición.

[6]         El Capital, Tomo I, Prefacio a la Primera edición alemana.

[7]         El Capital, Tomo I, Prefacio a la primera edición alemana.

[8]         Contribución a la crítica de la Economía Política.

[9]         El Capital, Tomo I.

[10]        El Capital. Tomo I. Palabras finales a la segunda edición alemana.

[11]        Anti-Dühring.

[12]        El Capital. Tomo I.

[13]        El Capital. Tomo I.

[14]        Maurice Dobb, Theories of Value and Distribution Since Adam Smith, London, Cambridge University Press, 1973, p.141.

[15]        E.K. Hunt & Mark Lautzenheiser, History of Economic Thought, New York, M.E. Sharpe, 2011, p. 289.

[16]        John M. Keynes, Ensayos de Persuasión, New York, W. W. Norton & Company, 1963.

Por el Centenario de la Revolución Socialista de Octubre Noviembre 1917 – 2017

Los comunistas, los revolucionarios, los proletarios y los trabajadores conscientes de todo el mundo celebramos y festejamos el aniversario de la gloriosa Revolución Socialista de Octubre. Con mayor ánimo y firmeza lo haremos en 2017 con motivo del centenario de aquellos históricos “diez días que estremecieron al mundo”

La revolución bolchevique fue la gesta heroica que anunció un alba revolucionaria. Los cañones del crucero “Aurora” anunciaron que una nueva época se abría: la época de la derrota del capitalismo y de la construcción de la nueva sociedad sin explotadores ni explotados.

Con la Gran Revolución de Octubre, el proletariado conquistó el poder, expropió a los explotadores, instauró su dictadura revolucionaria y estableció un Estado de nuevo tipo. Con las palabras de Lenin:

“…en Rusia se ha deshecho por completo el mecanismo burocrático, no dejando de él piedra sobre piedra, se ha dejado cesantes a todos los antiguos magistrados, se ha disuelto el parlamento burgués y se ha dado a los obreros y a los campesinos una representación mucho más accesible; sus Soviets han venido a ocupar el puesto de los funcionarios o sus Soviets han sido colocados por encima de los funcionarios, sus Soviets son los que eligen a los jueces. Este mero hecho basta para que todas las clases oprimidas proclamen que el Poder de los Soviets, o sea, esta forma de dictadura del proletariado, es un millón de veces más democrático que la más democrática de las repúblicas burguesas.” (La revolución proletaria y el renegado Kautsky)

El Estado soviético; demostró que el socialismo es un orden social superior, a condición de que se sigan firmemente sus principios y se marche hacia el comunismo.

El “Octubre Rojo” cambió radicalmente el curso de la historia mundial, que inicio una nueva etapa de su desarrollo, la etapa de la crisis general del capitalismo y del paso al socialismo. Ha apuntado una vuelta indeleble en la estrategia y la táctica revolucionaria, en los métodos de lucha y las formas de organización, en la mentalidad, la cultura, las tradiciones de la clase obrera y de sus aliados en la lucha contra el imperialismo y el capitalismo, por la revolución y el socialismo.

A raíz de la revolución dirigida por los bolcheviques de Lenin y Stalin, se inauguró una oleada de revoluciones proletarias en los países imperialistas y capitalistas, de revoluciones populares y democráticas que se llevan a cabo bajo la dirección del proletariado y las banderas del internacionalismo en los países dependientes y coloniales.

El triunfo de la Revolución Socialista de Octubre impulsó la formación de partidos comunistas en todo el mundo y la construcción de la Internacional Comunista, para reagrupar la vanguardia del proletariado y organizar la revolución mundial.

Con la creación de la Unión Soviética y la edificación del socialismo la clase obrera, los campesinos, las mujeres, los pueblos lograron grandes beneficios materiales y culturales. Los trabajadores alcanzaron elevados niveles de bienestar gracias a la industrialización socialista y colectivización del campo, a la planificación económica que puso fin a las relaciones capitalistas de producción y la anarquía típica del viejo sistema.

La clase obrera se transformó en una clase técnica e ideológicamente avanzada. Se acabó con el desempleo. El proceso de emancipación de la mujer y su participación en la dirección del país progresó al mismo tiempo que la edificación del socialismo.

Los furibundos asaltos de los imperialistas fracasaron frente a la férrea voluntad de los trabajadores y los pueblos de no retroceder a la condición de esclavos; fracasaron ante la potencia y la unidad política del Estado socialista.

La Constitución socialista del 1936 y la derrota de la bestia nazifascista, que determino la liberación de muchos países y la instauración de regímenes de democracia popular, fueron grandes logros para los pueblos del mundo.

La Revolución Socialista de Octubre fue un acontecimiento que es hoy de gran actualidad, lleno de preciosas enseñanzas para la lucha del proletariado y demás clases oprimidas contra la explotación y la opresión.

 Constituye la demostración práctica de que la revolución es no sólo un anhelo popular, es, además, posible y necesaria para derribar el dominio burgués y construir la nueva sociedad, en la que los que “los que nada son ahora, todo van a ser”, y cambiará el mundo.

En los años que nos separan de aquel gran acontecimiento, las contradicciones fundamentales y los males endémicos del capitalismo se han agravado, empero las fuerzas revolucionarias de la clase obrera y de los pueblos han crecido objetiva e internacionalmente. La idea de la revolución proletaria es de total actualidad frente a la explotación y a la opresión que sufre la inmensa mayoría de la humanidad, la miseria y a la desigualdad creciente, las guerras de rapiña, el parasitismo de un puñado de ricos cada vez más ricos, la demolición de las conquistas sociales arrancadas por los trabajadores, el saqueo y la dominación neocolonialista, la devastación del medio ambiente provocada por el sistema capitalista.

Las razones para la revolución son más actuales que nunca y sus premisas materiales desarrolladas. El paso a una mejor forma de organización para la sociedad humana, a un nuevo y superior orden social, es una exigencia cada vez más urgente para las clases explotadas y oprimidas por el capital. Es un “problema planteado que espera solución” mediante la lucha de las masas oprimidas y explotadas.

La desaparición de la URSS y otros países socialistas ha sido un duro golpe. El socialismo ha sufrido una derrota temporánea que no invalida sus realizaciones, su necesidad. En realidad no es la Revolución de Octubre, ni el socialismo proletario los que han fracasado. Sí fracasan la traición, el revisionismo y el oportunismo, que desvían a los trabajadores de sus intereses y objetivos de clase.

A pesar de la incesante propaganda anticomunista, cada día está más claro que el bárbaro y moribundo sistema capitalista-imperialista, sólo puede ofrecer explotación, miseria y guerra.

Nos encontramos en un período de despertar político de la clase a obrera, de los pueblos, de la juventud, que ya no quieren soportar el yugo y los fardos que el capitalismo y el imperialismo imponen.

Avanzan el rechazo y la lucha contra las consecuencias de la crisis, contra la explotación, las desigualdades, la pobreza, contra los dictados, las intervenciones y agresiones imperialistas.

Crece la conciencia de que las cosas no pueden seguir como están, que en el capitalismo no hay salvación, que es necesaria una profunda trasformación social para eliminar la ruina económica, social, moral, ecológica, las masacres que la humanidad sufre inevitablemente bajo el dominio de los monopolios capitalistas que siguen una sola ley: la de la máxima ganancia.

Para realizar esta trasformación es imprescindible la conquista del poder estatal por la clase más revolucionaria y adelantada de la sociedad, la fuerza dirigente de la trasformación a nivel político, practico, intelectual y moral: el moderno proletariado.

Frente a las tesis revisionistas, reformistas y oportunistas, que han conducido la clase proletaria a dolorosas derrotas, la revolución proletaria se confirma como la única solución a la explotación y opresión de los pueblos.

La última y profunda crisis del capitalismo, y las venideras, prueban que la sociedad en régimen capitalista es un obstáculo para el desarrollo de las fuerzas productivas, por lo tanto se plantea romper mediante la revolución esta funesta situación.

La cuestión que se plantea con urgencia es: ¿dictadura del capital monopolístico financiero o dictadura del proletariado?

La victoriosa Revolución Socialista de Octubre demostró que la clase obrera puede tomar el poder y dirigir la sociedad sin la burguesía y contra ella, demostró que los comunistas pueden y deben desarrollar un papel determinante.

El Octubre soviético nos enseña que los comunistas, los mejores elementos del proletariado, los jóvenes revolucionarios, tienen que asumir esas enseñanzas y seguir la lucha, rompiendo claramente con el oportunismo de todo tipo y uniéndonos bajo las banderas del marxismo-leninismo y el internacionalismo proletario.

Celebraremos y actualizaremos en cada país el centenario del Octubre Rojo, combativa y unitariamente, resaltando su imperecedero significado, su importancia internacional y la profunda actualidad de la revolución proletaria para transformar radicalmente el mundo.

Preparémonos a celebrar en todas partes, digna y unitariamente en 2017 el 100° Aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre, con conmemoraciones, seminarios, mítines y otras actividades.

Desarrollemos en todos los países la movilización para reagrupar a los comunistas, los revolucionarios, los obreros combativos, difundamos las razones del comunismo, única fuerza que puede organizar y dirigir consecuentemente las fuerzas de la revolución social en todos los países.

Invitamos a los Partidos y Organizaciones políticas, sociales, sindicales, juveniles, de mujeres, campesinos, indígenas, de todos los países que comparten nuestras posiciones de principio, a unirse con nosotros para realizar en común las actividades y construir un poderoso Movimiento Comunista y Obrero Internacional.

Un siglo después del victorioso “asalto al cielo” cumplido por los bolcheviques, ¡Reafirmamos que la única alternativa segura a la barbarie imperialista y capitalista es la revolución y el socialismo!

¡Viva la Gran Revolución Socialista de Octubre!

¡Viva el marxismo-leninismo!

¡Viva el internacionalismo proletario!

Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista – Leninistas (CIPOML)

El arte revolucionario, arte de masas y forma específica de la lucha de clases

. En el actual período social de la historia, por la agudeza, la violencia y la profundidad que ofrece la lucha de clases, el espíritu revolucionario congénito del artista no puede eludir, como esencia temática de sus creaciones, los problemas sociales, políticos y económicos. Estos problemas se plantean hoy con amplitud y exasperación tales en el mundo entero, que penetran e invaden en forma irresistible, la vida y la conciencia del más solitario de los eremitas. La sensibilidad del artista, sensible por excelencia y por propia definición, no puede sustraerse a ellos. No está en nuestras manos dejar de tomar parte en el conflicto, de uno y otro lado de los combatientes. Decir, pues arte y, más aún, arte revolucionario, equivale a decir arte clasista, arte de lucha de clases. Artista revolucionario en arte, implica artista revolucionario en política.

2. ¿De qué lado se halla hoy el frente revolucionario en la lucha de clases? ¿En qué clase social están encarnados el movimiento, la idea y la fuerza revolucionaria de la historia? Supongo que nadie osará suponerlos encarnados en el frente capitalista en la clase burguesa. La revolución social está fecundándose con la sangre y las batallas de la clase proletaria, y el frente que en la lucha de clases lo encarna, no es otro que el frente bolchevique, vanguardia de las masas trabajadoras.El puesto de combate del artista revolucionario está, por consiguiente, en las filas proletarias, en los rangos bolcheviques, entre las masas laboriosas.

Siendo el arte revolucionario, forma específica de la lucha de clases y arte de masas, ¿cuáles deber ser el punto de partida, la forma, el contenido y los fines sociales de la obra de arte?

a)El punto de partida de la obra de arte revolucionaria deben constituirlo las posiciones estratégicas y tácticas que, en el decurso de la lucha de clases, tome según los trances y virajes que impongan las circunstancias de cada momento, la clase proletaria mundial. O en otros términos: la obra de arte ha de situarse siempre en la más reciente peripecia de la lucha y debe partir de las necesidades e intereses del día de esta lucha. De Aquí queel artista o escritor debe seguir íntimamente y de cerca las directivas y consignas del Partido Comunista y estar al tanto, hora por hora, de los acontecimientos.

b) La forma del arte revolucionario debe ser lo más directa, simple y descarnada posible. Un realismo implacable.Elaboración mínima. La emoción ha de buscarse por el camino más corto y a quema-ropa. Arte de primer plano. Fobia a la media tinta y al matiz. Todo crudo, -ángulos y no curvas, pero pesado, bárbaro, brutal, como en las trincheras.

c) El contenido de la obra de arte debe ser un contenido de masas.La sorda aspiración, la turbulencia, el frenesí solidario, las flaquezas y los ímpetus, las luces y las sombras de la conciencia clasista, el vaivén de los individuos dentro de las multitudes, los potenciales frustrados y los heroísmos, los triunfos y las vigilias, los pasos y las caídas, las experiencias y las enseñanzas de cada jornada, en fin, todas las formas, lagunas, faltas, aciertos y vicios de las masas en sus luchas revolucionarias. Al efecto,es necesario crear y desenvolver una vasta red de organismos y contactos de arte revolucionario entre los rangos proletarios, como son, entre otros, los corresponsales de fábricas, corresponsales campesinos, el control, el control obrero en las secciones nacionales de la UIRE, en los órganos de prensa y en las editoriales revolucionarias, los círculos obreros y campesinos de lecturas, las “Camisas azules” teatrales, la crítica de masas, los clubs obreros, las exposiciones del pequeño artesanado campesino y proletario, las academias ambulantes, las brigadas de artistas y escritores en las organizaciones de los trabajadores, en las trincheras de las guerras civiles, etc., etc.

d)Los fines concretos e inmediatos del arte revolucionario varían, según las necesidades cambiantes del momento. No hay que olvidar que el público de este arte es múltiple. La masa aún no radicaliza y que forma en las filas del fascismo o del anarco-sindicalismo y hasta de los partidos de izquierda burguesía y la propia alta burguesía. Una táctica fina, hábil, aguda y dúctil hay que observar en este terreno, ya que el objetivo práctico de la obra artística o literaria depende de los medios que se empleen para cada público y según las necesidades del instante. Tratándose, por ejemplo, de la burguesía en general,el fin revolucionario se realiza atacando a muerte o persuadiendo. “Los compañeros de ruta” –de que habla Romain Rolland-no se pueden suscitar ni atraer sino en un terreno de franca cordialidad. Y ya sabemos los grandes servicios que estos artistas e intelectuales liberales o simpatizantes de la causa proletaria, aportan al movimiento revolucionario, cuando, como en muchos casos, no acaban radicalizándose y hasta proletarizándose. Sabemos, por último, que la mayoría de los miembros de la “Unión Internacional de Escritores revolucionarios” la integran actualmente “les compagnons de route” (Compañeros de viaje)

*Artículo extraído del libro “El Arte y la Revolución” de César Vallejo

El Centenario de la Revolución Socialista de Octubre

Hace 100 se inauguró la época de las revoluciones proletarias y del derrumbe del imperialismo con estruendo de cañones del crucero Aurora enfilados al Palacio de Invierno del Zar, el 25 de octubre de 1917 (07 de noviembre según el calendario gregoriano), se consolidó la conquista del poder político en Rusia con la Revolución Socialista de Octubre, hazaña realizada sobre la alianza de obreros, soldados y campesinos dirigidos por el Partido Comunista bolchevique, con su jefe Lenin a la cabeza, que derrocaron al zarismo, al gobierno provisional burgués e instauraron el Estado Socialista Soviético, un nuevo tipo de Estado que abolió la propiedad de los terratenientes sobre la tierra, para otorgarla al disfrute de los campesinos y nacionalizarla, expropió a los capitalistas, puso término a la guerra conquistando la paz y obtuvo tregua necesaria para la construcción del sistema de los trabajadores, el Socialismo.

Las causas que precipitaron la revolución proletaria rusa giraron en torno a la experiencia revolucionaria que había ganado la clase obrera que participó, cumpliendo su papel de fuerza fundamental de la revolución, en 3 revoluciones sucesivas. El marco de la Primera Guerra Mundial caracterizada por Lenin como una guerra imperialista de rapiña y anexionista, tras la cual las potencias imperialistas por primera vez se habían repartido los mercados del mundo, otro factor fundamental para el triunfo de la clase obrera fue la experiencia revolucionaria del Partido de nuevo tipo que supo dirigir y educar a las masas en base a su experiencia de lucha para barrer con el oportunismo, socialpacifismo, socialchovinismo, la traición de los partidos de la Segunda Internacional, y concretar la tarea revolucionaria, que según precisó Lenin obedece a condiciones concretas que están más allá del deseo voluntario de una persona.

La ley fundamental de la revolución con-firmada por todas las revoluciones del siglo XX, consiste en lo siguiente: para la revolución no basta con que las masas explotadas y oprimidas tengan conciencia de la imposibilidad de seguir viviendo como viven y exijan cambios; para la revolución es necesario que los explotadores no puedan seguir viviendo y gobernando como viven y gobiernan. Solo cuando los de abajo no quieran y los de arriba no pueden seguir viviendo a la antigua, solo entonces puede triunfar la revolución”

Este proceso histórico reafirmó el desarrollo del marxismo en unas nuevas condiciones. El leninismo como teoría y táctica de la revolución proletaria en general y la teoría y táctica de la Dictadura del Proletariado en particularidad, surgida como doctrina revolucionaria del proletariado en el periodo del capitalismo agonizante, en la que las contradicciones intrínsecas a su sistema determinan el derrumbe del imperialismo como etapa superior y última del capitalismo, así mismo reafirma la vigencia de la dirección proletaria del Partido Comunista como partido de nuevo tipo que asume la labor de vanguardia organizada y combatiente de la clase obrera y los pueblos, por el Socialismo y el Comunismo.

La revolución rusa fue la confirmación de las tesis planteadas por Lenin, en oposición a los dogmas sustentados hasta entonces por los partidos de la Segunda Internacional, que negaban la posibilidad del triunfo de la revolución en un país que no estaba lo suficientemente industrializado o donde el proletariado aún no constituía la aplastante mayoría. Lenin señala que estas condiciones no son obligatorias para que triunfe la revolución; pues, la revolución ya no puede ser analizada desde una perspectiva netamente nacional sino desde el análisis de la economía mundial en su conjunto y que la revolución triunfará allí donde la cadena del imperialismo sea más débil y desencadenará la Revolución Proletaria Mundial. Desechando de esta manera la tesis de la revolución permanente del trotskismo, utilizada para oponerse a la insurrección popular revolucionaria de Octubre.

Bibliografía: Historia del Partido Comunista Bolchevique de la URSS.

Fundamentos del Leninismo. Stalin.

La alianza de la clase obrera, el campesinado pobre y medio en la Revolución de Octubre y la construcción del Socialismo

 

Se cumple el centenario de la victoriosa Revolución Proletaria de Octubre, que corona la primera experiencia de construcción del Estado de Dictadura del Proletariado, como la forma más avanzada del ejercicio de la democracia, donde el pueblo trabajador ejerce su fuerza organizada de clase para vencer la resistencia de las clases explotadoras y para abolir la propiedad privada burguesa sobre los medios de producción, sin la cual es imposible la construcción del Socialismo y el paso al Comunismo científico.

Los marxista-leninistas ubicamos en la clase obrera, a la clase que por su posición dentro del proceso de producción capitalista y por su condición en éste sistema social, puede y debe ser la clase de vanguardia en la lucha para enterrar este sistema y acabar con la división de la sociedad en clases sociales.

Para asegurar su victoria, la clase obrera, debe unificar entorno a su objetivo de transformación social las aspiraciones de otras clases y capas oprimidas por el capitalismo. Es decir, que necesita de fuerzas aliadas que luchen por mejorar sus condiciones materiales de existencia, que entiendan que hay un enemigo en común por derrocar, para superar el decadente estado de cosas que los sume en la explotación y miseria, una de las clases aliadas de la clase obrera en la Rusia zarista fue el campesinado, que era el sector mayoritario de la población rusa.

Es en la Revolución de Octubre y otras revoluciones proletarias triunfantes, donde se constata como la unidad para la lucha conjunta de clase obrera y el campesinado medio y pobre, construyen una alianza estratégica para derrocar a las clases explotadoras y luego consolidan esa alianza, con la dirección de la clase obrera y su Partido, para la construcción de un sistema económico social donde las aspiraciones materiales y culturales se van concretando al compás de la reorganización del trabajo, de la planificación centralizada, diversificación de la economía, del impulso del desarrollo de las fuerzas productivas y la técnica, teniendo como prioritarios el mejoramiento constante de las condiciones materiales y culturales del pueblo trabajador; es decir, en el proceso de la construcción de la sociedad Socialista.

LA SITUACIÓN DE LA CLASE OBRERA Y EL CAMPESINADO RUSO, ANTES DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE.

Los artículos publicados por Lenin muestran que la situación de la clase obrera rusa, era insostenible, pesaba sobre ella la explotación de la industria capitalista y la opresión del zarismo que impedía de manera violenta su organización gremial y política; a través de la Ojrana, el zarismo reprimía cualquier forma de organización que busque hasta las reivindicaciones económicas más básicas.

El partido bolchevique en sus distintas etapas de construcción tuvo como eje central de su política el problema del poder, la organización y realización de la revolución. Motivo por el cual centro su accionar en la agitación, propaganda, organización y educación de la clase obrera en base a su propia experiencia de lucha, para que dé un salto cualitativo y pase de su condición de clase en sí a clase para sí, con objetivos políticos. Además, el partido bolchevique dirigió su accionar a despertar la consciencia de los sectores explotados, oprimidos y empobrecidos que asistían a la lucha por arrancar conquistas políticas y económicas al zarismo. La lucha por el derrocamiento del Zar junto a toda su estela aristocrática y capitalista, se puso a la orden del día.

Es en este sentido que el Partido bolchevique planteó un programa para solucionar el problema del campesinado, inmerso en la explotación feudal que subsistía en el campo, el carácter atrasado del nivel cultural y que estaba sumido en la pauperización por la especulación de los comerciantes intermediarios que imponían precios muy bajos de adquisición de los productos agrícolas. Es decir, que el campesinado estaba oprimido por las vetustas relaciones sociales del sistema feudal y también por el creciente flujo del desarrollo del mercado capitalista, que arruinaba al campesinado pobre y medio que basaba su economía en la producción individual, a menor escala. Lo que demostraba que aun así el campesinado luche por la conquista parcelizada de la tierra, confiscando a los terratenientes y kulaks, sería un paso adelante, pero que en el marco de las relaciones sociales capitalistas esta no podía asegurar la mejora de sus condiciones materiales.

Frente a esto el Partido Bolchevique plantea la necesidad de organizar al campesinado como aliado de la clase obrera para la realización de la Revolución Socialista, ya que el campesinado tras las experiencias -de la revolución de 1905 en cuya dirección se posicionó el partido de la burguesía liberal y la revolución democrática burguesa de febrero de 1917 en cuyo gobierno provisional estuvieron mencheviques y socialrevolucionarios-, se desengañó de estos partidos de los cuales no obtendrían la tierra y además tras la Revolución de Febrero, Rusia no saldrían de la guerra imperialista.

EL CAMPESINADO POBRE Y MEDIO Y EL CARÁCTER POPULAR DE LA REVOLUCIÓN.

Cuando se habla del campesinado como una categoría en general, se omite un hecho objetivo que es conveniente aclarar siempre, la existencia de clases y capas sociales dentro del campesinado, que tuvieron y tienen un distinto comportamiento de acuerdo a sus intereses y que entre estos sectores también se libra una lucha de clases en el campo.

El campesinado rico, es aquel que ha concentrado grandes extensiones de tierra, posee aperos agrícolas y que además necesita de la fuerza de trabajo adicional que contrata, sin la cual no puede producir sus extensiones de tierra, esta clase en la Rusia de inicios del Siglo XX era conocida como la clase de los “Kulaks” quienes después de la Revolución de Octubre se constituyeron en una fuerza contrarrevolucionaria, que buscaba mantener sus privilegios en el campo; es decir, seguir explotando al campesinado pobre y medio.

El campesinado medio, es aquel que dispone de medios de producción, aperos de labranza pero que al no tener grandes extensiones de tierras no hace uso extensivo de la fuerza de trabajo ajena, sino que utiliza la fuerza de trabajo familiar y de otras formas de cooperación social propias de su entorno. Esta capa social fue la que estuvo en disputa, por las fuerzas de los kulaks y otros reaccionarios, por un lado, y por el otro las fuerzas revolucionarias encabezadas por el Partido Bolchevique que buscaban ganarlos como reserva de la revolución proletaria ya que por su número y dinamicidad podían inclinar la balanza política en la disputa del poder y en la guerra civil desata por la intervención de la potencias imperialistas, y además debido a su producción individual, que es germen del desarrollo de la producción capitalista se le debía alentar a desarrollar la economía cooperativa – koljosiana, para la construcción del Socialismo.

El campesinado pobre, es aquel que no posee a veces las tierras suficientes hasta para su propia subsistencia, motivo por el cual se ve obligado a vender su fuerza de trabajo para poder sobrevivir, en periodos donde su situación es insostenible o no encuentra ocupación en el campo migra a las ciudades para vender su fuerza de trabajo, constituyéndose en ellas como parte del proletariado o semiproletariado. Esta capa por su condición es la aliada más inmediata de la clase obrera en sus tareas políticas y por su posición en el campo es el sector más consecuente al desarrollar la lucha de clases.

De esta caracterización se entiende cómo fue y cómo es el comportamiento del campesinado, la táctica de los bolcheviques consistió en atraer a los campesinos pobres y medios para que abracen el camino de la Revolución Socialista y el de la producción koljosiana; este elemento inicial nutre el carácter popular de la Revolución.

EL CAMPESINADO, LA DICTADURA DEL PROLETARIADO Y LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO.

Tras la Revolución de Octubre, el problema de la agricultura y el campesinado fue uno de los puntos del programa más difíciles a resolver, dado que la construcción del Socialismo requiere de una base material que asegure la industrialización del país y también de la transformación socialista de la agricultura, ramas que se solo se unifican en base a la propiedad socialista sobre los medios de producción y del trabajo colectivo; para lo cual el campesinado fue estimulado a encaminarse a la producción cooperativa, siendo masiva su adherencia cuando constató la superioridad de la producción cooperativa con respecto a la producción individual. El campesinado se integró al régimen cooperativo con sus instrumentos de producción, su fuerza de trabajo y sus tierras; y el Estado de dictadura del Proletariado aportó a esta organización maquinarias, con el desarrollo de la técnica y todo lo necesario para que la producción agropecuaria se desarrolle por el camino de la cooperación. Al respecto al c. Stalin señalaba.

Bajo el régimen antiguo, los campesinos trabajaban con los viejos métodos de sus abuelos y con las viejas herramientas de trabajo, trabajan para los terratenientes y capitalistas, para los kulaks y especuladores, trabajaban sin lograr matar nunca el hambre y enriqueciendo a otros. Bajo el nuevo régimen, bajo el régimen koljosiano, los campesinos trabajan unidos, colectivamente, en artel, trabajan con ayuda de nuevos instrumentos, de tractores y de máquinas agrícolas, trabajan para ellos mismo y sus koljoses, viven sin capitalistas ni terratenientes, sin kulaks ni especuladores, trabajan para mejorar de día a día su situación material y cultural”

El campesinado organizado y consciente como clase aliada de la clase obrera se integra al ejercicio de la Dictadura Revolucionaria del Proletariado, como “una forma especial de alianza de clase entre el proletariado, vanguardia de los trabajadores, y las numerosas capas trabajadoras no proletarias o la mayoría de ellas, alianza dirigida contra el capital, alianza cuyo objetivo es el derrocamiento completo del capital, el aplastamiento completo de la resistencia de la burguesía y de sus tentativas de restauración, alianza cuyo objetivo es la instauración y consolidación definitiva del socialismo”.

¡A FORJAR LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA EN EL PERÚ!

De la experiencia que emana de la Revolución y la construcción del Socialismo en la URSS, debemos tomar lección entorno a la definición consecuente de los bolcheviques con respecto al problema del poder y la organización de las fuerzas aliadas del proletariado para la conquista y sostenimiento de la nueva sociedad.

En el Perú la concentración de la población campesina – rural, mayoritaria hasta fines de los años 70, ha variado en las últimas décadas, existe una disminución del porcentaje de la población económicamente activa en estas zonas.

La distribución por lugar de residencia de la PEA muestra que en la zona urbana se concentran una población de 11”549,006 personas y en la zona rural 3”991,009 personas. Sobre la población en general al 2015 la concentración de población en las zonas urbanas alcanza el 76,7% con 23”893,654 habitantes y la población rural 23,3% con una población de 7”257,9897. De este total el departamento de Lima es el que presenta la mayor concentración poblacional del país con 9”835,000 habitantes, que representa el 32% de la población total del país, donde además se concentra la mayor cantidad de población empleada.

La concentración de la población ha variado con mayor celeridad en las últimas 3 décadas: por el desplazamiento forzoso a los que fue sometido el campesinado por la acción paramilitar del terrorismo senderista y el terrorismo estatal desatado por Fujimori, por el arrebato de sus medios de producción para la entrega a las transnacionales mineras, gasíferas, petroleras, hidroeléctricas y madereras; por el abandono del campo por parte del Estado que hace insostenible la supervivencia del campesinado en sus lugares de origen, quienes empujados por la necesidad migran a las ciudades a vender su fuerza de trabajo. Todos estos fenómenos han sido analizados en nuestra VII Conferencia Nacional que ha caracterizado a la sociedad peruana de la siguiente manera:

La caracterización a la que arribamos tras los últimos estudios de la sociedad peruana es la de un capitalismo atrasado, dependiente del imperialismo en el marco del neocolonialismo; es decir, en el marco de la existencia de un mundo multipolar, donde las potencias imperialistas china, rusa vienen disputando los mercados, materias primas y zonas de influencia de manera más encarnizada, pero donde aún la hegemonía la mantiene el imperialismo norteamericano”.

Y más adelante señala:

Tenemos una sociedad de capitalismo atrasado, deformado por la dominación imperialista, por lo que las tareas de desarrollo de las fuerzas productivas y la industrialización del país recaen en las tareas democráticas de alianza obrero-campesina en el Poder, la burguesía está incapacitada para ello”

De acuerdo a estas tesis, el Partido ha señalado las tareas inmediatas para el frente campesino, donde se hace un llamado a la militancia para organizar al campesinado entorno al objetivo de constituirlo en reserva de la Revolución Democrática Popular y Socialista, apoyando sus luchas reivindicativas que en el actual contexto coinciden con las luchas contra la dominación imperialista, por su confrontación directa con las transnacionales y las políticas del gobierno que apuntalan la dependencia del país.

En estos últimos años el campesinado peruano ha mostrado un alto grado de combatividad, principalmente el campesinado pobre y medio, en la defensa de la producción nacional, la soberanía alimentaria, el medio ambiente, el agua, sus tierras y territorios comunales que buscan ser arrebatados por la embestida de las transnacionales y la complicidad del Estado, que se coluden para profundizar el extractivismo minero, gasífero y petrolero, buscando barrer toda forma organizada que se ubique en cercanías a las fuentes de materias primas.

El campesinado pobre y medio resiste y constata en base a su propia experiencia que el campesinado con grandes posesiones de tierras, el campesinado rico, es una fuerza aliada de las trasnacionales y la reacción, es compatible con los planes de destrucción del territorio comunal, pues participa también del acaparamiento de tierras y la destrucción de cualquier forma de cooperación dado que prioriza en gran medida su interés individual. El campesinado en lucha constata también que es en la clase obrera, la juventud, los pueblos y trabajadores en general son fuerzas con las que puede contar como apoyo para la defensa de sus intereses.

En este sentido el Partido ha llamado a la militancia a redoblar los esfuerzos a fin de forjar la alianza obrero-campesina, dotarla de una correcta orientación Partidaria para que se constituya en la fuerza motriz de la Revolución Democrática Popular y Socialista en el Perú.

¡Viva el centenario de la Revolución Socialista de Octubre!

¡Viva la alianza obrero campesina por la Revolución y el Socialismo!

¡Viva la VII Conferencia Nacional del PCP (m-l)!

Abril de 2017

 

La Revolución de Octubre y la Construcción del Socialismo

La era de las revoluciones proletarias acaba de empezar. La aparición del socialismo representa una necesidad histórica que emana del propio desarrollo objetivo de la sociedad. Esto es algo inevitable. Las contrarrevoluciones que se han producido, los obstáculos que salen al paso pueden prolongar por cierto tiempo la vida al caduco sistema explotador, pero son impotentes para contener el avance de la sociedad humana hacia su porvenir socialista”

(Enver Hoxha, El eurocomunismo es anticomunismo)

Uno de los aportes más importantes de la Revolución de Octubre, para los trabajadores y pueblos del mundo, es la experiencia de la construcción del Socialismo, basado en el entendimiento cabal: de las leyes de desarrollo social, la misión histórica de la clase obrera y sus fuerzas aliadas, el papel de dirección del Partido Comunista, de la revolución para el derrocamiento de la burguesía y la destrucción de su Estado, de la necesidad de implantar y ejercer la dictadura revolucionaria del proletariado como expresión estatal que medie la transición del capitalismo al comunismo, dentro de otros elementos, de los cuales consideramos estos más importantes.

Se han difundido muchas falsedades sobre el Socialismo, la burguesía ha jugado su papel en el marco de la lucha ideológica, contando con sus aliados socialdemócratas que desde la caída del revisionismo en la ex Unión Soviética sostuvieron que el “socialismo ha fracasado”, era la “socialización de la pobreza”, “la anulación de la iniciativa personal y la competitividad”, “el control excesivo de la forma de vivir”, “el arrebato de la propiedad en general”, “si tienes dos vacas el socialismo te quita una para dársela a otro”, “en el socialismo se mantiene a los ociosos”, “el socialismo es un régimen policiaco”; dentro de otras falsedades que se repiten de manera constante por la prensa y se reproducen en las conversaciones diarias de la gente, se perciben en los comentarios de los jóvenes que en la mayoría de casos se consideran “apolíticos”, lo que nos muestra que en la lucha ideológica la burguesía nos ha ganado al sector mayoritario de la población y ha politizado al pueblo entorno a sus intereses de clase para apuntalar la conservación del sistema capitalista como la “forma más avanzada de democracia” aplicando el principio de propaganda sucia de Joseph Goebbels “Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creará”. El apoliticismo no existe como tal ya que todo tiene un sello de clase, la ciencia, la filosofía, la música, el arte, la educación, todo está suscrito a la lucha de clases y la difusión del “apoliticismo” se da en interés de conservar el statu quo social.

Las mentiras de la propaganda burguesa tienen por objetivo anular la disposición de los trabajadores y los pueblos a luchar por el Socialismo como alternativa política, económica y social; para que no busquen acabar con la dictadura de la burguesía, con la explotación del hombre por el hombre, la ruina y la depauperación de los trabajadores, para no acabar con la guerras de agresión entre las potencias imperialistas y contra los pueblos, para que no luchen contra la imposición de los costos de la crisis sobre sus espaldas, para que no luchen contra la privación y precarización del empleo y que además perciban con normalidad el arrebato de las riquezas nacionales por las potencias imperialistas, la mercantilización de los derechos que hacen inaccesibles a sus hijos la educación, salud, seguridad social y recreación.

Para rebatir la propaganda burguesa citamos algunos artículos de la Constitución de la URSS de 1936, que como ninguna otra república burguesa establece en su Carta Magna la alternativa para el desarrollo de los pueblos una vez socializados los medios de producción y teniendo la clase obrera el poder político del Estado.

Sobre “el arrebato de la propiedad en general”, “si tienes dos vacas el socialismo te quita una para dársela a otro”.

Artículo 10.- La ley protege el derecho de los ciudadanos a la propiedad personal de los ingresos y ahorros procedentes de su trabajo, la vivienda y la hacienda doméstica auxiliar, los objetos de uso doméstico, de consumo y de comodidad personal, así como el derecho de herencia de la propiedad personal de los ciudadanos.

Este artículo que tiene completa claridad, está en correspondencia con lo señalado por Marx y Engels en el Manifiesto Comunista sobre la propiedad personal, que rebaten las falsedades de la burguesía que difunde que el socialismo-comunismo te confisca todo tipo de propiedad para que el pueblo tema la revolución proletaria y los explotadores y expropiadores burgueses no sean expropiados, “El comunismo no priva a nadie del poder de apropiarse productos sociales; lo único que no admite es el poder de usurpar por medio de esta propiedad el trabajo ajeno” (Manifiesto Comunista, Marx y Engels.)

Sobre la “socialización de la pobreza”, la Constitución Soviética señala:

Artículo 11.- La vida económica de la URSS es determinada y dirigida por el plan estatal de economía nacional, cuyos fines son: aumentar la riqueza social, elevar continuamente el nivel material y cultural de los trabajadores, fortalecer la independencia de la URSS y acrecentar su capacidad defensiva.

La materialización de este artículo está demostrado en el desarrollo logrado por la Unión Soviética que estuvo en muchas ocasiones a la par del desarrollo técnico e industrial de las grandes potencias capitalistas, lo que le permitió al proletariado internacional tener un punto de apoyo para su avance revolucionario.

En el socialismo se mantiene a los ociosos”, al respecto la Constitución de 1936 muestra la nueva concepción que se va forjando sobre el trabajo después de la revolución proletaria y la posibilidad de conseguir el pleno empleo como resultado de la planificación económica, la diversificación y el desarrollo de las fuerzas productivas, sobre la base de la ley de desarrollo armónico de la economía nacional.

Artículo 12.- El trabajo es en la URSS una obligación y una causa de honor de cada ciudadano apto para el mismo, de acuerdo con el principio de «el que no trabaja, no come».

En la URSS se cumple el principio del socialismo: «De cada uno, según su capacidad; a cada uno, según su trabajo».

Artículo 118.- Los ciudadanos de la URSS tienen derecho al trabajo, es decir, a obtener un trabajo garantizado y remunerado según su cantidad y calidad. Garantizan el derecho a trabajo la organización socialista de la economía nacional, el crecimiento constante de las fuerzas productivas de la sociedad soviética, la eliminación de la posibilidad de crisis económicas y la supresión del paro forzoso.

Sobre el “socialismo como régimen policiaco” y “el control excesivo de la forma de vivir”: podemos señalar que el régimen policiaco y de terror es un invento de la burguesía para achacarle al socialismo lo que pasa en realidad en las repúblicas “democráticas” burguesas donde se reprime a la población que sale a protestar por mejorar sus condiciones materiales de existencia, se prohíbe el uso de espacios públicos para los mítines populares, se proscribe la literatura revolucionaria, se usa a los aparatos inteligencia para seguir e inventar delitos para los dirigentes populares; solo en los países socialistas se ha estimulado la organización y participación popular para la construcción de la nueva sociedad, al respecto Constitución soviética señala:

Artículo 125.- De conformidad con los intereses de los trabajadores y a fin de consolidar el régimen socialista, la ley garantiza a los ciudadanos de la URSS:

a) la libertad de palabra;

b) la libertad de imprenta;

c) la libertad de reunión y de mítines;

d) la libertad de desfiles y manifestaciones en las calles.

Garantizan estos derechos de los ciudadanos el que los trabajadores y sus organizaciones disponen de las imprentas, existencias de papel, edificios públicos, calles, medios de comunicación y otras condiciones materiales necesarias para su ejercicio.

Artículo 127.- Los ciudadanos de la URSS tienen garantizada la inviolabilidad personal. Nadie puede ser detenido sino por decisión del tribunal o con sanción del fiscal.

Artículo 128.- La ley protege la inviolabilidad del domicilio de los ciudadanos y el secreto de la correspondencia.

Artículo 129.- La URSS concede el derecho de asilo a los ciudadanos extranjeros perseguidos por defender los intereses de los trabajadores, por sus actividades científicas o por su lucha de liberación nacional.

Artículo 130.- Todo ciudadano de la URSS tiene el deber de observar la Constitución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, cumplir las leyes, acatar la disciplina de trabajo, cumplir honradamente con sus obligaciones sociales y respetar las reglas de convivencia socialista.

Sobre “la anulación de la iniciativa personal y la competitividad”, es otra falsedad de la burguesía que busca también achacar al socialismo. En el sistema capitalista la iniciativa y la competitividad de la pequeña producción es anulada por el dominio de los monopolios y su interés de acapararlo todo, que impide el desarrollo de las fuerzas productivas y la ciencia si esta va contra su interés económico.

La revolución y la construcción del socialismo es uno de los procesos donde la iniciativa, la crítica y la autocrítica y la creatividad se desarrollan en niveles no vistos con anterioridad, pues la clase trabajadora emprende la inmensa tarea de construir una nueva sociedad, la emulación y la competitividad, son elementos que influyen en la calificación del trabajo y le dan mejores mejores condiciones para su reorganización, al respecto Lenin aclara: “Lejos de apagar la emulación, el socialismo, por el contrario crea, por vez primera, la posibilidad de aplicarla en escala verdaderamente amplia, verdaderamente masiva, crea la posibilidad de hacer realmente que la mayoría de los trabajadores entren en la liza (a la pelea) de una actividad que les permita manifestarse en todo su valor, desarrollar sus capacidades, revelar talentos que en el pueblo forman un manantial inagotable y que el capitalismo pisoteaba, oprimía y ahogaba por miles de millones. (Lenin)

Lo que no le interesa difundir a la propaganda burguesa, son las conquistas que logró la clase obrera en la URSS para los hombres y mujeres del pueblo trabajador, en la perspectiva de mejorar sus condiciones materiales y culturales, dentro de algunos elementos:

Artículo 119.- Los ciudadanos de la URSS tienen derecho al descanso. Garantizan el derecho al descanso la jornada laboral de siete horas para los obreros y empleados y su reducción a seis horas para las profesiones cuyas condiciones de trabajo son difíciles, y a cuatro horas en las secciones en que dichas condiciones son especialmente difíciles; las vacaciones anuales pagadas para los obreros y empleados, y la existencia de una extensa red de sanatorios, casas de descanso y clubs, puestos a disposición de los trabajadores.

Artículo 120.- Los ciudadanos de la URSS tienen derecho a la asistencia económica en la vejez, así como en caso de enfermedad y de pérdida de la capacidad de trabajo. Garantizan este derecho el amplio desarrollo de los seguros sociales de los obreros y empleados a cargo del Estado, la asistencia médica gratuita a los trabajadores y la existencia de una extensa red de balnearios puestos a disposición de los trabajadores.

Artículo 121.- Los ciudadanos de la URSS tienen derecho a la instrucción. Garantizan este derecho la enseñanza general y obligatoria de ocho grados, la gran amplitud de la enseñanza media politécnica general, de la enseñanza profesional y técnica, y de la enseñanza media especializada y superior, basadas en la vinculación del estudio con la vida, con la producción; el fomento máximo de la enseñanza nocturna y por libre, la gratuidad de toda clase de enseñanza y el sistema de becas del Estado; la enseñanza en las escuelas en la lengua materna, y la organización en las fábricas, sovjoses y koljoses de la enseñanza gratuita fabril, técnica y agronómica para los trabajadores.

Artículo 122.- La mujer tiene en la URSS iguales derechos que el hombre en todos los dominios de la vida económica, pública, cultural, social y política. Garantizan el ejercicio de estos derechos la concesión a la mujer de los mismos derechos que al hombre en materia de trabajo, salario, descanso, seguros sociales e instrucción; la protección de los derechos de la madre y del niño por el Estado; la ayuda del Estado a las madres de prole numerosa y a las madres solas; la concesión a la mujer de vacaciones pagadas en caso de embarazo, y una extensa red de casas de maternidad, casas-cuna y jardines de la infancia.

Artículo 123.- Es ley inviolable la igualdad de derechos de los ciudadanos de la URSS, sin distinción de nacionalidad ni de raza, en todos los dominios de la vida económica, pública, cultural, social y política…

En la época del imperialismo y las revoluciones proletarias, el capitalismo como sistema no es alternativa para la materialización de las aspiraciones de la clase obrera y los pueblos; no puede generar pleno empleo, desarrollar consecuentemente la iniciativa y la competitividad, acabar con las crisis, dejar de azuzar y organizar guerras, está incapacitado para acabar con la corrupción, la delincuencia, la explotación, y mucho menos todavía usando su carta fascista.

Los trabajadores debemos aprestarnos de manera más decidida en las tareas de la revolución de liberación nacional y por el Socialismo.

I.- LA REVOLUCIÓN SOCIAL DEL PROLETARIADO, PREMISA PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO Y SU VIGENCIA.

La revolución social del proletariado implica el cambio violento de las estructuras sociales y de las relaciones de propiedad de la sociedad burguesa, se da paso a la expropiación de las clases explotadoras y la conquista del poder político por el proletariado, como la clase más avanzada que se propone la transformación radical de la sociedad y la supresión de toda forma de explotación del hombre por el hombre.

La conquista del poder por el proletariado no es una conquista “pacífica” preparada por la maquina estatal burguesa mediante la obtención de la mayoría parlamentaria. La burguesía emplea todos los medios de violencia y terror para conservar y consolidar su propiedad conquistada por el robo y su dominación política. Como en otro tiempo la nobleza feudal, no puede ceder a una nueva clase el sitio histórico que ocupa sin una lucha encarnizada y desesperada. Por esto la violencia de la burguesía puede ser destruida mediante la violencia severa del proletariado (Programa y Estatutos de la Internacional Comunista, 1928)

En el proceso de organizar y hacer la revolución socialista, el proletariado que ha dejado ya de ser una clase en sí para convertirse en clase para sí cuenta con su Estado Mayor, con su vanguardia combatiente, la máxima expresión organizada de su interés de clase, el Partido Comunista que dirige el proceso revolucionario como único representante de los intereses políticos de la clase obrera, a través del cual se implanta y se ejerce el Poder Popular en la Dictadura del Proletariado.

En la realización de la revolución proletaria no se puede prescindir de la dirección del Partido Comunista ni la participación activa de la clase trabajadora y el papel hegemónico de la clase obrera. No existe en el mundo medio capaz de liberar en el acto a los pobres de la ciudad y del campo de la necesidad de trabajar para los ricos. El pueblo trabajador no puede confiar más que en sí mismo, no puede contar con nadie más que consigo mismo. Nadie le librará de la miseria si no se libra de ella él mismo. Nadie le liberará de la miseria si no se libra de ella él mismo. Y para librarse, los obreros deben unirse en todo el país, en toda Rusia, en una asociación, en un partido. (Lenin)

La revolución proletaria no es resultado del acto espontáneo de las masas, del voluntarismo, de la radicalización producto de la indignación individual de los intelectuales, de las acciones efectistas de la pequeña burguesía, sino es una irrupción organizada y articulada por el Partido Comunista, que como representante de los intereses de la clase obrera extiende su labor de educación, organización y movilización de las masas populares a fin de aprestarlas para el combate por su liberación. Lenin señalaba sobre la insurrección, “Para poder triunfar, la insurrección debe apoyarse no en una conjuración, no en un partido, sino en la clase más avanzada. Esto en primer lugar. La insurrección debe apoyarse en el auge revolucionario del pueblo. Esto en segundo lugar. La insurrección debe apoyarse en aquel momento de viraje en la historia de la revolución ascensional en que la actividad de la vanguardia del pueblo sea mayor, en que mayores sean las vacilaciones en las filas de los enemigos y en las filas de los amigos débiles, a medias, indecisos, de la revolución. Esto en tercer lugar. Estas tres condiciones, previas al planteamiento del problema de la insurrección, son las que precisamente diferencian el marxismo del blanquismo1”.

La revolución proletaria es el resultado de las leyes de desarrollo social, de la lucha de clases como motor de la historia que desde el surgimiento de las clases escala nuevos estadios hasta la extinción misma de estas a través de la destrucción del estado burgués y el ejercicio de la dictadura del proletariado, Marx en una carta dirigida a Joseph Weydemeyer en 1852 señalaba: “Por lo que a mí se refiere, no me cabe el mérito de haber descubierto la existencia de las clases en la sociedad moderna ni la lucha entre ellas. Mucho antes que yo, historiadores burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico de esta lucha de clases y algunos economistas burgueses la anatomía económica de éstas. Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce, necesariamente a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases”

Las aseveraciones de Marx en la introducción a su obra Contribución a la crítica de la economía política aseguraba: “En una fase determinada de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo cual no es más que se expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en cuyo interior se habían movido hasta entonces. De formas evolutivas de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de estas fuerzas. Entonces se abre una época de revolución social. El cambio que se ha producido en la base económica trastorna más o menos lenta o rápidamente toda la colosal superestructura”, fueron enriquecidas por Lenin, quien haciendo un estudio del imperialismo como fase superior y última del desarrollo del sistema capitalista, descubrió la ley del desigual desarrollo económico y político del capitalismo, que de acuerdo al alto nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y el alto grado de socialización de la producción a escala mundial, “es posible que la victoria del socialismo empiece por unos cuantos países capitalistas o incluso por un solo país capitalista”. Habiendo constatado que en la época del imperialismo la economía mundial se enlazaba como una cadena, “donde se podría desencadenar una revolución allí donde el eslabón sea más débil”.

Frente a lo que la burguesía señala entorno al “carácter fantasioso y quimérico” del socialismo, nos afirmamos en señalar que el socialismo no es un invento de los marxistas, es un estadio social por el que pasa la humanidad producto de leyes objetivas, de las contradicciones que se generan entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, entre la socialización de la producción y la apropiación capitalista cada vez más en pocas manos, la lucha de clases que se desenvuelve ajeno a nuestra voluntad pero que requiere de nuestra participación consciente para enterrar al capitalismo-imperialismo y abrir el paso a la construcción de lo nuevo, del Socialismo en tránsito a la sociedad comunista sin clases.

III.- PRINCIPIO Y LEY DE LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO

El socialismo solo se puede construir una vez conquistado el poder político del estado por la alianza obrero-campesina, con la conducción del Partido Comunista, quienes ejercen la Dictadura del Proletariado para vencer la resistencia de la clase capitalista, Marx señalaba al respecto. “Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media un período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este periodo corresponde también un periodo político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado” (Crítica del Programa de Gotha, Marx)

Lenin ampliando la definición sobre la dictadura del proletariado y planteando las tareas inmediatas del poder soviético, una vez socializados lo medios de producción y aplastada la resistencia de la burguesía, se establece la necesidad de organizar a los campesinos y el proletariado agrícola en cooperativas de producción, ejercer el control obrero y la administración en las fábricas, acabar con el analfabetismo y avanzar en educación técnica para los trabajadores, la reorganización del trabajo y el incremento de la productividad; la electrificación para toda Rusia, la industrialización que después desarrolla Stalin, señala: La dictadura del proletariado- como ya he dicho más de una vez…, no es sólo el ejercicio de la violencia sobre los explotadores, ni siquiera es principalmente violencia sobre los explotadores, ni siquiera es principalmente violencia. La base económica de esta violencia y de su éxito, está en que el proletariado representa y pone en práctica un tipo más elevado de organización social del trabajo que el capitalismo. Esto es lo esencial. En ello radica la fuerza y la garantía del triunfo inevitable y completo del comunismo… (Una gran iniciativa, Lenin)

El socialismo como la primera fase de la sociedad comunista, donde se propende a terminar con la propiedad privada sobre los principales medios de producción, el poder político de la burguesía y de los males y vicios heredados del sistema capitalista, busca sentar la base material y cultural para la construcción del Comunismo y esto basada en la ley económica fundamental del socialismo que es el de “asegurar la máxima satisfacción de las necesidades materiales y culturales del pueblo, en constante ascenso, de toda la sociedad, mediante el desarrollo y perfeccionamiento ininterrumpidos de la producción socialista sobre la base de la técnica más elevada” (Problemas económicos del Socialismo en la URSS, Stalin). Así mismo, el socialismo tiene un principio sobre el cual construye su sistema económico y la producción de bienes materiales que es el principio de Cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo” y se diferencia de la fase superior de la sociedad comunista en que: “cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y, con ellas, la oposición del trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá escribir en su bandera: ¡De cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades!” (Crítica del Programa de Gotha, Marx)

La construcción del socialismo da muestras de su éxito basándose en el entendimiento de la Ley de correspondencia de las relaciones de producción con el carácter de las fuerzas productivas, la ley del desarrollo armónico de la economía nacional que exige la sustitución de las relaciones de producción capitalistas, por las socialistas, la planificación económica, la industrialización del país, el uso racional de los recursos naturales, el incremento de productividad del trabajo y el desarrollo cultural del pueblo trabajador. Resuelve en lo esencial la contradicción entre la ciudad y el campo, el trabajo manual e intelectual, la industria y la agricultura sobre la base de la propiedad socializada y el desarrollo de la técnica en la producción.

IV.- LA EMULACIÓN, LA ORGANIZACIÓN COOPERATIVA, LA NUEVA CONCEPCIÓN SOBRE EL TRABAJO.

La Revolución Socialista de Octubre abre un nuevo escenario para el aprovechamiento del impulso individual y la integración de este al desarrollo colectivo del pueblo trabajador, sobre la base de la propiedad socializada y la elevación del nivel cultural del pueblo trabajador, con el fin de llevar a cabo esta propuesta los bolcheviques se nutrieron de la iniciativa de la clase trabajadora e impulsaron la emulación socialista del cual Lenin refiere: Ahora adquieren la posibilidad de manifestarse, amplia y realmente de un modo general, el espíritu emprendedor, la emulación y la iniciativa audaz….. es ahora, y sólo ahora, campo de acción donde el hombre del trabajo puede manifestarse en todo su valor, enderezar un poco el espinazo, erguirse, sentirse hombre. Por primera vez, después de siglos trabajando para los demás, bajo el yugo, para los explotadores, se tiene la posibilidad de trabajar para sí mismo y de trabajar beneficiándose de todas las conquistas de la cultura y de la técnica más moderna”. (Cómo debe organizarse la emulación, Lenin)

Lenin rebatiendo las formulaciones de la burguesía que pese a haberse dado en su oportunidad la siguen repitiendo para confundir a las nuevas generaciones, señala: “El capitalismo ha sustituido hace ya mucho tiempo la pequeña producción independiente de mercancías, en que la competencia podía, en proporciones más o menos amplias, desarrollar el espíritu emprendedor, la energía, la iniciativa audaz, por la producción industrial en grande y en grandísima escala, por las sociedades anónimas, por los consorcios y demás monopolios. La competencia significa, en este tipo de capitalismo, el aplastamiento inauditamente feroz del espíritu emprendedor, de la energía, de la iniciativa audaz de la masa de la población, de su inmensa mayoría, del 99% de los trabajadores; significa también la sustitución de la emulación por la pillería financiera, el nepotismo, el servilismo en los peldaños más elevados de la escala social. (Cómo debe organizarse la emulación, Lenin)

Uno de los rasgos notables de la emulación socialista, es el de haber provocado un cambio radical en la actitud de los hombres hacia el trabajo que dejaron de concebirla como carga pesada y humillante que era antes, para convertirla en un asunto de dignidad, de heroísmo, de valentía, de gloria y de función propia del organismo sano. La emulación socialista baso su acción en los principios de la colaboración y de la ayuda mutua socialista de los trabajadores, de la ayuda de los trabajadores avanzados a los trabajadores atrasados, con el fin de lograr un auge general, se planteó como medida para combatir la rutina, la inercia y el burocratismo.

La emulación socialista en la URSS pasó por diversas etapas, teniendo como expresión inicial a los sábados comunistas donde los obreros de ferroviarios de Moscú-Kazán trabajaban sin retribución para la República utilizando las horas libres de los sábados durante la guerra civil, pasando por el trabajo de choque del primer quinquenio y el movimiento stajanovista del segundo. El movimiento stajanovista señaló una etapa nueva en la historia de la emulación, puesto que reposa antes que nada, en la nueva técnica debida a la industrialización socialista. Este movimiento engendró una elevada productividad de trabajo, y suministró una prueba evidente de la superioridad del socialismo sobre el capitalismo.

Con la dirección y el sostén asegurados del Partido Comunista, la emulación socialista fue la fuente inagotable de iniciativa y el espíritu de creación del pueblo trabajador, así mismo sentó las bases para el florecimiento de la cultura socialista.

V. LA REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA EN EL SOCIALISMO

El papel de organizador de la nueva sociedad que le corresponde al proletariado, presupone la base material que lo sustente y la elevación cultural que le permita entender mejor las leyes sociales a las cuales debe tratar de dominar y usarlas en su interés; así también necesita de la formación del hombre nuevo con moral comunista que avance hacia la realización plena de la misión histórica del proletariado, acabar con las clases sociales y construir el comunismo. Es una premisa indispensable del progreso de las formas socialistas de la economía y de la elevación del nivel cultural del proletariado, el cual transforma su propia naturaleza, se convierte en elemento directos en todos los aspectos de la vida de la sociedad, arrastra a dicho proceso de transformación a las otras clases y, con ello, prepara el terreno para la eliminación de las clases en general.

La denominación “revolución cultural proletaria” no debe ser usado para encubrir la disputa de poder entre camarillas revisionistas como pasó en China en 1966. Sino debe entenderse como un proceso donde la clase obrera en el poder está consciente de la necesidad y preparada para dar el siguiente paso basándose en la ciencia materialista dialéctica, en el impulso de la técnica y el desarrollo de las fuerzas productivas; por lo que debe romper con los paradigmas ideológicos que se heredan de la sociedad capitalista, romper con los vestigios de las relaciones que ataban al Estado con la iglesia, reorganizar el trabajo completamente sobre bases socialistas, estimular la participación del pueblo en el quehacer político, la difusión de la crítica y la autocrítica y combate a los vestigios del pensamiento burgués y pequeñoburgués, etc.

La experiencia de la construcción del socialismo en la Unión Soviética alumbra la lucha de los pueblos en las tareas de la conquista del poder político y la construcción de la nueva sociedad, este es uno de los legados más importantes que heredamos de la Revolución de Octubre, los comunistas marxista-leninistas debemos tomar como un aporte inicial esta experiencia, entender sus avances y limitaciones, para recrear de acuerdo a nuestra propia realidad la construcción del socialismo que no debe ser ni calco ni copia ni invento trasnochado producto de la buena voluntad de las personas sino que su construcción debe estar basada en el estudio de nuestra realidad, el entendimiento de las leyes de desarrollo social, en la aplicación creadora de las verdades universales del marxismo-leninismo a nuestra realidad concreta y la acción de la clase obrera y su Partido Comunista marxista-leninista.

CC. del PCP (m-l)

Septiembre, 2017

1 Engels en referencia al blanquismo critica, a la vez, su táctica conspiradora, su voluntarismo, su absoluta negación de cualquier compromiso en la marcha de la lucha revolucionaria del proletariado.

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