CIPOML | Un paso adelante en el día internacional de la unidad, lucha y solidaridad de la clase obrera

La clase obrera del mundo se acerca al Primero de Mayo, el día internacional de la unidad, la lucha y la solidaridad, en condiciones extraordinarias este año.
En el período reciente, muchos países se han visto envueltos en la vorágine de la crisis capitalista y el esfuerzo de los pueblos, cuyas condiciones de trabajo y de vida se han vuelto insoportables, se ha dirigido hacia la lucha contra el creciente desempleo, pobreza y miseria. Durante el último año, la economía capitalista mundial ya había entrado en un período de estancamiento. Junto con los despidos, las jornadas de trabajo más cortas, la proliferación de métodos flexibles de trabajo que implican solo el pago parcial o el no pago de los salarios y los permisos no remunerados, así como la pobreza, se ha convertido en el problema de casi todos los trabajadores del mundo. Además, las contradicciones entre los principales países imperialistas, principalmente entre los Estados Unidos y China y, en general, entre la burguesía mundial se han intensificado con crecientes conflictos.

Las condiciones de trabajo y de vida, agravadas por la crisis que se aproxima con una tendencia a generalizarse, ponen a prueba los límites de la tolerancia con la pandemia de Coronavirus. En cuanto a la pandemia, que ha llevado a la contracción de los mercados y la restricción de la producción, refuerza los factores de crisis.
La propaganda burguesa vincula la pandemia del Corona al virus producido en el laboratorio o la presenta principalmente como el “enemigo invisible” de la humanidad sin conexiones con el capitalismo. Esto a pesar de que hace 8 o 10 años los científicos advertían que surgirán pandemias debido a la destrucción de la naturaleza y el cambio climático. Sin embargo, principalmente con la burguesía de EE. UU. que se retiró de todos los tratados, la burguesía internacional, obsesionada por la codicia del lucro y sin tener en cuenta la salvaguardia de la humanidad y la vida, no vaciló en avanzar en la destrucción de la naturaleza. El capitalismo y el imperialismo están llevando a la humanidad a la calamidad con pandemias y guerras tanto como con el desempleo, la miseria y el hambre.
No fue suficiente para la burguesía ser en primer grado la principal culpable de la pandemia. Con su codicia y el afán de obtener excesivas ganancias, ha hecho que los sistemas sanitarios públicos sean ineficaces. Luego del desastre de la pandemia, al principio consideró deshacerse del desempleo junto con los ancianos y los enfermos, porque reducirían “gastos innecesarios˝; especialmente en países como Estados Unidos, Gran Bretaña y Brasil, la burguesía no movió un músculo contra la pandemia. Cuando esta alcanzó niveles que no habían previsto e inició la interrupción de procesos de producción y acumulación de capital, y los arrastraron hacia la crisis, recurrieron a intervenciones no para salvar a los humanos, sino al capitalismo.
La clase obrera está sufriendo la pandemia del coronavirus, que se propaga fácilmente de un trabajador a otro principalmente en fábricas y hospitales, así como en el correo, el transporte, los servicios locales, el sector comercial y las calles. La burguesía internacional que ha destruido las instituciones y las instalaciones de salud debido a los recortes que implementó durante décadas, en casi todos los países, no va más allá de hacer llamados “para quedarse en casa” contra la pandemia. Sin embargo, principalmente con los trabajadores de la salud, los trabajadores de sectores en los que la producción y los servicios se han considerado necesarios, como la alimentación, la energía, el transporte y la limpieza, y los trabajadores de todos los sectores en muchos países se ven obligados a trabajar, enfrentan el riesgo de muerte y siguen reproduciendo la vida en condiciones extraordinarias.
La continuación de la producción y la apropiación de la plusvalía producida por el trabajador y la supervivencia del capitalismo es la prioridad fundamental de la burguesía. Países como China, Estados Unidos -que se ha convertido en el centro de la pandemia-, Alemania e incluso Francia y España comenzaron a relajar las medidas pandémicas y lograr que los trabajadores comenzaran a trabajar a gran escala. Esto significa que habrá un aumento significativo en las muertes de trabajadores.
La razón de todo esto es clara: la condición principal para obtener grandes ganancias y la acumulación de capital es la condena de la clase obrera a producir una cantidad extremadamente alta de plusvalía en condiciones de trabajo y de vida extremadamente severas.
Tras declarar la guerra de la humanidad contra el Coronavirus, “el enemigo invisible”, la burguesía despliega esfuerzos para ocultar la contradicción irreconciliable entre el trabajo y el capital, y la guerra de clases que libra contra la clase obrera que explota sin piedad y contra quienes viven vendiendo su trabajo.
De hecho, durante décadas, la burguesía internacional ha estado en una ofensiva despiadada contra la clase obrera con políticas neoliberales. La salud, en la que casi no se ha realizado ninguna inversión, se ha hecho accesible en la medida en que se puede pagar. Ahora intensifica su ofensiva.
En los llamados “paquetes de medidas contra el coronavirus” no hay casi nada para los trabajadores. Todas las medidas buscan apoyar y salvar a la burguesía monopolista y a sus empresas. Ni siquiera una décima parte del apoyo se distribuye entre los trabajadores, principalmente aquellos que quedan sin empleo a pesar de su tamaño en términos de población.
Los trabajadores de la salud, sin posibilidad de someterse a exámenes, sin máscaras, equipo respiratorio y sacrificando a muchas víctimas entre ellos, están trabajando heroicamente.
Nada cambiará si no se acepta la necesidad de luchar contra la burguesía que ha estado imponiendo condiciones intolerables y contra sus extensiones, como la burocracia sindical que, en nombre de la burguesía, ha estado utilizando las cuotas de los trabajadores.
Para tener éxito se necesita una lucha conjunta y organizada. El requisito previo de la lucha contra la pandemia es la movilización de todos los medios posibles para que se tomen medidas para salvaguardar a los obreros y trabajadores entre quienes la pandemia se ha extendido primero y con mayor facilidad, comenzando por los trabajadores de la salud. La burguesía nunca deseó nada bueno a los obreros. La adopción de medidas para salvaguardar a los trabajadores solo puede ser posible mediante la unidad y la lucha de los obreros y trabajadores para defender sus derechos contra el dominio de los monopolios y el capital financiero y los Estados burgueses. Organizarse como comités en los lugares de trabajo, establecer conexiones con otras fábricas y apuntar a liderar a los sindicatos para que terminen su función como un medio de reconciliación con el capital se ha vuelto necesario y crucial.
Dicen que “nada volverá a ser lo que era. Sin embargo, nada cambiará por sí solo. Es más, si no intervenimos ¡es inevitable que todo empeore! El capital y el capitalismo no cambian por sí mismos; la explotación y la represión no terminan por sí mismas. ¡La ley del valor, que es la base de la producción de mercancías, y la ley del plusvalor, que es la base del capitalismo, son las leyes de la jungla! ¡En el mundo de la burguesía, los trabajadores solo tienen libertades de trabajo y muerte y con el único propósito de aumentar el capital!
El requisito previo para deshacerse del dominio de los monopolios, de las brutales imposiciones del estado burgués, protector y guardián de las condiciones de explotación, que es una dictadura sobre trabajadores y trabajadores, de los resultados injustos y negativos del capitalismo, como el desempleo, ser forzado a trabajar largas horas por salarios bajos, pobreza e injusticia social y de la amenaza de pandemias, es la revolución y la organización de la clase trabajadora como clase dominante.
Nosotros, los que creamos la vida con nuestro trabajo, podemos realizar la transformación social.
Podemos lograrlo. La pandemia ha puesto de manifiesto una vez más que la vida no puede continuar si los obreros y los trabajadores no producen. Tenemos el poder en nuestras manos y lo probamos nuevamente con la pandemia.
Muchas cosas se han vuelto completamente visibles con la pandemia. Hemos comenzado a sentir y percibir la actitud de la burguesía hacia nosotros más claramente que en el pasado. Lo que nos falta es unirnos y organizarnos contra el capitalismo, que es la fuente de todos los males que experimentamos.
Este Primero de Mayo lo celebraremos asumiendo nuestros asuntos urgentes de una manera que sirva para desarrollar la lucha contra el Coronavirus y su culpable, el capitalismo, y para que los pueblos trabajadores estén protegidos contra la pandemia.
Nuestros medios de celebración estarán de acuerdo con esta situación. Hacemos un llamado a todos los trabajadores y a todos los explotados para que cumplan el Primero de Mayo con lemas y marchas en sus lugares de trabajo si están trabajando o en casa si no lo están, y que lean declaraciones donde sea posible.
* La administración y el control de todas las empresas de salud, incluidas todas las instituciones de salud privadas, fábricas y lugares de trabajo que producen equipos médicos y medicamentos debe transferirse a los representantes de los sindicatos, organizaciones profesionales, asociaciones y trabajadores de la salud en el campo sanitario.
* La salud no puede ser objeto de comercio o ganancias. La privatización de los servicios de salud debería terminar, debería garantizarse el acceso de las personas a servicios de salud gratuitos y de calidad.
* La producción y los servicios durante la pandemia, excepto los necesarios, como las instalaciones de salud, los alimentos y la energía deben detenerse. Los trabajadores deben tener licencia pagada.
* En sectores donde el trabajo es necesario se deben proporcionar servicios de transporte para que los trabajadores estén protegidos contra la pandemia. Se debe proporcionar condiciones de trabajo protegidas en fábricas y lugares de trabajo.
* Se deben realizar pruebas exhaustivas en todas las áreas de riesgo, principalmente en fábricas, lugares de trabajo y espacios donde se detecte la pandemia, se debe distribuir gratuitamente máscaras, guantes y desinfectante.
* Los trabajadores de la salud deben recibir el equipo de protección necesario. Sus pruebas deben llevarse a cabo como una prioridad.
* Se deben prohibir los despidos del trabajo durante toda la pandemia.
* Poner fin a la práctica de vacaciones no remuneradas y de baja remuneración.
* Se debe proporcionar el apoyo financiero necesario a las familias de los trabajadores que se han quedado sin trabajo y que no tienen ingresos suficientes o no tienen ingresos para abordar sus necesidades esenciales. Las facturas de alquiler, electricidad, agua y gas deben ser cubierta por el Estado. Las deudas de los trabajadores en esta situación y de los pequeños productores y dueños de negocios deben ser canceladas.
* Unidad, lucha y solidaridad contra la pandemia y la explotación y por una vida humana.
* Viva el Primero de Mayo. Viva el socialismo.
Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista Leninistas CIPOML

MANIFIESTO DEL PRIMERO DE MAYO: ¡ABAJO EL NEOLIBERALISMO CRIMINAL Y QUE VIVA LA UNIDAD DE LOS TRABAJADORES!

La clase obrera y los pueblos del Perú, asisten a la conmemoración del 134 aniversario de las históricas jornadas de lucha por la conquista de las 8 horas de trabajo, donde los obreros y Mártires de Chicago, alumbraron con su ejemplo a los pueblos del mundo y los llamaron a la acción organizada en la perspectiva de lograr su verdadera emancipación de clase. Los dirigentes procesados por estas acciones de protesta, en su mayoría, fueron ahorcados por un tribunal norteamericano, y entregaron sus vidas con la firme convicción de que más temprano que tarde, la clase obrera avanzaría con mayor decisión a destruir las cadenas de explotación de tipo capitalista, para construir un mundo nuevo, donde no exista la explotación del hombre por el hombre.

Este Primero de Mayo es distinto a los anteriores, porque nuestras banderas rojas no se encuentran desplegadas en las calles ni unidas en un solo frente de proletarios contra el capital, ni el canto a La Internacional acompañan nuestra protesta; pero esto no quiere decir, que los trabajadores hemos dejado de luchar, ni que dejaremos de hacer el balance de las acciones realizadas y del trabajo acumulado que ahora tenemos.

Los paquetes económicos, el neoliberalismo y el COVID 19, nos vienen golpeando y toca de nuestra parte dar una respuesta, resistiendo y tratando de vivir con dignidad; haciendo lo posible para que prime la defensa de la vida de los trabajadores y los pueblos antes de conservar los mezquinos intereses de la burguesía parasitaria que nos gobierna.

Los efectos del Coronavirus, son más graves para los trabajadores y los pueblos, debido a la implantación del neoliberalismo en el país, que avanzó en la destrucción del sistema de salud pública y de pensiones, privatizó la educación y nos arrebataron derechos laborales. Son los trabajadores y los pueblos quienes sobre sus hombres vienen sosteniendo los costos de la crisis, por la incompetencia de los actuales gobernantes, con Martin Vizcarra a la cabeza y la CONFIEP, que, como fieles representantes de la burguesía parasitaria y el imperialismo, siguen esquilmando al pueblo peruano. No es gratuito que se haya promulgado la “Suspensión Perfecta de Labores”, ni se haya promulgado una “Ley de gatillo fácil”, nos quieren matar de hambre o a balas, no tienen otro interés.

La burguesía ha llamado a la unidad y eso significa que no parará hasta que la clase obrera y los pueblos hayan entregado hasta su última gota de sangre para que sus niveles de ganancia permanezcan intactos. Los trabajadores resistimos y estamos claros en que las cosas no pueden quedarse como antes, tenemos que cambiar las relaciones de propiedad, las relaciones sociales en la producción, tenemos que inaugurar una nueva forma de Estado, para que sean los trabajadores y los pueblos los verdaderos constructores de una nueva sociedad donde prime el desarrollo colectivo, todos tengan pleno empleo, acceso a la salud, pensiones y educación; y nadie pase hambre ni viva en las calles sin techo y sin alimentos. Por esto motivos es necesario luchar con mayor resolución por el Socialismo.

Mientras las grandes empresas han repartido sus utilidades a fines del mes de abril de 2020, la mayoría de los trabajadores y la población, después de pasar hambre y tener sus primeros muertos por el COVID 19, tienen que hacer ahora uso de sus fondos de reserva pensional, para sobrevivir a la crisis sanitaria y al abandono estatal. Y no nos podemos dejar engañar saludando el retiro de pensiones de las AFP para luego destinarlos al consumo personal, ciertamente estas instituciones deben desaparecer, por su robo descarado, pero no podemos hacer que los trabajadores se queden sin recursos futuros, para sostener un sistema de cosas que no funciona. El capitalismo y su modelo neoliberal son los causantes de nuestros males y a ellos les corresponde asumir las pérdidas, no a los trabajadores y los pueblos.

El Estado debe tomar los recursos destinados al pago de la deuda externa y hacer uso de las reservas internacionales para enfrentar los costos de la crisis sanitaria; así mismo deben disminuirse los salarios a todos los magistrados judiciales, congresistas, ministros y principales funcionarios públicos, el pueblo está poniendo el pecho y ¿la burocracia estatal? ¿Hasta cuándo esperaremos que pongan algo de su parte?, Debe gravarse un impuesto a la riqueza y a la acumulación, cobrarse los impuestos a la grandes mineras y empresas transnacionales que nos roban nuestras riquezas; así mismo se debe eliminar todas las barreras que impiden al Estado realizar compras directas con fiscalización popular, para evitar toda la escalada de corrupción, que también golpea a todos los peruanos.

Basta de aplaudir las medidas del gobierno sin analizar su verdadero carácter, el Estado peruano le pertenece y responde a la burguesía parasitaria, sirve para defender los intereses de las familias más ricas del país, y a los intereses de las potencias imperialistas, principalmente del imperialismo norteamericano que usa a Martin Vizcarra como una marioneta para entrometerse en asuntos de otros pueblos.

El campesinado exige atención, su producción está por perderse y no tendremos recursos para iniciar la segunda campaña productiva del año, llamamos a todos los gobernantes del país a aterrizar las políticas en salidas reales y no paliativos.

Este Primero de Mayo de 2020, es un día de lucha como todos los otros años y como todos los días para la clase obrera.

¡Viva el Primero de mayo, día internacional de la clase obrera!

¡Viva la unidad y lucha de la clase obrera por la liberación nacional y social!

¡Que la crisis económica y sanitaria la paguen los responsables: El Estado, la burguesía y CONFIEP, la burocracia estatal; y no los trabajadores y los pueblos del Perú!

¡Resistiremos, viviremos y venceremos!

01 de mayo de 2020

CC. del PCP(m-l)

NO SÓLO ESTAMOS LUCHANDO CONTRA UNA PANDEMIA, SINO POR UN NUEVO Y MEJOR FUTURO

Declaración de los Partidos y Organizaciones Marxistas-Leninistas Europeos; integrantes de la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML)

Estamos en medio de una grave crisis sanitaria, política, social y económica. La pandemia de COVID 19 ha expuesto una sociedad capitalista que no ha sido capaz de proporcionar ni siquiera la medicina más básica, equipos de salud y personal para los trabajadores y, especialmente a las personas pobres.

Ha demostrado de rodillas un sistema de salud pública tras años de recortes y grandes privatizaciones en beneficio de los grandes monopolios y los ricos. Un sistema al borde del colapso de la capacidad.

Las consecuencia de la política capitalista neoliberal y de austeridad, que ha convertido el sistema público de salud y atención en un producto de ganancias, son fatales.

Esta crisis muestra también la enorme capacidad de las personas para desarrollar su solidaridad concreta: la burguesía llama al “aislamiento”, las personas responden con una expresión espontánea de solidaridad y apoyo a los trabajadores de la salud y, reclaman medidas concretas de protección.

Los sistemas de salud pública deben recibir de inmediato los recursos económicos y humanos necesarios para garantizar la salud pública, asistencia sanitaria gratuita y dispositivos de protección para todos. Los recursos privados de salud deben ser requisados, y hacer que los exploradores y ricos utilicen sus ganancias y la riqueza robada para que paguen está crisis y la pandemia; no los trabajadores y las masas populares.

El capital y los grandes monopolios con avaricia inmediata, exigieron el acceso total a los fondos públicos, en una escala nunca antes vista para asegurar sus ganancias. La burguesía, sus gobiernos y Estados exigen la unidad nacional y el espíritu público, pero de hecho, mediante el uso de la terapia de miedo y shock han iniciado una ofensiva masiva contra la clase trabajadora y las masas populares.

Los jefes tienen casi manos libres para profundizar la explotación y hacer más recortes en las condiciones laborales y de vida de la clase trabajadora; y los principales líderes de los sindicatos reformistas facilitan esto, en nombre de la unidad con los capitalistas insaciables.

El capital y sus gobiernos no están en guerra contra un enemigo invisible. Han intensificado su guerra de clases, exigiendo a los trabajadores, estudiantes y a la gente que abandonen toda lucha de clases y luchen por sus necesidades justas, en un momento en que el desempleo, la falta de ingresos y la necesidad social están creciendo rápidamente.

En cambio, es hora de defender nuestros derechos y demandas, y continuar la lucha por la justicia social y medidas adecuadas de salud y seguridad garantizadas para todos los trabajadores. Hay que detener cada despido y pago incompleto; exigir beneficios sociales e ingresos garantizados para todos. Los gobiernos deben utilizar los presupuestos públicos para las necesidades sociales, sanitarias y económicas de todas las personas.

En muchos países, los gobiernos han declarado un estado de emergencia, donde se dejan de lado los derechos democráticos; la policía y los militares tienen poder ilimitado para garantizar la seguridad de los estados imperialistas y las ganancias de la clase dominante, no la seguridad de la población.

La burguesía usa la pandemia para limitar la libertad de los trabajadores y silenciar las voces críticas, para difundir el chovinismo y el fascismo.
Aprovechando esta situación, la Unión Europea, su Banco Central y la Comisión de la UE están centralizando su poder; su única respuesta es retirar grandes sumas de miles de millones de euros para defender los beneficios y mantener y fortalecer la posición de los monopolios europeos y de la UE en las crisis económicas mundiales;
pero no hemos olvidado las últimas crisis, donde los bancos y las corporaciones se hicieron chapados en oro en nombre de la gente, y cómo sus ganancias desde entonces estaban protegidas en nombre de los sistemas de salud pública.

¡Manos fuera del derecho y libertad de los trabajadores!

Es hora de aumentar la demanda, detener la libre circulación de capital de los presupuestos públicos y la explotación de la clase trabajadora en los bolsillos ya llenos de accionistas y paraísos fiscales.

Es hora de exigir la derogación de las leyes sobre el estado de emergencia. Exigir no sólo a los soldados de las calles, sino también a todos los soldados involucrados en las guerras imperialistas para que sean llevados a casa y hagan una obra civil útil para detener la pandemia.

La epidemia es una tremenda amenaza para las personas en todo el mundo, especialmente donde el sistema de salud es débil, debido al saqueo de la riqueza por parte de los estados imperialistas y los monopolios, apoyados por gobiernos antipopulares y corruptos. El imperialista no puede quitar esta responsabilidad de sus manos. Es hora de una gran ayuda sanitaria.

La clase obrera y las masas populares se enfrentan a un período complejo y peligroso con la profundización de la crisis general de la sociedad capitalista imperialista y la agudización de todas las contradicciones principales. La clase obrera contra la clase burguesa; Imperialismo contra los pueblos y naciones oprimidos.
Las contradicciones dentro de las potencias imperialistas y los monopolios en sí mismos para dominar el mundo y la hegemonía.

El sistema moribundo no puede ofrecer nada más que explotación e injusticia social, más saqueo de los pueblos y devastación del planeta; incluso cuando millones de personas sufren las consecuencias de la pandemia, la oligarquía financiera criminal nunca deja de especular sobre la emergencia; de allí la necesidad de la lucha revolucionaria por una nueva sociedad socialista, que pueda garantizar el completo bienestar de todos sus miembros y desarrollar una verdadera solidaridad internacional.

Nosotros, los partidos y organizaciones revolucionarias e independientes del proletariado, exhortamos a los trabajadores, a los militantes sindicales, a los jóvenes, a las mujeres y a todos los estratos populares a organizarse de manera independiente, y ser parte y construir un frente obrero unido y un Frente popular en su base.

¡Fortalezcamos la unidad, la solidaridad y la lucha para ponernos de pie¡

¡No aceptemos el escenario de los ataques de la burguesía contra nuestras condiciones laborales y de vida; sino defendiendo resueltamente nuestras demandas, nuestra salud, nuestros intereses!

No sólo estamos luchando contra una pandemia; Estamos luchando por un nuevo y mejor futuro.

21 de marzo, 2020

Partido Comunista de España (marxista-leninista), PCE (m-l)
Plataforma comunista. Italia
Partido Laborista (EMEP), Turquía
Grupo ML Revolución, Noruega
Movimiento para la reorganización del partido comunista de Grecia 1918-1955 (Anasintaxi)
Organización para la construcción del Partido Comunista de los Trabajadores de Alemania, Arbeit Zukunft
Partido Comunista de los Trabajadores, APK – Dinamarca
Partido Comunista de los Trabajadores de Francia, PCOF
Mexico: PC de M (M-L)

CIPOML | Los pueblos de Bolivia luchan contra el fascismo

El golpe de Estado impulsado por el imperialismo norteamericano y ejecutado por la derecha, la policía y los militares bolivianos, apoyado por la OEA y los gobiernos reaccionarios del continente es rechazado por los trabajadores, campesinos, juventud, revolucionarios, izquierdistas y demócratas de ese país, de la región y el mundo. Se trata de una ofensiva anticomunista y reaccionaria, que tilda de revolucionario y socialista al gobierno de Evo Morales y convoca una santa alianza para afirmar los intereses de los monopolios internacionales y la oligarquía de Bolivia.

Los trabajadores y los pueblos de Bolivia están de pie, movilizados por la defensa de sus intereses y derechos que pretenden ser anulados por la reacción y el imperialismo.  Al cabo de varios años de gestión, el gobierno de Evo Morales y su movimiento MAS cosecharon la crítica y el reclamo de parte de amplios sectores de la población, que vieron cómo ejecutaba una política contraria a sus discursos «izquierdistas» y «antiimperialistas», al tiempo que aplicaba una política de división en el movimiento popular, crearon sindicatos paralelos y destruyeron directivas sindicales no disciplinadas.

Pero estos no escucharon estos reclamos, ni hicieron caso a las advertencias de que ese camino los separaba de gran parte del pueblo y los colocaban a merced de la derecha.  El ambiente de descontento social se expresó desde hace tiempo, evidenciándose claramente cuando perdió el referéndum convocado para reformar la Constitución y poder presentarse para una nueva reelección.  Los resultados de las elecciones de octubre agudizaron esas tensiones y contribuyeron a crear el ambiente para el golpe de Estado.

Los comunistas y la izquierda en general, tendremos la ocasión de evaluar esta experiencia, sacar las conclusiones y orientaciones que contribuyan a dar una orientación consecuentemente revolucionaria al proceso en Bolivia.

Y, por lo pronto, toca rechazar esta acción de la derecha y del imperialismo norteamericano, al tiempo que nos solidarizamos con las luchas de la clase obrera y trabajadora, los pueblos de ese país hermano, y con el partido hermano, el PCR que lucha junto a estos en el propósito de garantizar una dirección y rumbo revolucionarios.

Hoy el pueblo pelea en las calles contra el fascismo. Las organizaciones de izquierda que lucharon contra varias de las medidas económicas de tinte neoliberal impulsadas por Evo, encabezan el descontento y trabajan por dar dirección a la resistencia antifascista. El gobierno, el ejército y el imperialismo ejercen una fuerte represión que ha costado la vida de más de 30 personas.

La voluntad de lucha de los pueblos bolivianos, expresada durante estos últimos días, recoge la tradición, la experiencia y las enseñanzas de los combates contra el neoliberalismo y por la liberación social.

Junto a los camaradas del PCR de Bolivia, rechazamos los acuerdos de cúpula entre el gobierno y sectores del mismo MAS, para convocar elecciones, con nuevas reglas y tribunales, sin la participación de Evo Morales. Se trata de una salida concertada a la crisis, que no tiene en cuenta los intereses de los trabajadores y los pueblos.

Los trabajadores y los pueblos, las organizaciones y partidos políticos de izquierda revolucionaria, el Partido Comunista Revolucionario, continuarán en la lucha, no renunciarán a los objetivos de la revolución y el socialismo.

Comité de Coordinacion de la CIPOML

CIPOML | Las contradicciones del capitalismo imperialista se agudizan, la lucha de la clase obrera y los pueblos crece

El plenario de la CIPOML se ha reunido en octubre en un momento en que los pueblos de Asia, África y América Latina se levantaron uno tras otro.

La burguesía internacional y el capitalismo no hacen más que aumentar los problemas sociales, siempre agregando otros nuevos y haciéndolos insuperables.

¡Recordemos cómo prometieron paz y bienestar para todos con el Nuevo Orden Mundial, y cómo la explotación y las clases sociales terminarían con la globalización cuando transformara el mundo en «una pequeña aldea» y librara a la humanidad de sus problemas!

La clase trabajadora y los pueblos oprimidos del mundo han estado experimentando lo contrario de estas afirmaciones a través del deterioro insoportable de sus condiciones de vida y trabajo. La propia experiencia de los trabajadores en el aumento del desempleo, la disminución de los salarios, el aumento de la pobreza debido a los recortes en los servicios sociales y el aumento de los precios y los impuestos, y el deterioro de las condiciones para las necesidades básicas los lleva a aceptar que el capitalismo no tiene nada que ofrecerlos. La fuente de todos estos problemas está en el hecho de que la producción capitalista se realiza para incrementar las ganancias de los monopolios.

Este deterioro se manifiesta en la crisis a la que ya han sido arrastrados muchos países dependientes, y en el mundo capitalista en su conjunto ha provocado una ralentización del crecimiento económico, especialmente en la producción industrial, acompañada de una disminución de la utilización de la capacidad, cierres de fábricas y despidos. Hay indicios de que la próxima crisis de la economía mundial capitalista será mucho más grave que la de 2008. Y esta vez, como los principales estados imperialistas no tienen la oportunidad de implementar intervenciones centralizadas, la crisis tendrá consecuencias más destructivas.

La agudización de las contradicciones interimperialistas e intermonopolistas y el aumento de los conflictos de intereses ya han llevado a las «guerras comerciales». Estas contradicciones y conflictos son el resultado del empuje de los monopolios imperialistas para obtener el máximo beneficio y sin duda alguna tienen un impacto negativo en la economía mundial.

El desarrollo desigual de los monopolios y los países imperialistas, al igual que de las empresas y los sectores, conduce a diferenciaciones en el nivel de poder de los grupos monopolistas del capital financiero y de los países imperialistas, lo que a su vez conduce a demandas de una nueva apropiación del mundo. Estados Unidos, China, Rusia y los imperialistas germano-franceses que dominan la UE, que está plagada de contradicciones, son los principales imperialistas, y entre ellos el conflicto entre Estados Unidos y China aparece en primer plano.

Estados Unidos es la mayor potencia imperialista hegemónica por su base industrial y financiera, el tamaño de los países y regiones que dependen de él, el «arma» del dólar, sus bases militares en todo el mundo, su capacidad continua de imponer también su voluntad sobre las potencias occidentales a través de la OTAN a pesar de las diferencias de interés entre ellas y su gasto militar que supera el total del resto. La histeria para proteger lo que tiene hace que los Estados Unidos sean agresivos y belicistas, lo que lo hace más tmerario. China, por otro lado, con la base técnica completamente moderna de su capitalismo y el rápido crecimiento industrial y económico resultante, con el nivel de acumulación de capital y la expansión económica resultante y su potencial para superar a los Estados Unidos, es una potencia imperialista en ascenso que no puede abstenerse de incluir en la agenda la redivisión del mundo, y está en marcha para mejorar su aparato militar en consecuencia. El conflicto entre los EE. UU. y China, así como las luchas entre los demás para proteger lo que tienen y expandirse a expensas del otro, ya se ha extendido en todos los continentes, incluyendo las guerras de poder.

Las contradicciones y conflictos interimperialistas tienen un efecto negativo en la economía mundial y conducen al deterioro de las condiciones de vida y de trabajo de las masas explotadas, ya que los imperialistas aspiran a explotar a la clase trabajadora y a los pueblos oprimidos y expoliados.

En conflicto entre sí en todas partes del mundo, y concentrados en algunas regiones, ninguna potencia imperialista es amiga de los trabajadores y de los pueblos. Sus promesas de ayudar económica o políticamente a los pueblos, de llevar la independencia y la democracia, por ejemplo, no son más que grandes mentiras. Todos ellos son monopolistas matones, explotadores y saqueadores, sin importar lo que prometan, sólo se preocupan por obtener ganancias a expensas de los pueblos y por expandir sus esferas hegemónicas haciendo que los pueblos dependan de ellos.

Al tiempo que ningún imperialista duda en aprovechar la más mínima oportunidad para saquear las riquezas de los pueblos y expandir su influencia económica y política ampliando las relaciones de dependencia, el imperialismo estadounidense, en particular, está en la ofensiva contra los pueblos a través de un serie de sanciones, embargos y ocupaciones utilizando sus más de 800 bases militares, al sionismo israelí y a poderes reaccionarios regionales como Arabia Saudita y Colombia. Todavía mantiene fuerzas de ocupación en Afganistán e Irak. Continúa con la intervención en Siria y los embargos contra Cuba, Venezuela e Irán. Ha pasado un tiempo desde que trasladó su embajada de Tel-Aviv a Jerusalén.

La CIPOML condena todos estos ataques.

Defendiendo incondicionalmente el derecho de todos los pueblos y naciones a la autodeterminación, incluyendo también el derecho a la fundación de estados separados, la CIPOML también declara su solidaridad con todos los pueblos oprimidos y las luchas de liberación, principalmente con las de Venezuela, Irán. Palestina, Kurdos, Cuba, Cachemira.

El hecho de que se intensifican las contradicciones entre el trabajo y el capital, entre los imperialistas y los pueblos y entre los mismos imperialistas significa que la agresión capitalista-imperialista va en aumento, al igual que el peligro del fascismo y la guerra. A menos que se evite este curso de los acontecimientos, seguramente la clase obrera y los pueblos oprimidos se verán en una situación peor.

A menos que la clase dominante no pueda superar la crisis del capitalismo, cuya decadencia y estancamiento se está profundizando, y suprimir las demandas de la clase obrera y los pueblos, entonces será tan natural que recurran al fascismo, que es la forma más intensa de la tendencia monopolista reaccionaria. Y las peleas de perros interimperialistas conducen a una nueva guerra imperialista.

Sin embargo, también es cierto que todas las consecuencias negativas del capitalismo conducen a movilizaciones de la clase obrera y de los pueblos oprimidos.

En la India, no hace mucho tiempo que 200 millones de trabajadores se declararon en huelga general. En Irán, las huelgas y movilizaciones del año pasado, en las que participaron decenas de miles de trabajadores, también fueron presenciadas este año. Mientras que las huelgas han ido en aumento en Europa, hemos visto varias acciones de huelga en los EE.UU. en los últimos dos años; la huelga de los trabajadores del metal es el último ejemplo. Después de un largo período de estancamiento, la clase obrera se encuentra en un estado de nuevas movilizaciones, y esto se puede observar en varias huelgas y otras acciones de todos los tamaños, aunque todavía no están unidas a nivel nacional.

Atestiguamos también del estallido de muchos movimientos populares en octubre, como resultado de los efectos destructivos del capitalismo y la represión de las fuerzas reaccionarias. En muchos países, estos movimientos han mostrado tendencia a convertirse en levantamientos y comenzaron a tener un carácter político. En Burkina Faso, el pueblo había frustrado el golpe militar hace 4 años. En Sudán, Omar al Bashir fue derrocado. En Argelia, Bouteflika tuvo que renunciar y luego retiró su candidatura. En el Líbano, el primer ministro Hariri renunció. El primer ministro iraquí anuncia que renunciaría. En Chile, el presidente Sebastián Piñera, debió dar paso atrás en las medidas económicas adoptadas. En Ecuador, el presidente Moreno tuvo que cancelar su paquete de austeridad. En Haití, Iraq, Honduras, Guinea, etc., la lucha de los pueblos que se levantaron no pudo ser contendia. El número de levantamientos populares con gran participación de la clase trabajadora está en aumento.

El levantamiento de la clase obrera y los pueblos contra el saqueo y la opresión de parte de los monopolios y el imperialismo es la única forma de detener la agresión del capital, evitar el peligro del fascismo y la guerra, así como para la emancipación social y nacional.

El socialreformismo está cayendo en un vacío ya que no es capaz de contener la rebelión de la clase obrera y los pueblos. Es natural que se rompa el efecto tranquilizador del reformismo que sugiere nada más que la conciliación entre las luchas populares objetivamente revolucionarias y las fuerzas reaccionarias.

Nuestra Conferencia llama a los trabajadores de todos los países que:

La única vía para nuestra emancipación es luchar contra el capitalismo sin expectativas en ninguna facción burguesa o poder imperialista y abolir la hegemonía del capital y las relaciones de explotación. Debemos terminar con el dominio burgués y organizarnos como la clase hegemónica, que solo depende de nuestro propio poder.

Sin embargo, no podemos lograrlo si estamos desunidos y desorganizados. Por lo tanto, debemos organizarnos en nuestros partidos independientes de la clase trabajadora en nuestros países, si es que hay uno, y si no lo hay, fundarlo, y llevar a cabo nuestra lucha de clases independientemente de la burguesía.

Con esto en mente, no solo debemos participar en las luchas populares que se desarrollan fuera de nuestra iniciativa, sino dirigirlas, organizando las luchas de los trabajadores de la ciudad y el campo y dirigiendo estas luchas contra el capitalismo.

Nuestra Conferencia también llama a la ampliación de la lucha de los pueblos y naciones oprimidos del mundo.

La única forma de deshacerse del saqueo y la opresión imperialista y monopolista es llevar a cabo una lucha intransigente contra las potencias y los monopolios imperialistas. Debemos seguir el ejemplo de las luchas que tienen lugar en otros países, ayudando a desarrollarlas en nuestro propio país y expandirlas. Los pueblos no tienen otro amigo sino ellos mismos. Podemos depender de nosotros mismos y de los trabajadores que forman parte de los pueblos.

Necesitamos unir, organizar y levantar la lucha contra el imperialismo y los monopolios. La lucha unida y organizada de la clase obrera y los pueblos oprimidos es invencible.

Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML)

PCR BOLIVIA | Contra el fraude, por una verdadera democracia popular

Las elecciones generales del 20 de octubre marcan un antes y un después para Evo Morales y el MAS, al ser la primera elección presidencial desde 2005 en la que la dupla Morales Ayma – García Linera no alcanzan la mayoría absoluta de los votos. La derrota del oficialismo en el referéndum de modificación del Art. 168 de la Constitución Política del Estado (21-F/2016) no fue impedimento para que el Tribunal Constitucional mediante la Sentencia 84/2017 desconociera el resultado del referéndum alegando el ‘derecho democrático de elegir y ser elegido’. Bajo una nueva Ley de Organizaciones Políticas se gesta una nueva figura – las elecciones primarias, cuya única función es de legitimar las candidaturas presidenciales, que se realizaron en enero del 2019 con una participación menor al 46% de la propia militancia oficialista.

La antesala de las elecciones generales fueron marcadas por una escalada de conflictos sociales (médicos, defensa del litio, entre otros) y por la defensa de la Chiquitanía que se encontraba por meses en una situación de emergencia por los incendios. Estos conflictos sociales han dado lugar a una creciente polarización de la población nacional en medio del resurgimiento de los discursos racistas, xenofóbicas, misóginas, regionalistas y de odio, que caracterizaron a la ‘media luna’ de hace una década. Se ha generado un contexto político de total confusión en el que contingentes significativos de los otrora grupos de choque derechistas se incorporan al ‘Proceso de Cambio’ por un lado y por otro lado se unen para ‘defender la democracia’ desde los comités cívicos hasta el CONADE; no existe organización política o social que logre encausar el cúmulo de descontentos y contradicciones que se agudizan en el país.

Los resultados electorales del 20 de octubre en primer lugar son muestra clara de los límites de la democracia liberal representativa como mecanismo de resolución de las profundas contradicciones que vive el país, al polarizarse el voto entre el oficialismo (MAS-IPSP) y el ‘voto útil’ por el ex-Presidente Mesa (quien fue compañero de fórmula del empresario neoliberal Sánchez de Lozada). La elevada votación por el candidato fundamentalista, misógino y anti-derechos del Partido Demócrata Cristiano llama la atención y preocupa, más aún cuando éste ofrece su apoyo a Mesa a cambio de que ‘baje la bandera arcoiris’. La votación del regionalismo oriental expresado en la alianza Bolivia Dijo No se redujo a una mínima expresión a nivel general, sin embargo se mantiene en las circunscripciones uninominales de Santa Cruz y Beni. Fueron 5 partidos que perdieron la personería jurídica en estas elecciones al no haber alcanzado el 3% necesario: el indigenismo de tercer sistema logró poco más del 1%, por su parte los partidos tradicionales y de la primera ola populista – MNR, UCS y FPV, y el fantasma Pan.Bol no alcanzaron siquiera el 1%. En términos del próximo Parlamento, ya es un hecho que el MAS no contará con los dos tercios necesarios para nombrar al próximo Tribunal Supremo Electoral o para instaurar un juicio político, sin embargo se mantiene como primera fuerza en ambas cámaras.

El Tribunal Supremo Electoral, objeto de serias observaciones por su falta de independencia, perdió aún más su legitimidad ante el pueblo con las renuncias consecutivas de vocales y altos funcionarios en la antesala de las elecciones. El sistema de conteo rápido conocido como TREP fue suspendida de forma irregular durante casi 24 horas faltando la publicación del 17% de las actas de escrutinio, hasta ese momento los resultados apuntaban hacía una segunda vuelta al no contar ningún candidato con el 50% + 1 y no existir ningún candidato con 40% de votos y 10% de diferencia con el segundo (son las dos formas de ganar en primera vuelta la elección presidencial en Bolivia). Al actualizarse el TREP la noche del 21 de octubre, con un supuesto consolidado de 98,89% de las actas, se indica contra todo pronóstico matemático una diferencia de 10,1% entre los primeros dos candidatos y por tanto la virtual proclamación de la victoria electoral del MAS en la primera vuelta. Este hecho provocó una ola de protestas a nivel nacional contra las autoridades electorales, acusándoles de fraude y terminó con fuertes represiones y enfrentamientos entre oficialistas y opositores.

Los comunistas estamos conscientes que ni Evo Morales ni Carlos Mesa representan la transformación que necesita nuestro país, ambos responden a intereses de diversas fracciones de las clases dominantes y ambos aplicarán una política anti-popular desde el gobierno. Asimismo comprendemos que la democracia liberal representativa no es más que un muro de contención que busca reducir la participación del pueblo al hecho de emitir un voto cada cinco años. Los comunistas rechazamos los intentos de la vieja derecha oligárquica de remontarse y posicionar su discurso de odio, racismo y misoginia aprovechando los espacios de movilización popular. No podemos caer en las garras de los discursos regionalistas, racistas, misóginos, xenofóbicos y de odio; la lucha es junto a los trabajadores, los campesinos, los pueblos indígenas, las diversidades sexo-genéricas, la juventud, las mujeres – es decir los pueblos bolivianos.

Las luchas callejeras y la resistencia civil no sólo debe ser para el respeto a la voluntad popular y la realización transparente de los procesos electorales, debemos cuestionar la misma esencia del sistema democrático en el país: las formas de participación, los mecanismos de toma de decisión y los espacios de representación. Debemos aprender de las experiencias históricas de la lucha social del pueblo boliviano y las formas de organización que ha asumido: la Asamblea Popular, la Coordinadora del Agua, los Cabildos, entre otros. Pero además debemos comprender que la democracia es más que la defensa del voto, es luchar por políticas públicas que favorezcan los intereses del pueblo boliviano y no de las agro-industriales y banqueros; es luchar por la soberanía nacional para que nuestros recursos no terminen en manos de las transnacionales (aunque las llamen de socias); es luchar contra la deuda externa ilegítima; es luchar por el derecho a la educación, salud, vivienda, alimentación, libertad, organización. Luchamos contra el fraude, pero luchamos también por una verdadera transformación del país, por la democracia popular; por un país en el que las grandes mayorías seamos quienes determinemos nuestro su propio destino.

La Paz, 22 de octubre de 2019

Secretariado del Comité Central

Partido Comunista Revolucionario (PCR)

¡POR UNA SALIDA POLÍTICA POPULAR A LA CRISIS GUBERNAMENTAL EN EL PERÚ!

Hace 91 años, el 07 de octubre de 1928, José Carlos Mariategui La Chira junto con otros dirigentes combativos del movimiento popular e intelectuales honestos, fundaron nuestro Partido Comunista Peruano (marxista-leninista). Lo hicieron con el objetivo de dotar de dirección política a las luchas del pueblo trabajador en nuestro país, en particular a la lucha de la clase obrera, para que se asegure su desarrollo político con independencia de clase, se organice la revolución socialista y se instaure la Dictadura Proletaria como tránsito a la sociedad comunista sin clases.

Nuestra militancia desde los distintos frentes de trabajo, celebran el aniversario de nuestro Partido, inmiscuidos en el quehacer político, esclareciendo, organizando, movilizando y dirigiendo la lucha popular, en el marco de las disputas interburguesas que se desarrollan en nuestro país, como parte de la cortina de humo que les permite avanzar con la implementación de políticas neoliberales que atentan contra los derechos de los trabajadores y los pueblos.

Estas disputas han desencadenado una crisis gubernamental, que ha puesto en evidencia las repartijas y componendas que los partidos políticos aprista y fujimorista y demás partidos que se encuentran con representación en el Congreso de la República, han mantenido para continuar con la política de saqueo de nuestras riquezas naturales, esquilmación de los derechos e intereses de la clase trabajadora, desfalco de las arcas fiscales y la recurrente impunidad ante casos de corrupción.

La presión desde las calles y el agotamiento de las disputas entre los poderes del Estado, Ejecutivo y Legislativo, ocasionaron que el Presidente de la República Martín Vizcarra, plantee una cuestión de confianza que no fue aceptada por el Congreso de la República, lo que posibilitó la salida Constitucional de disolver el Congreso de la República, a lo que le deberá seguir la convocatoria a nuevas elecciones de este poder del Estado.

ANTECEDENTES DE LA CRISIS GUBERNAMENTAL

La información que se filtró por las investigaciones de casos de corrupción operados desde la empresa brasileña Odebrecht, que ha involucrado a toda la clase política gobernante en el país, además de la grandes movilizaciones populares en rechazo a la corrupción a las repartijas, precipitaron que las fuerzas partidarias involucradas en la corrupción busquen copar por todos los medios el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y las comisiones de investigación que se instalaron en el Congreso de la República, con el fin de ocultar y desaparecer evidencias, entorpecer investigaciones y trabar todo intento de sacar al aire información que vincule directamente a Odebrecht a los gobiernos pasados, tanto nacionales como regionales, además de vinculaciones a dirigentes de las principales fuerzas políticas partidaria de la reacción.

La consecución de la investigación del caso Odebrecht, nos muestran lo ladrona, explotadora, vende patria y miserable de la burguesía criolla en nuestro país, todos los gobernantes recibieron coimas, en el ejercicio de funciones o desde candidatos a cambio de que una vez en el poder entreguen megaproyectos que una vez en ejecución podían realizar enmiendas en los contratos para inflar costos y de esta manera pagar más sobornos s los gobernantes de turno y sus testaferros.

La presión popular, con grandes movilizaciones convocadas por el pueblo organizado y la evidencia contundente que mostraban cómo los distintos partidos políticos de la reacción desfalcaron las arcas fiscales y se robaron el futuro de muchos peruanos, precipitaron, que:

– El expresidente Alejandro Toledo que gobernó entre los años 2001-2006, se encuentre detenido en Estados Unidos por haber recibido coimas de Odebrecht, se dice que aproximadamente se trataría de $20 millones de dólares los que fueron a parar a sus bolsillos. Actualmente se encuentra abierto el trámite de proceso de extradición en su contra.

– El expresidente Alan García que gobernó el Perú entre los años 2006-2011, se suicide con un disparo en la cabeza, en el momento en que agentes policiales ingresaban a su vivienda para realizar un allanamiento y detención preliminar en su contra por haber recibido coimas de Odebrecht a través de personajes cercanos a su gobierno y al partido aprista.

– El expresidente Ollanta Humala quien gobernó el país entre los años 2011-2016, fue recluido al igual que su esposa Nadine Heredia, mientras se les investigaba por haber recibido coimas de Odebrecht en su gobierno.

– El expresidente Pedro Pablo Kuczynski que gobernó entre los año 2016-2018, tuvo que renunciar a su cargo tras acusaciones por haber recibido coimas de Odebrecht a través de empresas vinculadas a él y haberse difundido grabaciones en las cuales se evidenciaba una componenda para evitar su vacancia, dando como compensación a Kenji Fujimori la libertad del ex dictador Alberto Fujimori (su padre), quien cumple prisión por homicidio calificado en los casos de las matanzas de Barrios Altos y la Cantuta y por violación de los derechos humanos en el contexto donde el pueblo peruano fue sometido a do fuegos reaccionarios, por un lado de la fuerzas policiales y militares y por el otro la fuerza paramilitar de sendero luminoso.

A estos casos se suma el proceso seguido a la ex alcaldesa de Lima Susana Villarán, a quien se le dio una orden de detención de 18 meses al igual que a la presidenta del partido Fuerza Popular, Keiko Fujimori quien a través de su mayoría parlamentaria en el Congreso se encargó de entorpecer la investigación donde se acusaba a su partido de haber generado una organización criminal con la que se blanqueaba el dinero que ingresaba para su campaña desde de Odebrecht. Actualmente se encuentran en investigación el alcalde de Lima: Luis Castañeda Lossio, la candidata del Partido Popular Cristiano Lourdes Flores Nano, entre otros.

De lo señalado en estos antecedentes, además del robo que sufrió el pueblo peruano en la década fujimontesinista, nos enrostran los casi treinta años de continuismo neoliberal a los que debemos poner fin. La burguesía parasitaria que se encuentra en el poder debe ser derrocada por la clase obrera para construir un mañana diferente, donde el pueblo trabajador pueda ejercer su poder, cimienten la diversificación productiva, se oriente el desarrollo industrial del país obre nuevas relaciones de producción y se inaugure la democracia proletaria con sus órganos de poder.

LA CRISIS DEL GOBIERNO DE MARTÍN VIZCARRA

Martín Vizcarra, quien asumió el cargo tras la dimisión de Pedro Pablo Kuczynski, teniendo una oposición aplastante, como la mayoría parlamentaria fujimorista, buscó disfrazar sus fracasos e inoperancia política con pretendidas confrontaciones con esta mayoría, cortina de humo con acusaciones mutuas de corrupción, totalitarismo, violación del ordenamiento Constitucional y con una serie de calificativos que pudiesen deslegitimar a una u otra fuerza reaccionaria. Señalamos que fueron cortinas de humo pues para la aplicación de la política económica neoliberal siempre tuvieron consensos, al igual que con el Apra y otras bancadas de la reacción: hubo consenso en aprobar la extensión de Ley de Promoción Agraria N° 27360, donde se le quitan derechos a los trabajadores de régimen agrario quienes además de las pésimas condiciones en la que trabajan, no reciben gratificaciones ni CTS, y solo tienen la mitad de las vacaciones de los trabajadores del régimen general. Siendo discriminatoria y abusiva. Esta ley además subsidia a las empresas agroexportadoras que por mucho tiempo vienen teniendo un crecimiento sostenido y una acumulación inmensa fruto de la explotación del proletariado agrícola.

Por otro lado, hubo consenso con los partidos de la reacción para promulgar el Plan Nacional de Competitividad y Productividad, con el Decreto Supremo N° 345-2018-EF, donde se busca continuar la política de desfalco promocionando la realización de proyectos de infraestructura con Asociaciones Público Privadas, que se muestran como la mayor expresión de corrupción y robo que pueden haber en el país, casos conocidos son: la realización de carreteras y cobro de peajes con concesiones por más de 20 años, está orientada para beneficiar a las grandes constructoras y no a cubrir la brecha de infraestructura que existe en el interior del país. Se eliminan beneficios sociales para los trabajadores, y se eliminan procedimientos para el despido arbitrario, propiciando de esta forma la precarización laboral. Se busca flexibilizar además, la casi inexistente normativa ambiental, dándole la posibilidad de disponer a su mejor parecer de los estudios de impacto ambiental, licencia social y procesos de remediación ambiental, beneficiando de esta manera a las grandes transnacionales y sus testaferros peruanos.

También existe unidad entre los partidos de la reacción para que imponer a sangre y fuego los proyectos de explotación minera y petrolera, sin que exista la licencia social de los propietarios consuetudinarios de la tierra, las comunidades campesinas y nativas, se busca hacer del Perú un socavón, pero la resistencia campesina y popular adquiere renovada vitalidad para llevar adelante la lucha por la defensa de las comunidades campesinas y nativas, la producción nacional agropecuaria, la soberanía nacional y alimentaria, el medio ambiente y el agua.

Los partidos aprista, fujimorista, Peruanos Por el Kambio, entre otros, se enfrentan para cubrir su estala de corrupción, copando puestos en los poderes del estado y el gobierno y se unen para arrebatar los derechos a la clase trabajadora y los pueblos, no puede haber lugar a dudas como para creer que una de las facciones de la burguesía parasitaría, representada por Martín Vizcarra, defiende la voluntad popular o “defienden la democracia”. Martin Vizcarra es un alfil más de la burguesía criolla que se coluden con las otras fuerzas para beneficiar a sus patrones y facilitar la explotación del pueblo trabajador y el saqueo de nuestros recursos naturales.

Los comunistas no confiamos no creemos en la maniobra política del Presidente de la República. Son disputas que le están dando respiro al agotamiento del modelo neoliberal instaurado por el fujimorato y continuado hasta el actual gobierno.

Queremos que se vayan todos los representantes de la burguesía parasitaria que gobierna nuestro país, queremos que se sienten las bases de un gobierno democrático popular y en ello centramos nuestros principales esfuerzos.

LA SALIDA POPULAR A LA CRISIS GUBERNAMENTAL: ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Desde el PCP (m-l) saludamos los esfuerzos que la clase obrera, el campesinado y el movimiento popular ponen al tratar de forjar la unidad política para presionar la convocatoria de una Asamblea Constituyente con la que se busca la restitución de todos los derechos conculcados a los trabajadores y los pueblos, se revisen todos los tratados internacionales firmados a espaldas del pueblo trabajador y con la que se cimiente la construcción de una nueva etapa de la República en el Perú.

Llamamos a la clase obrera, el campesinado, la juventud, las mujeres y los pueblos a enrumbar el camino de la unidad política a fin de participar de manera compacta en el nuevo escenario de lucha de clases del Perú.

Es la hora de luchar con más fuerza contra la corrupción capitalista, contra el continuismo neoliberal, contra el saqueo, la esquilmación y por la conquista de mayores libertades democráticas y reconquista de los derechos conculcados.

¡Por la unidad política de la clase obrera, el campesinado y los pueblos por la lucha de liberación nacional y social.

B. P. del C. C. del PCP(m-l)

¡TODOS A LAS CALLES POR UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE SOBERANA Y POPULAR!

¡QUE SE LARGUEN TODOS LOS CORRUPTOS! ¡CERREMOS EL CONGRESO AHORA!

Las disputas entre fracciones de la burguesía criolla han desencadenado una crisis gubernamental en nuestro país, que ha puesto en evidencia las repartijas y componendas que los partidos políticos aprista y fujimorista y demás partidos que se encuentran con representación en el Congreso de la República, han mantenido para continuar con la política de saqueo de nuestras riquezas naturales, esquilmación de los derechos e intereses de la clase trabajadora, desfalco de las arcas fiscales y la recurrente impunidad ante casos de corrupción.

La presión desde las calles y el agotamiento de las disputas entre los poderes del Estado, Ejecutivo y Legislativo, ocasionaron que el día de hoy el Presidente de la República plantee una cuestión de confianza que no fue aceptada por el legislativo, lo que posibilitó la salida constitucional de disolver el Congreso de la República, a lo que le deberá seguir la convocatoria a nuevas elecciones de este poder del Estado.

Compañeros y compañeras, los comunistas no confiamos en el discurso de Martín Vizcarra y su gobierno, no creemos en su maniobra política. Son disputas que le están dando respiro al agotamiento del modelo neoliberal instaurado por el fujimorato y continuado hasta el actual gobierno.

Queremos que se vayan todos los representantes de la burguesía parasitaria que gobierna nuestro país, queremos que se sienten las bases de un gobierno democrático popular y en ello centramos nuestros principales esfuerzos. Por lo que llamamos a la clase obrera, el campesinado, la juventud, las mujeres y los pueblos a enrumbar el camino de la unidad política a fin de participar de manera compacta en el nuevo escenario de lucha de clases del Perú.

Debemos aprestarnos a frenar cualquier intentona de pretender usar a las fuerzas armadas en las calles, la salida a la crisis gubernamental es popular y debe ser obra del pueblo organizado.

Es la hora de luchar con más fuerza contra la corrupción capitalista, contra el continuismo neoliberal, contra el saqueo, la esquilmación y por la conquista de mayores libertades democráticas y reconquista de los derechos conculcados.

¡Todos a las calles a cerrar el Congreso y luchar por una nueva Constitución Política del Estado!

Por la unidad política de la clase obrera, el campesinado y los pueblos por la lucha de liberación nacional y social.

B. P. del C. C. del PCP(m-l)

Declaración política del 23 Seminario Internacional: Problemas de la Revolución en América Latina.

EL COMBATE REVOLUCIONARIO CONTRA LA DERECHIZACIÓN Y EL FASCISMO, ES NUESTRO COMPROMISO

Los agudos conflictos que se registran en el escenario internacional, son la expresión de la aguda crisis que envuelve al sistema capitalista imperialista, revelan la agudización de las contradicciones fundamentales de la época, esto es, las que se expresan entre el capital y el trabajo; entre los pueblo y naciones oprimidas y el imperialismo; y, entre las propias potencias imperialistas.

Esta dinámica explica el desenvolvimiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, pero que abarca y alinea a la Unión Europea, Rusia y otras potencias en uno u otro bando, tensando el escenario internacional al grado de amenazar con el escalamiento a nuevos y mayores conflictos bélicos, en el contexto de la intensificación de las disputas de las zonas de influencia, control de mercados, materias primas y recursos naturales entre las potencias imperialistas.

En América Latina, el declive de los gobiernos llamados progresistas de inicios del siglo XXI que, entre otras cosas buscaron renegociar la dependencia para, sin romper con el imperialismo norteamericano, facilitar una mayor penetración de los imperialismos chino y ruso, coincidió con el ascenso al gobierno de Estados Unidos del derechista y fascista Donald Trump, que con el lema de “primero Estados Unidos”, busco consolidar el trono de primera superpotencia en el mundo y recuperar el control de su “patio trasero”.

Para sus fines, Trump apuntó a exaltar el nacionalismo reaccionario de los norteamericanos, colocando en el campo de sus principales enemigos a los emigrantes, principalmente latinoamericanos. A su proyecto de ampliación del muro se sumó las cruzadas contra los migrantes indocumentados, reeditando las detenciones arbitrarias de niños (separados de sus padres) y adultos en condiciones similares a las utilizadas por los regímenes fascistas del pasado. Con presiones, chantajes y coincidencias, esta retardataria política antimigratoria ha logrado el acuerdo cómplice de los gobiernos de México y Centroamérica.

Simultáneamente impulsa una intensa ofensiva en la región dirigida a instaurar gobiernos dóciles y cómplices en la región. El establecimiento del denominado “Grupo de Lima” en agosto del 2017, para apoyar la conspiración de las fuerzas reaccionarias en Venezuela, forma parte de la mima.
Sin embargo, el declive y fracaso de los gobiernos llamados progresistas, que es aprovechado por las fuerzas más retardatarias para asociarlo al supuesto fracaso del socialismo, en realidad se trata del fracaso del propio capitalismo, autoproclamados del “socialismo del siglo XXI”.

El descontento de los trabajadores, la juventud, las mujeres y, en general, las masas empobrecidas resultado de la gestión de los gobiernos llamados alternativos, totalmente contraria a sus intereses, de su ineficiencia, de los reiterados escándalos de corrupción, de la intensificación de las acciones represivas y la criminalización de la lucha social, etc., está siendo aprovechado por el imperialismo y sus secuaces en los gobiernos derechistas de América Latina y el Caribe, para justificar la imposición de los agresivos programas de ajustes neoliberales y fondomonetaristas; para incidir en la conciencia de las masas con las ideas más atrasadas, afirmando propuestas pro fascistas, xenofóbicas, nacionalistas y anticomunistas; plataforma con la cual conquistó el gobierno Jair Bolsonaro en Brasil, y se alientan caudillos y organizaciones similares en otros países.

Los gobiernos de Bolsonaro en Brasil y Duque en Colombia intensifican las acciones represivas con la criminalización de la lucha social, la persecución, encarcelamiento y asesinato de líderes, dirigentes y activistas sociales, en su intento de contener la oposición y lucha popular.

Desde luego, forma parte de esta ofensiva la cruzada del capital contra el trabajo, las coincidentes propuestas de flexibilización laboral, de agresivos recortes de los derechos laborales y sindicales y las reaccionarias reformas a las conquistas de la seguridad social, que buscan intensificar la explotación de los trabajadores en beneficio de la mayor acumulación capitalista.

El criminal bloqueo económico del imperialismo contra Cuba y Venezuela, es también parte de esta ofensiva reaccionaria.

Los hechos han demostrado que, para alcanzar las legítimas aspiraciones materiales y espirituales de los trabajadores y los pueblos, la cuestión fundamental no es la forma en que se presenta o se desempeña la burguesía en el poder. Que las variantes socialdemócratas, “progresistas” o derechistas neoliberales, deben tenerse en cuenta para las definiciones tácticas en la oposición, resistencia y combate a sus políticas, más no para afirmar falsas esperanzas en que el cambio, la transformación social y el socialismo, puedan venir de una u otra facción de la burguesía.

Desde luego, el conjunto de delegados al XXIII SIPRAL hemos coincidido que el momento actual, en combinación con la realidad específica de cada país, nos corresponde a los comunistas, revolucionarios e izquierdistas, a los sindicalistas clasistas, a los dirigentes y activistas sociales y todas las personas democráticas, hacer frente a la ofensiva reaccionaria del imperialismo y las facciones burguesas derechistas y fascistas.

Se seminario rescata las valerosas y crecientes luchas de los trabajadores, la juventud, los campesinos, los pueblos originarios, las mujeres, los pueblos negros en contra de las políticas y medidas neoliberales de los gobiernos burgueses de la región.

Destacan por su magnitud y trascendencia la huelga general del 29 de mayo pasado en Argentina, así como la movilización de millones de mujeres por conquistar el derecho al aborto, contra los femicidios y todo tipo de violencia de género; las numerosas luchas de resistencia y combate de los trabajadores y la juventud en Brasil contra el gobierno de Bolsonaro; las acciones de los estudiantes, trabajadores y campesinos en Colombia y Nicaragua; las luchas de los maestros en Chile, México, Bolivia; las crecientes luchas populares en Perú y República Dominicana, Honduras, Haití; las luchas obreras y populares en Ecuador, El Salvador, etc., etc.

Con entusiasmo y calor revolucionario el SIPRAL aclamó la contundente victoria del hermano pueblo de Puerto Rico que, luego de dos semanas de continuos combates, obligó a renunciar al gobernado Ricky Rosselló, representante del usurpador poder colonial del imperialismo norteamericano. Esta victoria registra una brillante página en la incansable lucha por derrotar el colonialismo y conquistar su independencia; lucha que incorporó a amplios sectores de su valiente pueblo, en la que destaca la participación de intelectuales patriotas y referentes de relieve internacional de la cultura, lo que confirma la importancia de este frente en la causa emancipadora.

Los delegados al XXIII SIPRAL, hemos coincidido que la asimilación de las valiosas experiencias de resistencia y combate a los gobiernos burgueses y al imperialismo nos conducen a nuevos retos, a consolidar las convicciones revolucionarias, precisar los objetivos y programas, calificar la actividad de educación y conducción de las masas y encarar las nuevas batallas con mayores ventajas.

Para eso es imprescindible fortalecer los partidos y organizaciones revolucionarias y de izquierda, consolidar las organizaciones sindicales y corrientes clasistas en todos los frentes sociales, que se conviertan en verdaderos núcleos referenciales del conjunto de la clase obrera y las demás clases trabajadoras.

El seminario insistió también en la necesidad impulsar y protagonizar procesos de amplia unidad de acción con todos los sectores del campo popular y los segmentos de pequeños productores, también afectados por las políticas neoliberales de las burguesías industrial, comercial y agraria, y el imperialismo, trabajando por que la clase obrera y su política dispute, conquiste y sostenga la hegemonía en dichos procesos.

En esta perspectiva, se registraron propuestas de la necesidad urgente de trabajar por una política de frentes amplios democráticos, antifascistas y antiimperialistas en la región.

Se planteó también la necesidad revolucionaria de recurrir a todas las formas de lucha en el combate en contra de comunes enemigos de los trabajadores y los pueblos; así como multiplicar las banderas que, recogiendo los demandas más sentidas e inmediatas de las masas avancen a los objetivos políticos estratégicos de la emancipación social.

Ratificando el espíritu y compromiso solidario de la clase obrera y los pueblos, los asistentes al XII SIPRAL, condenamos, rechazamos y combatimos la intervención del imperialismo norteamericano en Venezuela, y ratificamos nuestro respaldo a la lucha de clase obrera y los pueblos de Venezuela, es únicamente en sus manos que está la salida definitiva a la crisis que les agobia.

Reiteramos nuestro abrazo solidario al valiente pueblo de Puerto Rico, que asido a su victoria caminará a nuevas batallas hasta conquistar su independencia definitiva. De igual manera, ratificamos nuestra total solidaridad con la persistente lucha del pueblo de Haití, que desafía y enfrenta a los gobiernos corruptos y títeres del imperialismo, pugnando por un verdadero cambio en su beneficio.

Comprometidos en la lucha revolucionaria contra la derechización y fascismo, ratificamos que la única y verdadera salida a la crisis que envuelve al mundo capitalista y que se descarga salvajemente sobre las espaldas de los trabajadores y los pueblos, está en el verdadero cambio, en la revolución social, la conquista del poder político y la construcción del socialismo.

Nuestro compromiso se refrenda en cada lucha que enfrente y desafíe al sistema capitalista imperialista.

¡Viva las luchas de los trabajadores y los pueblos de América Latina y el mundo!
¡Viva el XXIII Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina!

Firman:

Partido Comunista Revolucionario de Argentina

Partido Comunista Revolucionario Bolivia

Partido Comunista Revolucionario de Brasil – PCR

Unidad Popular por el Socialismo. Brasil

Unión de la Juventud Rebelión – UJR de Brasil

Movimiento de Lucha de los Barrios, Villas y Favelas MLB – Brasil

Círculo Jaques Roumcin de Montreal – Canadá

Partido Comunista de Colombia (Marxista – Leninista)

Organización Comunista Recabarren de Chile

Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador – PCMLE

Juventud Revolucionaria del Ecuador – JRE

Unión General de Trabajadores del Ecuador – UGTE

Mujeres por el Cambio – Ecuador

Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador – FEUE

Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador -FESE

Unidad Popular – Ecuador

Vanguardia de la Universidad Técnica de Cotopaxi – Ecuador

Pueblo Negro – Ecuador

Partido Estadounidense del Trabajo. Estados Unidos

George Grunental, Ediciones Estrella Roja – Estados Unidos

Partido Comunista de México (Marxista Leninista).

Frente Popular Revolucionario de México – FPR

Frente Obrero Campesino Estudiantil y Popular – FOCEP. Perú

Partido Socialista Revolucionario PSR – Perú

Partido Marxista Leninista del Perú – PMLP

Partido Comunista Peruano Marxista Leninista – PCP(ML)

Juventud Comunista Peruano Marxista Leninista – JCP (M-L)

Movimiento de Mujeres por la Liberación Social – MMLS

Movimiento 26 de Abril – Puerto Rico

Partido Comunista del Trabajo PCT – República Dominicana

Partido Frente Amplio – República Dominicana

Corriente Magisterial Juan Pablo Duarte – República Dominicana

Frente Estudiantil Flavio Suero FEFLAS – República Dominicana

Partido del Trabajo (Túnez)

Partido del Trabajo (EMEP) – Turquía

Movimiento Gayones – Venezuela

Quito, Julio 26 de 2019

Declaración Política de la Reunión de los Partidos y Organizaciones Marxista Leninistas de América Latina y el Caribe REPALA

El análisis de la situación económica, política y social del continente americano, la discusión de cómo los marxista leninistas estamos actuando en esta realidad concreta y la definición de tareas y líneas de acción para avanzar en el proceso de organización de la revolución social del proletariado, ha convocado a la plenaria de América Latina de la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas, CIPOML.

Los partidos asistentes, entre los que contamos con la presencia de nuestros camaradas de Turquía y Túnez, hemos tenido un fructífero debate, que nos ha permitido conocer y comprender mejor el escenario político-social en el que los trabajadores y los pueblos actúan y luchan.

Constatamos la profundización de procesos iniciados años atrás, que están provocando cambios en la correlación de fuerzas políticas a nivel de varios gobiernos y en el ámbito social. En varios países en los que se establecieron regímenes calificados como «progresistas», «alternativos», «socialistas del siglo 21» las facciones burguesas con posturas desarrollistas que los apadrinaron han perdido posiciones, tomando el relevo sectores tradicionales de la burguesía, abiertamente identificados con posiciones políticas de derecha.

Este fenómeno está abriendo las puertas para que el imperialismo estadounidense recupere espacios disputados por China, particularmente en aquellos sitios en los que es establecieron los llamados gobiernos progresistas. EEUU nunca perdió su hegemonía en la región, nunca dejó de ser el principal centro de comercio hemisférico y punto de salida de las mayores inversiones hacia la región. América Latina, como tomo el planeta, es escenario de disputas interimperialistas por el control de mercados. No solo EEUU o China tienen y defienden sus particulares intereses, también entran en juego Canadá, los países imperialistas de Europa, Rusia.

La ejecución de políticas neoliberales caracteriza el momento en la región. Las diferencias entre uno y otro país son mínimas en la forma cómo se ejecutan, pero las medidas y objetivos planteados son los mismos: elevar los niveles de explotación capitalista, a través de medidas y leyes que precarizan el trabajo, restringen y eliminan derechos sindicales; reducir los presupuestos estatales para sectores de la educación, salud, seguridad social; privatizar empresas estatales, con nombres y figuras que disfrazan esta realidad. En esencia, políticas que persiguen enriquecer aún más a sectores de la gran burguesía nativa, favorecer al capital financiero imperialista y remachar la dependencia extranjera.

Constatamos la agudización de graves problemas sociales. La migración tiene connotaciones y magnitudes nunca antes visto en nuestro hemisferio, que en el caso del éxodo que va hacia los Estados Unidos ha chocado con medidas reaccionarias implementadas por el gobierno de Donald Trump (y cumplidas también por algunos gobiernos en Centro América) que ponen en evidencia su pensamiento xenófobo, nacionalista, defensor de la supremacía blanca. Crece la pobreza, aumenta el desempleo y subempleo, se incrementa el número de personas sin acceso a educación, salud, vivienda; la violencia contra las mujeres también llega a niveles antes no vistos; la afectación al medio ambiente se expande de la mano de la política extractivista impuesta a nuestros países.

Graves problemas que no pueden ser entendidos sino en el marco de cómo el capitalismo organiza vida de la sociedad y la forma de reproducirse.

Estos fenómenos nos afirman en la convicción que la superación de estos problemas no pueden producirse en el marco del sistema imperante: el social-reformismo, el neoliberalismo, el «progresismo» y otras corrientes políticas burguesas no solo han fracasado cuando han estado en los gobiernos, sino que son directos responsables de lo que ocurre. Solo la revolución social del proletariado está en la capacidad histórica de resolver los graves problemas que aquejan a los trabajadores y los pueblos; solo la clase obrera en el poder podrá emancipar a la humanidad de la explotación capitalista, poner fin a la opresión y dependencia extranjera. Hacia ese propósito enfilamos el accionar de nuestros Partidos. Desarrollamos esfuerzos para mejorar nuestros nexos e influencia entre los trabajadores, los campesinos, la juventud, las mujeres.

Constatamos que el descontento y la lucha de las masas crece frente a las políticas antipopulares de los gobiernos, ante las declaraciones y acciones agresivas del imperialismo. Como organizaciones revolucionarias estamos en esos combates y nos proponemos incidir mejor en su conducción.

Hay fenómenos políticos en curso que, debido a su complejidad, requieren una especial mención. En Venezuela, los trabajadores y el pueblo continúan siendo víctimas de la agresiva política intervencionista del imperialismo estadounidense, de la Unión Europea y de gobernantes de países que se han sometido a esos dictados. Allí hay una grave crisis económica, política y social provocada por el bloqueo imperialista, el boicot de la derecha, la incapacidad del gobierno del PSUV-Maduro para atender y resolver los problemas de las masas, en el que actúa una tendencia neoliberal que empuja propuestas privatizadoras. En esta crisis intervienen también los intereses de otras potencias, como China y Rusia. Solo una política de independencia de clase permitirá a la clase obrera y el pueblo crear una propuesta auténticamente soberana y popular, de cara a la actual crisis. Llamamos a los trabajadores y pueblos de América Latina y el mundo a organizar acciones de solidaridad bajo la consigna El pueblo venezolano resiste y lucha contra la agresión imperialista.

El triunfo electoral de Jair Bolsonaro en Brasil -ferviente difusor de ideas ultra reaccionarias y fascistas, partidario de la utilización de mecanismos represivos y de grupos paramilitares a fin de lograr el control social- provocó que algunos sectores anuncien la llegada del fascismo a ese país y al continente. Bolsonaro cuenta con el apoyo del poder Judicial, de las Fuerzas Armadas, de la gran burguesía, sin embargo no ha podido cumplir su propósito porque los trabajadores, la juventud y los pueblos de Brasil han sabido responder en la calle las medidas antipopulares del régimen, poniendo al descubierto la contradicción entre el movimiento popular que lucha y las fuerzas fascistas.

Es evidente que a nivel mundial las ideas ultra reaccionarias se difunden y en algunos países ganan espacio. Es nuestra obligación desenmascararlas, desterrarlas del movimiento de masas en donde aparezcan.

A la derecha, a los defensores del capital los enfrentamos con la movilización de los trabajadores y los pueblos, esto nos plantea la necesidad de persistir en nuestras propuesta de unidad entre las fuerzas y movimientos de izquierda, en el movimiento social y popular. Unidad de los trabajadores y los pueblos por sus derechos, por democracia, por mejores condiciones materiales de vida, en contra de los planes neoliberales de ajuste; unidad contra el imperialismo y la derecha son propuestas que nos comprometemos a llevar a cabo, como una necesidad actual en el proceso de organizar la revolución social del proletariado. La lucha y combate al imperialismo supone, al mismo tiempo, desenmascarar las propuestas y acciones del socialreformismo y el oportunismo, en contra de la derechización y la fascistización.

Los pueblos luchan en todos los continentes, marcando la perspectiva del cambio social, de un nuevo mundo. Argelia y Sudán han sido escenario de combativas rebeliones populares que echaron abajo gobiernos reaccionarios y represivos, allí la lucha continúa por democracia, por derechos políticos, por la atención a la reivindicaciones populares; el pueblo boricua -en estos días- ha obligado la renuncia del corrupto Gobernador Ricardo Roselló, lucha en la que las banderas independentistas también estuvieron presentes. Para esos pueblos va nuestra solidaridad, así como para el pueblo haitiano que combate a diario contra el hambre, el desempleo, la corrupción… el olvido al que intentan someterlo. Estamos junto a los pueblos que en las Antillas aún viven sometidos al colonialismo.

La Reunión de los Partidos y Organizaciones Marxista Leninistas de América Latina y el Caribe rindió homenaje al camarada Osman, revolucionario internacionalista de Turquía fallecido hace poco y transmitió su solidaridad con los camaradas del EMEP. La reunión también conmemoró la formación de la Internacional Comunista, fundada por Lenin cien años atrás.

Partido Comunista Revolucionario de Bolivia

Partido Comunista Revolucionario – Brasil

Partido Comunista de Colombia (marxista-leninista)

Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador

Partido Estadounidense del Trabajo

Partido Comunista de México (Marxista–Leninista)

Partido Comunista Peruano (Marxista-Leninista)

Partido Comunista del Trabajo – República Dominicana

Partido Comunista Marxista Leninista de Uruguay

Partido Comunista Marxista Leninista de Venezuela

Partido de los Trabajadores de Túnez

Partido del Trabajo de Turquía

Quito, julio de 2019

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