PROCLAMA COMUNISTA A LOS TRABAJADORES Y PUEBLOS

 

Mientras haya explotación del hombre por el hombre, y el capitalismo destruya la existencia verdaderamente humana sobre la tierra, habrá lucha! Mientras imperialistas y burgueses opriman a las naciones débiles, a los pueblos indefensos, habrá lucha! Mientras los trabajadores y pueblos del mundo aspiren a transformar la sociedad actual, cambiarla en su beneficio, y para ello vencer o morir, habrá lucha!

“LA HISTORIA DE TODAS LAS SOCIEDADES (divididas en clases) HASTA NUESTROS DÍAS, ES LA HISTORIA DE LA LUCHA DE CLASES”. (Manifiesto del Partido Comunista).

En oposición a las predicas conciliadoras de los capitalistas de que obreros y patronos tienen los mismos intereses, ratificamos la tesis marxista de que la lucha de clases, en las sociedades divididas en clases, es el motor de la historia.

La lucha de clases no terminara hasta lograr los más altos y generales objetivos que los trabajadores y los pueblos se han propuesto: construir, sobre las ruinas del capitalismo, el socialismo y el comunismo.

En las últimas décadas, el movimiento comunista y obrero ha sido duramente golpeado. El proceso de restauración capitalista que se generaliza a partir del XX Congreso del PCUS, y que culminara con los acontecimientos de Europa del Este, de la ex–URSS y la traición en Albania, etc., son parte de la acción del imperialismo, de las fuerzas reaccionarias, revisionistas, pro capitalistas. Las limitaciones históricas, la inexperiencia, la falta de desarrollo de la teoría, la subestimación de las contradicciones propias de la sociedad socialista, la burocratización y el aislamiento del Partido Comunista de las masas, etc., no permitieron que los comunistas, la clase obrera y los pueblos defendieran sus conquistas y evitaran la restauración capitalista. No fuimos capa- ces de impedir el surgimiento de una nueva clase burguesa que, con la máscara de “socialista”, tomó el poder y destruyó el socialismo. Pero, estos golpes, estas derrotas no significan el fin de la historia.

Tras la última y general embestida del imperialismo y del capitalismo, que pretende no dejar piedra sobre piedra del Marxismo Leninismo, del socialismo científico, del comunismo, de la revolución proletaria, del antiimperialismo, nos hemos vuelto a levantar en todos los continentes. Los comunistas renacemos en cada huelga obrera, en cada movilización popular, en cada a lucha de la clase obrera y los pueblos por libertad y democracia, en cada revuelta juvenil, en los núcleos guerrilleros. Nos reorganizamos, nos unimos, sacamos lecciones de lo sucedido, y seguimos avanzando.

Mientras no hayamos cumplido nuestra misión histórica, no cejaremos en nuestro empeño.

Somos millones de seres en lucha. Los trabajadores seguimos siendo los fundamentales productores de toda riqueza, en cualquier parte y bajo las más diversas condiciones de desarrollo

de los medios de producción. Nada, en esencia, habrá cambia- do mientras otros vivan de nuestro sudor y no hayamos logrado transformar esta sociedad en otra, de tipo superior.

“EL MOVIMIENTO PROLETARIO ES UN MOVIMIENTO PROPIO DE LA INMENSA MAYORÍA, EN PROVECHO DE LA INMENSA MAYORÍA”.

“LOS PROLETARIOS NO TIENEN NADA QUE SALVAGUARDAR, TIENEN QUE DESTRUIR TODO LO QUE HASTA AHORA HA VENIDO GARANTIZANDO Y ASEGURANDO LA PROPIEDAD PRIVADA EXISTENTE”. (Manifiesto del Partido Comunista).

Ninguna otra clase o capa social actual puede cumplir con estos objetivos. Esta es una tarea del proletariado, que es la clase más revolucionaria de la sociedad, con alto espíritu práctico, capaz de unir y dirigir a otras clases y capas explotadas en la lucha contra el capital.

Estamos presentes y activos en la época contemporánea. La clase obrera y los pueblos no hemos dejado un instante de luchar por nuestros objetivos. Nada sustancial de la época, definida por Lenin, ha cambiado. Esta sigue siendo la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias. Todos los hechos acaecidos, desde la Revolución de Octubre en 1917, la Segunda Guerra Mundial, la derrota del fascismo, la liberación del mundo colo- nial, las revoluciones en China, Vietnam, etc., así como los avances que tuvieron lugar en la construcción del socialismo; la última embestida imperialista, y la actual situación de lucha de los pueblos, ratifican las tesis leninistas sobre la época que vivimos. Las contradicciones fundamentales de la época siguen vigentes!

Los imperialistas y burgueses atacan furiosamente al Marxismo–Leninismo y proclaman su caducidad. Preguntamos: si esta teoría es inservible, ¿por que atacarla tan denodadamente? Sencillamente, porque saben que esta teoría es actual y tiene vigencia. El Marxismo–Leninismo se basa en el desarrollo continuo del conocimiento científico, en la experiencia del desarrollo social, en el pensamiento humano progresista; es una teoría de carácter revolucionario que representa los intereses históricos del proletariado y de toda la humanidad; avanza dialécticamente, rompe barreras, engendra 1o nuevo. Los marxista–leninistas estamos conscientes de ciertas debilidades en la comprensión, aplicación y desarrollo del Marxismo–Leninismo. Se trata de limitaciones nuestras, que las vamos a superar. La experiencia histórica ha demostrado la validez, la vigencia, la vitalidad del Marxismo–leninismo. Si hay ideología y teorías caducas, obsoletas, que pertenecen al pasado, estas son las de la burguesía. El Marxismo–Leninismo es presente y futuro.

“¿ACASO SE NECESITA UNA GRAN PERSPICACIA PARA COMPRENDER QUE CON TODA MODIFICACIÓN EN LAS CONDICIONES DE VIDA, EN LAS RELACIONES SOCIALES, EN LA EXISTENCIA SOCIAL, CAMBIAN TAMBIÉN LAS IDEAS, LAS NOCIONES Y LAS CONCEPCIONES, EN UNA PALABRA, LA CONCIENCIA DEL HOMBRE?”

“CUANDO SE HABLA DE IDEAS QUE REVOLUCIONAN TODA UNA SOCIEDAD, SE EXPRESA SOLAMENTE EL HECHO DE QUE EN EL SENO DE LA VIEJA SOCIEDAD SE HAN FORMADO LOS ELEMENTOS DE UNA NUEVA, Y LA DISOLUCIÓN DE LAS VIEJAS IDEAS MARCHA A LA PAR CON LA DISOLUCIÓN DE LAS ANTIGUAS CONDICIONES DE VIDA”. (Manifiesto del Partido Comunista).

De acuerdo con sus intereses de clase, los revisionistas y oportunistas de toda laya deforman estos enunciados del Manifiesto del Partido Comunista y sacan conclusiones anticomunistas, quieren preservar su condición de “grandes dirigentes”, sus privilegios, quieren manejar al movimiento obrero para impedir que los trabajadores tomen el destino en sus propias manos, y así sirven a la burguesía, causando grave daño a la clase obrera. Por el contrario, los comunistas luchamos contra estas desviaciones, ponemos a un lado a estos sirvientes de la burguesía y ayudamos a la clase obrera a apoyarse en sus propias fuerzas y avanzar.

El revisionismo constituye un peligro para el proceso revolucionario, para el Partido Comunista, y para la construcción del socialismo. Es una tarea indispensable combatir al revisionismo de todo tipo y en todos los terrenos. Es un peligro contra el cual no se puede relegar o menospreciar la lucha.

Debatir sobre estas cuestiones, tomar posición sobre ellas, establecer que es 1o que nos corresponde hacer ahora es la in- evitable, necesaria, urgente lucha ideológica en el campo de la revolución, como también 1o es en el campo de la ofensiva ideo- lógica revolucionaria para vencer la embestida de la reacción. Ningún comunista, ningún partido vanguardia de la revolución puede temer estos enfrentamientos de concepciones e ideas. Que se abra el debate, hay que confrontar ideas, análisis, experiencias, lecciones, razones, para llegar a conclusiones que nos permitan avanzar. Los hechos son tozudos, dijo Lenin, y la tozudez de los hechos nos exige ser leninistas.

Hemos creado a nuestros partidos en el fragor del combate, a golpe contra el revisionismo y el oportunismo los cuales, con su degeneración ideológica y traición política, han sido principales responsables de los daños causados al movimiento comunista y obrero internacional.

Los partidos comunistas son instrumentos indispensables para ORGANIZAR la revolución en cada uno de nuestros países. Somos en conjunto, la Conferencia Internacional de los Partidos y Organizaciones Marxistas Leninistas, la verdadera alternativa de la clase obrera, de los pueblos. La llama de la revolución proletaria y la esperanza de los pueblos sigue en manos de los comunistas.

“LOS COMUNISTAS LUCHAN POR ALCANZAR LOS OBJETIVOS E INTERESES INMEDIATOS DE LA CLASE OBRERA; PERO AL MISMO TIEMPO DEFIENDEN TAMBIÉN, DENTRO DEL MOVIMIENTO ACTUAL, EL PORVENIR DE ESE MOVIMIENTO” (Manifiesto del Partido Comunista).

Concebimos que las masas populares son quienes deben ser siempre y en todos los terrenos las protagonistas de la historia. Solo cuando los partidos comunistas se han burocratizado, degenerado ideológicamente, y han perdido su carácter de van- guardia revolucionaria al servicio de la clase obrera y los pueblos, estos les han dado la espalda. Los proletarios y los comunistas, los trabajadores y los pueblos jamás debemos romper los lazos que nos unen. Con la clase obrera y los pueblos, los comunistas luchamos por sus intereses; con ellos debemos y podemos con- quistar el poder; con ellos debemos construir cualquiera de las formas de democracia popular, de dictadura del proletariado, el Estado socialista, construir el socialismo y avanzar.

El imperialismo ha sido, y siempre será, fuente de guerras de agresión y de rapiña. En los últimos tiempos, Irak, Somalia, Panamá, Yemen, Ruanda, la ex–Yugoslavia, la ex–URSS, Haití, etc., han sido escenarios de guerras de agresión, guerras racistas, re- accionarias. Denunciamos el verdadero carácter de estas guerras. Hay que organizar y sostener la movilización popular en contra de esta política imperial guerrerista. Los trabajadores, los pueblos, los comunistas, estaremos a la cabeza de esta lucha.

La revolución requiere la unidad y la acción de la clase obrera y los pueblos. Los comunistas debemos ser sus artífices. La unidad es toda una concepción y una práctica que debe desarrollar- se. Las alianzas son necesarias. Para establecerlas necesitamos, ante todo, contar con fuerzas propias, unirnos con otras fuerzas, practicar la política de alianzas con objetivos revolucionarios. Podremos contraer compromisos que no conlleven concesiones de principio. Estos compromisos jamás pueden hacernos olvidar que la lucha de clases sigue vigente.

Luchamos por la revolución. Reivindicamos la violencia revolucionaria de los pueblos como la vía para conquistar el poder. Esto nos exige aprender a emplear todas las formas de lucha.

Ratificamos nuestra decisión de mantener alta la bandera del Marxismo–Leninismo, de luchar por su aplicación, de convertir nuestros partidos y organizaciones en una alternativa política y social, organizativa, a escala nacional e internacional. Nuestros partidos y organizaciones reafirman su decisión de combatir junto a la clase obrera y pueblos, junto a los demócratas, patriotas y progresistas, para oponer a la dominación capitalista la lucha por la revolución social del proletariado.

Mantenemos vivo el espíritu de la Comuna de Paris, de la Revolución de Octubre, y de todos los procesos y experiencias revolucionarias, basándonos en los principios elaborados por Marx, Engels, Lenin y Stalin.

“LOS COMUNISTAS CONSIDERAN INDIGNO OCULTAR SUS IDEAS Y PROPÓSITOS. PROCLAMAN ABIERTAMENTE QUE SUS OBJETIVOS SOLO PUEDEN SER ALCANZADOS DERROCANDO POR LA VIOLENCIA TODO EL ORDEN SOCIAL EXISTENTE. LOS PROLETARIOS NO TIENEN NADA QUE PERDER EN ELLA MAS QUE SUS CADENAS. TIENEN, EN CAMBIO, UN MUNDO QUE GANAR”.

Proletarios y pueblos del mundo: la lucha continua. Ante la nueva ola de luchas revolucionarias que se avecina, los comunistas, los trabajadores y los pueblos debemos ser los protagonistas. Convirtamos en hechos la consigna histórica de Marx y Engels:

¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES UNÍOS!

Quito, Ecuador, 1ro. de agosto de 1994

 

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