Declaración política del 23 Seminario Internacional: Problemas de la Revolución en América Latina.

EL COMBATE REVOLUCIONARIO CONTRA LA DERECHIZACIÓN Y EL FASCISMO, ES NUESTRO COMPROMISO

Los agudos conflictos que se registran en el escenario internacional, son la expresión de la aguda crisis que envuelve al sistema capitalista imperialista, revelan la agudización de las contradicciones fundamentales de la época, esto es, las que se expresan entre el capital y el trabajo; entre los pueblo y naciones oprimidas y el imperialismo; y, entre las propias potencias imperialistas.

Esta dinámica explica el desenvolvimiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, pero que abarca y alinea a la Unión Europea, Rusia y otras potencias en uno u otro bando, tensando el escenario internacional al grado de amenazar con el escalamiento a nuevos y mayores conflictos bélicos, en el contexto de la intensificación de las disputas de las zonas de influencia, control de mercados, materias primas y recursos naturales entre las potencias imperialistas.

En América Latina, el declive de los gobiernos llamados progresistas de inicios del siglo XXI que, entre otras cosas buscaron renegociar la dependencia para, sin romper con el imperialismo norteamericano, facilitar una mayor penetración de los imperialismos chino y ruso, coincidió con el ascenso al gobierno de Estados Unidos del derechista y fascista Donald Trump, que con el lema de “primero Estados Unidos”, busco consolidar el trono de primera superpotencia en el mundo y recuperar el control de su “patio trasero”.

Para sus fines, Trump apuntó a exaltar el nacionalismo reaccionario de los norteamericanos, colocando en el campo de sus principales enemigos a los emigrantes, principalmente latinoamericanos. A su proyecto de ampliación del muro se sumó las cruzadas contra los migrantes indocumentados, reeditando las detenciones arbitrarias de niños (separados de sus padres) y adultos en condiciones similares a las utilizadas por los regímenes fascistas del pasado. Con presiones, chantajes y coincidencias, esta retardataria política antimigratoria ha logrado el acuerdo cómplice de los gobiernos de México y Centroamérica.

Simultáneamente impulsa una intensa ofensiva en la región dirigida a instaurar gobiernos dóciles y cómplices en la región. El establecimiento del denominado “Grupo de Lima” en agosto del 2017, para apoyar la conspiración de las fuerzas reaccionarias en Venezuela, forma parte de la mima.
Sin embargo, el declive y fracaso de los gobiernos llamados progresistas, que es aprovechado por las fuerzas más retardatarias para asociarlo al supuesto fracaso del socialismo, en realidad se trata del fracaso del propio capitalismo, autoproclamados del “socialismo del siglo XXI”.

El descontento de los trabajadores, la juventud, las mujeres y, en general, las masas empobrecidas resultado de la gestión de los gobiernos llamados alternativos, totalmente contraria a sus intereses, de su ineficiencia, de los reiterados escándalos de corrupción, de la intensificación de las acciones represivas y la criminalización de la lucha social, etc., está siendo aprovechado por el imperialismo y sus secuaces en los gobiernos derechistas de América Latina y el Caribe, para justificar la imposición de los agresivos programas de ajustes neoliberales y fondomonetaristas; para incidir en la conciencia de las masas con las ideas más atrasadas, afirmando propuestas pro fascistas, xenofóbicas, nacionalistas y anticomunistas; plataforma con la cual conquistó el gobierno Jair Bolsonaro en Brasil, y se alientan caudillos y organizaciones similares en otros países.

Los gobiernos de Bolsonaro en Brasil y Duque en Colombia intensifican las acciones represivas con la criminalización de la lucha social, la persecución, encarcelamiento y asesinato de líderes, dirigentes y activistas sociales, en su intento de contener la oposición y lucha popular.

Desde luego, forma parte de esta ofensiva la cruzada del capital contra el trabajo, las coincidentes propuestas de flexibilización laboral, de agresivos recortes de los derechos laborales y sindicales y las reaccionarias reformas a las conquistas de la seguridad social, que buscan intensificar la explotación de los trabajadores en beneficio de la mayor acumulación capitalista.

El criminal bloqueo económico del imperialismo contra Cuba y Venezuela, es también parte de esta ofensiva reaccionaria.

Los hechos han demostrado que, para alcanzar las legítimas aspiraciones materiales y espirituales de los trabajadores y los pueblos, la cuestión fundamental no es la forma en que se presenta o se desempeña la burguesía en el poder. Que las variantes socialdemócratas, “progresistas” o derechistas neoliberales, deben tenerse en cuenta para las definiciones tácticas en la oposición, resistencia y combate a sus políticas, más no para afirmar falsas esperanzas en que el cambio, la transformación social y el socialismo, puedan venir de una u otra facción de la burguesía.

Desde luego, el conjunto de delegados al XXIII SIPRAL hemos coincidido que el momento actual, en combinación con la realidad específica de cada país, nos corresponde a los comunistas, revolucionarios e izquierdistas, a los sindicalistas clasistas, a los dirigentes y activistas sociales y todas las personas democráticas, hacer frente a la ofensiva reaccionaria del imperialismo y las facciones burguesas derechistas y fascistas.

Se seminario rescata las valerosas y crecientes luchas de los trabajadores, la juventud, los campesinos, los pueblos originarios, las mujeres, los pueblos negros en contra de las políticas y medidas neoliberales de los gobiernos burgueses de la región.

Destacan por su magnitud y trascendencia la huelga general del 29 de mayo pasado en Argentina, así como la movilización de millones de mujeres por conquistar el derecho al aborto, contra los femicidios y todo tipo de violencia de género; las numerosas luchas de resistencia y combate de los trabajadores y la juventud en Brasil contra el gobierno de Bolsonaro; las acciones de los estudiantes, trabajadores y campesinos en Colombia y Nicaragua; las luchas de los maestros en Chile, México, Bolivia; las crecientes luchas populares en Perú y República Dominicana, Honduras, Haití; las luchas obreras y populares en Ecuador, El Salvador, etc., etc.

Con entusiasmo y calor revolucionario el SIPRAL aclamó la contundente victoria del hermano pueblo de Puerto Rico que, luego de dos semanas de continuos combates, obligó a renunciar al gobernado Ricky Rosselló, representante del usurpador poder colonial del imperialismo norteamericano. Esta victoria registra una brillante página en la incansable lucha por derrotar el colonialismo y conquistar su independencia; lucha que incorporó a amplios sectores de su valiente pueblo, en la que destaca la participación de intelectuales patriotas y referentes de relieve internacional de la cultura, lo que confirma la importancia de este frente en la causa emancipadora.

Los delegados al XXIII SIPRAL, hemos coincidido que la asimilación de las valiosas experiencias de resistencia y combate a los gobiernos burgueses y al imperialismo nos conducen a nuevos retos, a consolidar las convicciones revolucionarias, precisar los objetivos y programas, calificar la actividad de educación y conducción de las masas y encarar las nuevas batallas con mayores ventajas.

Para eso es imprescindible fortalecer los partidos y organizaciones revolucionarias y de izquierda, consolidar las organizaciones sindicales y corrientes clasistas en todos los frentes sociales, que se conviertan en verdaderos núcleos referenciales del conjunto de la clase obrera y las demás clases trabajadoras.

El seminario insistió también en la necesidad impulsar y protagonizar procesos de amplia unidad de acción con todos los sectores del campo popular y los segmentos de pequeños productores, también afectados por las políticas neoliberales de las burguesías industrial, comercial y agraria, y el imperialismo, trabajando por que la clase obrera y su política dispute, conquiste y sostenga la hegemonía en dichos procesos.

En esta perspectiva, se registraron propuestas de la necesidad urgente de trabajar por una política de frentes amplios democráticos, antifascistas y antiimperialistas en la región.

Se planteó también la necesidad revolucionaria de recurrir a todas las formas de lucha en el combate en contra de comunes enemigos de los trabajadores y los pueblos; así como multiplicar las banderas que, recogiendo los demandas más sentidas e inmediatas de las masas avancen a los objetivos políticos estratégicos de la emancipación social.

Ratificando el espíritu y compromiso solidario de la clase obrera y los pueblos, los asistentes al XII SIPRAL, condenamos, rechazamos y combatimos la intervención del imperialismo norteamericano en Venezuela, y ratificamos nuestro respaldo a la lucha de clase obrera y los pueblos de Venezuela, es únicamente en sus manos que está la salida definitiva a la crisis que les agobia.

Reiteramos nuestro abrazo solidario al valiente pueblo de Puerto Rico, que asido a su victoria caminará a nuevas batallas hasta conquistar su independencia definitiva. De igual manera, ratificamos nuestra total solidaridad con la persistente lucha del pueblo de Haití, que desafía y enfrenta a los gobiernos corruptos y títeres del imperialismo, pugnando por un verdadero cambio en su beneficio.

Comprometidos en la lucha revolucionaria contra la derechización y fascismo, ratificamos que la única y verdadera salida a la crisis que envuelve al mundo capitalista y que se descarga salvajemente sobre las espaldas de los trabajadores y los pueblos, está en el verdadero cambio, en la revolución social, la conquista del poder político y la construcción del socialismo.

Nuestro compromiso se refrenda en cada lucha que enfrente y desafíe al sistema capitalista imperialista.

¡Viva las luchas de los trabajadores y los pueblos de América Latina y el mundo!
¡Viva el XXIII Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina!

Firman:

Partido Comunista Revolucionario de Argentina

Partido Comunista Revolucionario Bolivia

Partido Comunista Revolucionario de Brasil – PCR

Unidad Popular por el Socialismo. Brasil

Unión de la Juventud Rebelión – UJR de Brasil

Movimiento de Lucha de los Barrios, Villas y Favelas MLB – Brasil

Círculo Jaques Roumcin de Montreal – Canadá

Partido Comunista de Colombia (Marxista – Leninista)

Organización Comunista Recabarren de Chile

Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador – PCMLE

Juventud Revolucionaria del Ecuador – JRE

Unión General de Trabajadores del Ecuador – UGTE

Mujeres por el Cambio – Ecuador

Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador – FEUE

Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador -FESE

Unidad Popular – Ecuador

Vanguardia de la Universidad Técnica de Cotopaxi – Ecuador

Pueblo Negro – Ecuador

Partido Estadounidense del Trabajo. Estados Unidos

George Grunental, Ediciones Estrella Roja – Estados Unidos

Partido Comunista de México (Marxista Leninista).

Frente Popular Revolucionario de México – FPR

Frente Obrero Campesino Estudiantil y Popular – FOCEP. Perú

Partido Socialista Revolucionario PSR – Perú

Partido Marxista Leninista del Perú – PMLP

Partido Comunista Peruano Marxista Leninista – PCP(ML)

Juventud Comunista Peruano Marxista Leninista – JCP (M-L)

Movimiento de Mujeres por la Liberación Social – MMLS

Movimiento 26 de Abril – Puerto Rico

Partido Comunista del Trabajo PCT – República Dominicana

Partido Frente Amplio – República Dominicana

Corriente Magisterial Juan Pablo Duarte – República Dominicana

Frente Estudiantil Flavio Suero FEFLAS – República Dominicana

Partido del Trabajo (Túnez)

Partido del Trabajo (EMEP) – Turquía

Movimiento Gayones – Venezuela

Quito, Julio 26 de 2019

Declaración del 22 Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina

Vigencia del pensamiento revolucionario de Carlos Marx
Son muchas las ocasiones en que los defensores del capitalismo han proclamado la obsolescencia del marxismo y de la posibilidad cierta del triunfo de la revolución social del proletariado. Desde su surgimiento, hace más de siglo y medio, hablan del fracaso del socialismo y –metafóricamente hablando– no se cansan de celebrar sus exequias. Sin embargo, doscientos años después del nacimiento de Carlos Marx, sus ideales recorren el planeta con la misma o mayor fuerza que cuando los comunistas proclamaron su llamado a conquistar un mundo con libertad y equidad.
La genialidad de Carlos Marx y Federico Engels entregó a la humanidad una cosmovisión científica del mundo que permite interpretar y entender todos los fenómenos que se presentan en la sociedad, la naturaleza y el pensamiento. El carácter científico del conocimiento universal tiene como sustento la dialéctica materialista y el desarrollo que las ciencias experimentan demuestran que este método es el correcto.
Los progresos que en la ciencia y la técnica se producen de manera constante los previó Marx como un fenómeno histórico imprescindible en un determinado estadio de desarrollo de la humanidad y éstos tienen un profundo contenido filosófico, pues, es una forma concreta de la relación dialéctica entre la teoría y la práctica, una confirmación que la primera alumbra el accionar de la sociedad.
El marxismo revolucionó la concepción de la historia universal. Donde los estudiosos de la época veían el azar, la casualidad, la voluntad individual convertida en realidad, Marx descubrió leyes objetivas que explican los procesos de desarrollo y decadencia de las sociedades, la temporalidad de las mismas; miró en la lucha de clases y en la acción de las masas la locomotora que arrastra la historia. Puso al descubierto la esencia del capitalismo, sus contradicciones internas y sus manifestaciones, los momentos de su desarrollo y los momentos de crisis, la configuración social que este sistema engendra, la conversión de todo –incluyendo la fuerza de trabajo– en mercancía, el punto nodal de la reproducción del capital: la extracción de plusvalía. La precisión de su análisis lleva a que hoy, en condiciones del desarrollo del capitalismo en su etapa imperialista, inclusive quienes no se identifican con el marxismo busquen en sus escritos la interpretación y respuestas a fenómenos actuales, como la crisis económica del 2008.
Un reducido número de personas y grupos monopólicos concentran las riquezas a nivel mundial, mientras millones de seres humanos no alcanzan a resolver su sustento diario; el carácter social de la producción y la apropiación individual de lo producido se encuentra en la base de este fenómeno. Ningún “modelo” económico de la burguesía y el oportunismo ha podido, ni podrá, solucionar esta secuela del capitalismo. No se puede poner fin a la explotación entre los seres humanos si no es a condición de abolir la propiedad privada sobre los medios de producción, para lo cual, “el primer paso de la revolución obrera es la elevación del proletariado a clase dominante” para “ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital”.
Por eso, la revolución social del proletariado tiene un carácter internacional en su contenido, aunque en su forma se desarrolle en cada uno de los países; por ese mismo motivo las luchas de los trabajadores y los pueblos que se desenvuelven en todos los puntos del planeta las asumimos como nuestras y las alentamos con nuestra solidaridad, con nuestro espíritu internacionalista.
El marxismo no ha caducado. Tiene plena vigencia porque en su concepción se plantea por sí mismo su continua actualización conforme a los cambios que se operan en el entorno económico, político y social. Debemos fortalecer nuestros partidos y organizaciones como vanguardias revolucionarias y desplegar mayores esfuerzos para integrar el marxismo leninismo a la realidad concreta en la que desarrollamos nuestra lucha, para dar una respuesta justa a los problemas que la organización de la revolución social del proletariado nos impone.
El marxismo es patrimonio de los trabajadores y los pueblos, tienen en él un instrumento que guía su lucha, en cualquiera de las formas que las circunstancias obligan, para alcanzar la emancipación de la explotación y opresión, para poner fin a todo tipo de dependencia imperialista y dominación colonial. Nosotros lo levantamos en alto con la convicción de su fortaleza científica, de su fuerza revolucionaria.
Contra los vientos que sopla la reacción y el oportunismo, la semilla de Marx se esparce por todo el planeta y el árbol de la revolución florece en la consciencia, en la lucha de los trabajadores, los campesinos, la juventud, las mujeres y los pueblos; cubriremos el mundo con la fraternidad, la solidaridad, la libertad, la equidad social, con las rojas banderas de la revolución proletaria mundial.
Quito, julio de 2018
Partido Comunista Revolucionario de Argentina
Partido Comunista Revolucionario – Brasil
Unión de la Juventud Rebelión – Brasil
Unidad Popular – Brasil
Partido Comunista de Colombia (marxista­–leninista)
Partido del Trabajo Estadounidense
Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador
Juventud Revolucionaria del Ecuador
Frente Popular – Ecuador
Unidad Popular – Ecuador
Unión General de Trabajadores del Ecuador
Mujeres por el Cambio – Ecuador
Coordinadora Sindical Salvadoreña
Consejo Nacional de los Comités Populares de Martinica
Partido Comunista de México (marxista–leninista)
Frente Popular Revolucionario – México
Unión de la Juventud Revolucionaria de México
Partido Comunista Peruano (marxista-leninista)
Partido Socialista Revolucionario de Perú
Comité de Unificación de los Comunistas Marxista Leninistas del Perú
Movimiento 26 de Abril – Puerto Rico
Movimiento Obrero Juvenil los Pitirres – Puerto Rico
Organización Comunista Revolucionaria de Uruguay
Partido Comunista del Trabajo de República Dominicana
Partido Comunista Marxista Leninista de Venezuela
Partido Comunista Revolucionario – Bolivia