LA CUESTIÓN HISPÁNICA

Desde la caída del bloque socialista, el mundo ha visto el resurgir de las ideologías nacionalistas o etnocéntricas. Bien sea desde las posiciones derechista-conservadoras, como también, en las izquierdista-posmodernas. En la primera posición han resurgido como una reacción a lo que consideran las amenazas globalistas que creen intentan destruir a la nación mediante un supuesto reemplazo cultural. En la segunda, los nuevos indigenismos y regionalismos dialectales que buscan combatir los macrorrelatos que supuestamente intentan imponer una homogeneidad cultural, tachada siempre de eurocéntrica, que termine por borrar a las minorías. La paranoia cultural es la misma, solo cambian los actores que la repiten.

Hispanoamérica no es ajena a este auge de los nacionalismos. Y cada vez más entre su clase media gana influencia la corriente hispanista. Corriente nacionalista que llama a la integración del mundo hispanoparlante; que presenta una revisión en la forma de ver el pasado virreinal; y cuyo marco teórico es el materialismo filosófico que, sin embargo, aún conserva la idiosincrasia de la religión católica. Pero a qué se debe que el hispanismo esté volviendo a cobrar fuerza en la región, qué ha cambiado con respecto al hispanismo de hace un siglo y qué posición se debe tomar con respecto a ello.

Para comprender bien el retorno de este tipo de nacionalismo en nuestra región es pertinente primero entender qué es la nación. Según Stalin (1942) la nación es la comunidad que comparte una economía dentro de un espacio geográfico que habita y va articulando con el uso de una lengua, creando a su vez una psicología en común (cultura, historia, literatura). De ahí se entiende que haya sido el sistema capitalista el que haya formado a las naciones modernas, ya que no hubo antes otro sistema que demandara más aceleradamente la articulación de un mercado común donde se fomente la circulación de mercancías dentro de un espacio territorial que la burguesía controlara y requiriera de una lengua franca que facilite las transacciones, y le sirva de base expansiva a otros mercados. Necesitando por ello formar un imaginario colectivo que unifique ideológicamente a su comunidad para que entre en defensa de sus intereses contra otra comunidad económica-cultural que limite su expansión o amenace su mercado. 

Por ello, según Hobsbawm (1992), no son las naciones las que forman los estados, sino los estados los que van formando las naciones, y escogen dentro de las macro etnias de su jurisdicción una como molde para constituirse como estado-nación. Y eso es lo que ha venido ocurriendo desde el siglo XVIII en que la burguesía ha ido destruyendo los imperios o estados multiétnicos para crear los estado-nación moderno. Valiéndose de la educación pública y los medios de comunicación para ir homogeneizando a las sociedades que habitan dentro de su territorio de control. 

Aterrizando en nuestra región las naciones serían algo que se formarían tardíamente en el siglo XX. Según Rostworowski (1999) una de las causas de la caída del Tahuantinsuyo fue la carencia de un sentimiento nacional, primando más los intereses regionales de las macro etnias quechuas que las del estado imperial. El Tahuantinsuyo, según la historiadora, fue un proyecto trunco de integrar las diversas macro etnias quechuas que habitaban los Andes centrales. Ello no cambió con el establecimiento del virreinato. La introducción de la economía feudal y mercantilista no vio la necesidad de crear un mercado que articulara las fuerzas internas, sino principalmente en función externa hacia la metrópoli. (Lumbreras, 1981). Aunque hay algunos que califican a Castilla como la primera nación moderna, el Imperio español, con sus leyes distintas para cada raza y con la tolerancia lingüística hacia las otras lenguas, fue un imperio multiétnico y no llegó a formar ninguna nación en todo Hispanoamérica. 

La independencia, aunque fue un movimiento continental y trató de ser visto por algunos historiadores patrioteros como la más grande prueba que el germen del sentimiento nacional venía formándose desde tiempo atrás. Lo cierto es que fue causa de la crisis de la monarquía hispánica en 1808, que no supo manejar los distintos intereses locales, ya muy presentes en el continente desde las reformas borbónicas, y que acabó en el desmoronamiento del Imperio español. (Sobrevilla, 2024). Fueron los intereses de las distintas aristocracias locales los que terminaron primando, y una vez expulsado el poder peninsular, terminaron cediendo el gobierno a los militares para imponerse unas sobre otras. Pero en todo el siglo XIX fueron incapaces de formar nación alguna. La consolidación de un mercado en común sería difícil sin barrer antes los regionalismos-feudales. Ello se expresó en la terrible balcanización que vivió Hispanoamérica en comparación con Estados Unidos (EE. UU.) y Brasil, y que el español no logró imponerse como lengua mayoritaria entre la población en casi todas las nuevas repúblicas hasta entrado el siglo XX.

Se tendría que esperar la llegada de ese siglo, donde la mayor penetración de capital británico y de EE. UU. iría formando una mayor clase media mestiza hispanohablante en las urbes. Estas, aunque al inicio rechazaban el imperialismo y enemigas de la aristocracia, crearían expresiones político-partidarias que buscarían consolidar el capitalismo en sus respectivos países: PRI, APRA, Justicialista, etc. Y sus intelectuales, en la preocupación por formar a la nación, buscarían incorporar elementos de la cultura popular para formar una identidad nacional más propia o mestiza. Algo que también será compartido por los intelectuales comunistas de la región. De esa manera, en los países hispanoamericanos con más componente indígena en los Andes y Mesoamérica, el indigenismo fue acogido por los intelectuales de esta clase; en los países del Caribe, la cultura afro; y en los del Río de la Plata, la cultura popular del nuevo migrante europeo. E incluso se retomaron los viejos sueños integradores de Simón Bolívar. Esto en contraposición al hispanismo de una élite aristocrática que miraba con nostalgia la colonia, cuya máxima identidad americana se remitió a la formación del criollo; pero que dejaba de lado su hispanismo a la hora de servir al capital anglosajón e imitar huachafamente su cultura. Ante esa alienación de las élites, los intelectuales de las emergentes clases medias y populares apostaron por formar naciones con una identidad más particular que les sirva para integrar a la población de sus respectivos países, y las diferencie del resto.

Todo el proceso de consolidación del capitalismo desde sus políticas desarrollistas-industriales agotadas para los años setenta, sus guerras civiles que arrasaron principalmente el campo, y la implantación del neoliberalismo; terminaron por formar naciones hispano-mestizas desde el Río Bravo hasta el Cabo de Hornos. Con más o menos acentuación de la cultura indígena, europea o afro; el español se convirtió en la lengua mayoritaria y su mestizaje más en motivo de festejo que de vergüenza, como ocurre con la cumbia en la música o el realismo mágico en la literatura. Sin embargo, en ese proceso de transculturación (Rama, 2008) las otras etnias o macro etnias terminaron siendo asimiladas con más o menos grado de violencia para concretar la tan anhelada homogeneización mestiza-nacional.

Sin embargo, en esa ruta semejante seguida por las repúblicas hispanas del continente, los organismos creados como CAN, MERCOSUR, SICA, CELAC; no lograron estrechar mayores vínculos de integración económica que luego den paso a una integración política. La burguesía de ser una clase media terminó convirtiéndose en la clase hegemónica en sus respectivos países. Cómoda ya en su puesto con un mercado donde su poder esté consolidado dejó de soñar con la integración que no sea la libre circulación de sus mercancías a los mercados más rentables (China, EE. UU., Unión Europea, etc.) y primó más la competición con sus vecinos por qué mercado nacional atrae más inversiones de fuera. El capitalismo que finalmente desarrolló fue el primario exportador. Parafraseando a Mariátegui (1924), las repúblicas hispanoamericanas siguieron sin buscarse, sin complementarse, ni presentar intención alguna ya de unirse.

Este éxito en la construcción de naciones hispano-mestizas en la región, pero acompañado del fracaso en el proyecto unificador, las despojó de cualquier peso geopolítico en la esfera internacional. Relegándolas a simples espectadoras de las grandes decisiones mundiales. De ahí que resulta comprensible la irrupción nuevamente del hispanismo, pero ya no en las capas altas. Como ocurrió antes entre la aristocracia, sino principalmente, entre las capas medias. En un mundo donde las decisiones geopolíticas que amenazan al mundo se disfrazan de intereses nacionales, Hispanoamérica se encuentra desterrada en sus propios intereses. Una de las clases que se ve más sacudida por los vaivenes de la política mundial y más excitable ante los discursos nacionalistas es la clase media (pequeña burguesía). Que no tarda en darse cuenta de que Hispanoamérica se encuentra atomizada en distintos países a pesar de tener formadas naciones hispano-mestizas que presentan más semejanzas que diferencias. Y que de estar unidas no solo formarían una economía más fuerte, sino también, la nación más numerosa del hemisferio occidental. La adaptación de una ideología que aglutina, en vez que disgregue, va a tener mejor recepción ahora entre los intelectuales de esta clase. 

El indigenismo que cumplió su papel de darle una identidad mestiza a las naciones hispanas en la región se encuentra ya caduco y es más una ideología disgregadora y retroactiva que idealiza el comunismo primitivo. Se encuentra ya muy lejos de ese indigenismo materialista que saludó Mariátegui, y que desarrolló Arguedas, donde la revalorización de la cultura indígena no signifique una negación de la cultura hispana. Y donde se tenía presente que la diferencia cultural reforzaba las diferencias de clase, y estaba en función de ella. Pero el indigenismo actual en su carácter etnocéntrico solo ve diferencias culturales. Niega la lucha de clases y la considera una invención de la cultura occidental, a la cual rechaza en todas sus formas. Peor aún, en su obsesión decolonial ha ido creando una leyenda negra sobre el virreinato. Provocando la incubación, del otro lado, de leyendas rosas que blanquean el pasado colonial. Y en su meta por lograr que se reconozca la pluriculturalidad en los países de la región desconoce la formación de la nación hispano-mestiza mayoritaria en cada uno de los países hispanoamericanos, o sigue repitiendo mecánicamente frases de hace noventa años, que en países como el Perú, la nación aún está formándose. Pese a que han pasado de ser sociedades semifeudales a ya capitalistas.

Para los hispanistas son estos “ismos” de las minorías los que amenazan las formadas naciones hispanoamericanas, y evitan su integración. Y si bien, parten de una verdad concreta, que en Hispanoamérica ya existen naciones hispano-mestizas. Al partir también de un enfoque etnocéntrico, no alcanzan a comprender el proceso material que las llevó a formarse, y, por ende, los limitantes que las impiden unirse y en quién está la tarea de lograrlo. 

Su visión etnocéntrica responsabiliza de la disgregación del mundo hispano al mundo anglosajón. Si rechaza el idealismo es porque lo considera una producción anglo-protestante. Al igual que al liberalismo, que fue el discurso ideológico que encumbró a las potencias anglosajonas. Es considerado ese mundo el portador y financiador de todos los ismos que solo sirven para disgregar al mundo hispano. Por ello, el materialismo hispanista no llega a ver clases sociales, sino mundos o imperios con cosmovisiones enfrentadas; y no ve males en el sistema, sino en la cultura que lo desarrolla. Más que materialista, continúa siendo mecánico y profundamente etnocéntrico.

De esa forma, el mayor planteamiento hispanista de unión es formar una Mancomunidad hispánica, réplica de la Commonwealth británica, con otro monarca como jefe. No analiza que fue el capitalismo durante la tan despreciada etapa republicana, el sistema que finalmente formó las naciones hispánicas, y volvió al español la lengua mayoritaria en las excolonias de España. Y que si no se ha logrado la unión es por las limitaciones de las burguesías locales, más interesadas en perseguir alianzas con el capital transnacional que en seguir a un monarca europeo por simpatías culturales.  

Hispanoamérica no tuvo un “zollverein” ni un Bismarck. Ni mucho menos una clase dirigente militarista y expansionista que se planteó la tarea de unificarla. Su limitada y disgregada población, y su llegada tardía al desarrollo capitalista, le impidió formarla. Ni entre la antigua aristocracia ni entre la presente burguesía. Los sueños de Bolívar, a quien los hispanistas particularmente detestan, solo fueron retomados temporalmente por los partidos populista-burgueses de inicios del siglo XX y por los grupos guerrillero-marxistas en la segunda mitad de ese siglo. El acomodo de los primeros, y la derrota de los segundos, con su siguiente también acomodo a la democracia liberal, hicieron que la integración quede solo en un trámite más ágil en las fronteras. 

De igual forma, las naciones en Hispanoamérica están ya formadas. Ese ha sido el mayor logro sociocultural de la burguesía en su tarea de consolidar el capitalismo en sus países. Pero su desunión más absurda que la de otras identidades culturales obedece a que continúan atrapadas dentro de repúblicas bananeras serviles al imperialismo. Y no será el voluntarismo monárquico de los hispanistas quien logre su unión. Sino la obra de una nueva clase social, el proletariado de esas repúblicas, que en la consolidación de una economía planificada y más productiva vea la necesidad de rebasar las fronteras de los pueblos que estén más cerca geográfica y culturalmente para integrarlos: las otras naciones hispano-mestizas. Es ese eje económico – productivo indispensable para que naciones cercanas en su geografía, con una misma lengua y una psicología semejante, alcancen su unidad política. Ya decía Mariátegui (1928) que la unión de la América Hispana o Latina tendría que ser obra del socialismo. Una obra que se llevará a cabo por sus necesidades materiales, y no solo por voluntades culturales.

MINERÍA A TODA COSTA: AUGE DE LA MINERÍA ILEGAL Y EL PELIGRO PARA LAS COMUNIDADES

Durante años la burguesía parasitaria ha repetido el mantra “Perú país minero” crearon el mito que, a mayor inversión minera, mayor desarrollo económico, haciéndonos dependientes de la explotación minera, en su capricho de imponer este modelo a la fuerza han concesionado el 14.78% del territorio nacional, equivalente a casi 20 millones de hectáreas. Por ello, muestran una preocupación constante por maximizar la explotación de nuestros recursos mineros, sin desarrollar un plan de diversificación económica que permita una mayor estabilidad y progreso a largo plazo. Esta política que privilegia el extractivismo minero por sobre el desarrollo agropecuario es una de las principales causas del incremento de la minería ilegal e informal. La ausencia de un plan de desarrollo agrícola efectivo, junto con estas políticas, favorece el aumento del desempleo y la pobreza en las zonas rurales. Se estima que aproximadamente el 39.8% de la población rural se encuentra en situación de pobreza, dejando a los campesinos y a la comunidad en general a merced de organizaciones criminales.

La relación de la minería ilegal e informal con bandas delictivas u organizaciones criminales está muy bien documenta, según el Observatorio Nacional de la Policía Criminal describe que los delitos relacionados con la minería ilegal son la trata de personas y explotación laboral, el narcotráfico con quien comparte rutas de tráfico, además del comercio ilegal de armas y la más importante, el lavado de activos, la minería ilegal mueve alrededor de 3000 millones de soles al año. Además de la violencia a los defensores ambientales en la Amazonia, donde contratan a bandas de sicarios para eliminar a quienes defienden sus territorios, desde el 2011 hasta el momento se han registrado 29 defensores ambientales asesinados. La situación de la provincia de Pataz es claro ejemplo del modelo extractivista que promueve Estado, cerca del 82.3% del territorio se encuentra concesionado y del cual 21% le pertenece a la Minera Poderosa. Los hechos de violencia en esta provincia son producto del enfrentamiento entre mineros ilegales e informales y la gran minería. Sin embargo, el Estado pro minero se hace de la vista gorda sobre que los mineros “legales” como en Pataz, arriendan sus concesiones y les compran la producción de los llamados mineros ilegales o artesanales, cuando ya se ha puesto en evidencia que estos son más que apéndices de la minería “legal” que  así logra pingues ganancias.

La estrategia de los gobiernos neoliberales frente a la minería ilegal e informal ha sido promover la regularización de estos mineros mediante su incorporación al REINFO; sin embargo, esto ha fracasado y solo ha servido para disfrazar  las organizaciones criminales de mineros, es postura de la pequeña burguesía para solucionar este problema solo evidencia un desconocimiento total sobre las consecuencias que tiene legalizar a pequeños mineros y mineros artesanales, debido a la escasa capacidad de fiscalización del estado, tanto la minería pequeña como la mediana tienden a contaminar similar a la gran minería, causando daños ambientales irreparables, contaminando ríos, tierras y afectando la flora y fauna de estos ecosistemas.

Los mineros ilegales e informales a través de las organizaciones criminales, disfrazas de partidos políticos han ganado espacio en la política, y han formulado una nueva Ley de la Pequeña Minería y Minería Artesanal (Ley MAPE) que está en debate en la Comisión de Energía y Minas, propuesto por el congresista Paul Gutiérrez de Perú Libre, el Ejecutivo y por representantes del sector minero, por el momento ha sido suspendido el debate en la comisión. Esta ley tiene como uno de su punto obligar a las comunidades campesinas y nativas a solicitar concesiones mineras sobre sus tierras, si no le entregaran la concesión a cualquier minero, de esta manera forzarían a las comunidades campesinas y nativas a realizar actividades mineras, ya que tendrían que pagar una tasa anual. Por otro lado, se legaliza el argumento “concesiones ociosas” en la cual empresas mineras se apropian de concesiones que no están siendo usada y que les pertenecen a otras empresas, de esta forma pueden apropiarse de terrenos de comunidades campesinas y nativas. La nueva Ley MAPE será un mecanismo para profundizar el extractivismo minero en el Perú, por lo que los partidos políticos de Perú Libre, Avanza País, Renovación Popular están intentando forzar la aprobación de esta Ley.

El extractivismo minero no es una opción para el desarrollo nacional, algunos sectores de la izquierda posmoderna y posturas nacionalistas eleva a la pequeña minería a una práctica cultural o ancestral y en contra posición de la gran minería, sirve como un discurso para validar el extractivismo minero.

Desde el Partido Comunista Peruano (m-l) planteamos al pueblo, a los campesinos y a las comunidades nativas que solo podemos correr el riesgo de realizar esta actividad con el objetivo de industrializar el país, evitando que se desarrolle en zonas agrícolas y cuencas hidrográficas. Por lo que es importante que el pueblo luche por conquistar la soberanía nacional y recuperar todas las zonas y recursos estratégicos del país, las fuentes de materia prima que se encuentran concesionadas a transnacionales y la restitución de la propiedad común sobre las tierras y territorios arrebatas a las comunidades campesinas y nativas por las transnacionales mineras. Además de promover iniciativas productivas de las cooperativas y comunas de los pequeños y medianos productores agropecuarios.

Resolución sobre Palestina

La cumbre recientemente celebrada en Egipto anunció un alto el fuego en la guerra de agresión contra el pueblo palestino. Israel, sin embargo, no dudó en violar ese alto el fuego con nuevos ataques y masacres, bajo diversos pretextos.
Si esta solución se inscribe en el marco del plan “Nuevo Oriente Medio” de Trump, que apunta a eliminar la resistencia, también es fruto de dos años de resistencia frente a una guerra de genocidio, que ha provocado decenas de miles de mártires.
Esta situación ha colocado la causa palestina en el centro de la agenda internacional, movilizando a los pueblos amantes de la libertad en todo el mundo y concentrando a un gran número de países en torno a esta causa.
Esta agresión sionista ha revelado la verdadera naturaleza de las grandes potencias imperialistas, en particular los Estados Unidos, y ha puesto de relieve la impotencia y la complicidad de numerosos regímenes árabes e islámicos.

  1. Los partidos de la Conferencia internacional de partidos y organizaciones marxistas-leninistas envían sus saludos llenos de orgullo, reconocimiento y admiración al inquebrantable pueblo palestino, que se aferra a su tierra y lleva a cabo una valiente resistencia nacional en todas sus componentes, así como a todos los frentes de apoyo en Yemen, Líbano e Irak.
  2. Afirman que la resistencia es un derecho legítimo y una respuesta natural a la ocupación y al cerco total de Gaza, a la expansión rampante de los asentamientos, a la anexión y a la agresión en Cisjordania, en Jerusalén y en los territorios ocupados. Esto confirma la justicia y la legitimidad de la lucha del pueblo palestino por la liberación, el retorno de los refugiados y el establecimiento de su Estado nacional independiente en su tierra.
  3. Saludan la postura de la resistencia palestina y libanesa que, frente a la ocupación y a la agresión sionista, continúa tomando las armas.
  4. Saludan a las mujeres y a los hombres de todo el mundo por su notable apoyo a Palestina, a su causa, a su pueblo y a su resistencia, y los llaman a continuar sus esfuerzos de boicot e aislamiento del ocupante, que consideramos fascista, racista e inhumano.
  5. Llaman a las masas y a las fuerzas patrióticas y progresistas del mundo entero a asumir sus responsabilidades en este momento histórico crítico frente a este proyecto que busca remodelar y fragmentar aún más la región con el fin de consolidar el control imperial-sionista.
  6. Rinden un homenaje particular a la clase obrera mundial, en numerosos países imperialistas, que ha boicoteado la carga de armas destinadas al Estado sionista.
  7. Con motivo del 29 de noviembre, Jornada Internacional de Solidaridad con el pueblo palestino, llamamos a los pueblos del mundo a luchar por la paz, a oponerse a la guerra y a defender el derecho de los pueblos a la autodeterminación.

DECLARACIÓN DE LA XXX PLENARIA DE LA CONFERENCIA INTERNACIONAL DE PARTIDOS Y ORGANIZACIONES MARXISTA-LENINISTAS – CIPOML

Con la responsabilidad política que asumimos como vanguardia revolucionaria de la clase obrera y los pueblos, y comprometidos con fortalecer la lucha para poner fin al capitalismo y luchar por el socialismo, las organizaciones y partidos integrantes de la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML) hemos culminado con éxito los trabajos de su XXX Sesión Plenaria.

El análisis objetivo de la realidad mundial nos ha llevado a constatar la profundización de las contradicciones fundamentales de la época, la agudización de la crisis general del sistema capitalista-imperialista y las múltiples secuelas negativas que este impone sobre la vida de los pueblos. Vivimos en un mundo que no ofrece nada bueno a los trabajadores, a la juventud y a las mujeres de los sectores populares; un mundo donde lo viejo se aferra desesperadamente a su poder, aunque esté carcomido por dentro.

La confrontación interimperialista determina el curso de los principales acontecimientos en el escenario internacional. Su creciente agudización no augura nada favorable para los pueblos; por el contrario, provoca la ralentización de la economía mundial, la sobreexplotación de la clase obrera, el aumento del saqueo imperialista, la intensificación de la violencia contra las naciones oprimidas y los países dependientes, el desarrollo de guerras localizadas que pueden ser más frecuentes, y el riesgo real de un conflicto bélico de dimensiones generales.

El sistema capitalista-imperialista, empeñado en extraer el máximo de ganancias y repartirse el dominio del planeta, atenta directamente contra las condiciones de vida y de trabajo de las masas trabajadoras  y los pueblos, y provoca además daños irreparables al medio ambiente.

La decadencia que el imperialismo estadounidense arrastra desde hace años, y su desesperado afán por conservar sus zonas de influencia y proteger los intereses de los grupos monopólicos que sostienen su poder, han intensificado de manera brutal su agresividad, manifestada abiertamente en los terrenos económico, comercial, político y militar, como recientemente miramos en Medio Oriente, África, América Latina y el Caribe.

China es, en la actualidad, la única potencia imperialista con la capacidad y la voluntad de disputar la hegemonía al imperialismo estadounidense. Sin embargo, el reconocimiento mutuo como rivales que compiten por el predominio mundial no elimina las contradicciones que ambos mantienen con otras potencias imperialistas y países capitalistas desarrollados, ni anula las pugnas de estas por conservar sus propias zonas de influencia.

Miramos con preocupación y repudiamos la creciente militarización de la sociedad, que atraviesa los planos económico, político y social. Los gobiernos de las potencias y de muchos países dependientes subordinan sus presupuestos, sus políticas públicas y sus formas de gestión a los preparativos de la confrontación, reforzando aparatos represivos, criminalizando la protesta y normalizando la presencia militar en ámbitos que antes correspondían a la vida civil.

En este contexto, se observa un avance de las fuerzas de derecha y de corte abiertamente fascista, que aprovechan la crisis para promover discursos de odio, restringir derechos, dividir a los trabajadores y los pueblos y apuntalar proyectos autoritarios al servicio del gran capital.

Pero en este mundo, el protagonismo no se encuentra únicamente en los dueños del capital. La clase obrera y los pueblos están librando importantes acciones de protesta, que constituyen una clara muestra del avance de la lucha de clases. Frente al genocidio sionista contra el pueblo palestino, millones de voces se han alzado en todos los continentes, denunciando la barbarie y exigiendo el fin de las relaciones con Israel y la ocupación sionista. Del mismo modo, las políticas de ajuste, el sometimiento a potencias extranjeras, la conculcación de derechos democráticos y otras manifestaciones de la ofensiva reaccionaria han recibido una respuesta firme en las calles. La clase obrera, la juventud, las mujeres y amplios sectores populares se movilizan, rechazan estos ataques y reafirman su determinación de conquistar cambios profundos que mejoren sus condiciones de vida y abran paso a un futuro distinto.

Es evidente la recuperación de la lucha del movimiento de masas en todo el mundo y el creciente protagonismo que en diversos países va adquiriendo la juventud. Y cuando las masas encuentran en el combate el camino para conquistar derechos y enfrentar a sus enemigos de clase, avanzan con mayor decisión, elevan sus niveles de organización y transforman su indignación en fuerza capaz de disputar el rumbo de la sociedad.

Vivimos en un mundo conflictivo, pero así mismo, son tiempos mejores para el trabajo que nuestros partidos y organizaciones desarrollan con la mira puesta en la organización y en el triunfo de la revolución proletaria y el socialismo.

Es un imperativo trabajar por el desarrollo y fortalecimiento de un amplio movimiento antiimperialista y antifascista mundial; por mantener en alto las banderas contra la guerra, por la paz y por la solidaridad internacional de los pueblos; contra la violencia generada por el sistema imperante. Nuestro objetivo final es conquistar la emancipación social y nacional de los trabajadores y los pueblos, propósito que solo puede cumplirse con la clase obrera en el poder.

Para que nuestros partidos cumplan su misión de convertirse en la vanguardia revolucionaria de los trabajadores, deben reforzarse en todos los órdenes: ideológico, político y organizativo, e involucrarse activamente en las luchas políticas y sociales.

La XXX Plenaria de la CIPOML ratifica el compromiso de sus integrantes con la clase obrera, con los pueblos y naciones oprimidas del mundo. Avanzamos, firmes, al cumplimiento de las responsabilidades que nos ha impuesto la historia.

Trigésima Sesión Plenaria

Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas CIPOML

Noviembre de 2025

HASTA SIEMPRE C. LUIS GUILLERMO LUMBRERAS SALCEDO! LAS ROJAS BANDERAS DE NUESTRO PARTIDO SE INCLINAN ANTE TU PARTIDA

El día de hoy, 09 de noviembre de 2023, ha fallecido en la ciudad de Lima el c. Luis Guillermo Lumbreras Salcedo, militante histórico de nuestro Partido quien estuviese junto al Dr. Saturnino Paredes Macedo, César Guardia Mayorga y otros dirigentes históricos en la lucha por la defensa de la línea revolucionaria de la V Conferencia Nacional de 1965 y por la construcción revolucionaria del Partido Comunista Peruano (marxista-leninista) para que sirva indefectiblemente a los intereses mediatos de la clase obrera y el campesinado pobre en sus tareas de liberación nacional y social para construir el Socialismo Científico en el Perú.
En vida el c. Luis Guillermo Lumbreras Salcedo tuvo una destacada labor profesional y académica en las ramas de la Antropología y Arqueología, siendo que, propuso la teoría Hologenista y una nueva periodificación cultural para explicar el desarrollo del Perú, profundizó en el estudio de la cultura Wari y junto a otros profesionales propiciaron la fundación de un nuevo enfoque para abordar la Arqueología como una ciencia social, llamándose a este nueva propuesta: “Arqueología Social Latinoamericana” con enfoque materialista dialéctico e histórico que puso a Latinoamérica como un nuevo eje de producción teórica-científica y que hizo frente a la tendencia de la “Nueva Arqueología” inaugurada esquemáticamente en Estados Unidos. La contribución de la “Arqueología Social Latinoamericana” tuvo mayor forma desde la publicación de la Gaceta Arqueológica Andina en Perú y otras en Latinoamérica. Así mismo, el c. Luis Guillermo Lumbreras propició la construcción de las facultades de Ciencias Sociales en las principales universidades del país y en Brasil.
En vida el c. Luis Guillermo Lumbreras fue un militante honesto que siempre estuvo atento a la rigurosidad de la línea del Partido, la adecuada promoción de cuadros, el autosostenimiento y la seguridad de todas las estructuras de nuestra organización frente al ataque paramilitar-reaccionario de Sendero Luminoso a quienes combatió en todos los niveles, principalmente a nivel intelectual, desenmascarando su forma de pensar reaccionario-antimarxista y accionar financiado desde las arcas del imperialismo norteamericano y el narcotráfico, con el objetivo de destruir el tejido de resistencia popular organizado del pueblo peruano.
Desde el Secretariado del PCP(m-l) hacemos llegar nuestras condolencias a su esposa, hijos y familiares, a quienes extendemos nuestro abrazo solidario y fuerza en estos momentos de particular dificultad.
¡Cuando un revolucionario muere, nunca muere!
¡Cuando un hombre de ciencia del pueblo muere, nunca muere!
¡Honor y gloria al c. Luis Guillermo Lumbreras Salcedo!
¡c. Luis Guillermo Lumbreras, con tu ejemplo, venceremos!

Nilo Candela
Secretariado del BP del CC del PCP (m-l)

ANOTACIONES RUMBO AL PARO DEL 19 DE JULIO DE 2023

Desde el 07 de diciembre de 2022 se ha instaurado una dictadura cívico-militar que no ha sido otra cosa que el acuerdo temporal entre las dos facciones de la burguesía que han estado en pugna durante años: la gran burguesía financiera y la burguesía media. Decidiendo juntas tejer una alianza con el objetivo de frenar el avance de las reivindicaciones populares resultados de la mayor politización de la clase trabajadora peruana. En esta alianza han coincidido todos sus aparatos del Estado, vale decir: Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial; organismos autónomos como Fiscalía de la Nación, Tribunal Constitucional, Defensoria del Pueblo, Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU), Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Municipalidad de Lima; así también, la CONFIEP, los jerarcas del clero católico y evangélico, la prensa tradicional y corporativa; y por supuesto, su aparato represivo a su servicio, la Policía Nacional y el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas en coordinación con la Embajada Norteamericana. Que en la misma sintonía incentivaron, avalaron y ejecutaron la más brutal represión contra el pueblo trabajador peruano en el último levantamiento popular de diciembre de 2022.
Fruto de ese acuerdo se esperaba la desorganización y desmovilización de la clase trabajadora para que no resulte un peligro ni perjudique los intereses de ningún sector burgués; la desregulación de sectores económicos como el transporte (ATU) y la educación superior (SUNEDU) favorecieron a la burguesía media. Y la continuidad de las concesiones minero-energéticas, como el destrabe de otros proyectos se esperaba que incrementen las ganancias de la gran burguesía financiera, que asegura también el dominio de esos recursos a la influencia del imperialismo norteamericano, quien se encuentra en pugna con el imperialismo chino, ruso y sus aliados.
Sin embargo, a más de medio año del Golpe de Estado de la asesina Dina Boluarte y los carniceros Alberto Otárola y Williams Zapata, la alianza de la burguesía ha significado principalmente ganancias para el sector de la burguesía media que continúa dominando el Congreso y ha conseguido copar varios de los organismos autónomos del Estado que antes los controlaba la burguesía financiera como el Tribunal Constitucional (TC), Defensoría del Pueblo, SUNEDU, Autoridad de Transporte Urbano (ATU); estos dos últimos, les ha servido para desregular sectores económicos que ya se encontraban concentrados por las empresas de la burguesía financiera. De ahí, que la alianza que se tejiera a fines del año pasado cada vez se fracture más.
Si bien, el estallido social de diciembre de 2022 pasó sin lograr las principales demandas del movimiento popular: Salida de Dina, Cierre del Congreso y Asamblea Constituyente Soberana y Popular. La polarización permanece y la movilización ha empezado a gestarse.
La gran burguesía financiera que ha logrado mantener su control sobre las concesiones que ya poseía, no logra aún destrabar los proyectos minero-energéticos como Tío María y Conga, por la resistencia que le presenta el movimiento popular, ni siquiera cediendo en el papel la explotación del litio de Puno a los canadienses tiene asegurada su extracción al encontrarse todo el Sur peruano movilizado. Por ello se entiende que su prensa corporativa cada vez más se preste a desprestigiar al Congreso y también pida elecciones inmediatas. Es consciente de que el golpe de estado dado el 07 de diciembre no ha traído mayor ganancia al sector burgués que representa, y que la permanencia de Dina y el Congreso, significa que la polarización permanezca y se incremente dejando sin posibilidad, en el corto plazo, al destrabe de los proyectos minero-energéticos que le interesa. Y su situación se agrava ante el próximo control que la burguesía media plantea sobre el sistema electoral (JNE, ONPE, RENIEC) y la reactivación de las protestas el 19 de julio; quedándole así un aliado que siempre se encuentra subordinado a los intereses de la Embajada Norteamericana: El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Por el lado del movimiento popular. La lucha, no logro sus objetivos ante los embates de las fuerzas reaccionarias, obtuvo una victoria psicológica al desenmascarar el carácter represivo del Estado, su carácter de clase y mostrar más claramente qué clase social es la que lo dirige, con lo que cada vez más la clase trabajadora comprende la necesidad de elevar sus demandas económicas a políticas y las unifique en una primera etapa en la lucha por lograr la Asamblea Constituyente Soberana y Popular.
El proletariado formal e informal, el campesinado pobre y medio, y la pequeña burguesía progresista van saliendo poco a poco de la alienación y la inmediatez económica, para comprender que, sino adquieren consciencia de clase y se organizan con objetivos políticos claros, no podrán dar una solución concreta al atraso económico que tiene el país y ni podrá dar solución a las crisis que generan continuamente las pugnas interburguesas.
En miras de lograr los objetivos del movimiento popular se conformó el Comité Nacional Unificado de Lucha del Perú (CONULP), impulsado principalmente por las organizaciones de la Macro Región Sur, con el que se esperaba superar los errores estratégicos y tácticos que se tuvo en el estallido del verano de 2022. Se intentó superar la descoordinación y espontaneísmo, como también el manejo oportunista y conciliador de las organizaciones que dirigen la Asamblea Nacional de los Pueblos (ANP) y las centrales sindicales que dirigen Patria Roja, PC-Unidad y Nuevo Perú. Sin embargo, hasta la fecha el CONULP no ha logrado consensuar una plataforma que orienten las luchas venideras.
El oportunismo que aún subsiste en las filas del movimiento popular ha contribuido a que el sectarismo, caudillismo y pragmatismo permanezcan y afloren. Esto, producto de que la Macro Sur, que lo impulsó, seguía y sigue careciendo de mayor participación del proletariado. Entre sus organizaciones encontramos principalmente al campesinado, comerciantes, intelectuales progresistas de las ciudades y una menor participación del proletariado agrícola e industrial. El grueso de la clase obrera sigue bajo influencia de la socialdemocracia oportunista. Y la CONULP lejos de emprender una táctica para ganarla se ha enfrascado en luchas intestinas, además de creer que no la necesita para hacer caer al gobierno ni lograr la Constituyente. Peor aún, entre muchos de su dirigentes la lucha que se prioriza es más étnica que de la de clases.
Esto ha hecho que lejos de aprovechar la polarización que permanece y el descontento que se acrecienta entre la clase trabajadora, el CONULP haya terminado partiéndose oficialmente a dos semanas del 19 de julio. Dejando en la confusión y el desconcierto a gran parte de esa masa trabajadora desorganizada pero descontenta que espera salir a luchar con una vanguardia y un plan de acción organizado por esta. No parece entender que el frente único no anula la independencia política, ni mucho menos una temporal unidad en la acción. No toma en cuenta que, si se repiten los mismos errores de descoordinación y espontaneísmo, la ya débil alianza de los sectores burgueses aún podrá usar todas sus herramientas de represión y manipulación para ganar esta última batalla antes de romper su alianza.
El actual debate sobre la restitución de Castillo o el adelanto de elecciones ha servido solo como pretexto para el caudillismo pequeño burgués a la hora de asegurarse el dominio de sus propios espacios, sin importarle sacrificar el resultado del Paro Nacional. No toman en cuenta que cuanto menos la caída del gobierno daría el impulso necesario para que el pueblo trabajador continúe avanzando por la Constituyente; y que de no lograrse ni esto, traería la desmoralización del movimiento y la deslegitimación total del mismo CONULP o de sus dos facciones. No parecen ver que la salida de la asesina Dina y su cúpula es inminente, la disyuntiva será en si lo hará el movimiento popular o la burguesía financiera con algún golpe militar cuando la amenaza de la lucha en julio haya pasado.
Es necesario tener claro que la caída del gobierno, gracias a la lucha de julio, rompería prematuramente la alianza que tienen los dos sectores burgueses para que vuelvan a entrar en sus pugnas, debido a que significaría la salida de los representantes políticos de la burguesía media en el Congreso. Dándole oportunidad a la clase trabajadora de aprovechar las divisiones del enemigo mientras toma consciencia que la lucha rinde sus frutos, avanza en la formación del poder popular y comprende el papel histórico que tiene que cumplir para conquistar el poder político del Estado.
Los sectores que se disputan el adelanto de elecciones a secas (sin referéndum) o la restitución de Pedro Castillo tienen el mismo interés electoral. Los primeros queriendo postular de inmediato y los segundos queriendo aplazar las elecciones hasta que tengan las condiciones para postular. Pero para ambos las elecciones es el fin, no el medio; y la lucha en las calles una mera formalidad que se puede condicionar mientras no resuelvan quien podrá postular.
Ante esta situación el Partido Comunista Peruano (marxista-leninista) se reafirma en su compromiso de seguir luchando para que el movimiento popular avance y la clase trabajadora peruana pueda concretar sus objetivos inmediatos y mediatos. No bajaremos los brazos al combatir las desviaciones de la socialdemocracia oportunista y las distintas desviaciones pequeño burguesas (maoístas, guevaristas o tawantinsuyanas) que lejos de hacer avanzar al movimiento, lo pretenden llevar hacia su fracaso para beneficio de la burguesía y el imperialismo.
Este 19 de julio todos debemos salir a las calles, en un frente único, para que la dictadura civico militar caiga. La victoria solo podrá ser posible guiándonos de la ciencia marxista que empodere a la clase obrera en su papel histórico de liberación nacional y social.

¡VIVA EL PARO DEL 19 DE JULIO!
¡SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO!, TODOS A LAS CALLES!
¡ABAJO LA DICTADURA CÍVICO MILITAR!
¡VIVA LA ALIANZA OBRERO – CAMPESINA!
¡VIVA EL PARTIDO COMUNISTA PERUANO (MARXISTA-LENINISTA)!
BP del CC. del PCP(m-l)

Levantamiento popular en Perú (Diciembre 2022 a Abril de 2023)

La lucha reciente en el Perú es resultado de varios factores históricos que han incidido en un masivo levantamiento popular.

La lucha desde las regiones por hacer respetar su derecho a elegir, contra la usurpación de Dina Boluarte, contra el centralismo limeño, la constante imposición de proyectos extractivistas en los territorios de las comunidades campesinas y nativas, las luchas contra los recortes de derechos de los trabajadores, la lucha contra el racismo y el fascismo; cobraron dimensiones que desde el levantamiento popular para derrocar a la dictadura neoliberal de Fujimori no se habían visto en las regiones y en algunas semanas en la capital.

La conspiración de los grupos de poder, haciendo uso de todo su aparato estatal: fuerzas armadas y policiales, el Congreso, el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo, han creado el marco para la consolidación de una dictadura cívico-militar que ahora se sostiene en el poder con la represión al movimiento popular, prebendas políticas y una tremenda campaña desde la prensa que a diario golpea las posiciones de los trabajadores y los pueblos, y que además encubren los nexos del narcotráfico con las principales instituciones del Estado y partidos políticos como el Fujimorismo y sataniza la lucha popular para frustrar la posibilidad de lograr justicia por el asesinato de más de 78 peruanos que fueron ultimados por las fuerzas armadas y policiales, mientras ejercían su derecho a protestar. De estas muertes son responsables políticos e instigadores, los integrantes del parlamento y periodistas, siguientes:

1. Dina Ercilia Boluarte Zegarra, que usurpa el cargo de Presidente de la República; por resultar autora mediata de crímenes de lesa humanidad.

2. Pedro Angulo Arana, Presidente del Consejo de Ministros; por resultar autor mediato de crímenes de lesa humanidad.

3. Luis Alberto Otárola Peñaranda, Ministro de Defensa; por resultar autor mediato de crímenes de lesa humanidad.

4. Gral (r) José Williams Zapata, Presidente del Congreso de la República; por resultar autor mediato de crímenes de lesa humanidad.

5. César Augusto Cervantes Cárdenas, Ministro del Interior; por resultar autor mediato de crímenes de lesa humanidad.

6. Gral. Antero Mejía Escajadillo, Jefe de la Macro Región Policial de Ayacucho; por resultar autor mediato de crímenes de lesa humanidad.

7. Gral. Jesús Amarildo Vera Ipenza, Comandante General de la 2da Brigada de Infantería Militar de Ayacucho; Capitán EP, Víctor Grados Rivas (patrulla N° 1), por resultar autor mediato de crímenes de lesa humanidad.

8. Gral PNP, Carlos Omar Bravo Cáceres, jefe de la X Macro Región Policial Puno, fue el encargado del comando general, y el coronel PNP, Julio Santos Mauricio Contreras, jefe de la Región Policial Puno, el responsable del comando operativo regional, por resultar autores mediatos de crímenes de lesa humanidad.

9. Gral. Mario Moreno Alvarado, Jefe del Frente Policial Apurímac, que fuese premiado por la dictadura en enero de 2023 con la designación como nuevo jefe de la Dirección General de Inteligencia – Digimin, por resultar autor mediato de crímenes de lesa humanidad.

10. Alm. (r) Jorge Carlos Montoya Manrique, Congresista de la República; por resultar instigador de los delitos denunciados.

11. Alm. (r) José Ernesto Cueto Aservi; Congresista de la República; por resultar instigador de los delitos denunciados.

12. Gral (r) Roberto Enrique Chiabra Leon, Congresista de la República, por resultar instigador de los delitos denunciados.

13. Patricia Rosa Chirinos Venegas; Congresista de la República, por resultar instigadora de los delitos denunciados.

14. José Augusto Barba Caballero; opinólogo, aprendiz de periodista, por resultar instigador de los delitos denunciados.

15. Fernando Miguel Rospigliosi Capurro; ex ministro del interior del gobierno corrupto de Alejandro Toledo, por resultar instigador de los delitos denunciados.

16. Edward Phillip Alexander Butters Rivadeneira; supuesto periodista, por resultar instigador de los delitos denunciados.

Entre otros.

I. Antecedentes y caracterización de la sociedad peruana

La sociedad semifeudal dirigida por la oligarquía terrateniente entró en crisis a mitad del siglo XX, por un lado, la recuperación o toma de tierras por parte de las comunidades campesinas y la migración del campo a la ciudad huyendo de los abusos, atraso y explotación patentes en el campo a causa de la existencia de la semifeudalidad, debilitaron las dos fuentes de riqueza de la sociedad gamonal, en la forma de no disponer de mano de obra como del medio de producción del que se valía para acumular riqueza y poder.

Por otro lado, las recetas dictadas por los Estados Unidos, con la “Alianza Por El Progreso”, llamaban a eliminar las taras feudales en los países latinoamericanos para evitar que se repitiera la experiencia de otra Cuba comunista en el continente. Fenómeno vaticinado por Mariategui en 1929, sobre el interés que presenta el imperialismo para también querer barrer con la feudalidad. Pero que debido a los obstáculos que imponía el parlamento gamonal – burgués, en los años 60, resultaron ser las Fuerzas Armadas (FFAA) con el golpe de 1968 quienes se encargaron de dar un golpe de efecto vacuna, es decir para proteger a las clases dominantes, otrora dirigentes de la semi-feudalidad, para supuestamente fortalecer el capital nacional y dar paso a su conversión burguesa; crear un escenario político “más democrático” y evitar una revolución “comunista”, mientras acababa con todo el tejido de resistencia popular, con el uso de un discurso demagógico que a muchos intelectuales los puso a la cola de los intereses imperialistas ruso y norteamericano en el continente.

Las reformas emprendidas por la dictadura militar (1968-1980) desplazaron a la oligarquía terrateniente como clase hegemónica para ocupar su lugar la burguesía financiera (intermediaria), e impulsaron el fortalecimiento de una burguesía industrial que articule el mercado nacional desde la capital. Pero teniendo el obstáculo de tener a la clase obrera y campesina organizada y luchando por reivindicaciones tanto políticas como económicas, que trataron de ser canalizadas parcialmente en la Constitución de 1979, tuvieron que recurrir a otros métodos como la violencia política (1980-2000) donde el terrorismo de Estado como el terrorismo contra el pueblo de «Sendero Luminoso», en concierto con las clases dominantes, desplegaron todo su accionar contra el movimiento popular, significaron la coronación del plan de desplazamiento forzoso de mano de obra excedente del campo a las grandes ciudades para que la pretendida burguesía industrial pueda servirse de mano de obra barata y continuar con su proceso de acumulación. Debido a esto el incremento poblacional en Lima que se pobló masivamente con nuevas oleadas de migraciones que hizo formar los distritos populosos y también despoblar los andes, donde se encuentran los recursos minerales más valiosos, para imponer el saqueo de las transnacionales sin la menor resistencia organizada.

El descabezamiento de las organizaciones populares y arrasamiento de comunidades campesinas para facilitar la imposición del neoliberalismo por parte del gobierno cívico-militar del corrupto Alberto Fujimori, hicieron que se cumplan las recetas de «reducción del Estado» del Consenso de Washington (1989), mediante la privatización de las empresas públicas, la apertura al capital privado en los derechos básicos (educación, salud, pensiones) y los privilegios al capital internacional que fueron plasmados en la Constitución de 1993, previo Golpe de Estado del 5 de abril de 1992.

Esa última década del siglo XX consolidó como clase hegemónica a la gran burguesía financiera con los grupos Romero, Brescia, Rodríguez Pastor (Intercorp) y Benavides a la cabeza; deshizo las ilusiones que la burguesía industrial se convierta en burguesía nacional; pero en cambio, hizo surgir a una burguesía media principalmente en el área de servicios: educación, salud, transporte con los Acuña, Luna Gálvez, Ramírez y Huancaruna. 

Todo ello mientras que la clase trabajadora se veía privada de derechos, sin organización que los defienda, explotada bajo relaciones sociales de producción capitalistas, con sus recursos naturales destinados a alimentar la industria extranjera y solo con la promesa de convertirse individualmente en pequeño emprendedor o pequeña burguesía. Terminando por configurar a la sociedad peruana como capitalista atrasada y dependiente del imperialismo en el marco del neocolonialismo, manteniendo a nuestro país como una semicolonia en el escenario de disputa interimperialista.

Las siguientes décadas a la caída del fujimorato han sido de mayor consolidación del modelo neoliberal. En la que ha prevalecido el saqueo, la explotación y la corrupción por encima del bienestar general. Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala continuaron las políticas privatizadoras y de apertura preferencial al capital transnacional. Pero en el caso del falso nacionalista Ollanta Humala, ingresó al gobierno con un plan reformista que tiró al tacho para entregarse a los brazos de la burguesía financiera y en los tecnócratas de ONGs que esta le ofrecía. Durante ese gobierno y en el de Kuczynski-Vizcarra es donde más se trató de reordenar los distintos sectores de la economía en la educación, transporte y salud; para que la gran burguesía financiera concentre más riqueza y desplace a la burguesía media que emergió durante la década del noventa.

Las pugnas interburguesas, por mejores condiciones en el saqueo del país y la dirección del Estado, han influído en la agudización de las recientes crisis políticas y han podido ganar mejores posiciones según la fuerza que han tenido para arrastrar al pueblo a las luchas que más favorecían a uno de sus bandos, es así que las distintos partidos de derecha, representados en el Parlamento: Fuerza Popular, Apra, Perú Podemos, Acción Popular, etc. vs Peruanos por el Kambio, Partido Morado, Nuevo Perú, Juntos por el Perú, etc.; no hayan tenido otro trasfondo que disputarse intereses económicos en las instituciones estatales, afectando al pueblo trabajador. Intentando utilizar en ocasiones las luchas justas de la clase trabajadora, la juventud y los pueblos para golpear al otro sector burgués, como en los casos de la Ley Universitaria, Nuevo Régimen Laboral Juvenil (Ley Pulpín), Huelga Magisterial del 2017, Marchas contra Merino, entre otros.

Han sido las contradicciones del sistema capitalista, la barbarie del modelo económico neoliberal y las disputas interburguesas las que han dejado un Estado inoperante que fue totalmente incapaz de afrontar, primero las nefastas consecuencias del fenómeno del Niño Costero, la pandemia del Covid-19 en el 2020 y recientemente las consecuencias del ciclón Yaku, que al momento deja el saldo de miles de afectados en la zona norte del país. Donde el pueblo trabajador fue quien más padeció y a la vez quien principalmente se auxilió para sobrevivir a las distintas crisis climatológicas y sanitarias que se produjeron. Ya que expuso toda la precariedad en materia de salud, educación y trabajo que nos ha legado el neoliberalismo.

Estos eventos hicieron que el pueblo peruano, principalmente, en las regiones, haya elevado su conciencia política, para no seguir a la cola de ningún sector burgués y exija el cambio de modelo económico con reformas en la Constitución, mediante una Asamblea Constituyente Democrática y Popular, donde no solo los partidos con inscripción electoral intervengan en la discusión de una nueva carta magna sino también el pueblo organizado. En este sentido, en las elecciones del 2021 el pueblo apostó por el candidato que en el discurso estuviera más cerca de ofrecer ese cambio; motivo por el cual el profesor Pedro Castillo Terrones fue quien capitalizó todo el acumulado del descontento popular y fue elegido como presidente del Perú.

 

  1. Carácter y limitaciones del gobierno de Pedro Castillo

Las pugnas interburguesas ocasionaron el descrédito de los partidos de derecha, pero principalmente su fragmentación para las elecciones de 2021. Esto fue aprovechado moderadamente por los partidos de izquierda que tenían inscripción electoral vigente: Perú Libre (18%) y Juntos por el Perú (8%). La vacilación de este último para enarbolar la bandera de la Asamblea Constituyente se debió a que se encuentran en sus filas muchos intelectuales de ONGs que están ligados a la gran minería y burguesía financiera y que tienen como objetivo lavarle la cara al extractivismo para seguir viviendo a costa de la destrucción del país y desplazamiento de los pueblos.

Finalmente el electorado más descontento con el modelo económico se inclinaría por Perú Libre en las elecciones del 2021, teniendo que competir en la segunda vuelta con el partido más rancio, ligado al narcotráfico y mafioso de la burguesía: Fuerza Popular (13%). 

En la segunda vuelta, a pesar de toda la campaña de difamación que realizaron los medios de comunicación concentrados, surtió cierto efecto en Lima, la costa y selva norte, pero no pudieron evitar el triunfo de Pedro Castillo, que llegó a la presidencia con el aplastante apoyo en las regiones andinas, principalmente las del sur del país. 

Pedro Castillo y Perú Libre recogían demandas populares como la Asamblea Constituyente, la nacionalización de nuestros recursos naturales, protección de la producción nacional, libre ingreso a la universidades, etc. Exaltaba la dicotomía ideológica izquierda-derecha, la geográfica Lima-regiones, criticaba los monopolios, y el dominio del imperialismo norteamericano en nuestra economía. Sin embargo, su ideario elaborado por Vladimir Cerrón no ahondaba en la lucha de clases y tenía como norte solo crear un «capitalismo popular» que reemplace al neoliberalismo.

La victoria de Pedro Castillo nunca fue aceptada por la mayoría de bancadas de la derecha, principalmente, las que representan al sector más conservador y acomodado de la burguesía media: Fuerza Popular, Avanza País, Renovación Popular. Y la formación del primer gabinete de Castillo dirigido por Guido Bellido buscaba ser una amplia coalición entre las agrupaciones de izquierda: FENATEP, Juntos por el Perú y Perú Libre, que mostró su sectarismo más extremo, tratándose de situar siempre a la “izquierda” del sector caviar ligados a las ONGs, lo que resquebrajó la unidad del campo popular y los llevó a ubicarse cada vez más cerca de la reacción. Frases como que “el enemigo principal eran los caviares”, desenfocó el proyecto político para consolidar una alternativa democrática popular para el pueblo, para centrarse en una pequeña guerra de intereses donde los Ministerios sean repartidos según la fuerza de cada sector y su aporte en la campaña de Castillo durante las elecciones.

El primer gabinete nunca dejó de ser atacado por la derecha, la vacancia fue el tema principal de las manifestaciones de los partidos de la reacción, persiguieron a cada elemento progresista o considerado democrático para dejar sin base y posibilidades de mejor orientación al nuevo gobierno. El primero en ser censurado y abandonado por el gobierno de Castillo fue al canciller Héctor Béjar, quien pese a haber servido a los intereses de los militares en el Golpe de Juan Velasco Alvarado, denunció que la Marina de Guerra del Perú siempre estuvo ligada a actos terroristas y que Sendero Luminoso fue un invento de la CIA para destruir al movimiento popular en el Perú y allanar el camino al neoliberalismo. La censura de este ministro de relaciones exteriores hizo notar más el intento del Ejecutivo para lograr una convivencia con el Congreso, dando su primera muestra de debilidad ante los futuros intentos golpistas.

Lo que siguió a ese gabinete fueron gabinetes armados a conveniencia de la burguesía, principalmente con cuadros de la burguesía financiera que mantuvieran el modelo neo liberal con el piloto automático; como los ministros de economía Óscar Graham y Kurt Burneo.

La pérdida de rumbo del nuevo gobierno y la desesperada carrera de los congresistas de izquierda por ver cómo asegurarse recursos desde el Parlamento y acomodarse a sus nuevos privilegios, llevaron a que se atomice la fuerza democrática y de izquierda en el Congreso, todos estuvieron tratando de influir para que sus partidos ganen más posiciones en los ministerios que incluso se llegó a permitir que el Congreso, de mayoría reaccionaria, modificara la Constitución para evitar una convocatoria a referéndum y limite el uso de las mociones de confianza. Arma que, si el Ejecutivo no usó desde el inicio para defender a sus ministros, el Congreso se la terminó arrebatando.

Las promesas como Asamblea Constituyente, libre ingreso a la universidad, segunda reforma agraria, etc. Fueron desestimadas o desvirtuadas para que el modelo no resultara trastocado en ningún sector de la economía. Solo eran enarboladas en forma demagógica cuando el ejecutivo se sentía acorralado. A pesar de acomodarse a los designios de la burguesía financiera, Pedro Castillo nunca dejó de tener un Congreso hostil; una prensa concentrada que buscaba desprestigiarlo por lo más mínimo; una Fiscalía y Tribunal Constitucional funcionales al Legislativo; y unas Fuerzas Armadas y Policía Nacional que no tenían reparos en manifestar sus injerencias políticas, como no se había visto desde el fujimorato, pero esta vez, en oposición al Ejecutivo. 

A esto se sumaba la fragmentación de las bancadas de izquierda. Perú Libre demostró no tener cuadros y ser una mezcolanza de intereses atomizados de la pequeña burguesía provinciana donde no existía la más mínima unidad ideológica y disciplina partidaria. No sólo no pudo mantener al sector magisterial dentro de su bancada, sino que se caracterizó por la deserción dentro sus propias filas. Fue incapaz de direccionar al gobierno y peor aún de mantener una sola postura entre sus parlamentarios con respecto a este. Castillo solo podía mantener el respaldo de dichas bancadas según como devolvía favores en la administración pública. Modus operandi que se repitió para todos a quienes les prestaron su apoyo durante la campaña electoral: familiares, paisanos, pequeños y medianos empresarios de provincia, que fueron los que en suma dieron argumentos a la reacción para que se unifiquen en el criterio de hacerlo ver como el personaje político más corrupto de todos los tiempos y presionen con más fuerza por la vacancia.

Todo ello fue haciendo que el respaldo popular al gobierno se fuera deteriorando, y la enorme movilización que existió para que se reconociera su triunfo se disperse. Por otro lado, la hostilidad que le plantaba al Congreso pese al cambio de rumbo del gobierno se debía a que la mayor parte de este contaba con representantes del sector más acomodado de la burguesía media, que desde antes de Castillo se encontraban en pugna con la gran burguesía financiera por el control de distintos sectores de la economía: Educación, Salud, Transporte.
Castillo observó leyes que buscaban el reacomodo del consejo directivo de la Superintendencia de Educación Universitaria (SUNEDU). A pesar de que ello no signifique mayor cambio en el mercantilizado sistema de educación superior; pero sí, volver a darle más participación a la burguesía media para que licencie sus universidades, que en muchos casos no lograban superar las condiciones mínimas de funcionamiento.  Similar era el caso de la Fiscalía de la Nación y el Poder Judicial, cuyo control del apro-fujimorismo se inclinaba más a los sectores de la burguesía media. Inclinación que se replicaría también después con el Tribunal Constitucional.

Por lo que respecta a la prensa corporativa y concentrada, su oposición al gobierno se debía al retiro del financiamiento estatal directo, para dárselos a los medios de comunicación de provincia y medios alternativos, que de alguna manera trataban de transmitir los mínimos avances del nuevo gobierno, generando que todos los titulares de la radio, televisión y periódicos se enfoquen en la vacancia presidencial, para recuperar los subsidios del Estado y no entren a la quiebra, dado que su precario nivel informativo no les permite ser una alternativa de consulta para el pueblo en general.

En cuanto a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, siempre estuvieron del lado del narcotráfico, el sector más rancio de la reacción peruana sesgados por su tradicional anticomunismo y anti izquierdismo inculcado a los oficiales desde las escuelas militares de EEUU y la narrativa de que fueron estas instituciones las que acabaron con el terrorismo en el Perú, cuando en realidad fueron parte del mismo plan y actuaron en concierto.

La continua hostilidad del Congreso al gobierno de Castillo con la búsqueda de su vacancia por incapacidad moral, sumado al empeoramiento de la situación económica por la variación del tipo de cambio con respecto al dólar, la subida del precio de los combustibles, la especulación desatada por la burguesía financiera que afectó al incremento de precios de la canasta básica familiar, hicieron que el Ejecutivo se viera acorralado. Y tendiera entre ahondar en las prácticas saqueadoras neo liberales que le recomendaban los tecnócratas de la burguesía financiera o intentar recuperar el respaldo popular.

Los últimos decretos en materia de extender la sindicalización, prohibir la tercerización laboral en áreas básicas de las empresas, su negativa a asumir el coste social de destrabar los proyectos minero-energéticos rechazados por la población y las mociones de confianza para tratar de sacar adelante la Asamblea Constituyente indican que el Ejecutivo se inclinó tarde a la segunda opción. Por ello que la gran burguesía financiera le terminó de quitar su respaldo y la clase trabajadora desmovilizada no pudo defender el programa que llevó a Castillo al gobierno y ser el contrapeso para frenar la intentona golpista desde el Congreso, más aún con las acusaciones de corrupción que la prensa concentrada se encargó de publicitar fueron determinantes para ocasionar la caída de Pedro Castillo.

Todos los virajes, vacilaciones, intención de gobernar en favor de todas las clases sociales revelan que el gobierno de Pedro Castillo tenía un carácter socialdemócrata, pequeño burgués que intentaba consolidar un semi-bonapartismo que por ausencia de experiencia fue una bomba de tiempo de la que resultó más afectado el pueblo trabajador. Pues, aunque alumbraba demandas democráticas que logren una mejor distribución de la riqueza; evitaba en cambio una confrontación de las clases sociales solo aspirando a realizar reformas leves dentro del capitalismo que ni siquiera buscaban reemplazar el andamiaje del agotado sistema neo liberal. 

 

  1. La Crisis y el Golpe Legislativo 

Nuestra economía, que no terminaba de recuperarse de los estragos del Covid-19, volvió a sufrir los embates de la guerra que la OTAN y Rusia desarrollan en Ucrania. El fenómeno inflacionario internacional afectó en el Perú, fundamentalmente sobre el poder adquisitivo de la clase trabajadora peruana que subsiste en más del 80% en la informalidad, lo que quiere decir que genera sus ingresos en el sector marginal de la economía y que no cuenta con derechos laborales, que subsiste en el completo abandono estatal.

El incremento de los precios de los fertilizantes y la ausencia de lluvias en la primera etapa productiva de la campaña 2023 golpearon a los pequeños y medianos agricultores, que en muchos casos se han arruinado y que en definitiva impactará en un decrecimiento del abastecimiento de alimentos en más de un 25% para el presente año.

La disputa imperialista de Estados Unidos, La Unión Europea y Japón contra el bloque China-Rusia hizo de nuestro país otro escenario de disputa para la provisión de recursos naturales, especialmente el litio y los recursos mineros. El gobierno de Pedro Castillo mantuvo relaciones de dependencia ante ambos bloques imperialistas, jamás se alejó del imperialismo norteamericano y recibió a la misiones de la OEA como una forma de hacer notar el respaldo que tenía del imperialismo norteamericano, para que no se acerque más al espectro del BRICS, cosa que pasó en su última etapa de gobierno, lo que terminó por afinar la alianza entre los dos sectores burgueses que por casi diez años habían estado en pugna: la gran burguesía financiera y la burguesía media; que teniendo el respaldo de la embajada norteamericana se envalentonaron más para buscar dar un golpe de estado que permitiera alinear más al país a la estela de dominación norteamericana.

El golpe de estado fue planificado previamente. Lo delata las coordinaciones previas de los partidos de la reacción con Dina Boluarte para que acepte el cargo y mantenga al Congreso hasta el 2026 a cambio de archivar sus investigaciones en la sub comisión de asuntos constitucionales y aprovechar todo el periodo para renovar los 46 proyectos minero energéticos que este año 2023 tendrán que renovar contratos de concesión con el Estado, donde también se podrá ver el desplazamiento de la concentración minera de los chinos, y sus aliados que llegan a más del 45%, a la nueva concentración minera en las manos del bando norteamericano.

La moción de vacancia anticipada presentada por Edgar Málaga del Partido Morado (principal partido de la burguesía financiera), y la persecución paranoica de la Fiscal de la Nación Patricia Benavides conocida por encubrir a su hermana en casos de narcotráfico y no tener los méritos académicos que exigen para el puesto. También revelan que los golpistas estuvieron estrechando lazos en las distintas esferas económicas, políticas, judiciales e internacionales. Sin embargo, llegado el día 7 de diciembre no alcanzaban los votos necesarios para la vacancia. Hizo falta que Castillo diera el pretexto emitiendo un pseudo discurso golpista sin tener a la población movilizada en su favor ni mucho menos el respaldo de las FFAA. Bien sea por ingenuidad política ante una trampa del Comando Conjunto de las FFAA (dirigido por el bando norteamericano) o por querer quedar como un mártir exiliado en México; lo hecho terminó por favorecer a la consumación del Golpe Legislativo ante una vacancia exprés e irregular que contó incluso con algunos votos de las bancadas de izquierda, que ahora vemos que estuvieron más preocupadas por su bolsillo que por “defender la democracia” y el programa de los trabajadores. 

La crisis política empujada desde los sectores de la burguesía y el cada vez más escaso apoyo popular al gobierno de Castillo, crearon las condiciones para que este crea en todas las tretas que tramó el imperialismo norteamericano para que se aventure a dar un discurso que pretenda cerrar el Congreso de la República y reciba como un medida respaldada por todas las instituciones manejadas por la reacción con una vacancia presidencial que incumplió todas las medidas determinadas en la Constitución y se terminó por configurar como un Golpe Legislativo que fue el antecedente de la actual dictadura cívico – militar jefaturada por Dina Boluarte, Alberto Otarola y José Williams Zapata.

Dina Boluarte asumió el cargo sin ninguna muestra de querer renunciar, el Congreso y el Tribunal Constitucional se trajeron abajo los escasos decretos progresistas que emitió el gobierno anterior y se armó un gabinete de la muerte presidido por Alberto Otárola que puso en marcha toda la maquinaria represiva con el total respaldo de la burguesía financiera y media y sus poderes fácticos (la prensa concentrada) y la Embajada Norteamericana.

La respuesta de la población no se haría esperar.

  1. Levantamiento popular y respuesta represiva

La vacancia de Pedro Castillo el 7 de diciembre terminó por hacer reventar el malestar que tenían las clases y poblaciones relegadas por el modelo económico y que habían sido su principal soporte electoral durante el 2021. Su salida irregular difuminó cualquier esperanza de cambio del modelo e inició el estallido socio-político en el sur del Perú. La primera región en sublevarse fue Apurímac, siguiéndole Cusco, Puno, Ayacucho, Huancavelica, Madre de Dios, Moquegua, Ica y Tacna. Para después seguirle La Libertad, Cajamarca, Junín y otras partes del país. Las demandas principales eran la convocatoria a la Asamblea Constituyente Soberana y Popular, la renuncia de Dina Boluarte, el cierre del Congreso e incluso en las regiones del sur la restitución de Castillo por haber sido depuesto de manera ilegal y haber sido detenido cuando aún lo investía el cargo de Presidente de la República.

Inmediatamente las Fuerzas Armadas y la PNP asumieron su rol represivo cobrando las primeras víctimas en Apurímac y perpetrando verdaderas masacres en Huamanga y Juliaca. Las continuas violaciones a los derechos humanos fueron celebradas por el gobierno, el Comando Conjunto de las FFAA y la CONFIEP por medio de su prensa concentrada que volvía a tener el jugoso financiamiento estatal. Hasta el momento han dejado alrededor de 78 muertos, miles de heridos y cientos de detenidos de forma irregular. El sistema judicial se acopló también para organizar la represión sirviendo como arma persecutoria a los manifestantes.

La dictadura cívico-militar que se configuró mediante la injerencia política de las FFAA era evidente, no solo con los esbirros en situación de retiro que dirigían y componen el legislativo (José Williams Zapata, Jorge Montoya, Roberto Chiabra Leon y José Cueto), sino con las continuas declaraciones y amenazas que daban los militares desde las tribunas que les ofrecía el Ejecutivo. Al punto de poner bajo su dirección zonas declaradas en emergencia para dirigir exclusivamente la represión en forma indiscriminada. 

Toda esta represión, como forma de contener la lucha de clases traía como ganancias el destrabe de los proyectos minero-energéticos para la gran burguesía financiera y un nuevo reacomodo del mercado educativo en favor de la burguesía media a través del cambio del consejo directivo de Sunedu. Siendo la burguesía financiera quien obtiene las mayores ganancias buscando empeñar rápidamente nuestros recursos al capital imperialista encabezado por Estados Unidos y su brazo armado la OTAN. Tal como viene ocurriendo con la pretendida entrega del litio a los canadienses

El estallido del conflicto reflotó todas las taras que aún mantiene la sociedad peruana. Pues además del clasismo del Estado, el racismo y discriminación se hicieron presentes para justificar la represión y el “terruqueo” contra los manifestantes. Aun así el pueblo no se amilanó para salir a movilizarse, bloquear carreteras y tomar pacíficamente instituciones públicas. Desde comerciantes, campesinos, proletariado agrícola y urbano, estudiantes e intelectuales progresistas salieron a luchar desbordando en muchos casos a sus propias organizaciones.

Una de las falencias del levantamiento fue la falta de coordinación inicial por medio de un comando o comité unificado. Lo que fue aprovechado por la reacción para sofocar brutalmente los levantamientos que iban estallando en forma espontánea en cada región y movilizándose a cada lugar donde la situación se presentara más aguda. Siéndole posible, aunque igual difícil el sofocamiento, pero demostrando que si el levantamiento hubiera sido simultáneo hubiera hecho caer rápidamente la dictadura.  

La otra falencia del movimiento fue que Lima metropolitana no lograba despertar en forma masiva como sucedió en el 2020. Las centrales sindicales dirigidas por los revisionistas y traidores Partido “Comunista”-Unidad y Patria Roja estuvieron lejos de permitirle a la clase obrera cumplir su papel de vanguardia. De esa forma, todo el mes de diciembre de 2022 se desarrolló teniendo a las provincias ardiendo en protestas, principalmente en el sur, y a una capital que solo salía a manifestarse en forma reducida a vigilias o paseos por el Distrito de Miraflores (centro financiero). Lo que hizo decidir a las provincias “La toma de Lima” para el mes siguiente. 

  1. El proceso de la “Toma de Lima” y el despertar de los conos de la capital del país.

A pesar que el gobierno hizo todo lo posible por evitar que la lucha del interior llegue a Lima, no logró su objetivo. Las delegaciones fueron rompiendo cada obstáculo que le imponía el la dictadura en las carreteras. Fue el mismo pueblo quien se financió para movilizarse. No sirvió de nada toda la estigmatización y difamaciones que lanzaba la prensa acerca de que las delegaciones eran financiadas por el narcotráfico, minería ilegal o los bolivianos. Una tras otra fueron cayendo sus mentiras y los conos de Lima se prepararon para recibir a sus hermanos de clase.

La recepción si bien fue improvisada en un inicio, igual llegó a ser masiva en la capital. Los estudiantes de universidades como San Marcos y la Universidad Nacional de Ingeniería pusieron a disposición las instalaciones de sus centros de estudios para dar albergue a muchas delegaciones y otros apoyaron en la recepción de donaciones para llevarlas a los lugares de alojamiento. De igual forma las frentes distritales en los conos de la ciudad se movilizaron para darle alojamiento y recolectar donaciones para los compañeros de provincia y sostener lucha que se iba desarrollar ahora principalmente en la capital.

Si bien las primeras movilizaciones no surtieron el efecto esperado, por la carencia de una organización central y por las desviaciones que la dirección de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), permitieron mostrar que la más grande central sindical de trabajadores se encontraba en total actitud conciliadora con la dictadura.

La intervención violenta en el campus universitario de la universidad San Marcos dejó más de 200 detenidos y múltiples vejaciones que hicieron indignar más a la población y estudiantes, al ver actos violatorios de la autonomía universitaria y los derechos humanos, que fueron orquestados por la Rectora, el Poder Ejecutivo, la PNP, Fiscalía, SUNEDU, sumado a unas FFAA que por su lado intimidaban con una posible intervención en la UNI. Pero que solo terminaron por desenmascarar el verdadero carácter dictatorial del régimen ante la mayor parte del pueblo limeño.

De esa forma las movilizaciones y medidas de lucha cobraron más fuerza. Las marchas de sacrificio por las principales arterias de la ciudad fueron multitudinarias, principalmente en el cono norte, y las muestras de apoyo resultaron masivas.

Es así que para el 28 de enero se realizó una movilización contundente donde las fuerzas represivas al no tener el control completo de la situación recurrieron a la represión indiscriminada, asesinando a Víctor Santiesteban, dejando decenas de heridos, detenidos y sin respetar el Derecho Internacional Humanitario, pues se llegó al punto de intimidar a las brigadas de salud y a la prensa alternativa, motivo por el cual, actualmente organismos internacionales admiten que durante las represiones hubieron violaciones de derechos humanos por los que tendrá que enfrentar cargos Dina Boluarte, Alberto Otarola y consortes. 

Estos hechos hicieron que la dictadura fuera perdiendo aliados y se aísle más internacionalmente. Ya no solo eran los gobiernos socialdemócratas de hispanoamérica quienes no la reconocían, sino que hasta países de la Unión Europea y el mismo EEUU dudaban en seguirle otorgando su confianza. Ante ello, solo optó por continuar con la represión. Con la ayuda del Alcalde de Lima Rafael López Aliaga cerró plazas y después todo el Cercado de Lima para impedir las movilizaciones. Prohibió la más mínima concentración y disolvía cualquier manifestación en forma violenta.

El problema para el movimiento popular fue la carencia de una organización central. Hecho que trató de ser remediado con una bajada al llano de parte de las delegaciones de provincia para exigir que los dos comités de lucha existentes hasta el momento se unifiquen en uno solo. Formándose el Comité Nacional Unificado de Lucha del Perú (CONULP) para tratar de organizar la “Segunda toma de Lima”. La misma que no cumplió su objetivo por encontrarse el movimiento en un momento de reflujo, pero hizo develar el nulo respeto que las fuerzas armadas y policiales tienen no solo por la vida de los manifestantes, sino también, por su propia tropa. Como lo prueban los funestos hechos de los 6 soldados del ejército ahogados en el río Ilave en Puno, por culpa de la orden dada por el capitán Josué Frisancho Lazo quien tiene antecedentes por delitos de violación sexual y ahora es investigado por dar una instrucción innecesaria a su tropa.

La creación del CONULP es un éxito por permitir centralizar mejor la lucha contra la dictadura y lograr la Asamblea Popular Constituyente. Pero tiene que superar muchas limitaciones que van desde comprender que la lucha en las regiones tiene una dinámica distinta a la capital; superar el discurso etnocéntrico que solo reduce la lucha a una dicotomía pueblos originarios-criollos o regiones-centralismo limeño para entender que la principal contradicción es de clase; lo que a su vez permitirá acoplar a los sindicatos democráticos que estén dispuestos a enfrentarse a la dictadura por encima de lo que transen las centrales sindicales.

Sin la elevación de la consciencia de clase de los trabajadores para que asuman su función histórica y sin la participación orgánica de la clase obrera en el CONULP no se podrá concretar el objetivo máximo de lograr la Asamblea Constituyente que ponga fin a este modelo saqueador que nos ha impuesto la dictadura del capital. 

  1. Plataforma Política y suma de fuerzas 

La lucha iniciada en el 7 de diciembre de 2022, sin bien aún no ha cumplido sus objetivos principales, está lejos de terminar. Aunque en la confrontación directa se haya sufrido derrotas con las fuerzas de la reacción, producto de la dispersión inicial del movimiento popular, ello no quita que haya servido para desenmascarar la democracia liberal que no es otra cosa que la más pura dictadura burguesa que se torna fascista cuando esta clase ve amenazados sus intereses.

Desde el movimiento popular se ha logrado tener una victoria psicológica e ideológica sobre la burguesía, porque ahora el 69 % de peruanos están de acuerdo con que se convoque la Asamblea Constituyente, y más aún, exigen que tanto el Poder Ejecutivo y Legislativo convoque inmediatamente a elecciones para que cesen sus funciones.

Tanto los medios alternativos como la agitación de las organizaciones sociales, culturales y populares han logrado hacer calar un discurso que tome en cuenta los problemas de la población. Dejando sin valor las falsas narraciones de la prensa concentrada y de los esbirros del gobierno. Siendo ahora necesario concientizar y explicar más sobre la necesidad que la plataforma del CONULP se consiga:

1° Renuncia de Dina Boluarte.

2° Cierre del Congreso golpista.

3° Nuevas elecciones 2023.

4° Convocatoria a la Asamblea Constituyente Soberana y Popular.

5° Libertad a los detenidos y presos injusta e ilegalmente.

6° Juicio y sanción penal a los culpables directos e indirectos de los 78 asesinatos y violaciones a los DDHH.

7° No a los Contratos Ley y nacionalización de los recursos naturales concesionados a las transnacionales.

En la consecución de estos objetivos se debe continuar sumando fuerzas. Lima ya tiene una opinión semejante a la de provincia, pero hace falta que esté dispuesta a manifestarse con la misma magnitud como lo hacen los hermanos del interior. Ahí es donde se necesita el establecimiento de la mayor cantidad de redes con los diversos espacios que hagan llegar y expliquen la plataforma como también llamen a movilizarse a toda la capital.

La reciente lucha ha mostrado que todo tipo de organización suma, desde la prensa alternativa, las brigadas de salud o los equipos legales voluntarios; contribuyen a resistir mejor frente a los embates de la reacción. Estrechar lazos e incluirlos dentro de los organismos populares de los distritos y conos fortalecerá más el nivel combativo de Lima.

  1. El trabajo en Lima, la capital del Perú

La demagogia del ultraconservador y fascusta Rafael López Aliaga y de su partido Renovación Popular se está viendo ahora por su incapacidad para afrontar el impacto del Ciclón Yaku. La Municipalidad Metropolitana de Lima, no puede solucionar la limpieza pública, contribuir a resguardar la salud de la gente, ni llevar el agua y desagüe a los asentamientos humanos. López Aliaga tampoco puede ordenar el transporte masivo y ha tenido uno de los primeros 100 días de gobierno municipal más desastrosos de la historia.

VII. Llamamiento del PCP (m-l)

  • Llamamos a todas las fuerzas democráticas y de izquierda consecuente para avanzar a la centralización de la lucha nacional-popular para que se cumplan rápidamente los objetivos establecidos de derrocar a la dictadura y abrir un nuevo escenario de discusión sobre el Perú que queremos, a través de una nueva base constitucional.

  • Llamamos a la elevación del discurso de clase que ayudará a tener más claro el panorama sobre el carácter del Estado y la correlación de fuerzas con que cuenta la lucha. El seguir reproduciendo el discurso etnocéntrico limitará en que no nos podamos ganar al proletariado que siente principalmente la opresión del capital por encima de cualquier discriminación de raza o género.

  • Llamamos al acoplamiento de Lima a la lucha, que resulta crucial ya que en la capital se encuentra la tercera parte de la población de todo el país, por lo que apelamos a la solidaridad de clase del trabajador limeño y la hermandad cultural que traerá más éxitos que los discursos chauvinistas que traten de seccionar el sur del Perú. 

  • Los referéndums populares pueden dar el primer motivo de existencia a los organismos de poder popular que aspiren a reemplazar al poder burgués en cada zona de la ciudad y el país. Tratar de llevarlos adelante puede darle un recurso a la clase trabajadora para que en un futuro no tan lejano ya no pelee solo por una Asamblea Popular Constituyente que modifique la base normativa del Estado sino por la conquista completa del poder político.

¡Vivan las luchas por derrocar a la dictadura cívico militar!

¡Por una nueva Constitución Política, Asamblea Constituyente Soberana y Popular!

¡Solo el pueblo salva al pueblo!

¡Vivan las luchas del pueblo trabajador y la alianza obrero – campesina por la liberación nacional y social!

Abril de 2023

Nilo Candela

Por el B.P del PCP (m-l)

1 2 3 8