ANOTACIONES RUMBO AL PARO DEL 19 DE JULIO DE 2023
Desde el 07 de diciembre de 2022 se ha instaurado una dictadura cívico-militar que no ha sido otra cosa que el acuerdo temporal entre las dos facciones de la burguesía que han estado en pugna durante años: la gran burguesía financiera y la burguesía media. Decidiendo juntas tejer una alianza con el objetivo de frenar el avance de las reivindicaciones populares resultados de la mayor politización de la clase trabajadora peruana. En esta alianza han coincidido todos sus aparatos del Estado, vale decir: Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial; organismos autónomos como Fiscalía de la Nación, Tribunal Constitucional, Defensoria del Pueblo, Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU), Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Municipalidad de Lima; así también, la CONFIEP, los jerarcas del clero católico y evangélico, la prensa tradicional y corporativa; y por supuesto, su aparato represivo a su servicio, la Policía Nacional y el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas en coordinación con la Embajada Norteamericana. Que en la misma sintonía incentivaron, avalaron y ejecutaron la más brutal represión contra el pueblo trabajador peruano en el último levantamiento popular de diciembre de 2022.
Fruto de ese acuerdo se esperaba la desorganización y desmovilización de la clase trabajadora para que no resulte un peligro ni perjudique los intereses de ningún sector burgués; la desregulación de sectores económicos como el transporte (ATU) y la educación superior (SUNEDU) favorecieron a la burguesía media. Y la continuidad de las concesiones minero-energéticas, como el destrabe de otros proyectos se esperaba que incrementen las ganancias de la gran burguesía financiera, que asegura también el dominio de esos recursos a la influencia del imperialismo norteamericano, quien se encuentra en pugna con el imperialismo chino, ruso y sus aliados.
Sin embargo, a más de medio año del Golpe de Estado de la asesina Dina Boluarte y los carniceros Alberto Otárola y Williams Zapata, la alianza de la burguesía ha significado principalmente ganancias para el sector de la burguesía media que continúa dominando el Congreso y ha conseguido copar varios de los organismos autónomos del Estado que antes los controlaba la burguesía financiera como el Tribunal Constitucional (TC), Defensoría del Pueblo, SUNEDU, Autoridad de Transporte Urbano (ATU); estos dos últimos, les ha servido para desregular sectores económicos que ya se encontraban concentrados por las empresas de la burguesía financiera. De ahí, que la alianza que se tejiera a fines del año pasado cada vez se fracture más.
Si bien, el estallido social de diciembre de 2022 pasó sin lograr las principales demandas del movimiento popular: Salida de Dina, Cierre del Congreso y Asamblea Constituyente Soberana y Popular. La polarización permanece y la movilización ha empezado a gestarse.
La gran burguesía financiera que ha logrado mantener su control sobre las concesiones que ya poseía, no logra aún destrabar los proyectos minero-energéticos como Tío María y Conga, por la resistencia que le presenta el movimiento popular, ni siquiera cediendo en el papel la explotación del litio de Puno a los canadienses tiene asegurada su extracción al encontrarse todo el Sur peruano movilizado. Por ello se entiende que su prensa corporativa cada vez más se preste a desprestigiar al Congreso y también pida elecciones inmediatas. Es consciente de que el golpe de estado dado el 07 de diciembre no ha traído mayor ganancia al sector burgués que representa, y que la permanencia de Dina y el Congreso, significa que la polarización permanezca y se incremente dejando sin posibilidad, en el corto plazo, al destrabe de los proyectos minero-energéticos que le interesa. Y su situación se agrava ante el próximo control que la burguesía media plantea sobre el sistema electoral (JNE, ONPE, RENIEC) y la reactivación de las protestas el 19 de julio; quedándole así un aliado que siempre se encuentra subordinado a los intereses de la Embajada Norteamericana: El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Por el lado del movimiento popular. La lucha, no logro sus objetivos ante los embates de las fuerzas reaccionarias, obtuvo una victoria psicológica al desenmascarar el carácter represivo del Estado, su carácter de clase y mostrar más claramente qué clase social es la que lo dirige, con lo que cada vez más la clase trabajadora comprende la necesidad de elevar sus demandas económicas a políticas y las unifique en una primera etapa en la lucha por lograr la Asamblea Constituyente Soberana y Popular.
El proletariado formal e informal, el campesinado pobre y medio, y la pequeña burguesía progresista van saliendo poco a poco de la alienación y la inmediatez económica, para comprender que, sino adquieren consciencia de clase y se organizan con objetivos políticos claros, no podrán dar una solución concreta al atraso económico que tiene el país y ni podrá dar solución a las crisis que generan continuamente las pugnas interburguesas.
En miras de lograr los objetivos del movimiento popular se conformó el Comité Nacional Unificado de Lucha del Perú (CONULP), impulsado principalmente por las organizaciones de la Macro Región Sur, con el que se esperaba superar los errores estratégicos y tácticos que se tuvo en el estallido del verano de 2022. Se intentó superar la descoordinación y espontaneísmo, como también el manejo oportunista y conciliador de las organizaciones que dirigen la Asamblea Nacional de los Pueblos (ANP) y las centrales sindicales que dirigen Patria Roja, PC-Unidad y Nuevo Perú. Sin embargo, hasta la fecha el CONULP no ha logrado consensuar una plataforma que orienten las luchas venideras.
El oportunismo que aún subsiste en las filas del movimiento popular ha contribuido a que el sectarismo, caudillismo y pragmatismo permanezcan y afloren. Esto, producto de que la Macro Sur, que lo impulsó, seguía y sigue careciendo de mayor participación del proletariado. Entre sus organizaciones encontramos principalmente al campesinado, comerciantes, intelectuales progresistas de las ciudades y una menor participación del proletariado agrícola e industrial. El grueso de la clase obrera sigue bajo influencia de la socialdemocracia oportunista. Y la CONULP lejos de emprender una táctica para ganarla se ha enfrascado en luchas intestinas, además de creer que no la necesita para hacer caer al gobierno ni lograr la Constituyente. Peor aún, entre muchos de su dirigentes la lucha que se prioriza es más étnica que de la de clases.
Esto ha hecho que lejos de aprovechar la polarización que permanece y el descontento que se acrecienta entre la clase trabajadora, el CONULP haya terminado partiéndose oficialmente a dos semanas del 19 de julio. Dejando en la confusión y el desconcierto a gran parte de esa masa trabajadora desorganizada pero descontenta que espera salir a luchar con una vanguardia y un plan de acción organizado por esta. No parece entender que el frente único no anula la independencia política, ni mucho menos una temporal unidad en la acción. No toma en cuenta que, si se repiten los mismos errores de descoordinación y espontaneísmo, la ya débil alianza de los sectores burgueses aún podrá usar todas sus herramientas de represión y manipulación para ganar esta última batalla antes de romper su alianza.
El actual debate sobre la restitución de Castillo o el adelanto de elecciones ha servido solo como pretexto para el caudillismo pequeño burgués a la hora de asegurarse el dominio de sus propios espacios, sin importarle sacrificar el resultado del Paro Nacional. No toman en cuenta que cuanto menos la caída del gobierno daría el impulso necesario para que el pueblo trabajador continúe avanzando por la Constituyente; y que de no lograrse ni esto, traería la desmoralización del movimiento y la deslegitimación total del mismo CONULP o de sus dos facciones. No parecen ver que la salida de la asesina Dina y su cúpula es inminente, la disyuntiva será en si lo hará el movimiento popular o la burguesía financiera con algún golpe militar cuando la amenaza de la lucha en julio haya pasado.
Es necesario tener claro que la caída del gobierno, gracias a la lucha de julio, rompería prematuramente la alianza que tienen los dos sectores burgueses para que vuelvan a entrar en sus pugnas, debido a que significaría la salida de los representantes políticos de la burguesía media en el Congreso. Dándole oportunidad a la clase trabajadora de aprovechar las divisiones del enemigo mientras toma consciencia que la lucha rinde sus frutos, avanza en la formación del poder popular y comprende el papel histórico que tiene que cumplir para conquistar el poder político del Estado.
Los sectores que se disputan el adelanto de elecciones a secas (sin referéndum) o la restitución de Pedro Castillo tienen el mismo interés electoral. Los primeros queriendo postular de inmediato y los segundos queriendo aplazar las elecciones hasta que tengan las condiciones para postular. Pero para ambos las elecciones es el fin, no el medio; y la lucha en las calles una mera formalidad que se puede condicionar mientras no resuelvan quien podrá postular.
Ante esta situación el Partido Comunista Peruano (marxista-leninista) se reafirma en su compromiso de seguir luchando para que el movimiento popular avance y la clase trabajadora peruana pueda concretar sus objetivos inmediatos y mediatos. No bajaremos los brazos al combatir las desviaciones de la socialdemocracia oportunista y las distintas desviaciones pequeño burguesas (maoístas, guevaristas o tawantinsuyanas) que lejos de hacer avanzar al movimiento, lo pretenden llevar hacia su fracaso para beneficio de la burguesía y el imperialismo.
Este 19 de julio todos debemos salir a las calles, en un frente único, para que la dictadura civico militar caiga. La victoria solo podrá ser posible guiándonos de la ciencia marxista que empodere a la clase obrera en su papel histórico de liberación nacional y social.
¡VIVA EL PARO DEL 19 DE JULIO!
¡SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO!, TODOS A LAS CALLES!
¡ABAJO LA DICTADURA CÍVICO MILITAR!
¡VIVA LA ALIANZA OBRERO – CAMPESINA!
¡VIVA EL PARTIDO COMUNISTA PERUANO (MARXISTA-LENINISTA)!
BP del CC. del PCP(m-l)